Gastronomía y recetas
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“Si yo quiero tener una alimentación sana, la plaza de mercado”

Lo dice el autor de “El milagro metabólico” y “El milagro antiestrés”, el médico Carlos Jaramillo, quien junto a su esposa, Adriana Zambrano, gerente Savvy, hablan con El Espectador sobre el galardón que recibieron por uno de los suplementos alimenticios en la ceremonia 57 de la Selección Mundial de Alimentos Saludables, en Bélgica, de parte del Instituto de Calidad, Monde Selection.

Edwin Bohórquez Aya
10 de septiembre de 2021 - 07:00 p. m.
Adriana Zambrano Botero, gerente de Savvy, y el médico Carlos Jaramillo, director científico de la misma empresa.
Adriana Zambrano Botero, gerente de Savvy, y el médico Carlos Jaramillo, director científico de la misma empresa.
Foto: Carlos Rosas - Óscar Pérez

Carlos Jaramillo habla con pausa, sin afán, mientras va soltando argumentos para defender su postura sobre la forma en la que nos alimentamos, consultamos al médico y entendemos la palabra bienestar. Es autor de dos libros que, de acuerdo con los libreros, están entre los más vendidos de Colombia, “El milagro metabólico” y “El milagro antiestrés”. Al norte de Bogotá, mientras acompaña cada frase con una bebida comprada en una tienda de café, habla de una buena nueva para la compañía en donde trabaja como director científico, de cómo se traduce una postura suya -criticada por muchos-, que se ha convertido en la máxima del Instituto de Medicina Funcional que dirige, de la práctica que deberíamos tener todos a la hora de buscar las consecuencias de nuestras enfermedades no solo de cómo sanar tras una visita efímera al médico y, además, de la crítica constante que se hace cuando la gente dice que comer saludable es muy costoso. En compañía de Adriana Zambrano, su esposa y gerente de Savvy, hablan del galardón que recibieron por uno de los suplementos alimenticios que desarrollaron y con el que se ganaron el premio a la Calidad Oro del Instituto de Calidad Monde Selection, en la ceremonia 57 de la Selección Mundial de Alimentos Saludables llevada a cabo en Bélgica, una distinción que se han ganado en otras categorías productos de Bavaria como Club Colombia, la empresa de licores de Cundinamarca con su aguardiente Néctar Club – Ron Santa Fe Nido de cóndores 12 años o Bogotá Beer Company con sus Chapinero Porter, Monserrate Roja y Septimazo Ipa.

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“Cada producto se evalúa también en función de normas internacionales como las normas ISO, las prescripciones legales y las directrices de las industrias. Los métodos se inspiran en las directivas y reglamentos europeos. Los jueces están permanentemente informados de la evolución de las investigaciones científicas y las legislaciones”, asegura en su página web el Instituto Internacional de Calidad, Monde Selection. Por eso, en entrevista con Gastronomía y recetas de El Espectador, hablan del premio recibido, de lo que ellos exponen como medicina funcional y, por supuesto, de alimentación, que es lo que nos gusta en esta sección.

¿Quiénes son Adriana Zambrano y Carlos Jaramillo?

Adriana Zambrano (AZ): He vivido un proceso en el que soy muy afortunada de haber encontrado mi propósito de vida, entonces Adriana es una persona que vive feliz, soy mamá de un niño de tres años y otro que viene camino, con una familia que amo y que encontró una forma de servir y transformar la vida de las personas a través de la alimentación. Mi esposo es un médico que sueña con cambiar la salud en el mundo, yo lo miraba raro, pero un día entendí que yo podía ser sanadora sin ser médico desde mi experiencia en marketing y ventas a través de Savvy.

Carlos Jaramillo (CJ): No sé, la verdad no sé, a mí no me gusta que la profesión lo defina a uno porque ese es un rol que tengo en un momento de mi vida, pero eso no me define, tampoco ser papá o esposo, esos son roles, entonces decir quién soy es muy difícil de responder. Yo creería que un aprendiz constante, que le gusta descubrir, preguntarme todo el tiempo, y eso le molesta a mucha gente, que yo cuestione tanto, pero cuando yo cuestiono al otro me he cuestionado yo 300 veces antes porque me gusta atreverme a pensar diferente y en ese proceso me atrevo a ser un esposo distinto, a ser padre distinto. Creo que somos papás muy distintos, ni bueno ni malo, y en los diferentes roles que me puedo desempeñar, siendo un aprendiz soñador: médico, papá, me gusta la bioquímica, la química, el bonsai, el vino, la comida, el deporte, el humor, el sarcasmo. Eso es.

