“He sido más que actor porno”: Juan Florián sobre Viceministerio de Diversidades
Hace más de tres meses, el gobierno de Gustavo Petro anunció que el politólogo Juan Carlos Florián Silva sería el viceministro de Diversidades. Sin embargo, no se ha posesionado y hay polémica porque fue actor porno y se publicaron comentarios en su contra sobre supuesto maltrato laboral. Conversamos con él sobre esto y su posible vinculación al Ministerio de Igualdad.
Cristian Camilo Perico Mariño
A comienzos de octubre, el gobierno de Gustavo Petro anunció que el activista Juan Carlos Florián sería el nuevo viceministro de Diversidades en el recién creado Ministerio de Igualdad. No obstante, después de más tres meses, aún no ha tomado posesión.
Se desconocen los motivos, pero lo cierto es que el anuncio de su llegada generó polémica luego de que se revelara que fue trabajador sexual y actor porno mientras vivió en París. Adicionalmente, en redes sociales una activista aseguró haber sido violentada por él mientras fue su subordinada.
Lea aquí: Entrevista con Francesca Mcqoid, primera gerenta de diversidad sexual de Colombia
Aún no hay certeza de que sea oficialmente el titular de dicho viceministerio y su hoja de vida no está publicada en el sistema público. En entrevista con El Espectador, habla sobre las razones por las que considera que no ha llegado al cargo, la respuesta que ha recibido por parte del Gobierno, su experiencia laboral, la discusión sobre el trabajo sexual y los desafíos que enfrentaría de llegar al puesto.
Florián es politólogo de la Pontificia Universidad Javeriana y estudiante de la Maestría en Comunicación Política en la Universidad de Lleida, en Cataluña (España). Dice que es un “marica radical”, pues considera que ‘gay’ es un anglicismo blanco con el que no se identifica y se refiere así mismo con pronombres masculinos y femeninos.
¿Cómo y cuándo le informaron que sería el nuevo viceministro de Diversidades?
A finales de septiembre de 2023. Empecé a hacer todo mi proceso como lo hace todo el mundo, enviando mis documentos y los soportes de mi hoja de vida, certificaciones, etcétera. La última semana de ese mismo mes me llamaron de la Secretaría General del Ministerio de la Igualdad para decirme que tenía que estar ese lunes en Bogotá para reunirme con la doctora Francia Márquez. Yo estaba en París y estaba trabajando en el Consulado de Colombia como multiplicador de la estrategia del programa “Colombia Nos Une”.
Lea aquí: “Los estereotipos son cárceles”: primera viceministra de mujeres de Colombia
El anuncio oficial se hizo a comienzos de octubre de 2023. ¿Qué razones le ha dado el Gobierno sobre por qué no se ha posesionado después de más de tres meses?
Ahí pasó una situación un poco compleja. El 6 de octubre, el Ministerio de la Igualdad inauguró una sede preliminar en el centro de Bogotá. Yo fui convocada para el lanzamiento y ahí la señora vicepresidenta me presentó a su equipo de trabajo y me presentó a mí como viceministro de Diversidades. Después, los medios de comunicación empezaron a hablar de mí y atendí una entrevista a uno que estaba interesado en saber si era cierto que yo había hecho contenido para adultos.
Dije que sí, es una cosa que nunca he negado como tampoco he negado que he sido trabajador sexual, entre otros oficios que tuve en Francia en su momento, porque también estuve vinculado a la asociación más importante en ese país sobre prevención del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) e infecciones de transmisión sexual. Fui acompañante comunitario y trabajaba directamente con poblaciones hispanoparlantes.
También estuve vinculado con el sindicato de trabajo sexual en Francia y seguía haciendo militancia por los derechos de las personas de los sectores sociales LGBT y por las personas VIH positivas. Yo lo soy y vivo desde hace 20 años con el virus.
