A nivel mundial, 350 personas trans fueron asesinadas el último año
Así lo reveló el último informe anual del Observatorio de Personas Trans Asesinadas, de la organización Trans Europa y Asia Central, alertando que esta cifra es la mayor registrada desde que el observatorio comenzó su actividad en 2008.
Mariana Escobar Bernoske
“¿Cuándo terminará esta violencia?”, se pregunta Ymania Brown, directora ejecutiva de Trans Europa y Asia Central (TGEU, por sus siglas en inglés), durante la presentación del último informe anual del Observatorio de Personas Trans Asesinadas. Esta iniciativa global, conformada por más de 200 organizaciones en 50 países, se encarga de hacer un seguimiento a los crímenes de odio y la violencia en contra de la población trans alrededor del mundo.
El monitoreo de 2024, que abarca el periodo del 1 de octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024, revela un aumento preocupante de la violencia: 350 personas con experiencia de vida trans y de identidades de género diversas fueron asesinadas en el último año. Esto representa un aumento del 9% en comparación con el 2023, cuando se registraron 321 casos.
La iniciativa, que lleva siguiendo las muertes violentas de esta población desde 2008, informa que, con los datos recopilados este año, el observatorio ha registrado más de 5.000 asesinatos en las últimas casi dos décadas. Según la organización, el incremento de la violencia contra las personas con identidades de género diversas pone de manifiesto la amenaza continua para la seguridad y la vida de ellas, especialmente en las regiones donde persisten la discriminación sistemática, la transfobia y los crímenes de odio.
Lea aquí también: La primera condena en el mundo por crímenes de lesa humanidad contra mujeres trans
La iniciativa, que ha estado monitoreando las muertes violentas de personas trans y de diversas identidades de género desde 2008, informa que, con los datos recopilados este año, el observatorio ha registrado más de 5,000 asesinatos en las últimas dos décadas. Según la organización, el aumento de la violencia contra esta población pone en manifiesto la amenaza constante a su seguridad y bienestar, especialmente en regiones donde persisten la discriminación sistémica, la transfobia y los crímenes de odio.
Un análisis más detallado de las cifras revela algunas tendencias preocupantes. Una de cada cuatro víctimas tenía entre 19 y 25 años, una estadística que subraya la vulnerabilidad de los jóvenes trans. Además, 15 de los asesinatos registrados fueron de menores de 18 años, lo que representa el 6% del total de muertes. Sin embargo, este panorama podría estar incompleto debido al subregistro de los casos, ya que muchos crímenes de odio, transfeminicidios y transhomicidios no se notifican o se registran de manera incorrecta, al negarse la identidad de género de las víctimas.
América Latina es la región del mundo donde se ejerce una mayor violencia contra las personas trans
El informe “Monitoreo de Asesinatos Trans” resalta que, aunque esta es una problemática global, se registran concentraciones particulares y alarmantes de violencia en América Latina y el Caribe. Por decimoséptimo año consecutivo, Brasil ha registrado el mayor número de asesinatos de personas trans, con 54 casos, lo que representa el 30% del total global. En total, el 73 % de todos los asesinatos registrados, es decir, 255 casos, ocurrieron en la región.
En este recuento de TGEU, Colombia ocupa el tercer lugar en Latinoamérica, después de México, con 25 muertes violentas durante el periodo analizado. Esta cifra se aproxima a los datos divulgados el pasado 20 de noviembre, Día de la Memoria Trans, por la Fiscalía General de la Nación. De acuerdo con la entidad nacional, entre enero y noviembre de este año se han registrado 26 asesinatos de personas trans, de los cuales 24 corresponden a mujeres trans y dos a hombres trans. No obstante, hasta el momento, solo cuatro de los casos están siendo investigados como feminicidios.
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Los datos del monitoreo también muestran otras formas de discriminación más allá de la identidad de género. Por ejemplo, se observa que casi el 93% de todas las víctimas reportadas en el mundo eran personas racializadas. En el caso concreto de Estados Unidos, un porcentaje significativo de las víctimas eran mujeres trans negras y latinas. Asimismo, el 46% de las víctimas del informe de este año a nivel mundial eran trabajadoras sexuales trans, aunque esta cifra es la más baja registrada desde el inicio del proyecto, lo que representa un ligero cambio, pero sigue siendo preocupante.
