Un fortín llamado Maipo
os principales viñedos están plantados en una zona elevada de entre 400 y 700 metros sobre el nivel del mar. Esto les permite a las plantas aprovechar al máximo los rayos solares durante el día, mientras que el frío nocturno ralentiza la maduración, potenciando la exuberancia aromática y gustativa.
Uno de los aportes más valiosos de Expovinos, que concluye hoy en Corferias, fue su agenda académica. Y dentro de la misma, un acierto a destacar fue la presencia de figuras de la enología del Cono Sur, particularmente de países productores como Argentina y Chile.
Decenas de visitantes se sentaron a oír clases magistrales, complementadas con degustaciones ilustrativas de los mejores vinos de cada bodega.
Si bien el nombre de Valle del Maipo, en la zona central chilena, es familiar para muchos, las precisiones sobre sus tres diferenciados sectores (alto, medio y costa) dejaron ver por que las condiciones climáticas y la composición de suelos favorecen el trabajo de reconocidas bodegas como Almaviva, Don Melchor, Viñedo Chadwick, Carmen, Santa Rita, Concha y Toro, Pérez Cruz, Haras de Pirque, Antiyal, Cousiño Macul, Gandolini y Morandé.
La fama de Alto Maipo, que linda con el flanco sur de la capital chilena, se desprende del tipo de Cabernet Sauvignon que sale de sus entrañas. No en vano se la conoce como ‘la Burdeos de Suramérica’, en referencia a la región productora francesa más reconocida en el mundo.
Las intervenciones de Germán Lyon, director enológico de Pérez Cruz, y la de su colega Ricardo Baettig, de Viña Morandé, giraron alrededor de las fortalezas del Alto Maipo para la elaboración de vinos de prestigio.
Los principales viñedos están plantados en una zona elevada de entre 400 y 700 metros sobre el nivel del mar. Esto les permite a las plantas aprovechar al máximo los rayos solares durante el día, mientras que el frío nocturno ralentiza la maduración, potenciando la exuberancia aromática y gustativa.
Otro factor de peso es la composición de sus suelos, formados durante milenios gracias a desprendimientos de material rocoso y pedregoso de la montaña. Estos suelos garantizan un alto nivel de drenaje y obligan a la planta a trabajar duro para hidratarse. Este consumo de energía se traduce en racimos de uvas pequeñas y altamente concentradas, aportando, además, intensidad de color, gran acidez y dulzor natural. Adicionalmente, los suelos de piedra juegan un papel definitivo en las sensaciones de textura, elegancia y fineza.
El Maipo Medio se encuentra en terrenos más bajos, con suelos más arcillosos y fértiles. Su estilo de vinos es más profundo que delicado. Además de la Cabernet Sauvignon, se cultiva la Carménère, que allí encuentra un terreno propicio.
El Maipo Costa, en dirección al océano Pacífico, agrupa bodegas de mayor producción, con énfasis en Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc.
Si Expovinos continúa atrayendo a notables hacedores de vino de distintas regiones del mundo, su programa de Escuela de Vinos continuará robusteciéndose. Y sin costo para el asistente.
Uno de los aportes más valiosos de Expovinos, que concluye hoy en Corferias, fue su agenda académica. Y dentro de la misma, un acierto a destacar fue la presencia de figuras de la enología del Cono Sur, particularmente de países productores como Argentina y Chile.
Decenas de visitantes se sentaron a oír clases magistrales, complementadas con degustaciones ilustrativas de los mejores vinos de cada bodega.
Si bien el nombre de Valle del Maipo, en la zona central chilena, es familiar para muchos, las precisiones sobre sus tres diferenciados sectores (alto, medio y costa) dejaron ver por que las condiciones climáticas y la composición de suelos favorecen el trabajo de reconocidas bodegas como Almaviva, Don Melchor, Viñedo Chadwick, Carmen, Santa Rita, Concha y Toro, Pérez Cruz, Haras de Pirque, Antiyal, Cousiño Macul, Gandolini y Morandé.
La fama de Alto Maipo, que linda con el flanco sur de la capital chilena, se desprende del tipo de Cabernet Sauvignon que sale de sus entrañas. No en vano se la conoce como ‘la Burdeos de Suramérica’, en referencia a la región productora francesa más reconocida en el mundo.
Las intervenciones de Germán Lyon, director enológico de Pérez Cruz, y la de su colega Ricardo Baettig, de Viña Morandé, giraron alrededor de las fortalezas del Alto Maipo para la elaboración de vinos de prestigio.
Los principales viñedos están plantados en una zona elevada de entre 400 y 700 metros sobre el nivel del mar. Esto les permite a las plantas aprovechar al máximo los rayos solares durante el día, mientras que el frío nocturno ralentiza la maduración, potenciando la exuberancia aromática y gustativa.
Otro factor de peso es la composición de sus suelos, formados durante milenios gracias a desprendimientos de material rocoso y pedregoso de la montaña. Estos suelos garantizan un alto nivel de drenaje y obligan a la planta a trabajar duro para hidratarse. Este consumo de energía se traduce en racimos de uvas pequeñas y altamente concentradas, aportando, además, intensidad de color, gran acidez y dulzor natural. Adicionalmente, los suelos de piedra juegan un papel definitivo en las sensaciones de textura, elegancia y fineza.
El Maipo Medio se encuentra en terrenos más bajos, con suelos más arcillosos y fértiles. Su estilo de vinos es más profundo que delicado. Además de la Cabernet Sauvignon, se cultiva la Carménère, que allí encuentra un terreno propicio.
El Maipo Costa, en dirección al océano Pacífico, agrupa bodegas de mayor producción, con énfasis en Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc.
Si Expovinos continúa atrayendo a notables hacedores de vino de distintas regiones del mundo, su programa de Escuela de Vinos continuará robusteciéndose. Y sin costo para el asistente.