Vamos entrando al mundo gastronómico, aunque todo termina conectado. Ustedes crearon un emprendimiento llamado Savvy, que desarrolla alimentos, suplementos, complementos, y la noticia es que se ganaron un premio internacional muy importante: el Monde Selection en calidad oro en Bélgica. ¿Con qué producto se lo ganaron, qué dijo el Instituto Monde Selection y qué tipo de jueces están detrás de esa decisión?

AZ: El premio se da con Bone Broth Power, que es un alimento alto en proteína, basado en el extracto del caldo de hueso de pollo, que realmente es una malteada deliciosa. Sabíamos que teníamos un producto excelente, estábamos convencidos que podría ser ganador en términos de sabor y nos arriesgamos a enviarlo a un instituto que es muy conocido por estas grandes marcas. Dijimos: lo peor que puede pasar es que lo enviemos y que no le paren bolas. Pero tener ahora el sello de oro donde los jurados revisaban atributos, ingredientes, procesos, más del 89% estuvo de acuerdo en que era un producto top.

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Cuando nosotros pensamos en la creación de los productos, en donde Carlos en su práctica clínica ya veía el tratamiento a través de la alimentación, ya incluía alimentación saludable y productos que consideraba podían corregir ciertas cosas, yo le decía: “Qué pereza productos que sepan a remedio”. Nuestros productos siempre tendrán que ser ricos, nada más fácil para incorporarlo en la vida de cada uno cuando un producto es delicioso y además que funcione para derribar todos esos mitos alrededor de la salud. Entonces nos retamos mucho a crear un producto que cumpliera con esas características desde el punto de vista funcional, está diseñado con fórmulas que cumplen una función, pero que además son deliciosos. Fue un gran reto, pero lo logramos.

CJ: Fue el único producto de todos los que concursaron al que le dieron el premio en la categoría de alimento saludable.

Todos creemos entender de qué se trata la medicina tradicional cuando vamos a la EPS o a la prepagada, nos chequean y nos medican, tradicionalmente, con las mismas pastillas para el dolor o la infección. Así las cosas, sobre lo que no tenemos claridad es sobre la medicina funcional, que es la base de todo lo que ustedes hacen. ¿Cómo entender a la medina funcional con aval científico?

AZ: La medicina funcional es una estructura de pensamiento diferente, es una invitación, es un médico el que hace medicina funcional, hay un proceso en el cual hay un entendimiento de la fisiología del cuerpo. Carlos lo une a hábitos, estilo de vida, alimentación. No todos los médicos funcionales lo hacen. Quiero partir de que sí hay una evidencia científica solo que con un estilo de pensamiento diferente.

CJ: Es simplemente mirar las cosas desde el por qué y no desde la consecuencia. Quitar el dolor de cabeza lo hace cualquiera, para eso hay analgésicos, pero preguntarse cómo el dolor de cabeza en dos personas distintas se manifiesta igual, la causa y el por qué es diferente, si yo corrijo la causa, porque la de cada caso es distinta, luego el tratamiento es distinto. Cuando uno se para más en el por qué que en el qué. Dos, cuando individualiza. Y tres, cuando no se para solo en el modelo de enfermedad. A nosotros nos enseñaron que cuando tengo dolor de cabeza, voy al médico y el acto médico se acaba cuando la enfermedad se acaba. Ya te quité el dolor de cabeza. Y todo esto pasa porque no aprendimos el modelo de bienestar, no lo vivimos y no lo practicamos. Y eso es muy importante en mi forma de hacer medicina funcional, que es educar en hábitos y construir hacia el bienestar.

¿Qué es lo que tiene el caldo de pollo, que ustedes usan, y que podría estar más presente en la pirámide nutricional del ser humano?

CJ: Más que en la pirámide es que hay alimentos que son muy básicos y otros que son muy complejos. Si yo me como solo la pechuga, es un buen alimento, pero es prácticamente proteína y ya. Si yo como hígado, es un alimento mucho más completo y su densidad nutricional es muy alta. Uno ve instintivamente cómo un león mata a una cebra y por lo primero por lo que va es por los órganos. Todos los sesos tienen mucha densidad nutricional.