Lea aquí: Las preguntas por la demora en nombrar al viceministro de Diversidades
Después de mi respuesta, se generó un escándalo muy fuerte, sobre todo porque el titular de ese medio fue ‘De actor porno a viceministro’, reduciendo mi carrera laboral solamente a la pornografía. Yo soy politólogo de la Universidad Javeriana y estoy terminando una maestría en Comunicación Política, tengo más de 20 años de experiencia laboral en diferentes organizaciones de cooperación internacional y fui servidor público en la alcaldía de Gustavo Petro como el primer subdirector para asuntos LGBT al interior de la Secretaría de Integración Social, de manera que mi trayectoria no se reduce solamente a hacer porno.
¿Cuáles diría usted que son los motivos detrás de la demora?
No sé, no sé. Si es por haber hecho trabajo sexual y por haber hecho pornografía, siento que es totalmente contradictorio e ilógico y no va de la mano con el “Gobierno del Cambio” y con los postulados políticos de nuestro señor presidente, que además tiene voluntad política por todas estas poblaciones, que siempre estamos históricamente en situación de precariedad.
Desconozco los motivos. Pero, si es relacionado con ese tema, me parece ilógico porque la vida sexual de una persona no lo determina como trabajadora. Como funcionario público no tuve ni una sola investigación siendo ordenador del gasto, nunca me vincularon con corrupción, porque tengo una hoja de vida limpia que está a disposición de la gente que quiera revisarla.
Algunos sectores se han opuesto a su nombramiento luego de que se conociera que fue actor porno, industria que algunos consideran explotación sexual; sin embargo, sindicatos de trabajadores sexuales lo han respaldado. ¿Qué opina de esta discusión?
Es importante que se dé en el país. Nosotros, y hablo como actor vinculado a un colectivo, apoyamos la defensa de los derechos de las personas trabajadoras sexuales. No desconocemos que se deban perseguir y judicializar los delitos de esclavitud sexual y trata de personas.
De hecho, estamos además acompañando a los gobiernos para crear medidas para seguir persiguiendo este tipo de casos. Pero el trabajo sexual es un trabajo como cualquiera y no se puede atacar a las personas que lo hacen, lo reconocen y hacen parte de la clase trabajadora porque así es como mantienen a sus familias.
Esos son los delitos que hay que perseguir, no a las personas porque tengan un pasado o ejerzan el trabajo sexual. Colombia no es el primer país donde se da esta discusión, en el mundo ha habido políticos y políticas con esta historia, de manera que debemos sacar el prejuicio, la discriminación y el estigma porque eso se llama “putofobia”.
Otras críticas en redes sociales aseguran que usted no es la persona idónea para el cargo, debido a supuestos casos de maltrato laboral. La activista Valeria Bonilla asegura haber sido violentada por usted. ¿Qué responde a estos señalamientos?
No voy a responder a ellos porque, primero, no hay ninguna investigación ni he tenido sanción alguna frente al tema de maltrato. Entonces, a las pruebas me remito. En cuanto a la persona que usted nombra, nunca trabajó conmigo.
Se menciona en los pasillos que la vicepresidenta Francia Márquez podría estar buscando, en vez de usted, una candidata mujer trans para el cargo de viceministra de Diversidades. ¿Le han informado sobre esto?
No, desconozco esa información.
De llegar al Viceministerio de Diversidades, ¿cuáles considera que son los desafíos específicos que enfrenta la población LGBTIQ+ y las personas con discapacidad en Colombia?
A mi cargo tendré dos direcciones: diversidad sexual y discapacidad; pero nos congrega la discriminación. De manera que su reducción es fundamental, tenemos casos fuertes de violencia y asesinatos porque todavía nos siguen matando y estas agresiones están ligadas al desconocimiento y la ignorancia. Colombia ha avanzado mucho en la garantía de derechos de esta población, pero necesitamos seguirle apuntando a su reproducción.
