Entrevista con Francesca Mcqoid, primera gerenta de diversidad sexual de Colombia
La abogada habla sobre su cargo, las funciones de la gerencia que encabeza, lo que viene para la Política Pública LGBTIQ+ a nivel nacional, la futura Ley Integral Trans, la espiritualidad, sus alegrías y sus dolores.
Pilar Cuartas Rodríguez
Francesca Mcqoid es la primera persona trans no binaria que ocupa un alto cargo en el gobierno de Colombia. Es abogada y lleva años trabajando por los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans y queer. Lo ha hecho desde el sector público, principalmente desde entidades del Distrito de Bogotá, y después fue la directora del área jurídica de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a personas Trans GAAT. Hoy es la gerenta de diversidad sexual y derechos LGTBIQ+ de la Vicepresidencia de la República, la primera que ocupa este cargo.
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Sus pronombres son “ella” o “elle”, transita entre lo masculino y femenino y tiene claro que su identidad rompe con lo que políticamente significa ser un hombre o una mujer. Lo que quiere es sentirse cómoda. Es especialista en Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.
En entrevista con El Espectador, Francesca Mcqoid habla sobre su cargo, las funciones de la gerencia que encabeza, lo que viene para la Política Pública LGBTIQ+ a nivel nacional, la futura Ley Integral Trans, la espiritualidad, sus alegrías y sus dolores.
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¿Cómo le llegó el ofrecimiento a este cargo y por qué decidió aceptarlo? Teniendo en cuenta que leí que le gusta pasar “desapercibida”, algo que no pasa en la Vicepresidencia.
Expidieron un decreto de misiones de la Vicepresidencia y preguntaron por personas LGBTIQ+ que tuvieran unos perfiles muy específicos, yo estaba en esos perfiles y me llamaron a entrevista. Lo primero que pensé fue: “no voy a quedar seleccionada”, porque usualmente las personas trans no pensamos que vamos a quedar en un cargo directivo. Me presenté para saber de qué se trataba y supe que otras personas se presentaron a entrevista y que quedé seleccionada, por mi experiencia en la Política Pública LGBTIQ+ de Bogotá. Trabajé como abogada en la Subdirección para Asuntos LGBTIQ+ de Bogotá y la Unidad contra la Discriminación.
En video: ¿Por qué se está gestando una Ley Integral Trans?
Lo dudé porque siempre he tenido la oportunidad de trabajar en lugares en los que no soy tan visible. Estuve en la marcha LGBTIQ+ impulsando cosas, pero usualmente no estaba en los medios de comunicación ni nada por el estilo. Por ese miedo usual que ocupamos las personas con experiencia de vida trans, porque empiezan a señalarnos qué está bien y qué está mal o que está masculino o demasiado femenino. Es un miedo que aprendamos y para mí fue un reto dejarlo a un lado.
¿Cuál es la función de esta nueva gerencia para asuntos de diversidad sexual?
Apoyar a la vicepresidenta en relación con la coordinación y articulación interinstitucional para la puesta en marcha de la Política Pública Nacional LGBTIQ+.
¿En qué se diferenciará esta gerencia del futuro Viceministerio de Diversidades en el Ministerio de la Igualdad?
La figura de la gerencia se eliminará para hacer parte del Ministerio de Igualdad, como una dirección de derechos de personas LGBTIQ+ dentro del Viceministerio de Diversidades. No tendrá el mismo rango jerárquico, aquí estamos en un orden jerárquico más amplio, este es y será seguramente el cargo LGBTIQ+ más alto de la Nación por siempre (risas), aunque se acabe. Allá la directora o director tendrá la labor puntual de poner en marcha la Política Pública Nacional LGBTIQ+ y generar programas dirigidos a la igualdad y la equidad de personas LGBTIQ+.
Lee aquí: Así le fue a la Comisión por la Diversidad en su primer año en el Congreso
Su nombre en los documentos de identidad no es igual a su nombre identitario: Francesca Mcqoid. ¿Cómo ha hecho el Gobierno para respetarlo y reflejarlo en los documentos y actos oficiales?
