Selección Baigorri
Entre los orígenes vitivinícolas ibéricos con creciente protagonismo en el mercado local está La Rioja, comunidad autónoma del norte de España.
Entre los orígenes vitivinícolas ibéricos con creciente protagonismo en el mercado local está La Rioja, comunidad autónoma del norte de España. La Rioja, a su vez, se subdivide en tres subregiones: Alta, Media (o Alavesa) y Oriental (antes Baja). Designada en España como una de las dos únicas Denominaciones de Origen Calificadas (DOCa) –la otra es Priorato, en Cataluña–, La Rioja da cabida a más de medio millar de bodegas.
Entre las marcas cercanas al consumidor colombiana figuran Beronia, Marqués de Cáceres, Altanza, Roda y Muga (Rioja Alta) y Marqués de Riscal, Faustino, Izadi y, más recientemente, Baigorri (Rioja Alavesa).
Con 21 años de ver la luz –y con terruños de características únicas, procesos de elaboración diferenciados y vinos hechos con variedades autóctonas o recién recuperadas–, Baigorri, de estilo contemporáneo, es una atractiva novedad.
A diferencia de la Rioja Alta, expuesta a la influencia directa del Atlántico, la Alavesa recibe brisas ligeras y, al mismo tiempo, la protección de una barrera natural llamada la Sierra de Cantabria. Esta condición resulta favorable para el crecimiento y maduración equilibrada de las cepas. Otro factor clave es un diferencial térmico de 24º entre el día y la noche, lo que le hace que la uva madure de manera lenta y mejore la integración entre taninos y acidez. Además, los suelos alaveses contienen material arcillo-calcáreo, vital para vinos de larga vida.
La bodega, metida en una verdadera caja de cristal, está construida en seis niveles, lo que facilita un proceso de elaboración por gravedad (como en la Edad Media), sin maltratar la uva. Resultado: fineza y elegancia. Y un paisaje sobrecogedor.
“Todas estas particularidades nos llevan a elaborar un Tempranillo único en el escenario español”, me dice Simón Arina, enólogo-jefe de la bodega.
Gracias la suma de factores, Baigorri ha logrado alcanzar un rápido ascenso en concursos internacionales y en los altos puntajes de la crítica especializada.
He probado en Bogotá, de la mano de Arina, cinco referencias:
Baigorri Rosado: mezcla audaz, refrescante y compleja, de Tempranillo y Garnacha (tintas) y Viura (blanca).
Baigorri Crianza: corte moderno de Tempranillo, Garnacha y Maturana. Vino fresco, potente, con un color denso y larga permanencia en boca.
Baigorri Belus: su esencia es la variedad Mazuelo (Carignan en Francia). Se trata de un tinto refrescante y elegante, de taninos finos y gran complejidad aromática.
Baigorri Reserva; Elaborado con vides de Tempranillo de 45 años. Fresco, equilibrado, intenso y de larga persistencia.
Baigorri Garnacha: máxima expresión de una variedad que forma parte del legado vitivinícola de La Rioja. Fresco y elegante.
Baigorri de Garage: Aquí el Tempranillo combina a la vez sensaciones de fruta fresca y cocida, con un acento inequívoco de regaliz. Gustoso y equilibrado.
*Importa: Clos Vinos.
Entre los orígenes vitivinícolas ibéricos con creciente protagonismo en el mercado local está La Rioja, comunidad autónoma del norte de España. La Rioja, a su vez, se subdivide en tres subregiones: Alta, Media (o Alavesa) y Oriental (antes Baja). Designada en España como una de las dos únicas Denominaciones de Origen Calificadas (DOCa) –la otra es Priorato, en Cataluña–, La Rioja da cabida a más de medio millar de bodegas.
Entre las marcas cercanas al consumidor colombiana figuran Beronia, Marqués de Cáceres, Altanza, Roda y Muga (Rioja Alta) y Marqués de Riscal, Faustino, Izadi y, más recientemente, Baigorri (Rioja Alavesa).
Con 21 años de ver la luz –y con terruños de características únicas, procesos de elaboración diferenciados y vinos hechos con variedades autóctonas o recién recuperadas–, Baigorri, de estilo contemporáneo, es una atractiva novedad.
A diferencia de la Rioja Alta, expuesta a la influencia directa del Atlántico, la Alavesa recibe brisas ligeras y, al mismo tiempo, la protección de una barrera natural llamada la Sierra de Cantabria. Esta condición resulta favorable para el crecimiento y maduración equilibrada de las cepas. Otro factor clave es un diferencial térmico de 24º entre el día y la noche, lo que le hace que la uva madure de manera lenta y mejore la integración entre taninos y acidez. Además, los suelos alaveses contienen material arcillo-calcáreo, vital para vinos de larga vida.
La bodega, metida en una verdadera caja de cristal, está construida en seis niveles, lo que facilita un proceso de elaboración por gravedad (como en la Edad Media), sin maltratar la uva. Resultado: fineza y elegancia. Y un paisaje sobrecogedor.
“Todas estas particularidades nos llevan a elaborar un Tempranillo único en el escenario español”, me dice Simón Arina, enólogo-jefe de la bodega.
Gracias la suma de factores, Baigorri ha logrado alcanzar un rápido ascenso en concursos internacionales y en los altos puntajes de la crítica especializada.
He probado en Bogotá, de la mano de Arina, cinco referencias:
Baigorri Rosado: mezcla audaz, refrescante y compleja, de Tempranillo y Garnacha (tintas) y Viura (blanca).
Baigorri Crianza: corte moderno de Tempranillo, Garnacha y Maturana. Vino fresco, potente, con un color denso y larga permanencia en boca.
Baigorri Belus: su esencia es la variedad Mazuelo (Carignan en Francia). Se trata de un tinto refrescante y elegante, de taninos finos y gran complejidad aromática.
Baigorri Reserva; Elaborado con vides de Tempranillo de 45 años. Fresco, equilibrado, intenso y de larga persistencia.
Baigorri Garnacha: máxima expresión de una variedad que forma parte del legado vitivinícola de La Rioja. Fresco y elegante.
Baigorri de Garage: Aquí el Tempranillo combina a la vez sensaciones de fruta fresca y cocida, con un acento inequívoco de regaliz. Gustoso y equilibrado.
*Importa: Clos Vinos.