No existe en los registros oficiales de la viticultura mundial un viñedo más pequeño que el escriturado al dalái lama, consejero espiritual del Tíbet.
Está ubicado a 1.618 metros sobre el nivel del mar, muy cerca de la sureña población suiza de Saillon, región de Velais, a unos cien kilómetros de Ginebra. Las tres plantas que lo conforman ocupan un espacio francamente minúsculo: 1,67 metros cuadrados de área total. Y, por ende, produce pocos decalitros de mosto, aunque esa baja cantidad no afecta su condición de pieza única.
A Saillon también se le conoce por haber tenido entre sus pobladores a una especie de Robin Hood alpino, responsable de alterar para siempre, desde mediados del siglo XIX, el imaginario popular de la localidad. Su nombre fue Joseph-Samuel Farinet, quien, desde muy joven, se entregó a falsificar monedas.
Llegó a acuñar cien mil unidades de 20 rappen, antigua denominación cambiaria que, por unidad, equivalía a la centésima parte de un franco suizo.
Nada de lo acuñado terminó en su bolsillo. Su objetivo era entregarles dinero contante y sonante a decenas de hambrientos campesinos para que se alimentaran. No en vano lo aclamaron como “el bandido del gran corazón”.
Su leyenda inspiró, en 1932, la trama de la novela El oro de Farinet, escrita por Charles-Ferdinand Ramuz. Y seis años después, en 1938, su historia fue llevada al cine con el largometraje Oro en la montaña, interpretada por el actor Jean-Louis Barrault, en el papel del falsificador.
Y fue precisamente Barrault quien, en 1980, actuando como integrante de la curiosa cofradía Amigos de Farinet, plantó el pequeño viñedo como tributo a su espíritu caritativo. Después aparecieron famosos voluntarios, prestos a cosechar uvas maduras. El listado ha incluido a personalidades del cine y el deporte como sir Roger Moore, protagonista de la serie El santo y siete películas de James Bond; Michael Schumacher, corredor de Fórmula 1; Jane Birkin, actriz, y, más recientemente, Zinedine Zidane, exfutbolista del seleccionado francés y exdirector técnico del Real Madrid.
Los insuficientes decalitros de mosto se deben mezclar con los mejores vinos de Velais para elevar su complejidad y obtener mil botellas, que se venden a coleccionistas por US$1.500 cada una.
Farinet murió ahogado al caer en las aguas del arroyo Salentze cuando huía de la policía, justo en el sitio donde se erigió el puente peatonal La Passarelle à Farinet.
En 1999, durante una visita del dalái lama a Saillon, el clérigo Abbé Pierre, antiguo propietario del viñedo, se lo heredó al invitado con la condición de destinar los ingresos percibidos por el vino a los niños desvalidos de Suiza y Tíbet... como la habría hecho Farinet.
No existe en los registros oficiales de la viticultura mundial un viñedo más pequeño que el escriturado al dalái lama, consejero espiritual del Tíbet.
Está ubicado a 1.618 metros sobre el nivel del mar, muy cerca de la sureña población suiza de Saillon, región de Velais, a unos cien kilómetros de Ginebra. Las tres plantas que lo conforman ocupan un espacio francamente minúsculo: 1,67 metros cuadrados de área total. Y, por ende, produce pocos decalitros de mosto, aunque esa baja cantidad no afecta su condición de pieza única.
A Saillon también se le conoce por haber tenido entre sus pobladores a una especie de Robin Hood alpino, responsable de alterar para siempre, desde mediados del siglo XIX, el imaginario popular de la localidad. Su nombre fue Joseph-Samuel Farinet, quien, desde muy joven, se entregó a falsificar monedas.
Llegó a acuñar cien mil unidades de 20 rappen, antigua denominación cambiaria que, por unidad, equivalía a la centésima parte de un franco suizo.
Nada de lo acuñado terminó en su bolsillo. Su objetivo era entregarles dinero contante y sonante a decenas de hambrientos campesinos para que se alimentaran. No en vano lo aclamaron como “el bandido del gran corazón”.
Su leyenda inspiró, en 1932, la trama de la novela El oro de Farinet, escrita por Charles-Ferdinand Ramuz. Y seis años después, en 1938, su historia fue llevada al cine con el largometraje Oro en la montaña, interpretada por el actor Jean-Louis Barrault, en el papel del falsificador.
Y fue precisamente Barrault quien, en 1980, actuando como integrante de la curiosa cofradía Amigos de Farinet, plantó el pequeño viñedo como tributo a su espíritu caritativo. Después aparecieron famosos voluntarios, prestos a cosechar uvas maduras. El listado ha incluido a personalidades del cine y el deporte como sir Roger Moore, protagonista de la serie El santo y siete películas de James Bond; Michael Schumacher, corredor de Fórmula 1; Jane Birkin, actriz, y, más recientemente, Zinedine Zidane, exfutbolista del seleccionado francés y exdirector técnico del Real Madrid.
Los insuficientes decalitros de mosto se deben mezclar con los mejores vinos de Velais para elevar su complejidad y obtener mil botellas, que se venden a coleccionistas por US$1.500 cada una.
Farinet murió ahogado al caer en las aguas del arroyo Salentze cuando huía de la policía, justo en el sitio donde se erigió el puente peatonal La Passarelle à Farinet.
En 1999, durante una visita del dalái lama a Saillon, el clérigo Abbé Pierre, antiguo propietario del viñedo, se lo heredó al invitado con la condición de destinar los ingresos percibidos por el vino a los niños desvalidos de Suiza y Tíbet... como la habría hecho Farinet.