Lo que siempre he solicitado en los trabajos que he ocupado, desde el momento en que transité, es que se garantice que mi nombre identitario. Es un derecho fundamental para las personas con experiencias de vida trans que no queremos o no podemos realizar el proceso de cambio de nombres. Cuando llegué al DAPRE tenía esa pregunta porque me tocaba firmar documentos, responder derechos de petición, y quería que se respetara mi nombre identitario.
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La entidad emitió un concepto jurídico, que es muy poderoso, porque estamos en el sector Presidencia, que permea a los demás sectores de gobierno. Es un lineamiento que reconoce que el nombre identitario es un derecho fundamental y que las personas con experiencia de vida trans pueden ser contratadas con su nombre jurídico, así com se usa en lo que tiene que ver con lo administrativo, pero en lo que tiene que ver con el trato, correo, carné institucional, debe ser con el nombre identitario. (Orville Peck, el vaquero queer que revoluciona el country)
¿Y no cambió su nombre porque no quiso o no pudo?
Lo he pensado mucho porque, para mí, reivindicar que el nombre identitario es un derecho implica que alguien lleve esa bandera todo el tiempo. Si yo me cambiara el nombre, ya no tendría esa necesidad, pero, como soy abogada, me gusta el proceso de llegar a una entidad y transformarla internamente. Es una elección para mí. El nombre identitario es una bandera política y un derecho fundamental.
La Política Pública LGBTI sigue sin ser una realidad a nivel nacional, pese a que la Corte Constitucional dio la orden. ¿En qué va su ejecución?
Se sigue ejecutando de una manera extraña, porque lo que no está en este momento en funcionamiento es el plan de acción de política pública, que perdió vigencia en 2022. El plan aterriza institucionalmente la estructura y tampoco tenía una ejecución clara, porque siento que era más un check list de qué tenían las entidades y proponer acciones. Por ejemplo, la Policía tenía como acción hacer talleres de derechos humanos para los agentes de Policía, lo cual está dentro de sus obligaciones y no tiene que ver necesariamente con temas LGBTIQ+.
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Lo que se requiere ahora es actualizar el plan y la política pública para que tenga acciones que realmente intervengan en la realidad de las personas en los territorios del país, que es lo que nunca ocurrido. Entonces, sí se ejecuta la política, pero sin tener en cuenta las realidades y necesidades de las personas LGBTIQ+.
¿Cuándo estará lista esa actualización de la Política Pública LGBTIQ+ a nivel nacional?
Estamos planteando unos ejercicios regionales para encontrar información en los diferentes lugares del país, acercarnos a la ruralidad y la interseccionalidad de las personas LGBTIQ+, pero debe ser una labor también de la dirección de personas LGBTIQ+ aterrizar ese proceso de la actualización de la política pública. Nosotras hacemos insumos y entregamos. Esto tendría que estar para inicios del próximo año, ha sido un reto porque no hemos tenido presupuesto asignado y hasta ahora vamos a empezar a ejecutar un presupuesto para esos encuentros.
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En términos prácticos, ¿para qué podría servir esa Política Pública LGBTIQ+?
Para posicionar las razones por las cuales las personas LGBTIQ+ no cuentan con las mismas garantías de derechos que otras personas y para generar acciones afirmativas que las entidades lleven a cabo y aterricen en programas, proyectos, planes que vayan dirigidos a generar un piso jurídico para que las personas sean tratadas con igualdad.
Se habla también de la radicación de un proyecto de ley diseñado para garantizar los derechos de las personas trans. ¿El gobierno apoyará ese proyecto de ley?
Como este proyecto de ley ha sido impulsado por personas con experiencia de vida trans que se han reunido, no hemos recibido una solicitud puntual de los comités que trabajan en el marco de la creación del documento del proyecto de ley. Yo he hecho parte anteriormente de ese proceso, pero no se ha solicitado la participación del Gobierno. Pensaría que sería estratégico.
Lee aquí: 70 personas LGBTIQ+ son candidatas en las próximas elecciones territoriales
Como persona trans, no como funcionaria pública, ¿considera necesario este proyecto y qué cree que debería contener?
