Petunia, la repostería rosa y queer de Bogotá
La diversidad y la inclusión son los pilares de esta repostería. Petunia le apuesta a contratar personas con experiencia de vida trans y ser un espacio seguro para quienes visitan el lugar.
Mariana Escobar Bernoske
Las rejas rosas de Petunia, repostería con alma sobresalen entre los edificios de ladrillo de Chapinero Alto en Bogotá. En este rincón de color, los postres, la comida y las bebidas se sumergen entre lo esotérico y los arcoíris alusivos a la población LGBTIQ+. Un lugar que le apuesta a la dignidad laboral y abrir la discusión por el respeto a la diversidad.
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Las rejas rosas de Petunia, repostería con alma sobresalen entre los edificios de ladrillo de Chapinero Alto en Bogotá. En este rincón de color, los postres, la comida y las bebidas se sumergen entre lo esotérico y los arcoíris alusivos a la población LGBTIQ+. Un lugar que le apuesta a la dignidad laboral y abrir la discusión por el respeto a la diversidad.
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Petunia nació hace seis años como una forma de materializar la pasión de Andrea Suárez, fundadora y profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales, por la repostería y el objetivo de dar a las personas trans una oportunidad laboral formal. Fue el primer establecimiento en Colombia en hacerlo y hoy el 60% de quienes trabajan allí tienen una identidad de género diversa.
Sólo cuatro de cada 100 personas trans en el país tienen un contrato laboral. Datos de la Cámara de la Diversidad y el Centro Nacional de Consultoría revelan que el desempleo LGBTIQ+ es cuatro puntos porcentuales mayor que el resto de la población y las personas trans son las más afectadas. Esta cifra se explica porque es una población que ha estado segregada e históricamente discriminada.
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Para Suárez, el que Petunia priorice la contratación de personas con experiencia de vida trans ha sido uno de los retos más grandes y al mismo tiempo uno de los aspectos más satisfactorios desde que decidió emprender. “Desde el principio esto ha sido idealista en muchos sentidos, en una empresa convencional tú reclutas a la persona más calificada para el puesto. En nuestro caso es distinto porque son pocas las personas trans que acceden a estudios o trabajar formal y es aún más reducido en temas de repostería o restaurantes”, comenta.
Por eso, la prioridad que tiene la repostería es que la persona que llegue a trabajar esté dispuesta a aprender desde cero. Suárez, quien dice que se autonombró Directora Creativa de Petunia, añade que “las chicas que trabajan aquí han aprendido un montón de habilidades que a mí me hacen sentir muy orgullosa. Sé que en el lugar del mundo donde estén van a poder conseguir un trabajo digno”.
Las personas que trabajan en Petunia coinciden en esa afirmación. Ellas sienten que es un lugar que les ha brindado herramientas para crecer profesionalmente, pero, sobre todas las cosas, afirman que lo más bonito de trabajar en esta repostería es la posibilidad de ser ellas mismas sin tener que ocultar su identidad ni expresión de género.
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“Ha sido un aprendizaje de vida”, comenta Alexa Aitiev, mujer trans que empezó como mesera en la repostería hace cuatro años y actualmente es la gerente del local. “Petunia también ha ayudado a cada una de las que estamos aquí en su transición de género, nos han apoyado completamente y creo que son muy pocas empresas que hacen esto. Además, sí siento que tener en la hoja de vida haber trabajado o estar trabajando acá es algo muy satisfactorio”, reflexiona.
Aisha Acosta trabajaba en una panadería cerca a Petunia. Se identifica como una persona no binaria y dice que en su anterior trabajo tenía que aparentar ser alguien más. Llegó a Petunia hace nueve meses después de que Tito Medina, administrador general y cofundador de la repostería, le comentara que la había visto trabajar y que si le interesaba ser parte del equipo. “Nunca pensé que iba a ser posible trabajar en un lugar que te permitiera expresar libremente”, afirma Aisha.
Por su parte, Valery Martínez, que trabaja en la repostería desde hace dos años y medio, sueña con ser modelo. “Andrea se autodenominó mi manager y es muy bonito saber que Petunia no es solo el lugar donde trabajo sino que me permite mostrarme plenamente”, comparte. Ella siente que Petunia es una “burbuja segura” que le ha permitido construir ese proyecto personal y al mismo tiempo interactuar con personas que quizás tenían prejuicios sobre lo que significa ser trans y cambiar su perspectiva. “Me siento super tranquila porque sé que nadie me va a mirar raro”, concluye.
Entre las peculiaridades de este lugar está el rol que cumple la astrología, no solo en la decoración, sino también en sus platos y postres. Desde bebidas según cada signo del zodiaco, hasta la opción de personalizar pasteles de bodas con “el sabor ideal” a partir de la carta astral de cada pareja. También tienen tardes de cócteles y lecturas personalizadas del tarot.
Sus platos más emblemáticos son “La Marica”, una hamburguesa, y el “Popó de Unicornio”, un cheesecake con los colores del arcoíris y de sabor “misterioso”. Más allá de las reacciones que causa en la gente al escuchar el nombre del postre, este se relaciona con el lema de Petunia “No horneamos, hacemos magia” y también con el simbolismo que los unicornios han adquirido al interior de la población LGBTIQ+ como criaturas sin género que fluyen.
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Pero ser una empresa fundamentada en la diversidad no ha sido una tarea fácil. En el transcurso de estos años ha recibido comentarios de que quieren instrumentalizar a la población LGBTIQ+ y, en el otro extremo, reacciones homofóbicas y transfóbicas de algunas personas que no entienden el por qué esta repostería es tan “marica”.
Tito Medina dice que el ADN de este negocio ha sido genuinamente la diversidad. “No es que nosotros decidimos ser inclusivos para vender más o como un cliché. Es un proceso que deconstruye mucha de la rigidez que tenemos en una sociedad súper conservadora que muchas veces limita y le pone una oposición clara a la transformación”, reflexiona.
Sobre reacciones discriminatorias, Medina explica que la repostería se ha convertido paralelamente en un espacio de formación y que su postura siempre ha sido explicar cómo trabajan y por qué lo hacen desde la diversidad. Hay quienes no vuelven, pero, según él, son más las experiencias positivas de personas que encontraron en Petunia un lugar de respeto en el que son bien atendidas y se sienten escuchadas. Además de que gracias a su compromiso con la diversidad han tenido la posibilidad de trabajar, por ejemplo, para las embajadas del Reino Unido y Alemania.
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En Petunia tienen la convicción de que cocinar con buen humor se refleja en los sabores de sus creaciones y la experiencia de los clientes. Así, en los últimos años se ha convertido en lugar de encuentro no solo para la población LGBTIQ+ de la ciudad, sino también para quienes les causa curiosidad su concepto rosa. Un café y un postre son la invitación ideal para reflexionar sobre la diversidad y lo implica tener un compromiso para que todas las personas, sin importar su identidad, se sientan bienvenidas.
Petunia, repostería con alma abre sus puertas de martes a viernes desde la 1:00 p.m. hasta las 8:00 p.m. y los fines de semana desde las 9:00 a.m. hasta las 8:00 p.m. Está ubicada en la calle 54A # 4 A-21, en la localidad de Chapinero.