El hueso completo, largo, que tiene por dentro lo que llaman el tuétano, la médula, ésta tiene una característica muy especial, entonces cuando uno toma el hueso entero, el hueso largo, que es como el fémur, el húmero, el radio, la tibia, y se cocina por tanto tiempo, suelta y se deshace. Y lo que queda arriba en la cocción, el concentrado, eso tiene toda esa densidad nutricional. Entonces no es solo proteína, es factores de crecimiento, colágeno, tiene un perfil de aminoácidos muy distinto al que va a tener el músculo del pollo, de la res, del marrano, de los fríjoles.

Sabíamos que era una fuente de proteína genial pero, ¿cómo la incorporaba yo en mi vida de manera nutricional y que terapéuticamente yo pudiera incorporar en la funcionalidad? Ya había algunos productos, pero todos eran hediondos, caldo de pollo con chocolate, por ejemplo, nosotros los probamos y no.... El producto que nosotros tenemos, la gente lo prueba y dicen que es muy bueno. Lo que hicimos fue lograrlo con ingredientes naturales, sin trampas. A mí me decían: pongámosle esto de maltodextrina, y yo les decía: no.

¿Cuánto tardan en todo ese proceso de desarrollo científico para lograr un alimento como el que se ganó el premio en Bélgica?

AZ: De seis a ocho meses sin contar el tiempo de investigación, el tiempo de registro. Carlos lleva estudiando esto muchos años, cuando llegamos a decir: queremos esto, ya estaba claro. Desde ahí nos tomamos ocho meses.

Parece que alimentarse de manera consciente es costoso. ¿Cómo deberíamos entender, todos, que realmente una alimentación consciente, una dieta consciente, no necesariamente son productos caros y que se queda para unos pocos con buenos ingresos?

CJ: ¿Alguien para ser saludable tiene que consumir nuestros productos? La respuesta es no. ¿La única forma de consumir buena proteína es con nuestros productos? No. ¿La única forma de obtener magnesio es con nuestros productos? No. ¿La única forma de tener buenas defensas? No. ¿La proteína que nosotros hacemos, por qué vale un poco más? Porque utilizamos pollo orgánico, en Colombia no lo hay, nos toca traerlo de Estados Unidos. El monkfruit orgánico nos toca traerlo de Indonesia. Pero, ¿Para ser saludable hay que consumir nuestros productos o los de las otras marcas? No. Para uno ser saludable, la plaza de mercado. Si me quedo en la plaza, puedo tener y hacer muy buena alimentación. Cuando entro al mundo de los procesados ahí hay cosas buenas y malas. En el mundo del ultraprocesado no hay nada bueno. Nuestro producto tiene un mínimo de procesamiento porque todo es secado con aire. Que si quiero entrar a ese mundo hay cosas costosas, de acuerdo. Nosotros quisiéramos que costara menos pero aquí no hay mucho por hacer. Pero si yo quiero tener una alimentación sana, la plaza de mercado. Se trata de coger lo que hay en la plaza y saberlo utilizar porque si voy y compro papa, yuca y plátano y creo que es saludable, no, se trata de saberlo utilizar. Si yo me quedo en la plaza y sé utilizarlo, ahí tengo toda la alimentación saludable.

Esa debería ser una materia en el colegio, alimentarnos bien con lo básico...

CJ: Obvio. Y cómo incorporar bien lo que compré. Si como saludable, ¿me puedo enfermar? Sí, por equilibrarlo mal. Entonces comprar saludable no es garantía de que como me lo voy a comer va a estar bien equilibrado. Pero es un paso a la vez. Primero aprendo qué compro y qué no, luego aprendo a equilibrarlo, luego el momento en el que me lo debo comer. Pero hay que estar dispuesto a aprender, eso no es como los pájaros que nacen sabiendo hacer nidos. No nos han enseñado nunca a tener prevención. La enfermedad es mucho más costosa que la salud. La gente se gasta plata en tenis para correr y no le duele. Pero un aceite de coco de $40.000 y dicen: qué cosa tan cara. Ya cuando la botella de whisky vale $100.000, dicen que está barata. Y el aceite de coco que dura todo el mes, pues... Y cuando hablan de la prepagada, también dicen que es cara.