Hay muchos derechos que hay que empezar a garantizar como la alimentación, la seguridad, la vivienda, por mencionar algunos. Hay una amplia brecha entre la garantía de derecho y nuestra realidad porque hacemos parte de la Colombia pobre.
Así estamos llegando a la vejez y debemos cuestionarnos cómo estamos atendiendo a nuestras personas adultas mayores, que son muy pocas porque el VIH y la violencia se llevaron a muchas, de manera que debemos apuntarle a una atención integral.
Organizaciones como Caribe Afirmativo han criticado que el Viceministerio de Diversidades tenga a su cargo también el asunto de discapacidad, pues para ellos es dispar al de diversidad sexual. ¿Qué opina de esto?
No estoy tan segura de que sea dispar, pienso que hablamos de diversidades y hacerlo hace referencia no solo a la diversidad sexual, hemos caído en el error craso de pensar que es la única diversidad; pero no es así. Todos hacemos parte de la biodiversidad, incluso las personas heterosexuales, entonces es un concepto mucho más amplio.
Me parece interesante, de manera estratégica, una Dirección de Discapacidad al interior de mi viceministerio, la lucha es la misma: estamos contra la discriminación, la segregación y la precariedad. A la luz de la política en vanguardia, es interesante que estemos acompañados de otros sectores sociales históricamente marginados para que podamos apalancar una lucha completa para realmente reivindicar y garantizar los derechos de la diversidad.
Existen también críticas dentro de colectivos con discapacidad, dicen que no encuentran en usted una representatividad sólida porque no cuenta con una discapacidad propiamente. ¿Qué les contesta al respecto?
Nunca he tenido conocimiento de ese tipo de críticas, las desconozco y lo que puedo decir es que soy una persona que vive con VIH hace 20 años, tengo un nivel de discapacidad del 66 % declarado por una junta médica, conozco de primera mano lo que implica una enfermedad degenerativa que le ha cobrado la vida a 40 millones de vidas en el mundo.
Parte de mi exilio en su momento fue también porque estaba buscando mejores medicamentos para mi enfermedad, por eso me fui a vivir a Francia, conozco de primera mano lo que pasa con esta patología. No estoy en una situación de discapacidad manifiesta en la que me falta algún miembro; pero sí tengo una discapacidad relacionada con una enfermedad que nos ha atravesado, como “maricas” y personas trans.
*Nota aclaratoria: El Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato Asociada al VIH aclara que “quienes tienen el virus no tienen reconocido automáticamente, por el mero diagnóstico, ningún grado de discapacidad ni incapacidad laboral”.
Postura a la que se suma Erick Felipe Cabrera, director de la organización de base comunitaria Apoyo Mutuo contra el Sida. Él considera “irresponsable” mencionar el VIH per se como una enfermedad degenerativa y relacionarlo con una discapacidad. Según el experto, que una persona adquiera el diagnóstico de VIH no genera inmediatamente una discapacidad. “Es muy diferente que, a causa del virus en una fase avanzada, se genere alguna discapacidad. Pero lo que sí debe quedar claro es que el VIH no es enfermedad degenerativa, puesto que con su debido tratamiento antirretroviral se puede vivir de manera plena”.
Con respecto a la Política Pública Nacional LGBTIQ+, ¿cuáles serían sus principales enfoques y estrategias para implementarla?
Es clave territorializarla. Tenemos una Política Pública LGBT nacional muy bien escrita; pero debe tener no solo letras, también números, cemento y acciones. No sirve de nada si no se lleva a los departamentos y a los municipios, buscando compromisos claros por parte de los gobernantes locales para implementarla.
Tenemos un reto inmenso: llegar a los 32 departamentos para reducir la precariedad en la que vivimos. La gran mayoría de nosotros no tenemos trabajo y estamos atravesados por el VIH, algunas estamos enfermas y debemos buscar cupos para garantizar el acceso a la educación.
