Así se está construyendo el sueño de tener un “Archivo Queer” en Colombia
La Biblioteca Nacional está llevando a cabo el Primer Encuentro de Memorias LGBTIQ+. La programación cuenta con conversatorios, talleres y presentaciones culturales sobre cómo se han documentado las luchas y realidades de la población LGBTIQ+
Mariana Escobar Bernoske
Hay quienes creen que ser LGBTIQ+ es algo nuevo, algo que “está de moda”. Puede que actualmente sean más las personas que expresan abiertamente sus orientaciones sexuales e identidades de género diversas, pero esto no significa que la historia LGBTIQ+ sea reciente. Aunque siempre han estado allí, las vidas, relatos, experiencias y memorias de esta población han sido borradas del recuento nacional.
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¿Cómo se han documentado las luchas LGBTIQ+ en Colombia?, ¿cómo clasificar lo queer y lo diverso en un archivo?, ¿quiénes crean estos contenidos en el país? Estas son algunas de las preguntas que plantea la Biblioteca Nacional en el Primer Encuentro de Memorias LGBTIQ+, que se lleva a cabo esta semana. La agenda académica y cultural dialoga sobre cómo se han contado estas historias y también sobre el cuidado y preservación de la memoria de la población diversa.
Reflexiones sobre las personas LGBTIQ+ en las políticas públicas de Colombia; el rol de la pornografía en los imaginarios sobre la homosexualidad; la representación en los medios de comunicación, revistas y fanzines; y las discusiones que se dan entre los activismos y la academia son algunos de los temas que se abordaran durante el encuentro. Este es la antesala para la construcción del primer archivo sobre las personas con identidades de género y orientaciones sexuales diversas del país.
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Así, uno de los objetivos principales es iniciar colectivamente la construcción del Archivo Queer; un archivo documental y multimedia que preserve, conserve y divulgue la memoria LGBTIQ+ de Colombia. Aunque este trabajo de archivística sobre la población sexo-género diversa ya se ha dado antes por parte de la sociedad civil, estudios académicos y coleccionistas particulares, es la primera vez que se propone a esta magnitud. Este Archivo Queer integrará el patrimonio bibliográfico y documental de la Nación.
En diálogo con El Espectador, Carolina Muñoz, líder de alianzas estratégicas de la Biblioteca Nacional, comparte que este primer encuentro es solo el principio de un proceso muy grande. “La idea es tener representación, voces y concepciones de personas de diferentes áreas que van desde lo político hasta lo cultural. De aquí saldrán reflexiones que muestren que este archivo requiere tal vez otras formas de construirse y que parten de acercarnos a la población LGBTIQ+ desde el respeto. Pero este es solo el primero de muchos encuentros”, explica.
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Para encontrar esas formas de visibilizar las memorias y vivencias LGBTIQ+, lo artístico es parte fundamental. El performance La Tierra de Nadie, dirigido por le artista Manu Mojito, inauguró el encuentro. Este explora los cuerpos y la identidad en clave trans y no binaria. “Intervenir un espacio como la Biblioteca Nacional se vuelve un acto de resistencia histórica”, comenta Manu Mojito. Para elle, muchas personas LGBTIQ+ tienen su historia “guardada debajo de la cama”, pues la forma en que se ha mostrado la diversidad ha sido muy violenta. Así, propone ver la “memoria marica” como “historias muy fuertes, pero que al final también denotan mucha alegría”.
Otro de los aspectos que plantea el evento es cómo recuperar esta memoria de lo sexo diverso más allá de Bogotá y las ciudades principales. Pensarse la historia LGBTIQ+ desde las regiones y territorios sugiere también observar otras problemáticas como el racismo, la discriminación y el conflicto armado en el país ha afectado de manera diferencial a las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas.
Ante esto, Magdalena Moreno, La Morena del Chicamocha, cantautora afro travesti de bullerengue, afirma que para hablar sobre memoria LGBTIQ+ en Colombia es necesario cuestionar la idea de que existe una única forma de habitar la diversidad desde una mirada externa. Para ella, el concepto queer es algo cuestionable, pues no reivindica los cuerpos y resistencias que ocurren en los territorios. “Nos enunciamos como maricas porque todavía es una palabra que se usa como insulto en las calles”, así asegura que este trabajo de archivo y memoria implica cuestionar desde dónde se enuncia la diversidad sexual y cómo desde un enfoque interseccional ha sido parte del tejido social y cultural del país.
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Por eso, el lenguaje y las expresiones son vitales para la memoria que quiere recopilar la Biblioteca Nacional. Para Miriam Marín, coordinadora del grupo de colecciones de la Biblioteca Nacional, uno de los retos del Archivo Queer será “que esas historias se vean representadas en esta colección, no solo desde el objeto físico, sino también desde la misma terminología que usamos para expresar lo que esos documentos contienen”. Marín añade a este diario que también se debe pensar cómo hacer para que sea un archivo vivo, porque es un ejercicio para dignificar a las personas LGBTIQ+ del país.
El Primer Encuentro de Memorias LGBTIQ+ finaliza este viernes 12 de abril con la proyección de la película Aribada, una producción colombo alemana que cuenta la historia de Las Traviesas, un grupo de mujeres indígenas trans del pueblo emberá. Aribada transcurre en el Eje Cafetero y narra desde lo espiritual las tradiciones indígenas junto con las experiencias de vida trans que aspiran a un futuro diverso.
Hay quienes creen que ser LGBTIQ+ es algo nuevo, algo que “está de moda”. Puede que actualmente sean más las personas que expresan abiertamente sus orientaciones sexuales e identidades de género diversas, pero esto no significa que la historia LGBTIQ+ sea reciente. Aunque siempre han estado allí, las vidas, relatos, experiencias y memorias de esta población han sido borradas del recuento nacional.
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En diálogo con El Espectador, Carolina Muñoz, líder de alianzas estratégicas de la Biblioteca Nacional, comparte que este primer encuentro es solo el principio de un proceso muy grande. “La idea es tener representación, voces y concepciones de personas de diferentes áreas que van desde lo político hasta lo cultural. De aquí saldrán reflexiones que muestren que este archivo requiere tal vez otras formas de construirse y que parten de acercarnos a la población LGBTIQ+ desde el respeto. Pero este es solo el primero de muchos encuentros”, explica.
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Ante esto, Magdalena Moreno, La Morena del Chicamocha, cantautora afro travesti de bullerengue, afirma que para hablar sobre memoria LGBTIQ+ en Colombia es necesario cuestionar la idea de que existe una única forma de habitar la diversidad desde una mirada externa. Para ella, el concepto queer es algo cuestionable, pues no reivindica los cuerpos y resistencias que ocurren en los territorios. “Nos enunciamos como maricas porque todavía es una palabra que se usa como insulto en las calles”, así asegura que este trabajo de archivo y memoria implica cuestionar desde dónde se enuncia la diversidad sexual y cómo desde un enfoque interseccional ha sido parte del tejido social y cultural del país.
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El Primer Encuentro de Memorias LGBTIQ+ finaliza este viernes 12 de abril con la proyección de la película Aribada, una producción colombo alemana que cuenta la historia de Las Traviesas, un grupo de mujeres indígenas trans del pueblo emberá. Aribada transcurre en el Eje Cafetero y narra desde lo espiritual las tradiciones indígenas junto con las experiencias de vida trans que aspiran a un futuro diverso.