Sí. Existe un círculo en el que las personas trans, por barreras de acceso a derechos, se mantienen en un lugar de exclusión. Usualmente no se encuentran personas trans directivas, profesionales, que tengan un trabajo formal. Esto puede ocurrir por falta de acceso a la educación o porque ingreso a estudiar y no puedo permanecer porque me discriminan, no porque no tengo con qué pagarlo, y luego entonces me dedico a otro asunto. Y también implica tener otras oportunidades laborales que son informales y trabajos transexualizados (cotero o rusos para hombres trans y peluquería y trabajo sexual para las mujeres trans).
Esa ley debería tener unas acciones afirmativas en relación con el ingreso y permanencia al estudio, oportunidades de trabajo, temas como el derecho al acceso integral a la salud, que no solo es salud física sino la mental. Por lo menos eso debería tener. (Manicures y cortes de pelo: el orgullo LGBT en el Mundial Femenino)
En junio, la Presidencia izó las banderas LGBTIQ+ y trans por el Día del Orgullo LBGTIQ+. Hubo elogios y críticas. ¿Qué sintió con este acto?
Me sentí bastante feliz. La idea surgió de la gerencia y la vicepresidenta ordenó que las banderas LGBTIQ+ se izaran en todos los sectores de gobierno. Pronto publicaremos un video en el que mostraremos ese proceso, en todos los ministerios se puso la bandera LGBTIQ, no solo en Presidencia.
Simbólicamente representa muchas cosas. Antes el tema no se posicionaba de forma tan directa en un gobierno y, si lo hacía, era de manera soterrada para que nadie lo viera o no se supiera. Pero que este gobierno haya posicionado las banderas en la Casa del Nariño implica que le está poniendo la cara a la población y eso significa demasiado. Que la gente sepa que existimos y estamos en la sociedad. Si ya eso se sabe, el siguiente paso debe ser cómo nos tratamos y cómo se garantizan los derechos.
He visto también que la gerencia para la diversidad sexual habla del término “trabajo sexual”. Entendería entonces que el gobierno se ubica desde una postura regulacionista. ¿Es así?
De lo que habla el gobierno es la regulación de las actividades sexuales pagadas, que no se relaciona con la regulación o el abolicionismo. La postura de gobierno es regular las actividades sexuales pagadas para garantizar los derechos de las personas que ejercen. Como va a estar ubicada en el Viceministerio de las Mujeres, esta dirección deberá generar unas políticas concretas para reconocer que este es un tema de derechos. Independiente de si se regula como trabajo sexual o se abole, o se vuelve un delito el ejercicio, en todo caso las mujeres y las personas que ejercen actividades sexuales pagadas requieren derechos, como el acceso a la salud y oportunidades de educación. Es una postura diferente que habla de derechos.
En video: Danne Aro Belmont, una mujer con barba e hipoacúsica
En el pasado también fue directora del área jurídica de la de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a personas Trans GAAT y ahí conoció a la activista Laura Weinstein. ¿Cómo la recuerda a ella?
Conocí a Laura antes en el centro comunitario LGBTIQ+, ni siquiera era abogada, era una pelada. La recuerdo con mucho amor, yo entré al GAAT cuando ya había fallecido. Pero la conocía. Las personas trans a veces tenemos una representación familiar elegida y ella era una de mis madres. Era una persona que siempre estaba dispuesta a enseñarles a muchas personas, ir a espacios a posicionar el tema de lo que significa ser una persona trans, aun cuando sabía que la iban a violentar. Los últimos días la vi con mucha fuerza, no la vi desfallecer o aburrida, siempre feliz.
Usted también intervino en la sentencia histórica con la que la Corte Constitucional ordenó incorporar la casilla de sexo “no binaria” en los documentos de identidad. ¿Por qué es importante este tipo de decisiones?
Esta sentencia es muy importante porque genera un debate, acoge mucha información y habla mucho de lo que significa la identidad de género. Ese avance jurisprudencial es importante, que la gente pueda conocer qué son las experiencias de vida trans, hay muchas personas activistas trans que emitieron conceptos sobre lo que es una categoría diferente a lo masculino y femenino.
