Epifanía, la empresa que habla sobre diversidad sexual desde la cerveza y el café
Dos mujeres lesbianas y oriundas del Caribe colombiano están detrás de este negocio. Desde la cerveza artesanal y el café de origen, hacen un homenaje a las personas LGBTIQ+ e invitan a dialogar sobre diversidad, inclusión y el mundo empresarial.
Mariana Escobar Bernoske
¿A qué sabe una cerveza y un café LGBTIQ+? Esa es la pregunta que reciben Sofía Vargas y Anyelin Pérez cada vez que dan a conocer su negocio, Epifanía. Esta empresa, creada y liderada por mujeres lesbianas, surgió con la meta de desarrollar un modelo de negocio pensado a partir de la diversidad sexual y de género como el pilar de sus operaciones.
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Para sus creadoras, el significado de la palabra “epifanía” va más allá de un momento de revelación, está ligado con el autodescubrimiento y abrazar la autenticidad de cada quien. Por ejemplo, ese momento en que una persona LGBTIQ+ entiende y acepta su identidad de género u orientación sexual y, por primera vez, siente tranquilidad.
Nacieron en 2021 como la primera cerveza artesanal del país pensada desde, pero no exclusivamente para, la población LGBTIQ+. “En ese momento estaban haciendo muchas cervezas artesanales conceptuales, como la cerveza de excombatientes. Había una oportunidad de mercado y era el momento para hablar de las diversidades detrás de la cerveza”, comparte Sofía, quien es psicóloga.
No solo tenían el objetivo de incursionar en el mundo cervecero, sino también de normalizar y visibilizar la diversidad sexual y de género a través de productos de consumo masivo. Por eso, también decidieron apostarle al café de origen. Junto con pequeños caficultores y bajo el lema de “menos clóset, más campo”, buscan romper con el imaginario de que “la libertad de las personas diversas se da solo en lo urbano”.
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Desde el principio, su meta siempre fue construir una marca y unos productos con el que la gente se sintiera representada más allá del mes del orgullo. Incluso, mostrar que enunciarse desde la diversidad es más que colocar una bandera arcoíris, implica un compromiso real por la no discriminación y buscar proveedores y colaboradores interesados en estos temas.
“Afortunadamente, estamos en un momento en el que la diversidad importa”, afirma Anyelin, ingeniera industrial especialista en inteligencia de negocios. “Ya sea por legislación o porque las nuevas generaciones ya no se esconden, pero hay una fuerte movida en el mundo empresarial. La idea es abrir diálogos para que la gente sea coherente, que la diversidad no es un asunto de cuotas, sino de que te informes y eduques al respecto”, añade.
Según la Cámara de Comercio de la Diversidad, el poder adquisitivo de la población LGBTIQ+ en Colombia llega a los $16.000 millones anuales. Asimismo, las compañías que han impulsado prácticas de inclusión hacia grupos de poblaciones diversas, no solo LGBTIQ+ sino también personas racializadas, con discapacidades o de territorios históricamente olvidados, lograron incrementar su rentabilidad hasta 18% y elevar en un 39% la productividad de su talento humano.
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Al ser una pequeña empresa, sus dueñas saben que la capacidad para emplear a más personas diversas es reducida. Sin embargo, en los últimos años, han dictado charlas y talleres sobre su experiencia como mujeres empresarias y también ofrecen catas de cerveza o café que van acompañadas de capacitaciones en temas de inclusión a otras empresas. Además, un porcentaje de sus utilidades va destinado a la Fundación Sergio Urrego y su línea de atención para prevención al suicidio de niños, niñas y adolescentes.
Ellas son conscientes de que su marca compite no por ser una empresa diversa, sino por la calidad del café y la cerveza. No obstante, algo a lo que aspira Epifanía es que en Colombia exista un consumidor informado sobre el tema de diversidades. “Es como con los ambientalistas. Así como tienen la convicción de que no le compran a una empresa que contamina o que no tiene políticas de sostenibilidad, eso debería pasar también con el público LGBTIQ+. Que apoyar marcas como la nuestra tiene de fondo el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas diversas”, explica Sofía.