Estamos hablando de alimentación, de buena alimentación. ¿Qué se debe hacer para que los colegios trabajen en la reducción del azúcar, por ejemplo, y que la pirámide nutricional que ofrecen realmente vaya en línea con una alimentación saludable creando buenos hábitos en niñas y niños? ¿Que los hacedores de política entiendan que hay que actualizar para partir desde la prevención y no esperar a la consecuencia?

AZ: Es muy difícil. Hemos tenido muchos acercamientos con entidades que pueden llegar a tener mucho impacto en Colombia y nos hemos encontrado con mucha apatía. Cambiar cuesta, duele. Nosotros, lo que hemos hecho con una empresa, como Savvy, es determinación, no tengo miedo de decir que renuncio a un tipo de cosas como un ingrediente; hay una convicción y determinación de querer hacerlo bien. Yo creo que los hacedores de política no tienen la información necesaria y toman decisiones basados en la que disponen, hemos hecho acercamientos y llamados, pero ves al ICBF haciendo lo mismo de siempre, contratando a los mismos nutricionistas de siempre, se quedaron en las guías nutricionales de años atrás.

CJ: Proponer algo diferente es... Siguen pensando que la gente se llena comiendo bienestarina y están parados en eso, en que no se acostó con el estómago vacío. Los llenan a punta de harina, aceite de canola y azúcar. Eso tiene la bienestarina.

AZ: Hay demasiados intereses de industrias cercanas. Para nosotros ha sido un reto, entonces vamos a la persona a darle la información para que sea la persona la que tome las decisiones. En nuestro Instituto tenemos muchos pacientes a los que les hemos cambiado la vida. Y esa ha sido nuestra forma de aportar porque con los hacedores de política no ha sido fácil.

CJ: Las redes sociales trascienden gobiernos, fronteras, países. Uno puede crear una comunidad multipaís de gente que aprenda a vivir para ellos.

Usted dice que la mejor medicina es enseñarle a la gente a no necesitarla. Explíquenos ese postulado.

CJ: Esa frase, desafortunadamente, hay colegas a los que les ha sabido... Y como yo la leo, con mi interpretación, porque la gente dice que yo estoy diciendo que no vaya a sus consultorios... No, ahí no dice eso, son sus interpretaciones y se las regalo. Poner a alguien en un medicamento es muy fácil, ponerle un medicamento y luego quitárselo. Eso no nos lo han enseñado. Hacer a alguien esclavo de la vigilancia, de una consulta, es muy fácil. Enseñarle a alguien a venir cada mes al consultorio, luego cada tres meses, luego cada seis, eso no nos lo han enseñado.

Y decirle a alguien que le voy a hacer un tratamiento para que se mejore y no vuelva, pues si yo lo miro desde la clientela, voy a perder clientela. Así que, si yo le enseño a alguien a mejorarse de su diabetes y que no vuelva a mí consultorio, pues yo confío en que la mejor medicina es enseñarle a no ser dependiente de mí. A que cada uno encuentre su propia maestría y se vuelva su propio sanador. Esa es mi única forma de leer esa frase.

AZ: Es un mensaje para que cada persona se haga dueña de su sanación y no esté con la incertidumbre de que llegó un virus y me va a dar y me voy a morir. Es que si tú tienes tu información y puedes tomar mejores decisiones para que cuando ese virus te ataque y tu sistema inmunológico responda mejor, maravilloso. Es que tú si puedes tomar decisiones para que tu salud esté mejor sin necesidad de que un médico te lo esté diciendo.

Se trata, como todo, de tomar decisiones informado...

CJ: Sí. Nadie en su día a día se adueña de su salud. Nadie. Pensamos que la enfermedad es un mundo de consecuencias donde yo voy al médico para que me diga qué debo hacer en un acto corto para un tratamiento corto y se acabó. Y eso, creo yo, es un pedazo de la salud, la intervención quirúrgica, el consultorio, eso es un pedacito, pero la salud se vive aquí mientras estamos hablando, si nos vamos a comer un brownie porque es el único que me como al mes o es el quinto de este día, eso es entender de qué se trata todo esto.

Usted habla de una tranquilidad espiritual en sus libros, en sus intervenciones, en sus Live, pero ¿cómo se logra eso en medio de una sociedad que vive tan agitada a la que se le metió el trabajo en la intimidad de la casa con esta pandemia?