La Corte se decidió por la categoría “no binario”. Pero hay otras posturas en la misma sentencia que exploran otras posibilidades, como el hecho de ser trans y tener una T en el documento, o una equis. Cada sentencia en temas LGBTIQ+, no solo trans, ha generado avances normativos que deberían posicionarse en el Congreso, que es el órgano legislativo.
Hablemos de Francesca Mcqoid fuera del espacio laboral. ¿Qué es lo que más le ha dolido?
La muerte y no deja de dolerme. Las personas trans estamos acostumbradas a que nuestros escenarios y contextos siempre implican que escuchamos constantemente de la muerte de otras personas que nos rodean, muchas hermanas, incluso Laura, que no esperabamos que murieran tan pronto.
¿Y lo que más le ha dado felicidad?
Me la paso feliz todo el tiempo, pero me dio felicidad saber que iba a trabajar aquí.
¿Cómo entiende ahora la masculinidad en un país como Colombia?
Las masculinidad tiene la particularidad de acogerse a la violencia y negar que existen muchas cosas más allá de lo enseñado. Debería haber un proceso particular para el reconocimiento de la diversidad. La transmaculinidad me ha enseñado que hay otras formas de ser masculino, conozco muchas transmaculinidades que son más empáticas.
Quienes la conocen dicen que es muy paciente y pocas veces se le ve enojada. ¿Qué la hace enojar?
Antes era una persona muy enojada, pero mi paso por el equipo de la estrategia URI de la Secretaría de la Mujer me enseñó a estar mucho más tranquila. Me saca el mal genio la deshonestidad, no puedo ser deshonesta, prefiero quedarme callada cuando siento que lo que voy a decir no sale del fondo de mí. Y cuando alguien es deshonesto o quiere ganar algo sin importar las demás personas, me enojo con facilidad.
También me contaron que es muy espiritual. ¿En qué cree?
Creo en lo que las personas creen espiritualmente. Los seres humanos posicionan las espiritualidad a través de sus vivencias y no invalido ninguna de ellas. Creo en Dios, Jesús, Buda, runas, tarot. Todo tiene fuerza.
¿Qué signo es?
Virgo.
¿Cuál es la canción que más escucha?
Estoy llorando por ti, pero no es triste (risas).
¿Y su libro favorito?
Las malas, de Camila Sosa.
Francesca Mcqoid es la primera persona trans no binaria que ocupa un alto cargo en el gobierno de Colombia. Es abogada y lleva años trabajando por los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans y queer. Lo ha hecho desde el sector público, principalmente desde entidades del Distrito de Bogotá, y después fue la directora del área jurídica de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a personas Trans GAAT. Hoy es la gerenta de diversidad sexual y derechos LGTBIQ+ de la Vicepresidencia de la República, la primera que ocupa este cargo.
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Sus pronombres son “ella” o “elle”, transita entre lo masculino y femenino y tiene claro que su identidad rompe con lo que políticamente significa ser un hombre o una mujer. Lo que quiere es sentirse cómoda. Es especialista en Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.
En entrevista con El Espectador, Francesca Mcqoid habla sobre su cargo, las funciones de la gerencia que encabeza, lo que viene para la Política Pública LGBTIQ+ a nivel nacional, la futura Ley Integral Trans, la espiritualidad, sus alegrías y sus dolores.
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¿Cómo le llegó el ofrecimiento a este cargo y por qué decidió aceptarlo? Teniendo en cuenta que leí que le gusta pasar “desapercibida”, algo que no pasa en la Vicepresidencia.
Expidieron un decreto de misiones de la Vicepresidencia y preguntaron por personas LGBTIQ+ que tuvieran unos perfiles muy específicos, yo estaba en esos perfiles y me llamaron a entrevista. Lo primero que pensé fue: “no voy a quedar seleccionada”, porque usualmente las personas trans no pensamos que vamos a quedar en un cargo directivo. Me presenté para saber de qué se trataba y supe que otras personas se presentaron a entrevista y que quedé seleccionada, por mi experiencia en la Política Pública LGBTIQ+ de Bogotá. Trabajé como abogada en la Subdirección para Asuntos LGBTIQ+ de Bogotá y la Unidad contra la Discriminación.
