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El Museo histórico nacional en Brasil, reunió en una noche con sabor latinoamericano a los mejores exponentes de sabor de un continente que se destaca en la escena gastronómica por su despensa, territorios e identidad. Destacadas figuras del sector, chefs, críticos, periodistas y amantes del buen comer se dieron cita en la iniciativa que no solo aplaude el talento en los fogones, sino que también premia los aportes a una gastronomía que cada vez más se sirve en las mesas del mundo, dejando en evidencia la biodiversidad y el trabajo con el producto local.
El Chato, Humo negro, Leo, Manuel y Celele, los restaurantes colombianos que se encuentran ubicados en Bogotá, Barranquilla y Cartagena, respectivamente, ocuparon importantes puestos en la prestigiosa lista. Jaime Rodríguez, líder de la cocina de Celele, fue uno de los elegidos por su inspiración en una cocina que está basada en la cultura y biodiversidad del Caribe colombiano; Álvaro Clavijo, del restaurante El Chato, se abrió nuevamente un espacio por el trabajo con el producto local; Leonor Espinosa, de Leo, fue aplaudida por su constante exploración a la cocina y la cultura de Colombia; Manuel, a la cabeza de Mane Mendoza fue homenajeado por una oferta que se destaca por utilizar sabores locales y globales que “reinterpretan y evolucionan en la mesa” y Jaime Torregrosa, de Humo Negro, puso a sonar su nombre por ser el encargado de difundir sabores de varias culturas, con recetas y técnicas de sitios ancestrales en el país.
Otra de las grandes noticias para Colombia fue el reconocimiento que le hicieron a Harry Sasson, chef y columnista de El Espectador, quien además está próximo a celebrar 30 años de carrera. El colombiano recibió el Woodwine Reserve, el premio más importante de la noche. Al recibirlo recordó a su padre y el apoyo que le ofreció en una época donde ser ingeniero o doctor era de mayor importancia que ser cocinero y afirmó la importancia de “creernos el cuento de nuestras cocinas de tradición y mostrarlas al mundo”, en medio de su discurso sin dejar al lado la gratitud por estos años de trabajo a quienes lo han acompañado en este camino.
Asimismo, Laura Hernández Espinosa, fue escogida como el mejor sommelier en el evento. La colombiana se destaca en la escena de la gastronomía líquida por crear sabores desde la bioculturalidad de Colombia. Ella es la líder de La sala de Laura, uno de los mejores bares del país. Su vida está trazada por la antropología, la sociología y la innovación, conceptos que explora constantemente y que le han permitido plasmar un universo líquido que busca hablar de cultura, de ecosistemas, del placer que le genera la gastronomía y de la hospitalidad; lenguajes de expresión que aterrizan en formas artísticas y que han dejado como resultado bebidas, que son un tiquete abierto para conocer a Colombia a través del gusto.
Es importante mencionar que hace unos días el listado también dejó ver en su vitrina el nombre de otras propuestas colombianas, allí, Débora, X.O., ODA y Afluente se destacaron por sus innovaciones culinarias. La investigación en los páramos colombianos, liderada por Jefferson García de la cocina de Afluente, ya suena para sobresalir en 2025 entre los primeros lugares.
El gran ganador de la noche fue el restaurante argentino Don Julio. La propuesta a cargo del chef Guido Tassi y de Pablo Rivero fue reconocida por sus carnes, vinos locales y su servicio auténtico, seguido por Maido, de Perú.
Si te gusta la cocina y eres de los que crea recetas en busca de nuevos sabores, escríbenos al correo de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com) o al de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) para conocer tu propuesta gastronómica. 😊🥦🥩🥧