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Un poco de la historia de este plato
La influencia oriental en las cocinas de occidente cada vez coge más fuerza, hoy les comparto esta versión de un aceite picante para acompañar pastas, hacer salteados o simplemente para decorar y finalizar un plato.
A diferencia del aceite clásico de china, mi versión no lleva anís estrellado ni jengibre, prefiero aromatizar con orégano y clavo de olor. Las variaciones son infinitas, lo único que hay que tener en cuenta es que esta preparación es una infusión y toma un tiempo en hacer, el ingrediente clave es la paciencia.
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INGREDIENTES
2 tazas de aceite neutro (girasol, canola, etc)
10 dientes de ajo
5 chiles secos (puede ser guajillo)
2 cucharadas de ajonjolí
1 cucharada de orégano
1 astilla de canela
1 hoja de laurel
3 clavos de olor
2 cucharaditas de paprika
2 cucharaditas de peperoncino
1 cucharadita de sal
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PREPARACIÓN
Cortar el ajo en láminas lo más delgadas posibles y poner en una sartén junto a las dos tazas de aceite a fuego bajo. El aceite no debe superar los 100 grados centígrados, es muy importante la baja temperatura para que el ajo no se queme.
Agregamos nuestro chile seco, el ajonjolí, orégano, laurel, canela, clavo, mezclamos muy bien y dejamos infusionar a fuego bajo durante mínimo 30 minutos.
Una vez el aceite está infusionado, debemos dejarlo enfriar para poderlo licuar, esto va a tardar unos 15-20 minutos, si no lo dejamos enfriar, los vapores de la mezcla nos van a levantar la tapa de la licuadora y nos podemos quemar.
Cuando el aceite esté listo para licuar, retiramos la hoja de laurel, agregamos la paprika, el peperoncino y la sal, licuamos a velocidad media unos 2 minutos y pasamos a envasar nuestro aceite. Es normal que queden trozos de ajo y ají en el aceite, esto le aportará textura a los platos, de igual manera, una vez envasado, los sólidos van a tender a sedimentarse en la parte de abajo, yo recomiendo mezclarlo un poquito antes de usar y procurar sacar aceite y un poco de los sólidos para obtener un perfil de sabor más interesante en el plato.
Yo prefiero guardarlo en un recipiente de vidrio con tapa en la nevera, el color debe ser un rojo intenso, es muy importante probar el aceite para corregir la sal en dado caso. Bien sellado puede durar hasta 3 meses en la nevera, es importante etiquetarlo y ponerle la fecha de la producción.
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