Receta para preparar florecitas de coliflor con albahaca y limón
Por eso quiero en esta columna invitar a la rica coliflor a una nueva presentación en sociedad. Bien preparada es una delicia: mi abuela la preparaba rebozada.
Deberíamos sentirnos afortunados. Mientras que en otros países la coliflor es una bendición estacional (ellos deben esperar el momento del año para poder disfrutarla), nosotros en cambio tenemos a nuestra disposición esta maravilla del fruver durante todo el año. Pero, cómo es la vida: a pesar de esto estamos hablando de una verdura un tanto despreciada, olvidada, diría yo relegada. Pero no es su culpa, sino más bien de la preparación a la que estamos acostumbrados en las cocinas colombianas, en donde se suele sancochar a la pobre coliflor hasta arrancarle todo su sabor y su textura, y hasta que empieza a expeler ese desagradable olor con el que la relacionamos. La coliflor se debe cocinar hasta al dente, que quede un poquito crocante a la mordida y que conserve su delicado y dulce sabor. Por eso quiero en esta columna invitar a la rica coliflor a una nueva presentación en sociedad. Bien preparada es una delicia: mi abuela la preparaba rebozada, en mi restaurante le hago un homenaje acompañándola con una salsa de tres quesos al horno de leña y hoy la quiero proponer como la comemos en casa: salteada en aceite de oliva, con el aroma de la albahaca y el punto ácido del limón.
hsasson28@hotmail.com / www.harrysasson.com
INGREDIENTES
1 flor de coliflor grande y limpia
1 litro de agua
1 taza de leche
1 cucharadita de sal
1 gajo de cebolla larga
3 cucharadas de aceite de oliva
2 dientes de ajo machacado
1/2 taza de hojitas de albahaca fresca
Jugo de 1 limón
Sal y pimienta negra
PREPARACIÓN
Cocine la coliflor entera en la mezcla del agua, la leche, una cucharadita de sal y el gajo de cebolla, hasta que esté al dente. Retire del agua, deje escurrir y desmenuce en florecitas. Aparte, en una sartén caliente el aceite de oliva y saltee el ajo hasta que empiece a dorar. Agregue la coliflor y continúe salteando. Cuando empiece a tomar color, agregue la albahaca, el jugo de limón y termine rectificando la sazón con sal y pimienta negra.
Deberíamos sentirnos afortunados. Mientras que en otros países la coliflor es una bendición estacional (ellos deben esperar el momento del año para poder disfrutarla), nosotros en cambio tenemos a nuestra disposición esta maravilla del fruver durante todo el año. Pero, cómo es la vida: a pesar de esto estamos hablando de una verdura un tanto despreciada, olvidada, diría yo relegada. Pero no es su culpa, sino más bien de la preparación a la que estamos acostumbrados en las cocinas colombianas, en donde se suele sancochar a la pobre coliflor hasta arrancarle todo su sabor y su textura, y hasta que empieza a expeler ese desagradable olor con el que la relacionamos. La coliflor se debe cocinar hasta al dente, que quede un poquito crocante a la mordida y que conserve su delicado y dulce sabor. Por eso quiero en esta columna invitar a la rica coliflor a una nueva presentación en sociedad. Bien preparada es una delicia: mi abuela la preparaba rebozada, en mi restaurante le hago un homenaje acompañándola con una salsa de tres quesos al horno de leña y hoy la quiero proponer como la comemos en casa: salteada en aceite de oliva, con el aroma de la albahaca y el punto ácido del limón.
hsasson28@hotmail.com / www.harrysasson.com
INGREDIENTES
1 flor de coliflor grande y limpia
1 litro de agua
1 taza de leche
1 cucharadita de sal
1 gajo de cebolla larga
3 cucharadas de aceite de oliva
2 dientes de ajo machacado
1/2 taza de hojitas de albahaca fresca
Jugo de 1 limón
Sal y pimienta negra
PREPARACIÓN
Cocine la coliflor entera en la mezcla del agua, la leche, una cucharadita de sal y el gajo de cebolla, hasta que esté al dente. Retire del agua, deje escurrir y desmenuce en florecitas. Aparte, en una sartén caliente el aceite de oliva y saltee el ajo hasta que empiece a dorar. Agregue la coliflor y continúe salteando. Cuando empiece a tomar color, agregue la albahaca, el jugo de limón y termine rectificando la sazón con sal y pimienta negra.