De un espía en 1770 a los disturbios de Stonewall: historia LGBTIQ+ en imágenes
Melanie Llewellyn, curadora del Archivo Hulton de Getty Images en Londres, hace un recuento histórico de las primeras ilustraciones y fotografías de las que se tiene registro público de personas abiertamente LGTBIQ+.
Redacción género y diversidad
Contar la vida de las personas LGBTIQ+ a través de imágenes no es fácil, aunque la población siempre ha existido, las representaciones del pasado son escasas, y cuando existe registro, son imágenes que se produjeron lejos de la mirada pública. Melanie Llewellyn, curadora del Archivo Hulton de Getty Images en Londres, en el marco del mes del orgullo, realizó una selección de las primeras imágenes en la que se muestra abierta y auténticamente a personas LGBTIQ+ de la historia. (Así le fue a la redacción de El Espectador identificando banderas LGBTIQ+)
Pensar en la diversidad sexual y de género como algo reciente es un error. El diplomático, soldado y espía francés del siglo XVIII, el Chevalier d’Éon, quien se presentó abiertamente como mujer en 1777, es una de las primeras personas conocidas en trasgredir las nociones sociales del género y la sexualidad. Su influencia fue tal que la palabra “eonismo” es precursora a lo que hoy en día se entiende por travestismo, es decir, vestirse con prendas del género opuesto. (El panorama LGBTIQ+ en la capital en el mes del orgullo homosexual y disidente)
“En estos archivos, los casos de representación LGBTIQ+ se revelan en retrospectiva, a través de la influencia de sus comunidades en todos los aspectos de la sociedad”, comenta Llewellyn en el proceso de curaduría. Por ejemplo, los “transformistas”, un fenómeno de la época victoriana de los music hall y los espectáculos de variedades, eran mujeres subversivas, satíricas y enormemente populares que usaban atuendos masculinos en una época en la que los pantalones eran estrictamente para hombres. Como las drag Queens hoy en día, estas artistas cuestionaban la rigidez del género en un escenario masivo. (Identidad de género y expresión de género: ¿cuál es la diferencia?)
Una de las primeras obras literarias que abordan una relación lésbica es “El Pozo de la Soledad”, de la escritora británica Marguerite Radclyffe Hall. En la novela, y a lo largo de su vida, la autora habló abiertamente sobre su sexualidad, lo cual era algo inaudito a principios del siglo XX. Ella explicaba la homosexualidad como “invertir el género”, lo que la llevó a estar involucrada en más de un escandaloso en su vida. Tuvo varias parejas como la cantante Mabel Batten y la escultora y traductora británica Lady Una Trowbridge, con quien sale en esta fotografía de 1927. (La palabra “homosexual” nunca apareció en la Biblia)
Al mismo tiempo, al otro lado del Atlántico, la cantante e intérprete Gladys Bentley estaba alcanzando la fama como parte del movimiento del Renacimiento de Harlem. Tras enterarse de que un popular bar clandestino gay, Harry Hansberry’s Clam House, estaba haciendo audiciones para pianistas masculinos, la artista empezó a vestirse con ropa de hombre en el escenario. Bentley utilizó el drag como espacio experimental para burlarse de las costumbres sociales, pero a diferencia de sus predecesoras sí hablaba abiertamente de su sexualidad. (De Juan Tarquino a Lesley Wolf, la fantasía del arte drag)
Roberta Elizabeth Cowell fue piloto de carreras y de combate de la Segunda Guerra Mundial, además, fue la primera mujer trans británica en someterse a una cirugía de afirmación de sexo. En 1954, la revista Picture Post publicó un reportaje con su historia en el cual aparece como “él” al principio de los artículos, convirtiéndose en “ella” una vez que la cronología llega a 1948, año de la cirugía. Ante el fracaso de su carrera en el mundo de la aviación, se retiró de la escena pública y murió en 2011. Sin embargo, como cuenta el obituario del New York Times “Sin Pasar por Alto: Roberta Cowell, Pionera Trans y Piloto”, ella marcó un inicio en el acceso a procedimientos de afirmación de género para personas trans.
El Stonewall Inn se referencia como el lugar de nacimiento del movimiento moderno por los derechos LGBTIQ+. En la madrugada del 28 de junio, miembros de la División de Moral Pública de la Brigada Antivicio de Nueva York hicieron una redada en el Stonewall, lo que era habitual en los bares gais de la ciudad. Una multitud comenzó a protestar en la calle, el enfrentamiento se volvió violento cuando las detenciones policiales se hicieron más persistentes y agresivas. Un mes más tarde se celebró en Nueva York la primera manifestación masiva por los derechos homosexuales, mientras que un acto conmemorativo celebrado un año después se cita como precursor del Orgullo que se celebra hoy en todo el mundo. (Así será la marcha del Orgullo LGBTIQ+ en Bogotá)
La imágen de Mc Darrah, “el ojo de Village Voice”, ofrece relatos de primera mano de un momento crucial en la historia LGBTIQ+. Las imágenes de McDarrah, representadas por la Colección MUUS, un hogar de los archivos fotográficos estadounidenses por excelencia del siglo XX, sin duda contribuyeron tanto al impacto del movimiento como a nuestra memoria colectiva de la época.