Muchas veces somos víctimas de discriminación al interior del sistema de salud y por ello debemos trabajar para que sea amigable, protector y seguro para las personas de nuestros sectores sociales, también tenemos que hablar de seguridad alimentaria porque nos estamos muriendo de hambre, entonces hay que trabajar en varios frentes al tiempo.
A comienzos de octubre, el gobierno de Gustavo Petro anunció que el activista Juan Carlos Florián sería el nuevo viceministro de Diversidades en el recién creado Ministerio de Igualdad. No obstante, después de más tres meses, aún no ha tomado posesión.
Se desconocen los motivos, pero lo cierto es que el anuncio de su llegada generó polémica luego de que se revelara que fue trabajador sexual y actor porno mientras vivió en París. Adicionalmente, en redes sociales una activista aseguró haber sido violentada por él mientras fue su subordinada.
Lea aquí: Entrevista con Francesca Mcqoid, primera gerenta de diversidad sexual de Colombia
Aún no hay certeza de que sea oficialmente el titular de dicho viceministerio y su hoja de vida no está publicada en el sistema público. En entrevista con El Espectador, habla sobre las razones por las que considera que no ha llegado al cargo, la respuesta que ha recibido por parte del Gobierno, su experiencia laboral, la discusión sobre el trabajo sexual y los desafíos que enfrentaría de llegar al puesto.
Florián es politólogo de la Pontificia Universidad Javeriana y estudiante de la Maestría en Comunicación Política en la Universidad de Lleida, en Cataluña (España). Dice que es un “marica radical”, pues considera que ‘gay’ es un anglicismo blanco con el que no se identifica y se refiere así mismo con pronombres masculinos y femeninos.
¿Cómo y cuándo le informaron que sería el nuevo viceministro de Diversidades?
A finales de septiembre de 2023. Empecé a hacer todo mi proceso como lo hace todo el mundo, enviando mis documentos y los soportes de mi hoja de vida, certificaciones, etcétera. La última semana de ese mismo mes me llamaron de la Secretaría General del Ministerio de la Igualdad para decirme que tenía que estar ese lunes en Bogotá para reunirme con la doctora Francia Márquez. Yo estaba en París y estaba trabajando en el Consulado de Colombia como multiplicador de la estrategia del programa “Colombia Nos Une”.
Lea aquí: “Los estereotipos son cárceles”: primera viceministra de mujeres de Colombia
El anuncio oficial se hizo a comienzos de octubre de 2023. ¿Qué razones le ha dado el Gobierno sobre por qué no se ha posesionado después de más de tres meses?
Ahí pasó una situación un poco compleja. El 6 de octubre, el Ministerio de la Igualdad inauguró una sede preliminar en el centro de Bogotá. Yo fui convocada para el lanzamiento y ahí la señora vicepresidenta me presentó a su equipo de trabajo y me presentó a mí como viceministro de Diversidades. Después, los medios de comunicación empezaron a hablar de mí y atendí una entrevista a uno que estaba interesado en saber si era cierto que yo había hecho contenido para adultos.
Dije que sí, es una cosa que nunca he negado como tampoco he negado que he sido trabajador sexual, entre otros oficios que tuve en Francia en su momento, porque también estuve vinculado a la asociación más importante en ese país sobre prevención del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) e infecciones de transmisión sexual. Fui acompañante comunitario y trabajaba directamente con poblaciones hispanoparlantes.
También estuve vinculado con el sindicato de trabajo sexual en Francia y seguía haciendo militancia por los derechos de las personas de los sectores sociales LGBT y por las personas VIH positivas. Yo lo soy y vivo desde hace 20 años con el virus.
