Más de un año después, Minigualdad sigue sin viceministro de Diversidades

El 5 de octubre del año pasado, el gobierno anunció que el politólogo Juan Carlos Florián sería el viceministro de Diversidades en el Ministerio de la Igualdad y la Equidad. Casi 11 meses después, no se ha posesionado y no hay certeza de que él vaya a ocupar el cargo. Las incertidumbres sobre la cartera y la falta de respuestas por parte de la entidad generan alerta en activistas y organizaciones que trabajan por los derechos de la población LGBTIQ+.

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El Ministerio de la Igualdad está conformado por cinco viceministerios enfocados en la protección de poblaciones históricamente vulnerables: mujeres; juventudes; comunidades étnicas y campesinado; personas en situación de pobreza o habitabilidad de calle; y, personas con discapacidades y la población sexo-género diversa. A la fecha, todos cuentan con su respectivo viceministro o viceministra, menos este último.

Según el balance de gestión del primer año del Minigualdad, la creación del viceministerio de las diversidades se concretó el pasado mes de marzo. Las dos direcciones que conforman este viceministerio ya cuentan con sus cabezas: Francesca Mcqoid, para la dependencia de derechos de la Población LGBTIQ+; y Anderson Henao Orozco, para las garantías de las personas con discapacidades. Sin embargo, no hay información disponible sobre por qué todavía no hay viceministro o viceministra.

Por una parte, el nombramiento de Florián, quien se suponía sería el titular, se vio supuestamente represado por la polémica generada a raíz de que la revista Semana hizo público que él trabajó como actor porno mientras vivía en Francia. Y, por otro lado, como compartió este diario en diciembre del año pasado, se dice que Francia Márquez quiere que sea otra persona quien ocupe el cargo. Presuntamente sería una candidata mujer trans, pero todavía no se conoce el nombre de esta opción.

En video: “He sido más que actor porno”: Juan Florián sobre Viceministerio de Diversidades

Ante la incertidumbre, el pasado 29 de julio, 35 activistas y organizaciones radicaron una petición a la vicepresidenta y ministra sobre las demoras en la posesión de la cartera. Según las fuentes consultadas, a la fecha se sigue esperando respuesta sobre la confirmación de quién será la persona que quede en cabeza del viceministerio y, aún más importante, saber quién se ha encargado en suplir hasta ahora sus funciones. En los últimos meses, el ministerio ha recibido al menos cinco derechos de petición sobre el tema.

“Hay un silencio muy incómodo por parte del ministerio y lo que sentimos es que se ha perdido prácticamente un año y nueve meses. Entendemos que crear una entidad desde cero no ha sido tarea fácil, pero no tenemos a nadie en propiedad que, por ejemplo, oriente el trabajo sobre la política pública LGBT”, comparte con El Espectador Nixon Padilla, profesor universitario, activista e integrante de la comisión de apoyo técnico a la política pública LGBT del Ministerio de Interior.

Durante la rendición de cuentas del Minigualdad ante el Congreso, la entidad aseguró que viene adelantando la construcción de seis políticas públicas, incluida la de diversidad sexual y de género. No obstante, como explica Robinson Sánchez, director de la Clínica Legal de Investigación y Acción Social e integrante de la veeduría ciudadana por la política pública LGBT, aunque Francesca Mcqoid ha representado al ministerio en la reuniones sobre la política, su rol como directora técnica no suple las funciones que debería estar ejerciendo la viceministra o el viceministro.

Opinión: Francia Márquez y su gobierno de los nadies

La sensación que tienen las organizaciones que trabajan en asuntos LGBTIQ+ es que se observa un desorden complejo en las acciones para los derechos de las personas de esta población en el gobierno. “No hay siquiera insinuaciones sobre el nombramiento para el cargo de viceministro. Esta situación genera una profundización de la desarticulación institucional que se traduce en que no hay una orientación política o administrativa para la atención de los derechos de las personas diversas”, agrega Sánchez.

A pesar de que la semana pasada, durante el debate de control político al que fue citada la vicepresidenta, la entidad aseguró que “entre los meses de agosto y septiembre se completará la planta global y estructural” del ministerio, no hay información específica disponible sobre la dependencia de diversidades. Panorama que también resulta poco optimista para los defensores de derechos LGBTIQ+ teniendo en cuenta la escasa ejecución de la cartera y que la Corte Constitucional anuló la creación del ministerio dando un plazo de dos años para reformular el funcionamiento de la institución.

