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Durante mucho tiempo hablar sobre diversidad sexual era sinónimo de una “minoría”. Ese pensamiento de que se trataba de solo unas cuantas personas que se salían de la norma, que eran “raras” y que lo mejor era no hablar de ello. Por eso, quizás sentirse solo es una de las pocas cosas que une a todas las personas LGBTIQ+. Sin embargo, hay una plataforma web que muestra todo lo contrario y refuta esa creencia. (Miles de personas protestan en apoyo a comunidad LGBTIQ en Polonia)
“Queering the map” es un mapa interactivo online que aglutina miles de experiencias, historias y reflexiones de personas LGBTIQ+ alrededor del mundo. La plataforma muestra que la diversidad sexual y de género está presente en todos los rincones del planeta. Además, refleja que la población LGBTIQ+ no es minoritaria, sino más bien que sus experiencias e historias de vida han sido históricamente minimizadas. (“Un lugar donde pueda ser yo”: Orlando Gómez y su lucha por los migrantes LGBT)
Esta iniciativa de contramapeo comunitaria se ha convertido en una especie de archivo digital sobre la población LGBTIQ+ en relación con el espacio físico. Desde su lanzamiento, en mayo de 2017, ha recopilado más de 500.000 entradas geolocalizadas en 26 idiomas alrededor del mundo. El mapa no es una “guía” de lugares LGBTIQ+, sino más bien un espacio para compartir desde dónde alguien dio su primer beso, salió del clóset o fue víctima de violencia por prejuicio, hasta los antiguos bares o sedes de grupos activistas.
Lucas LaRochelle, artista y profesional en diseño canadiense, es quien está detrás de este mapa. “Una noche rumbo a casa en bicicleta pasé por un parque en el que se encuentra un árbol que marcó varios momentos de mi vida; fue donde conocí a alguien de quien eventualmente me enamoraría y también ahí salí del clóset como una persona trans no binaria”, cuenta LaRochelle a El Espectador. (Drags para escuchar a todo volumen en el mes del orgullo LGBTIQ+)
El árbol se había convertido en un “espacio queer”, un punto clave en su proceso identitario. Desde ese momento, LaRochelle comenzó a pensar en todos los otros lugares que tenían ese tipo de significado y lo que le llamó la atención fue que la mayoría de estos espacios no eran aquellos que normalmente se consideran LGBTIQ+, como bares o barrios específicos, sino más bien eran esquinas o bancas en un andén.
Al igual que la palabra “queer” que tiene múltiples significados, este mapa revela que no hay una forma concreta de experimentar la sexualidad y el género. Es una suma de memorias subjetivas, pues el principio de esta plataforma es “si cuenta para ti, cuenta para el mapa”. Como producto de creación comunitaria, está abierto a cualquiera que tenga acceso a internet y tenga interés en contribuir. Las publicaciones no están filtradas y ordenadas, por lo que el mapamundi es resultado de la forma cómo se interactúa con él.
Al ser pensado como un espacio seguro, la plataforma es completamente anónima, hasta el punto de no recopila ningún dato de usuario. Es por esto que el mapa siempre se carga en Montreal porque deliberadamente no accede a las ubicaciones geográficas de los dispositivos. Asimismo, cuenta con un panel de moderación para evitar cualquier discurso de odio (a menos que sea alguien describiendo una experiencia de violencia motivada por prejuicio), spam, contenido inseguro o información que rompa el anonimato.
Precisamente, esta cartografía está lejos de ser una plataforma neutral. Actualmente, la diversidad sexual y de género sigue siendo objeto de persecución, según cifras de ILGA mundo (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex) en al menos 67 países se criminaliza y penaliza a la población LGBTIQ+, con sentencias que van desde unos pocos meses de prisión hasta la pena de muerte. El caso más reciente fue la aprobación de la “Ley Anti-LGTB” de Uganda el pasado 29 de mayo. (Proyecto contra “terapias de conversión” fue aprobado en primer debate en Cámara)
“Si bien se trata de construir un sentido de comunidad a través de Internet y del relato, hablar de la diversidad de experiencias basadas en el contexto geopolítico termina siendo una especie de activismo. Creo que ese fue el deseo, desde el principio, dilucidar cómo el espacio es producido por y para personas particulares, y cómo las experiencias de marginación configuran nuestra relación con los distintos tipos de lugares”, afirma a este diario LaRochelle.
El mapamundi no busca señalar espacios que son seguros para las personas queer o espacios que necesariamente valen la pena buscar. Es más bien una comunidad multidimensional que le permite a sus usuarios aprender y conocer las historias de otra gente que experimenta lo queer en un contexto completamente diferente. Se trata de ver el mundo a través de la perspectiva de otra persona. (De un espía en 1770 a los disturbios de Stonewall: historia LGBTIQ+ en imágenes)
A medida que más usuarios interactúan y diferentes generaciones de personas LGBTIQ+ comparten sus experiencias, el mapa va a seguir complejizándose. Queering the Map funciona como un archivo vivo de la experiencia queer que destaca los momentos, grandes y pequeños, que hacen de los lugares cotidianos memorables. Pero, sobre todas las cosas, les brinda a las personas con identidades de género y orientaciones sexuales diversas la certeza de que no están solas y que alguien, en algún rincón del planeta, entiende lo que está sintiendo o por lo que están pasando.