Lea aquí: Las preguntas por la demora en nombrar al viceministro de Diversidades
Después de mi respuesta, se generó un escándalo muy fuerte, sobre todo porque el titular de ese medio fue ‘De actor porno a viceministro’, reduciendo mi carrera laboral solamente a la pornografía. Yo soy politólogo de la Universidad Javeriana y estoy terminando una maestría en Comunicación Política, tengo más de 20 años de experiencia laboral en diferentes organizaciones de cooperación internacional y fui servidor público en la alcaldía de Gustavo Petro como el primer subdirector para asuntos LGBT al interior de la Secretaría de Integración Social, de manera que mi trayectoria no se reduce solamente a hacer porno.
¿Cuáles diría usted que son los motivos detrás de la demora?
No sé, no sé. Si es por haber hecho trabajo sexual y por haber hecho pornografía, siento que es totalmente contradictorio e ilógico y no va de la mano con el “Gobierno del Cambio” y con los postulados políticos de nuestro señor presidente, que además tiene voluntad política por todas estas poblaciones, que siempre estamos históricamente en situación de precariedad.
Desconozco los motivos. Pero, si es relacionado con ese tema, me parece ilógico porque la vida sexual de una persona no lo determina como trabajadora. Como funcionario público no tuve ni una sola investigación siendo ordenador del gasto, nunca me vincularon con corrupción, porque tengo una hoja de vida limpia que está a disposición de la gente que quiera revisarla.
Algunos sectores se han opuesto a su nombramiento luego de que se conociera que fue actor porno, industria que algunos consideran explotación sexual; sin embargo, sindicatos de trabajadores sexuales lo han respaldado. ¿Qué opina de esta discusión?
Es importante que se dé en el país. Nosotros, y hablo como actor vinculado a un colectivo, apoyamos la defensa de los derechos de las personas trabajadoras sexuales. No desconocemos que se deban perseguir y judicializar los delitos de esclavitud sexual y trata de personas.
De hecho, estamos además acompañando a los gobiernos para crear medidas para seguir persiguiendo este tipo de casos. Pero el trabajo sexual es un trabajo como cualquiera y no se puede atacar a las personas que lo hacen, lo reconocen y hacen parte de la clase trabajadora porque así es como mantienen a sus familias.
Esos son los delitos que hay que perseguir, no a las personas porque tengan un pasado o ejerzan el trabajo sexual. Colombia no es el primer país donde se da esta discusión, en el mundo ha habido políticos y políticas con esta historia, de manera que debemos sacar el prejuicio, la discriminación y el estigma porque eso se llama “putofobia”.
Otras críticas en redes sociales aseguran que usted no es la persona idónea para el cargo, debido a supuestos casos de maltrato laboral. La activista Valeria Bonilla asegura haber sido violentada por usted. ¿Qué responde a estos señalamientos?
No voy a responder a ellos porque, primero, no hay ninguna investigación ni he tenido sanción alguna frente al tema de maltrato. Entonces, a las pruebas me remito. En cuanto a la persona que usted nombra, nunca trabajó conmigo.
Se menciona en los pasillos que la vicepresidenta Francia Márquez podría estar buscando, en vez de usted, una candidata mujer trans para el cargo de viceministra de Diversidades. ¿Le han informado sobre esto?
No, desconozco esa información.
De llegar al Viceministerio de Diversidades, ¿cuáles considera que son los desafíos específicos que enfrenta la población LGBTIQ+ y las personas con discapacidad en Colombia?
A mi cargo tendré dos direcciones: diversidad sexual y discapacidad; pero nos congrega la discriminación. De manera que su reducción es fundamental, tenemos casos fuertes de violencia y asesinatos porque todavía nos siguen matando y estas agresiones están ligadas al desconocimiento y la ignorancia. Colombia ha avanzado mucho en la garantía de derechos de esta población, pero necesitamos seguirle apuntando a su reproducción.
Hay muchos derechos que hay que empezar a garantizar como la alimentación, la seguridad, la vivienda, por mencionar algunos. Hay una amplia brecha entre la garantía de derecho y nuestra realidad porque hacemos parte de la Colombia pobre.
