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Un poco de la historia de este plato
El atún tiene su origen en la Era primaria. Sería Nicolas Appert, quien descubriera a finales del siglo XVIII que si un alimento se calentaba en algún recipiente hermético, podría conservarse durante mucho tiempo, convirtiendo a este protagonista de la mesa en uno de los ingredientes más fáciles de llevar a diferentes recetas de la gastronomía. El atún puede incluirse en ensaladas, tortas y es una excelente fusión con verduras calientes o frías.
Preparación
Asegúrate de que el atún esté congelado para que sea más fácil cortarlo en láminas finas.
Con un cuchillo muy afilado, corta el atún en láminas finas. Intenta que sean lo más delgadas posible.
En un plato grande, añade las láminas de atún de manera que se superpongan ligeramente.
Luego, mezcla en un bowl, aceite de oliva, jugo de limón, vinagre balsámico, sal y pimienta. Vierte esta mezcla sobre el atún.
Agrega alcaparras, rúcula o brotes verdes y queso parmesano alrededor del atún.
Deja reposar durante unos minutos para que los sabores se integren y sirve inmediatamente.
¡Trucos de la abuela!
Si te gusta la cocina y eres de los que crea recetas en busca de nuevos sabores, escríbenos al correo de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com) o al de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) para conocer tu propuesta gastronómica. 😊🥦🥩🥧