Sobre si alguna vez han recibido alguna reacción negativa por ser una empresa abiertamente LGBTIQ+, señalan que se han topado con más apoyo que con puertas cerradas. Dicen que en eventos sí ha habido personas que no se acercan a la marca cuando ven la bandera del orgullo, pero que a la mayoría les ha causado intriga su concepto.
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Algunas veces esa intriga por Epifanía va de la mano de la pregunta de qué pasa cuando se toma su cerveza o café. La explicación de ellas es “no sé” y no falta la broma de que se van a volver gais. O incluso, les han hecho el comentario de si el rayo que tiene la imagen de su marca es el famoso “rayo homosexualizador”. Sin embargo, para ellas estos “clichés” son también un lugar de encuentro que les permite explicar realmente qué significa ser una empresa diversa.
En el transcurso de estos años, ellas consideran que uno de los logros más importantes de Epifanía ha sido consolidar un espacio profesional que les brinda la oportunidad de ser auténticas. Un espacio que celebra sus identidades de mujeres lesbianas y les ha permitido reclamar su título de empresarias. Son conscientes de que persisten brechas para que las mujeres, y en especial aquellas con una orientación sexual o identidad de género diversa, lleguen a puestos de liderazgo en estas industrias y en el mercado laboral en general. Pero, aun así, sienten que vale la pena seguir irrumpiendo.
Asimismo, el tema de la representación y de celebrar esa epifanía de las personas LGBTIQ+ es algo que las motiva. “A mí me gustan mucho esos momentos puntuales en los que el sentido de Epifanía se materializa. Recuerdo cuando una chica me pidió cervezas para su primera cita con otra mujer. O la vez que una mamá nos compró para regalarle a su hija adolescente que se había emocionado al ver una marca de otras mujeres diversas”, comparte Anyelin.
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Hoy, una de sus metas es poder llegar a más ciudades de Colombia e incluso internacionalizar sus productos por medio del comercio electrónico, que actualmente es su principal plataforma de venta. También sueñan con ver sus productos en los estantes de los supermercados y qué más personas se interesen en el por qué son LGBTIQ+.
Aunque Sofía prefiere el café y Anyelin la cerveza, ambas concuerdan de que son bebidas que invitan a tener una conversación. Por eso, más allá de su apuesta ética, estética y social por la inclusión y respeto a la diversidad, Epifanía también es la oportunidad de tomarse algo distinto y probar sabores que quizás no encontrarían en una cerveza o café tradicional.
¿A qué sabe una cerveza y un café LGBTIQ+? Esa es la pregunta que reciben Sofía Vargas y Anyelin Pérez cada vez que dan a conocer su negocio, Epifanía. Esta empresa, creada y liderada por mujeres lesbianas, surgió con la meta de desarrollar un modelo de negocio pensado a partir de la diversidad sexual y de género como el pilar de sus operaciones.
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Para sus creadoras, el significado de la palabra “epifanía” va más allá de un momento de revelación, está ligado con el autodescubrimiento y abrazar la autenticidad de cada quien. Por ejemplo, ese momento en que una persona LGBTIQ+ entiende y acepta su identidad de género u orientación sexual y, por primera vez, siente tranquilidad.
Nacieron en 2021 como la primera cerveza artesanal del país pensada desde, pero no exclusivamente para, la población LGBTIQ+. “En ese momento estaban haciendo muchas cervezas artesanales conceptuales, como la cerveza de excombatientes. Había una oportunidad de mercado y era el momento para hablar de las diversidades detrás de la cerveza”, comparte Sofía, quien es psicóloga.
No solo tenían el objetivo de incursionar en el mundo cervecero, sino también de normalizar y visibilizar la diversidad sexual y de género a través de productos de consumo masivo. Por eso, también decidieron apostarle al café de origen. Junto con pequeños caficultores y bajo el lema de “menos clóset, más campo”, buscan romper con el imaginario de que “la libertad de las personas diversas se da solo en lo urbano”.
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Desde el principio, su meta siempre fue construir una marca y unos productos con el que la gente se sintiera representada más allá del mes del orgullo. Incluso, mostrar que enunciarse desde la diversidad es más que colocar una bandera arcoíris, implica un compromiso real por la no discriminación y buscar proveedores y colaboradores interesados en estos temas.