El 5 de octubre del año pasado, el gobierno anunció que el politólogo Juan Carlos Florián sería el viceministro de Diversidades en el Ministerio de la Igualdad y la Equidad. Casi 11 meses después, no se ha posesionado y no hay certeza de que él vaya a ocupar el cargo. Las incertidumbres sobre la cartera y la falta de respuestas por parte de la entidad generan alerta en activistas y organizaciones que trabajan por los derechos de la población LGBTIQ+.

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El Ministerio de la Igualdad está conformado por cinco viceministerios enfocados en la protección de poblaciones históricamente vulnerables: mujeres; juventudes; comunidades étnicas y campesinado; personas en situación de pobreza o habitabilidad de calle; y, personas con discapacidades y la población sexo-género diversa. A la fecha, todos cuentan con su respectivo viceministro o viceministra, menos este último.

Según el balance de gestión del primer año del Minigualdad, la creación del viceministerio de las diversidades se concretó el pasado mes de marzo. Las dos direcciones que conforman este viceministerio ya cuentan con sus cabezas: Francesca Mcqoid, para la dependencia de derechos de la Población LGBTIQ+; y Anderson Henao Orozco, para las garantías de las personas con discapacidades. Sin embargo, no hay información disponible sobre por qué todavía no hay viceministro o viceministra.

Por una parte, el nombramiento de Florián, quien se suponía sería el titular, se vio supuestamente represado por la polémica generada a raíz de que la revista Semana hizo público que él trabajó como actor porno mientras vivía en Francia. Y, por otro lado, como compartió este diario en diciembre del año pasado, se dice que Francia Márquez quiere que sea otra persona quien ocupe el cargo. Presuntamente sería una candidata mujer trans, pero todavía no se conoce el nombre de esta opción.

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Ante la incertidumbre, el pasado 29 de julio, 35 activistas y organizaciones radicaron una petición a la vicepresidenta y ministra sobre las demoras en la posesión de la cartera. Según las fuentes consultadas, a la fecha se sigue esperando respuesta sobre la confirmación de quién será la persona que quede en cabeza del viceministerio y, aún más importante, saber quién se ha encargado en suplir hasta ahora sus funciones. En los últimos meses, el ministerio ha recibido al menos cinco derechos de petición sobre el tema.

“Hay un silencio muy incómodo por parte del ministerio y lo que sentimos es que se ha perdido prácticamente un año y nueve meses. Entendemos que crear una entidad desde cero no ha sido tarea fácil, pero no tenemos a nadie en propiedad que, por ejemplo, oriente el trabajo sobre la política pública LGBT”, comparte con El Espectador Nixon Padilla, profesor universitario, activista e integrante de la comisión de apoyo técnico a la política pública LGBT del Ministerio de Interior.

Durante la rendición de cuentas del Minigualdad ante el Congreso, la entidad aseguró que viene adelantando la construcción de seis políticas públicas, incluida la de diversidad sexual y de género. No obstante, como explica Robinson Sánchez, director de la Clínica Legal de Investigación y Acción Social e integrante de la veeduría ciudadana por la política pública LGBT, aunque Francesca Mcqoid ha representado al ministerio en la reuniones sobre la política, su rol como directora técnica no suple las funciones que debería estar ejerciendo la viceministra o el viceministro.

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La sensación que tienen las organizaciones que trabajan en asuntos LGBTIQ+ es que se observa un desorden complejo en las acciones para los derechos de las personas de esta población en el gobierno. “No hay siquiera insinuaciones sobre el nombramiento para el cargo de viceministro. Esta situación genera una profundización de la desarticulación institucional que se traduce en que no hay una orientación política o administrativa para la atención de los derechos de las personas diversas”, agrega Sánchez.

A pesar de que la semana pasada, durante el debate de control político al que fue citada la vicepresidenta, la entidad aseguró que “entre los meses de agosto y septiembre se completará la planta global y estructural” del ministerio, no hay información específica disponible sobre la dependencia de diversidades. Panorama que también resulta poco optimista para los defensores de derechos LGBTIQ+ teniendo en cuenta la escasa ejecución de la cartera y que la Corte Constitucional anuló la creación del ministerio dando un plazo de dos años para reformular el funcionamiento de la institución.