En video: ¿Por qué se está gestando una Ley Integral Trans?
Lo dudé porque siempre he tenido la oportunidad de trabajar en lugares en los que no soy tan visible. Estuve en la marcha LGBTIQ+ impulsando cosas, pero usualmente no estaba en los medios de comunicación ni nada por el estilo. Por ese miedo usual que ocupamos las personas con experiencia de vida trans, porque empiezan a señalarnos qué está bien y qué está mal o que está masculino o demasiado femenino. Es un miedo que aprendamos y para mí fue un reto dejarlo a un lado.
¿Cuál es la función de esta nueva gerencia para asuntos de diversidad sexual?
Apoyar a la vicepresidenta en relación con la coordinación y articulación interinstitucional para la puesta en marcha de la Política Pública Nacional LGBTIQ+.
¿En qué se diferenciará esta gerencia del futuro Viceministerio de Diversidades en el Ministerio de la Igualdad?
La figura de la gerencia se eliminará para hacer parte del Ministerio de Igualdad, como una dirección de derechos de personas LGBTIQ+ dentro del Viceministerio de Diversidades. No tendrá el mismo rango jerárquico, aquí estamos en un orden jerárquico más amplio, este es y será seguramente el cargo LGBTIQ+ más alto de la Nación por siempre (risas), aunque se acabe. Allá la directora o director tendrá la labor puntual de poner en marcha la Política Pública Nacional LGBTIQ+ y generar programas dirigidos a la igualdad y la equidad de personas LGBTIQ+.
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Su nombre en los documentos de identidad no es igual a su nombre identitario: Francesca Mcqoid. ¿Cómo ha hecho el Gobierno para respetarlo y reflejarlo en los documentos y actos oficiales?
Lo que siempre he solicitado en los trabajos que he ocupado, desde el momento en que transité, es que se garantice que mi nombre identitario. Es un derecho fundamental para las personas con experiencias de vida trans que no queremos o no podemos realizar el proceso de cambio de nombres. Cuando llegué al DAPRE tenía esa pregunta porque me tocaba firmar documentos, responder derechos de petición, y quería que se respetara mi nombre identitario.
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La entidad emitió un concepto jurídico, que es muy poderoso, porque estamos en el sector Presidencia, que permea a los demás sectores de gobierno. Es un lineamiento que reconoce que el nombre identitario es un derecho fundamental y que las personas con experiencia de vida trans pueden ser contratadas con su nombre jurídico, así com se usa en lo que tiene que ver con lo administrativo, pero en lo que tiene que ver con el trato, correo, carné institucional, debe ser con el nombre identitario. (Orville Peck, el vaquero queer que revoluciona el country)
¿Y no cambió su nombre porque no quiso o no pudo?
Lo he pensado mucho porque, para mí, reivindicar que el nombre identitario es un derecho implica que alguien lleve esa bandera todo el tiempo. Si yo me cambiara el nombre, ya no tendría esa necesidad, pero, como soy abogada, me gusta el proceso de llegar a una entidad y transformarla internamente. Es una elección para mí. El nombre identitario es una bandera política y un derecho fundamental.
La Política Pública LGBTI sigue sin ser una realidad a nivel nacional, pese a que la Corte Constitucional dio la orden. ¿En qué va su ejecución?
Se sigue ejecutando de una manera extraña, porque lo que no está en este momento en funcionamiento es el plan de acción de política pública, que perdió vigencia en 2022. El plan aterriza institucionalmente la estructura y tampoco tenía una ejecución clara, porque siento que era más un check list de qué tenían las entidades y proponer acciones. Por ejemplo, la Policía tenía como acción hacer talleres de derechos humanos para los agentes de Policía, lo cual está dentro de sus obligaciones y no tiene que ver necesariamente con temas LGBTIQ+.
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Lo que se requiere ahora es actualizar el plan y la política pública para que tenga acciones que realmente intervengan en la realidad de las personas en los territorios del país, que es lo que nunca ocurrido. Entonces, sí se ejecuta la política, pero sin tener en cuenta las realidades y necesidades de las personas LGBTIQ+.