Así estamos llegando a la vejez y debemos cuestionarnos cómo estamos atendiendo a nuestras personas adultas mayores, que son muy pocas porque el VIH y la violencia se llevaron a muchas, de manera que debemos apuntarle a una atención integral.
Organizaciones como Caribe Afirmativo han criticado que el Viceministerio de Diversidades tenga a su cargo también el asunto de discapacidad, pues para ellos es dispar al de diversidad sexual. ¿Qué opina de esto?
No estoy tan segura de que sea dispar, pienso que hablamos de diversidades y hacerlo hace referencia no solo a la diversidad sexual, hemos caído en el error craso de pensar que es la única diversidad; pero no es así. Todos hacemos parte de la biodiversidad, incluso las personas heterosexuales, entonces es un concepto mucho más amplio.
Me parece interesante, de manera estratégica, una Dirección de Discapacidad al interior de mi viceministerio, la lucha es la misma: estamos contra la discriminación, la segregación y la precariedad. A la luz de la política en vanguardia, es interesante que estemos acompañados de otros sectores sociales históricamente marginados para que podamos apalancar una lucha completa para realmente reivindicar y garantizar los derechos de la diversidad.
Existen también críticas dentro de colectivos con discapacidad, dicen que no encuentran en usted una representatividad sólida porque no cuenta con una discapacidad propiamente. ¿Qué les contesta al respecto?
Nunca he tenido conocimiento de ese tipo de críticas, las desconozco y lo que puedo decir es que soy una persona que vive con VIH hace 20 años, tengo un nivel de discapacidad del 66 % declarado por una junta médica, conozco de primera mano lo que implica una enfermedad degenerativa que le ha cobrado la vida a 40 millones de vidas en el mundo.
Parte de mi exilio en su momento fue también porque estaba buscando mejores medicamentos para mi enfermedad, por eso me fui a vivir a Francia, conozco de primera mano lo que pasa con esta patología. No estoy en una situación de discapacidad manifiesta en la que me falta algún miembro; pero sí tengo una discapacidad relacionada con una enfermedad que nos ha atravesado, como “maricas” y personas trans.
*Nota aclaratoria: El Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato Asociada al VIH aclara que “quienes tienen el virus no tienen reconocido automáticamente, por el mero diagnóstico, ningún grado de discapacidad ni incapacidad laboral”.
Postura a la que se suma Erick Felipe Cabrera, director de la organización de base comunitaria Apoyo Mutuo contra el Sida. Él considera “irresponsable” mencionar el VIH per se como una enfermedad degenerativa y relacionarlo con una discapacidad. Según el experto, que una persona adquiera el diagnóstico de VIH no genera inmediatamente una discapacidad. “Es muy diferente que, a causa del virus en una fase avanzada, se genere alguna discapacidad. Pero lo que sí debe quedar claro es que el VIH no es enfermedad degenerativa, puesto que con su debido tratamiento antirretroviral se puede vivir de manera plena”.
Con respecto a la Política Pública Nacional LGBTIQ+, ¿cuáles serían sus principales enfoques y estrategias para implementarla?
Es clave territorializarla. Tenemos una Política Pública LGBT nacional muy bien escrita; pero debe tener no solo letras, también números, cemento y acciones. No sirve de nada si no se lleva a los departamentos y a los municipios, buscando compromisos claros por parte de los gobernantes locales para implementarla.
Tenemos un reto inmenso: llegar a los 32 departamentos para reducir la precariedad en la que vivimos. La gran mayoría de nosotros no tenemos trabajo y estamos atravesados por el VIH, algunas estamos enfermas y debemos buscar cupos para garantizar el acceso a la educación.
Muchas veces somos víctimas de discriminación al interior del sistema de salud y por ello debemos trabajar para que sea amigable, protector y seguro para las personas de nuestros sectores sociales, también tenemos que hablar de seguridad alimentaria porque nos estamos muriendo de hambre, entonces hay que trabajar en varios frentes al tiempo.