En una declaración conjunta emitida por TGEU en colaboración con varias organizaciones globales, entre las que se encuentran la Acción Global para la Igualdad Trans (GATE) y la Asociación Internacional de Personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA Mundo), se señala que el auge de los movimientos antigénero y antiderechos ha alimentado la transfobia, al deshumanizar a las personas trans para promover sus propias agendas políticas.
“El aumento del discurso de odio y la falta de responsabilidad de las plataformas de redes sociales están permitiendo este ciclo de violencia”, se lee en la declaración. “Esto es una consecuencia directa de la erosión de las protecciones para la identidad de género en las leyes nacionales y de la desinformación descontrolada que ataca a las personas trans”, añadieron.
Lea aquí también: “Brasil es el país donde más asesinan a personas trans”: activista Bruna Benevides
Estas organizaciones de la sociedad civil también han identificado a líderes políticos, religiosos y figuras públicas como los principales responsables del aumento del discurso de odio contra la población trans. El informe también señala la falta de una legislación de crímenes de odio sólida que proteja específicamente la identidad y expresión de género.
Además, los datos recopilados también señalan que casi la mitad (46%) de los asesinatos se perpetraron con arma de fuego, y la mayoría de estos crímenes ocurrieron en dos lugares especialmente vulnerables: en la calle, con un 34% de los casos, y en el hogar de la víctima (22%). Este patrón de violencia se agrava al considerar que muchos casos de agresiones contra personas trans pasan desapercibidos o reciben una mínima atención por parte de las autoridades. Y, cuando sí se reportan, rara vez se aplica un enfoque de género o diferencial en su tratamiento.
Este año, además de documentar la violencia en regiones como América Latina, el proyecto ha identificado por primera vez casos en países como Burkina Faso, Costa de Marfil, Namibia, Nigeria y Siria, lo que marca su inclusión en el proceso de monitoreo. Esto no quiere decir que antes no se hubieran producido asesinatos a personas trans, sino que antes no existía información disponible sobre esta población. Por este motivo, a pesar de estas nuevas inclusiones, se considera que los hallazgos del proyecto aún están subrepresentados, especialmente en regiones donde no existen organizaciones trans o LGBTIQ+ que se encarguen de documentar estos hechos.
“¿Cuándo terminará esta violencia?”, se pregunta Ymania Brown, directora ejecutiva de Trans Europa y Asia Central (TGEU, por sus siglas en inglés), durante la presentación del último informe anual del Observatorio de Personas Trans Asesinadas. Esta iniciativa global, conformada por más de 200 organizaciones en 50 países, se encarga de hacer un seguimiento a los crímenes de odio y la violencia en contra de la población trans alrededor del mundo.
El monitoreo de 2024, que abarca el periodo del 1 de octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024, revela un aumento preocupante de la violencia: 350 personas con experiencia de vida trans y de identidades de género diversas fueron asesinadas en el último año. Esto representa un aumento del 9% en comparación con el 2023, cuando se registraron 321 casos.
La iniciativa, que lleva siguiendo las muertes violentas de esta población desde 2008, informa que, con los datos recopilados este año, el observatorio ha registrado más de 5.000 asesinatos en las últimas casi dos décadas. Según la organización, el incremento de la violencia contra las personas con identidades de género diversas pone de manifiesto la amenaza continua para la seguridad y la vida de ellas, especialmente en las regiones donde persisten la discriminación sistemática, la transfobia y los crímenes de odio.
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La iniciativa, que ha estado monitoreando las muertes violentas de personas trans y de diversas identidades de género desde 2008, informa que, con los datos recopilados este año, el observatorio ha registrado más de 5,000 asesinatos en las últimas dos décadas. Según la organización, el aumento de la violencia contra esta población pone en manifiesto la amenaza constante a su seguridad y bienestar, especialmente en regiones donde persisten la discriminación sistémica, la transfobia y los crímenes de odio.