Contar la vida de las personas LGBTIQ+ a través de imágenes no es fácil, aunque la población siempre ha existido, las representaciones del pasado son escasas, y cuando existe registro, son imágenes que se produjeron lejos de la mirada pública. Melanie Llewellyn, curadora del Archivo Hulton de Getty Images en Londres, en el marco del mes del orgullo, realizó una selección de las primeras imágenes en la que se muestra abierta y auténticamente a personas LGBTIQ+ de la historia. (Así le fue a la redacción de El Espectador identificando banderas LGBTIQ+)
Pensar en la diversidad sexual y de género como algo reciente es un error. El diplomático, soldado y espía francés del siglo XVIII, el Chevalier d’Éon, quien se presentó abiertamente como mujer en 1777, es una de las primeras personas conocidas en trasgredir las nociones sociales del género y la sexualidad. Su influencia fue tal que la palabra “eonismo” es precursora a lo que hoy en día se entiende por travestismo, es decir, vestirse con prendas del género opuesto. (El panorama LGBTIQ+ en la capital en el mes del orgullo homosexual y disidente)
“En estos archivos, los casos de representación LGBTIQ+ se revelan en retrospectiva, a través de la influencia de sus comunidades en todos los aspectos de la sociedad”, comenta Llewellyn en el proceso de curaduría. Por ejemplo, los “transformistas”, un fenómeno de la época victoriana de los music hall y los espectáculos de variedades, eran mujeres subversivas, satíricas y enormemente populares que usaban atuendos masculinos en una época en la que los pantalones eran estrictamente para hombres. Como las drag Queens hoy en día, estas artistas cuestionaban la rigidez del género en un escenario masivo. (Identidad de género y expresión de género: ¿cuál es la diferencia?)
Una de las primeras obras literarias que abordan una relación lésbica es “El Pozo de la Soledad”, de la escritora británica Marguerite Radclyffe Hall. En la novela, y a lo largo de su vida, la autora habló abiertamente sobre su sexualidad, lo cual era algo inaudito a principios del siglo XX. Ella explicaba la homosexualidad como “invertir el género”, lo que la llevó a estar involucrada en más de un escandaloso en su vida. Tuvo varias parejas como la cantante Mabel Batten y la escultora y traductora británica Lady Una Trowbridge, con quien sale en esta fotografía de 1927. (La palabra “homosexual” nunca apareció en la Biblia)
Al mismo tiempo, al otro lado del Atlántico, la cantante e intérprete Gladys Bentley estaba alcanzando la fama como parte del movimiento del Renacimiento de Harlem. Tras enterarse de que un popular bar clandestino gay, Harry Hansberry’s Clam House, estaba haciendo audiciones para pianistas masculinos, la artista empezó a vestirse con ropa de hombre en el escenario. Bentley utilizó el drag como espacio experimental para burlarse de las costumbres sociales, pero a diferencia de sus predecesoras sí hablaba abiertamente de su sexualidad. (De Juan Tarquino a Lesley Wolf, la fantasía del arte drag)
Roberta Elizabeth Cowell fue piloto de carreras y de combate de la Segunda Guerra Mundial, además, fue la primera mujer trans británica en someterse a una cirugía de afirmación de sexo. En 1954, la revista Picture Post publicó un reportaje con su historia en el cual aparece como “él” al principio de los artículos, convirtiéndose en “ella” una vez que la cronología llega a 1948, año de la cirugía. Ante el fracaso de su carrera en el mundo de la aviación, se retiró de la escena pública y murió en 2011. Sin embargo, como cuenta el obituario del New York Times “Sin Pasar por Alto: Roberta Cowell, Pionera Trans y Piloto”, ella marcó un inicio en el acceso a procedimientos de afirmación de género para personas trans.
El Stonewall Inn se referencia como el lugar de nacimiento del movimiento moderno por los derechos LGBTIQ+. En la madrugada del 28 de junio, miembros de la División de Moral Pública de la Brigada Antivicio de Nueva York hicieron una redada en el Stonewall, lo que era habitual en los bares gais de la ciudad. Una multitud comenzó a protestar en la calle, el enfrentamiento se volvió violento cuando las detenciones policiales se hicieron más persistentes y agresivas. Un mes más tarde se celebró en Nueva York la primera manifestación masiva por los derechos homosexuales, mientras que un acto conmemorativo celebrado un año después se cita como precursor del Orgullo que se celebra hoy en todo el mundo. (Así será la marcha del Orgullo LGBTIQ+ en Bogotá)
La imágen de Mc Darrah, “el ojo de Village Voice”, ofrece relatos de primera mano de un momento crucial en la historia LGBTIQ+. Las imágenes de McDarrah, representadas por la Colección MUUS, un hogar de los archivos fotográficos estadounidenses por excelencia del siglo XX, sin duda contribuyeron tanto al impacto del movimiento como a nuestra memoria colectiva de la época.