¿Cuándo estará lista esa actualización de la Política Pública LGBTIQ+ a nivel nacional?
Estamos planteando unos ejercicios regionales para encontrar información en los diferentes lugares del país, acercarnos a la ruralidad y la interseccionalidad de las personas LGBTIQ+, pero debe ser una labor también de la dirección de personas LGBTIQ+ aterrizar ese proceso de la actualización de la política pública. Nosotras hacemos insumos y entregamos. Esto tendría que estar para inicios del próximo año, ha sido un reto porque no hemos tenido presupuesto asignado y hasta ahora vamos a empezar a ejecutar un presupuesto para esos encuentros.
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En términos prácticos, ¿para qué podría servir esa Política Pública LGBTIQ+?
Para posicionar las razones por las cuales las personas LGBTIQ+ no cuentan con las mismas garantías de derechos que otras personas y para generar acciones afirmativas que las entidades lleven a cabo y aterricen en programas, proyectos, planes que vayan dirigidos a generar un piso jurídico para que las personas sean tratadas con igualdad.
Se habla también de la radicación de un proyecto de ley diseñado para garantizar los derechos de las personas trans. ¿El gobierno apoyará ese proyecto de ley?
Como este proyecto de ley ha sido impulsado por personas con experiencia de vida trans que se han reunido, no hemos recibido una solicitud puntual de los comités que trabajan en el marco de la creación del documento del proyecto de ley. Yo he hecho parte anteriormente de ese proceso, pero no se ha solicitado la participación del Gobierno. Pensaría que sería estratégico.
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Como persona trans, no como funcionaria pública, ¿considera necesario este proyecto y qué cree que debería contener?
Sí. Existe un círculo en el que las personas trans, por barreras de acceso a derechos, se mantienen en un lugar de exclusión. Usualmente no se encuentran personas trans directivas, profesionales, que tengan un trabajo formal. Esto puede ocurrir por falta de acceso a la educación o porque ingreso a estudiar y no puedo permanecer porque me discriminan, no porque no tengo con qué pagarlo, y luego entonces me dedico a otro asunto. Y también implica tener otras oportunidades laborales que son informales y trabajos transexualizados (cotero o rusos para hombres trans y peluquería y trabajo sexual para las mujeres trans).
Esa ley debería tener unas acciones afirmativas en relación con el ingreso y permanencia al estudio, oportunidades de trabajo, temas como el derecho al acceso integral a la salud, que no solo es salud física sino la mental. Por lo menos eso debería tener. (Manicures y cortes de pelo: el orgullo LGBT en el Mundial Femenino)
En junio, la Presidencia izó las banderas LGBTIQ+ y trans por el Día del Orgullo LBGTIQ+. Hubo elogios y críticas. ¿Qué sintió con este acto?
Me sentí bastante feliz. La idea surgió de la gerencia y la vicepresidenta ordenó que las banderas LGBTIQ+ se izaran en todos los sectores de gobierno. Pronto publicaremos un video en el que mostraremos ese proceso, en todos los ministerios se puso la bandera LGBTIQ, no solo en Presidencia.
Simbólicamente representa muchas cosas. Antes el tema no se posicionaba de forma tan directa en un gobierno y, si lo hacía, era de manera soterrada para que nadie lo viera o no se supiera. Pero que este gobierno haya posicionado las banderas en la Casa del Nariño implica que le está poniendo la cara a la población y eso significa demasiado. Que la gente sepa que existimos y estamos en la sociedad. Si ya eso se sabe, el siguiente paso debe ser cómo nos tratamos y cómo se garantizan los derechos.
He visto también que la gerencia para la diversidad sexual habla del término “trabajo sexual”. Entendería entonces que el gobierno se ubica desde una postura regulacionista. ¿Es así?
