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A mi hija Hannah la enloquecen las zanahorias en todas sus formas, ya sean peladas con sal y limón, en la sopa, en los guisos o como las presento esta semana: cocidas con jugo de naranja, mantequilla y miel de abejas. Se trata de una guarnición que se debe servir siempre caliente, pues al enfriar la mantequilla se solidifica y el resultado no es el mismo. Se pueden preparar en el horno o en una cazuela con tapa en la estufa, siempre dejándolas cocinar hasta que estén al dente, no más allá. No me gustan las zanahorias blandas y sin textura, pues parte de su encanto está en lo crujientes que son. Al final de la cocción, si se quiere, se pueden terminar con un poco de eneldo, perejil o cilantro picado, o espolvoreando una pizca de comino encima. Ojalá se utilicen las zanahorias baby o tan tiernas y pequeñas como sea posible, pues las grandes que a veces se encuentran en el mercado tienen un centro no tan sabroso como la parte externa.
hsasson28@hotmail.com / www.harrysasson.com
INGREDIENTES
2 libras de zanahorias tiernas lavadas y peladas
Jugo de 2 naranjas
3 cucharadas de mantequilla
3 cucharadas de miel
Sal
1 chorrito de vinagre blanco
PREPARACIÓN
En una olla funda la mantequilla y mezcle con la miel y el jugo de naranja. Ponga las zanahorias en una refractaria, báñelas con la mezcla y sazónelas con sal. Lleve al horno a temperatura media durante 20 a 25 minutos. Al cabo de este tiempo retire, agregue el vinagre y sirva.