CJ: Eso no es fácil. Yo no tengo tranquilidad espiritual. Es un camino de observarse, que mi trabajo se trata de mí, cada paso que doy es un paso mío, no es con nadie, cuando yo me vuelvo dueño de mis creencias, de mis sentimientos, de mis actos, de mis miedos, de mis limitaciones, estoy dando el primer paso a trascender. Que estoy muy bravo, pues me observo, ¿qué me molesta de lo que la otra persona me dijo porque no se trata de ella sino de mí? Y cuando empiezo a avanzar en todo eso, para mí eso es trascender, y eso es un proceso que empieza y no tiene fin. Trabajo todos los días por mi tranquilidad espiritual, y eso lo vivimos en casa. Estamos buscando colegio para nuestro hijo y el que me interesa no es que el que sea número uno o el que más canchas de fútbol tenga, no, me interesa el colegio donde le enseñen a observarse, a resolver cosas, que le enseñen de dónde vienen las zanahorias, por ejemplo, eso para nosotros es lo más importante.

Savvy es un emprendimiento con el que lograron lo que muchos sueñan. ¿Qué sigue?

CJ: Savvy es una empresa de soluciones, no de productos, una empresa donde hacemos soluciones para que la gente aprenda a hacer del estilo de vida saludable una ciencia y en eso hay diferentes soluciones: uno, los productos, lo que nosotros queremos es cada día crear más soluciones para más número de personas en más países, por eso hasta ahora estamos empezando.

AZ: Transformar la vida de las personas, la salud de muchas personas en todo el mundo. Productos, talleres, herramientas. Llevamos dos años contando la misma historia, los primeros dos productos que lanzamos fueron los altos en proteínas, llevamos dos años dando el mismo mensaje: que debes darle a tu cuerpo lo que necesita. Llevamos dos años y hay gente que todavía nos dice: no entiendo por qué tengo que comer proteína sin importar que sea la de nosotros. El 70% de la población mundial tiene déficit de proteínas. ¿Tú llegas a tu requerimiento diario de proteínas? Ni idea, responde la gente. Yo como pollo al almuerzo, responden. Pero la gente no balancea.

CJ: No se trata de tener músculo, tu corazón, tu hígado, tu riñón necesita proteínas y no le estás dando materia prima.

¿Qué recomendación hay para que las personas tomen decisiones mejor informadas?

CJ: Eso, saber que no es cortar a todo el mundo con la misma tijera, no hay nada que le haga más daño al mundo que las tallas únicas. Que cada uno se vuelva a adueñar de su salud, que aprenda a ser un observador, que se descubra, que le dedique tiempo a preguntar y descubrir, no porque lo dijo el doctor. No, no, no, explóralo tú, vívelo tú, experiméntalo tú. Cada persona, que vuelva al yo soy único y vivo mi propio proceso, pero le dedico tiempo a eso. Para mí transformar la salud del planeta es llevarle ese mensaje a más personas. Vuélvete dueño de tu salud. Que cada persona despierte y lo haga. Si logro que la persona diga: “estoy estudiando y aprendiendo”, ya con eso creo que lo logré.

AZ: En Savvy estamos compartiendo contenido todo el tiempo y hemos logrado que la gente hable, desde el conocimiento, del sistema parasimpático, de la resistencia a la insulina, de la permeabilidad intestital. Cosas que la gente no hablaba, ahora, al menos, ya lo entendieron, así sea en crítica o burla, pero lo logré.

¿Y ya se viene otro libro?

CJ: Si, el 1 de octubre se lanza. Está en impresión.

Edwin Bohórquez Aya

Por Edwin Bohórquez Aya

Comunicador social-periodista. MBA Inalde Business School. Premio Iberoamericano de Periodismo Económico IE Business School, Madrid (España). Premio a Mejor trabajo periodístico de Analdex, categoría prensa@EdwinBohorquezAebohorquez@elespectador.com

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Héctor(15733)11 de septiembre de 2021 - 06:16 p. m.
Respeto y agradezco al Dr. Carlos Jaramillo porque ha hecho una importante y valiosa labor en favor de la salud de las personas, sobre la base de sus estudios y, sobre todo, de su propio ejemplo. Veo con frecuencia sus videos bien explicados, que siempre me dejan algo claro para mí. Eso, realmente, se lo agradezco.
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