Un brindis por Expovinos
Expovinos cumple en 2023 sus primeros dieciocho años de vida.
Expovinos cumple en 2023 sus primeros dieciocho años de vida. Parece que fue ayer cuando, en 2005, fui citado por Giovanny Velásquez, comprador de vinos de la cadena, y Mario Puchulú, enólogo mendocino y asesor del Grupo Éxito, para enterarme de lo que se traían entre manos.
Estaban seguros de haber cubierto todos los flancos exigidos por un montaje de esta envergadura. Para no dejar nada al azar, habían estudiado con detenimiento la experiencia del grupo peruano Wong, que, desde 2004, ya tenía en marcha su propia Expovino, dirigida entonces por la enóloga limeña Cristina Vallarino.
Desde la apertura hasta el cierre, el primer Expovinos colombiano, realizado en Plaza Mayor, de Medellín, cerró con signos vitales en todos sus frentes. El debate interno, sin embargo, giraba en torno a si una segunda versión debía repetirse en Medellín o, de plano, llevarse a cabo en Bogotá. Hoy, dieciocho años después, Expovinos no sólo se realiza en la capital colombiana, sino que también vive su propia versión anual en la ciudad que la vio nacer.
Con un par de excepciones, debido a ocupaciones profesionales en otro país, he vivido por dentro esta feria: como conferencista, expositor, juez, periodista especializado, y como aliado emocional de ese gran director de orquesta que fue Puchulú, cuya muerte, en 2019, seguimos lamentando.
En días pasados, Carlos Mario Giraldo, actual presidente del grupo, hacía memoria de lo vivido en sus tres lustros de participación detrás de Expovinos, que anualmente convoca a más de 45.000 personas. Hoy es también un espacio que ve desfilar a famosas figuras internacionales del vino y que sirve de plataforma de promoción a reconocidas bodegas y a los principales países productores.
Giraldo, un hombre a quien le gustan las cifras –y la cultura del vino–, recuerda que en 2005 Expovinos ocupó un área de 4.000 metros cuadrados, lo que parecía una enormidad. Hoy, en los salones principales de Corferias, se desarrolla en un espacio cinco veces mayor: 22.000 metros cuadrados.
El consumo, que sigue siendo bajo para un país del tamaño de Colombia, ha crecido, gracias en buena parte a Expovinos, de una copa anual por habitante, hace veinte años, a cerca de un litro anual, en 2023.
Entre los próximos 2 y 5 de agosto, el Grupo Éxito abrirá las puertas de una feria que lo ha consolidado como líder del segmento. Porque de cada 100 pesos vendidos en el retail colombiano, la cadena –encabezada por Carulla– se queda con 49 pesos. En plata blanca, el total de ventas asciende a 330 millones de dólares anuales, y, en unidades, supera los 43 millones de botellas.
Este año, bajo la coordinación del sommelier José Rafael Arango, habrá foco en las variedades de uva, en el papel de la mujer en el sector, en el montaje de barras especializadas para distintos segmentos de consumidores, en comida afín al vino y en la ya tradicional cava de selección. Todo un logro que merece un brindis.
Expovinos cumple en 2023 sus primeros dieciocho años de vida. Parece que fue ayer cuando, en 2005, fui citado por Giovanny Velásquez, comprador de vinos de la cadena, y Mario Puchulú, enólogo mendocino y asesor del Grupo Éxito, para enterarme de lo que se traían entre manos.
Estaban seguros de haber cubierto todos los flancos exigidos por un montaje de esta envergadura. Para no dejar nada al azar, habían estudiado con detenimiento la experiencia del grupo peruano Wong, que, desde 2004, ya tenía en marcha su propia Expovino, dirigida entonces por la enóloga limeña Cristina Vallarino.
Desde la apertura hasta el cierre, el primer Expovinos colombiano, realizado en Plaza Mayor, de Medellín, cerró con signos vitales en todos sus frentes. El debate interno, sin embargo, giraba en torno a si una segunda versión debía repetirse en Medellín o, de plano, llevarse a cabo en Bogotá. Hoy, dieciocho años después, Expovinos no sólo se realiza en la capital colombiana, sino que también vive su propia versión anual en la ciudad que la vio nacer.
Con un par de excepciones, debido a ocupaciones profesionales en otro país, he vivido por dentro esta feria: como conferencista, expositor, juez, periodista especializado, y como aliado emocional de ese gran director de orquesta que fue Puchulú, cuya muerte, en 2019, seguimos lamentando.
En días pasados, Carlos Mario Giraldo, actual presidente del grupo, hacía memoria de lo vivido en sus tres lustros de participación detrás de Expovinos, que anualmente convoca a más de 45.000 personas. Hoy es también un espacio que ve desfilar a famosas figuras internacionales del vino y que sirve de plataforma de promoción a reconocidas bodegas y a los principales países productores.
Giraldo, un hombre a quien le gustan las cifras –y la cultura del vino–, recuerda que en 2005 Expovinos ocupó un área de 4.000 metros cuadrados, lo que parecía una enormidad. Hoy, en los salones principales de Corferias, se desarrolla en un espacio cinco veces mayor: 22.000 metros cuadrados.
El consumo, que sigue siendo bajo para un país del tamaño de Colombia, ha crecido, gracias en buena parte a Expovinos, de una copa anual por habitante, hace veinte años, a cerca de un litro anual, en 2023.
Entre los próximos 2 y 5 de agosto, el Grupo Éxito abrirá las puertas de una feria que lo ha consolidado como líder del segmento. Porque de cada 100 pesos vendidos en el retail colombiano, la cadena –encabezada por Carulla– se queda con 49 pesos. En plata blanca, el total de ventas asciende a 330 millones de dólares anuales, y, en unidades, supera los 43 millones de botellas.
Este año, bajo la coordinación del sommelier José Rafael Arango, habrá foco en las variedades de uva, en el papel de la mujer en el sector, en el montaje de barras especializadas para distintos segmentos de consumidores, en comida afín al vino y en la ya tradicional cava de selección. Todo un logro que merece un brindis.