Un análisis más detallado de las cifras revela algunas tendencias preocupantes. Una de cada cuatro víctimas tenía entre 19 y 25 años, una estadística que subraya la vulnerabilidad de los jóvenes trans. Además, 15 de los asesinatos registrados fueron de menores de 18 años, lo que representa el 6% del total de muertes. Sin embargo, este panorama podría estar incompleto debido al subregistro de los casos, ya que muchos crímenes de odio, transfeminicidios y transhomicidios no se notifican o se registran de manera incorrecta, al negarse la identidad de género de las víctimas.
América Latina es la región del mundo donde se ejerce una mayor violencia contra las personas trans
El informe “Monitoreo de Asesinatos Trans” resalta que, aunque esta es una problemática global, se registran concentraciones particulares y alarmantes de violencia en América Latina y el Caribe. Por decimoséptimo año consecutivo, Brasil ha registrado el mayor número de asesinatos de personas trans, con 54 casos, lo que representa el 30% del total global. En total, el 73 % de todos los asesinatos registrados, es decir, 255 casos, ocurrieron en la región.
En este recuento de TGEU, Colombia ocupa el tercer lugar en Latinoamérica, después de México, con 25 muertes violentas durante el periodo analizado. Esta cifra se aproxima a los datos divulgados el pasado 20 de noviembre, Día de la Memoria Trans, por la Fiscalía General de la Nación. De acuerdo con la entidad nacional, entre enero y noviembre de este año se han registrado 26 asesinatos de personas trans, de los cuales 24 corresponden a mujeres trans y dos a hombres trans. No obstante, hasta el momento, solo cuatro de los casos están siendo investigados como feminicidios.
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Los datos del monitoreo también muestran otras formas de discriminación más allá de la identidad de género. Por ejemplo, se observa que casi el 93% de todas las víctimas reportadas en el mundo eran personas racializadas. En el caso concreto de Estados Unidos, un porcentaje significativo de las víctimas eran mujeres trans negras y latinas. Asimismo, el 46% de las víctimas del informe de este año a nivel mundial eran trabajadoras sexuales trans, aunque esta cifra es la más baja registrada desde el inicio del proyecto, lo que representa un ligero cambio, pero sigue siendo preocupante.
En una declaración conjunta emitida por TGEU en colaboración con varias organizaciones globales, entre las que se encuentran la Acción Global para la Igualdad Trans (GATE) y la Asociación Internacional de Personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA Mundo), se señala que el auge de los movimientos antigénero y antiderechos ha alimentado la transfobia, al deshumanizar a las personas trans para promover sus propias agendas políticas.
“El aumento del discurso de odio y la falta de responsabilidad de las plataformas de redes sociales están permitiendo este ciclo de violencia”, se lee en la declaración. “Esto es una consecuencia directa de la erosión de las protecciones para la identidad de género en las leyes nacionales y de la desinformación descontrolada que ataca a las personas trans”, añadieron.
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Estas organizaciones de la sociedad civil también han identificado a líderes políticos, religiosos y figuras públicas como los principales responsables del aumento del discurso de odio contra la población trans. El informe también señala la falta de una legislación de crímenes de odio sólida que proteja específicamente la identidad y expresión de género.
Además, los datos recopilados también señalan que casi la mitad (46%) de los asesinatos se perpetraron con arma de fuego, y la mayoría de estos crímenes ocurrieron en dos lugares especialmente vulnerables: en la calle, con un 34% de los casos, y en el hogar de la víctima (22%). Este patrón de violencia se agrava al considerar que muchos casos de agresiones contra personas trans pasan desapercibidos o reciben una mínima atención por parte de las autoridades. Y, cuando sí se reportan, rara vez se aplica un enfoque de género o diferencial en su tratamiento.
Este año, además de documentar la violencia en regiones como América Latina, el proyecto ha identificado por primera vez casos en países como Burkina Faso, Costa de Marfil, Namibia, Nigeria y Siria, lo que marca su inclusión en el proceso de monitoreo. Esto no quiere decir que antes no se hubieran producido asesinatos a personas trans, sino que antes no existía información disponible sobre esta población. Por este motivo, a pesar de estas nuevas inclusiones, se considera que los hallazgos del proyecto aún están subrepresentados, especialmente en regiones donde no existen organizaciones trans o LGBTIQ+ que se encarguen de documentar estos hechos.