Selección Château de Berne
La escalada de los rosados cabalga sin brida, en parte a expensas del declive de los tintos, particularmente en Francia, patria chica de ambas categorías.
Como productor de rosados, Francia ocupa el primer lugar, seguida de Estados Unidos y España. La participación global de esta terna asciende al 64 %, con incrementos anuales de entre 30 y 40 %.
En su caso, la mediterránea Côtes de Provence (Provenza), fuente de los afamados rosados franceses, es responsable del 80 % de la producción total del país galo.
Un factor clave es su clima mediterráneo, al igual que sus suelos minerales y su legado histórico, sumatoria que permite producir tanto vinos ligeros y frescos como complejos y elegantes. Otro ingrediente es la disponibilidad de variedades tintas muy sintonizadas con este hábitat, como Garnacha, Cinsault, Syrah, Mourvèdre, Cabernet Sauvignon y Tibouren.
Y no menor es el trabajo estratégico de las bodegas de la zona, como Château de Berne, cuyo entronque se remonta a la ocupación romana. En la actualidad la producción de Château de Berne, presente en Colombia desde hace poco, asciende a cinco millones de botellas, gracias a la multiplicidad de sus viñedos.
Château de Berne, ubicado en un paraje de suaves colinas y a una hora de la provocativa Saint-Tropez, es también sede de un lujoso hotel de cinco estrellas. Su estructura está hecha con caliza tomada del suelo, la que a su vez otorga una identidad inconfundible a las uvas y a los vinos. Sus dos sólidas torres inspiraron la forma cuadrada de sus botellas.
Durante una reciente visita a Colombia acompañé a Pascal Bony, representante global de la marca, a disfrutar de una inolvidable experiencia gastronómica en Casa Lélyté, cuyo restaurante sirve comida vegetal (muy recomendable). Mientras nos servían montajes inesperados hechos a partir de verduras, hierbas, tubérculos, frutas y vegetales, hablamos de los instantes que ameritan descorchar un Château de Berne. “Aunque nuestros vinos son ideales para celebrar, festejar y disfrutar con amigos, sus grandes momentos ocurren en la mesa”, dice enmudeciendo, por instantes, mientras saborea los reveladores bocados de Lélyté. Coincidimos en cuan frescos, ligeros, delicados y sutiles se sienten los vinos jóvenes, y de cuan redondos, carnosos, elegantes y estructurados se perciben los más complejos (los que se someten a una crianza en barrica de tres a seis meses).
A Colombia llegaron las series Romance y Esprit Mediterranée (ideales para pasar una tarde en la playa, al borde de la piscina o en la terraza, aunque también funcionan como aperitivos y acompañantes de platos ligeros). A la par, está disponible el rosado Inspiration, recomendado para tapas, entradas, pizzas, sushi, tartar de atún, carne de ave, mariscos y pastas). Frente a otros rosados en el mercado, rondan los $100.000 e incluso algo menos.
* Importa Novili SAS.
Como productor de rosados, Francia ocupa el primer lugar, seguida de Estados Unidos y España. La participación global de esta terna asciende al 64 %, con incrementos anuales de entre 30 y 40 %.
En su caso, la mediterránea Côtes de Provence (Provenza), fuente de los afamados rosados franceses, es responsable del 80 % de la producción total del país galo.
Un factor clave es su clima mediterráneo, al igual que sus suelos minerales y su legado histórico, sumatoria que permite producir tanto vinos ligeros y frescos como complejos y elegantes. Otro ingrediente es la disponibilidad de variedades tintas muy sintonizadas con este hábitat, como Garnacha, Cinsault, Syrah, Mourvèdre, Cabernet Sauvignon y Tibouren.
Y no menor es el trabajo estratégico de las bodegas de la zona, como Château de Berne, cuyo entronque se remonta a la ocupación romana. En la actualidad la producción de Château de Berne, presente en Colombia desde hace poco, asciende a cinco millones de botellas, gracias a la multiplicidad de sus viñedos.
Château de Berne, ubicado en un paraje de suaves colinas y a una hora de la provocativa Saint-Tropez, es también sede de un lujoso hotel de cinco estrellas. Su estructura está hecha con caliza tomada del suelo, la que a su vez otorga una identidad inconfundible a las uvas y a los vinos. Sus dos sólidas torres inspiraron la forma cuadrada de sus botellas.
Durante una reciente visita a Colombia acompañé a Pascal Bony, representante global de la marca, a disfrutar de una inolvidable experiencia gastronómica en Casa Lélyté, cuyo restaurante sirve comida vegetal (muy recomendable). Mientras nos servían montajes inesperados hechos a partir de verduras, hierbas, tubérculos, frutas y vegetales, hablamos de los instantes que ameritan descorchar un Château de Berne. “Aunque nuestros vinos son ideales para celebrar, festejar y disfrutar con amigos, sus grandes momentos ocurren en la mesa”, dice enmudeciendo, por instantes, mientras saborea los reveladores bocados de Lélyté. Coincidimos en cuan frescos, ligeros, delicados y sutiles se sienten los vinos jóvenes, y de cuan redondos, carnosos, elegantes y estructurados se perciben los más complejos (los que se someten a una crianza en barrica de tres a seis meses).
A Colombia llegaron las series Romance y Esprit Mediterranée (ideales para pasar una tarde en la playa, al borde de la piscina o en la terraza, aunque también funcionan como aperitivos y acompañantes de platos ligeros). A la par, está disponible el rosado Inspiration, recomendado para tapas, entradas, pizzas, sushi, tartar de atún, carne de ave, mariscos y pastas). Frente a otros rosados en el mercado, rondan los $100.000 e incluso algo menos.
* Importa Novili SAS.