De lo que habla el gobierno es la regulación de las actividades sexuales pagadas, que no se relaciona con la regulación o el abolicionismo. La postura de gobierno es regular las actividades sexuales pagadas para garantizar los derechos de las personas que ejercen. Como va a estar ubicada en el Viceministerio de las Mujeres, esta dirección deberá generar unas políticas concretas para reconocer que este es un tema de derechos. Independiente de si se regula como trabajo sexual o se abole, o se vuelve un delito el ejercicio, en todo caso las mujeres y las personas que ejercen actividades sexuales pagadas requieren derechos, como el acceso a la salud y oportunidades de educación. Es una postura diferente que habla de derechos.
En video: Danne Aro Belmont, una mujer con barba e hipoacúsica
En el pasado también fue directora del área jurídica de la de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a personas Trans GAAT y ahí conoció a la activista Laura Weinstein. ¿Cómo la recuerda a ella?
Conocí a Laura antes en el centro comunitario LGBTIQ+, ni siquiera era abogada, era una pelada. La recuerdo con mucho amor, yo entré al GAAT cuando ya había fallecido. Pero la conocía. Las personas trans a veces tenemos una representación familiar elegida y ella era una de mis madres. Era una persona que siempre estaba dispuesta a enseñarles a muchas personas, ir a espacios a posicionar el tema de lo que significa ser una persona trans, aun cuando sabía que la iban a violentar. Los últimos días la vi con mucha fuerza, no la vi desfallecer o aburrida, siempre feliz.
Usted también intervino en la sentencia histórica con la que la Corte Constitucional ordenó incorporar la casilla de sexo “no binaria” en los documentos de identidad. ¿Por qué es importante este tipo de decisiones?
Esta sentencia es muy importante porque genera un debate, acoge mucha información y habla mucho de lo que significa la identidad de género. Ese avance jurisprudencial es importante, que la gente pueda conocer qué son las experiencias de vida trans, hay muchas personas activistas trans que emitieron conceptos sobre lo que es una categoría diferente a lo masculino y femenino.
La Corte se decidió por la categoría “no binario”. Pero hay otras posturas en la misma sentencia que exploran otras posibilidades, como el hecho de ser trans y tener una T en el documento, o una equis. Cada sentencia en temas LGBTIQ+, no solo trans, ha generado avances normativos que deberían posicionarse en el Congreso, que es el órgano legislativo.
Hablemos de Francesca Mcqoid fuera del espacio laboral. ¿Qué es lo que más le ha dolido?
La muerte y no deja de dolerme. Las personas trans estamos acostumbradas a que nuestros escenarios y contextos siempre implican que escuchamos constantemente de la muerte de otras personas que nos rodean, muchas hermanas, incluso Laura, que no esperabamos que murieran tan pronto.
¿Y lo que más le ha dado felicidad?
Me la paso feliz todo el tiempo, pero me dio felicidad saber que iba a trabajar aquí.
¿Cómo entiende ahora la masculinidad en un país como Colombia?
Las masculinidad tiene la particularidad de acogerse a la violencia y negar que existen muchas cosas más allá de lo enseñado. Debería haber un proceso particular para el reconocimiento de la diversidad. La transmaculinidad me ha enseñado que hay otras formas de ser masculino, conozco muchas transmaculinidades que son más empáticas.
Quienes la conocen dicen que es muy paciente y pocas veces se le ve enojada. ¿Qué la hace enojar?
Antes era una persona muy enojada, pero mi paso por el equipo de la estrategia URI de la Secretaría de la Mujer me enseñó a estar mucho más tranquila. Me saca el mal genio la deshonestidad, no puedo ser deshonesta, prefiero quedarme callada cuando siento que lo que voy a decir no sale del fondo de mí. Y cuando alguien es deshonesto o quiere ganar algo sin importar las demás personas, me enojo con facilidad.
También me contaron que es muy espiritual. ¿En qué cree?
Creo en lo que las personas creen espiritualmente. Los seres humanos posicionan las espiritualidad a través de sus vivencias y no invalido ninguna de ellas. Creo en Dios, Jesús, Buda, runas, tarot. Todo tiene fuerza.
¿Qué signo es?
Virgo.
¿Cuál es la canción que más escucha?
Estoy llorando por ti, pero no es triste (risas).
¿Y su libro favorito?
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