“Afortunadamente, estamos en un momento en el que la diversidad importa”, afirma Anyelin, ingeniera industrial especialista en inteligencia de negocios. “Ya sea por legislación o porque las nuevas generaciones ya no se esconden, pero hay una fuerte movida en el mundo empresarial. La idea es abrir diálogos para que la gente sea coherente, que la diversidad no es un asunto de cuotas, sino de que te informes y eduques al respecto”, añade.
Según la Cámara de Comercio de la Diversidad, el poder adquisitivo de la población LGBTIQ+ en Colombia llega a los $16.000 millones anuales. Asimismo, las compañías que han impulsado prácticas de inclusión hacia grupos de poblaciones diversas, no solo LGBTIQ+ sino también personas racializadas, con discapacidades o de territorios históricamente olvidados, lograron incrementar su rentabilidad hasta 18% y elevar en un 39% la productividad de su talento humano.
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Al ser una pequeña empresa, sus dueñas saben que la capacidad para emplear a más personas diversas es reducida. Sin embargo, en los últimos años, han dictado charlas y talleres sobre su experiencia como mujeres empresarias y también ofrecen catas de cerveza o café que van acompañadas de capacitaciones en temas de inclusión a otras empresas. Además, un porcentaje de sus utilidades va destinado a la Fundación Sergio Urrego y su línea de atención para prevención al suicidio de niños, niñas y adolescentes.
Ellas son conscientes de que su marca compite no por ser una empresa diversa, sino por la calidad del café y la cerveza. No obstante, algo a lo que aspira Epifanía es que en Colombia exista un consumidor informado sobre el tema de diversidades. “Es como con los ambientalistas. Así como tienen la convicción de que no le compran a una empresa que contamina o que no tiene políticas de sostenibilidad, eso debería pasar también con el público LGBTIQ+. Que apoyar marcas como la nuestra tiene de fondo el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas diversas”, explica Sofía.
Sobre si alguna vez han recibido alguna reacción negativa por ser una empresa abiertamente LGBTIQ+, señalan que se han topado con más apoyo que con puertas cerradas. Dicen que en eventos sí ha habido personas que no se acercan a la marca cuando ven la bandera del orgullo, pero que a la mayoría les ha causado intriga su concepto.
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Algunas veces esa intriga por Epifanía va de la mano de la pregunta de qué pasa cuando se toma su cerveza o café. La explicación de ellas es “no sé” y no falta la broma de que se van a volver gais. O incluso, les han hecho el comentario de si el rayo que tiene la imagen de su marca es el famoso “rayo homosexualizador”. Sin embargo, para ellas estos “clichés” son también un lugar de encuentro que les permite explicar realmente qué significa ser una empresa diversa.
En el transcurso de estos años, ellas consideran que uno de los logros más importantes de Epifanía ha sido consolidar un espacio profesional que les brinda la oportunidad de ser auténticas. Un espacio que celebra sus identidades de mujeres lesbianas y les ha permitido reclamar su título de empresarias. Son conscientes de que persisten brechas para que las mujeres, y en especial aquellas con una orientación sexual o identidad de género diversa, lleguen a puestos de liderazgo en estas industrias y en el mercado laboral en general. Pero, aun así, sienten que vale la pena seguir irrumpiendo.
Asimismo, el tema de la representación y de celebrar esa epifanía de las personas LGBTIQ+ es algo que las motiva. “A mí me gustan mucho esos momentos puntuales en los que el sentido de Epifanía se materializa. Recuerdo cuando una chica me pidió cervezas para su primera cita con otra mujer. O la vez que una mamá nos compró para regalarle a su hija adolescente que se había emocionado al ver una marca de otras mujeres diversas”, comparte Anyelin.
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Hoy, una de sus metas es poder llegar a más ciudades de Colombia e incluso internacionalizar sus productos por medio del comercio electrónico, que actualmente es su principal plataforma de venta. También sueñan con ver sus productos en los estantes de los supermercados y qué más personas se interesen en el por qué son LGBTIQ+.
Aunque Sofía prefiere el café y Anyelin la cerveza, ambas concuerdan de que son bebidas que invitan a tener una conversación. Por eso, más allá de su apuesta ética, estética y social por la inclusión y respeto a la diversidad, Epifanía también es la oportunidad de tomarse algo distinto y probar sabores que quizás no encontrarían en una cerveza o café tradicional.