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Entre todos los que podríamos definir como ingredientes característicos de la cocina típica colombiana, hay uno que llama la atención, no solo por su omnipresencia a lo largo de nuestra geografía sino además por las pasiones que genera: el plátano maduro.
En nuestro país este ingrediente se disfruta de todas las formas: en las ricas tajadas fritas de maduro, en patacones o chips, en cubitos para acompañar cualquier arroz, como ingrediente de sopas, como postre si se presenta en tentación, cocido en Kola Román o como parte infaltable del asado, ya sea que se le ponga queso, bocadillo o ambos. Incluso, hace parte del almuerzo ejecutivo, la fuerza que mueve al mediodía a los valientes e incansables trabajadores de la patria.
Es delicioso: dulce como la miel, untuoso como una crema, con un sabor que no se puede comparar con nada más. Vamos a hablar de la versión asada: en mi caso, le acentúo el dulce con panela y —algo más importante— con el tiempo y la práctica he aprendido que la mejor forma de prepararlo es cocinándolo primero en agua sin quitarle la cáscara, y luego sí se pela y se “adorna” con los demás ingredientes para terminarlo en el horno. Así queda más suave y cremoso.
INGREDIENTES
2 plátanos medianos muy maduros
2-3 cucharadas de mantequilla
4 cucharadas de panela rallada
1/2 cucharadita de canela molida
1 pizca de nuez moscada
1 pizca de sal
PREPARACIÓN
Hierva el plátano en agua caliente hasta que esté tierno. Luego deje enfriar, pele y abra por la mitad a lo largo. Acomode en una refractaria. Espolvoree la panela, la canela, la nuez moscada y la sal, y ponga encima la mantequilla. Lleve a un horno a temperatura media-alta hasta que dore.