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Un poco de la historia del pesto
La historia del pesto se remonta a la antigua Roma, donde se preparaba una salsa similar llamada “moretum”, hecha con hierbas, ajo, queso y aceite de oliva. La versión moderna del pesto, conocida como “pesto alla genovese”, se originó en Génova, la capital de Liguria, durante la Edad Media.
La palabra “pesto” proviene del término italiano “pestare”, que significa machacar o triturar, en referencia al método tradicional de preparación en mortero. A lo largo de los siglos, el pesto ha evolucionado y se ha adaptado en diversas culturas culinarias, dando lugar a numerosas variaciones como el pesto de rúcula, cilantro y, en este caso, pistacho.
Esta receta ofrece una variante deliciosa y original utilizando pistachos en lugar de piñones. El resultado es un pesto con un sabor único, perfecto para darle un giro especial a tus platos favoritos.
Gastronomía: Latinoamericana .
Rica, práctica y deliciosa
- Tiempo de preparación: 5 minutos.
- Tiempo de cocción: 5 minutos.
- Porciones: 4.
Ingredientes
- 60 gramos de pistachos (sin cáscara y sin sal)
- 2 dientes de ajo
- 100 gramos de hojas de albahaca fresca
- 100 mililitros de aceite de oliva virgen extra
- Zumo de 1/2 limón
- Sal al gusto
- Pimienta negra recién molida (opcional)
Preparación
Pela los dientes de ajo, lava las hojas de albahaca y sécalas bien con una toalla de papel o una centrifugadora de ensaladas.
Si deseas intensificar el sabor de los pistachos, tuéstalos ligeramente en una sartén sin aceite a fuego medio durante unos 2-3 minutos, moviéndolos constantemente para evitar que se quemen. Luego déjalos enfriar un poco.
En un procesador de alimentos o una licuadora, agrega los pistachos, los dientes de ajo y las hojas de albahaca. Tritura hasta que los ingredientes estén bien picados y combinados.
Con el procesador en marcha, añade gradualmente el aceite de oliva y el zumo de limón. Continúa mezclando hasta obtener una salsa suave y homogénea. Puedes ajustar la cantidad de aceite de oliva según la consistencia que prefieras para tu pesto.
Ajusta el sabor con sal y, si lo prefieres, añade una pizca de pimienta negra recién molida.
Montaje
Utilízalo inmediatamente en un sandwich o como salsa para el plato que prefieras. Si lo almacenas, cúbrelo con una fina capa de aceite de oliva para evitar que se oxide.
El pesto se puede conservar en el refrigerador hasta por una semana. Para períodos más largos, puedes congelarlo en bandejas de cubitos de hielo y transferir los cubitos congelados a una bolsa de congelador.
¡Trucos de la abuela!
Si te gusta la cocina y eres de los que crea recetas en busca de nuevos sabores, escríbenos al correo de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com) o al de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) para conocer tu propuesta gastronómica. 😊🥦🥩🥧