“Por fin soy yo”: joven tras entrega de las primeras 100 cédulas a personas trans
La Secretaría de Integración Social de Bogotá hizo entrega de las primeras 100 cédulas a personas trans. El Distrito espera entregar 50 más para finales de marzo.
Daniela Villamarín Solorza
A Lucas no le gustaba mostrar la cédula, el registro civil o el carné de la universidad. Eso implicaba tener que dar explicaciones, pedir que lo llamaran por otro nombre y justificar una y otra vez su identidad. Recuerda que sacar la cédula de la billetera significaba escuchar de nuevo el comentario: “¿Pero este sí eres tú?”. Por eso, cubrió con stickers el nombre que había en sus documentos para ver si así dejaban de obligarlo a ser alguien que no era.
“Imagina que te llamas Isabella, pero en tu cédula apareces como Rodrigo y ves la foto de alguien que no eres tú. Es horrible. Creo que lo más básico es poder tener un documento que te represente y que te haga sentir bien contigo mismo”, dice Lucas.
Este martes 12 de marzo, gracias al programa “Reafírmate, el Chuchú de la cédula”, Lucas Alejandro Mayorga y otras 99 personas trans recibieron su cédula en la Registraduría Auxiliar de La Candelaria. La iniciativa, liderada por la Secretaría de integración Social de Bogotá, tiene como objetivo abordar las barreras a las que se enfrentan las personas trans durante el cambio de sus documentos, otro obstáculo en el reconocimiento de su identidad.
Lucas, que en el bachillerato se dio cuenta de que no era una mujer, llegó a la Registraduría con su mamá, que lo ha apoyado desde que decidió empezar su transición. En la entrada de la entidad colgaba la bandera del orgullo trans y él, por primera vez, y con lágrimas en los ojos, recibió un documento que sí lo representaba. El nombre que había escogido estaba allí, escrito con la letra del Estado: Lucas “el que ilumina” y Alejandro “el defensor”.
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“El nombre es una reflexión que nosotros no nos hacemos. Nos lo asignan al nacer y lo usamos toda la vida sin pensar dos veces por qué. Las personas trans no tienen otra alternativa que revisarlo y exigir que las reconozcan con el nombre con el que desean ser llamadas. Por eso, la creación de un servicio para ellas es tan importante, porque es un reconocimiento a su identidad y a partir de allí pueden ejercer su ciudadanía”, le dijo Elizabeth Castillo, subdirectora de Asuntos LGBTIQ+ del Distrito a El Espectador.
“El Chuchú de la cédula” es una estrategia distrital creada a finales de 2021 y ahora, casi tres años después, la alcaldía volvió a abrir convocatorias para que cientos de personas trans puedan cambiar su documento de identidad sin ningún costo. Este martes se entregaron las primeras 100 cédulas, pero se espera que a finales marzo se realice la entrega de 50 más. Según la Secretaría, se estima que de aquí a 2028 al menos 680 personas trans en Bogotá puedan cambiar su cédula de ciudadanía.
“La población trans se enfrenta a discriminación en las entidades públicas, que responde a los prejuicios sociales que tenemos y que se convierte en una barrera de acceso a sus derechos”, indica Eloísa Karolina Moreno, líder del proyecto. Por eso, dice que es fundamental el acompañamiento que brinda esta iniciativa, pues les garantiza espacios seguros y acercamientos a las entidades públicas para que el Estado termine por reconocer su identidad de género.
Es trámite es muy sencillo. Las personas trans que estén interesadas en cambiar su documento solo tienen que diligenciar el siguiente Link y esperar el llamado de la Secretaría de Integración Social para diligenciar, de manera presencial, un formato llamado “la ficha que sirve”. Con la ficha deberán entregar una fotocopia de su documento de identidad, información sobre su registro civil y un recibo de servicios públicos que demuestre que viven en Bogotá.
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Después viene la tarea de la Secretaría, que busca ser un intermediario para asegurar que los trámites sean “amables y efectivos”. El Distrito le solicita a la Registraduría el registro civil con anotaciones de la persona que realiza el trámite, lo lleva a la Notaría y luego la cita para que lo autentique. También, hace una escritura pública, es decir, un documento que acredite que se han cambiado, de manera libre, algunos componentes del documento de identidad, la lleva a la Registraduría, solicita la contraseña y paga el valor del nuevo documento, con el fin de que este sea gratis para quien lo espera, que solo deberá ir a reclamarlo.
“Algunas personas no son consientes de que esto es más que un trámite, mucho más que un plástico. El derecho a la autodeterminación, a ser lo que se quiere ser, es la base del respeto”, aseguró Roberto Angulo, secretario de Integración Social, durante el evento. “Esto abre la puerta a la igualdad de oportunidades”.
Mientras la mamá de Lucas lo grababa con su celular, él pasaba al frente a recoger su cédula. Dice que al principio, cuando vio la convocatoria, tuvo miedo porque en Colombia trámite es sinónimo de “engorroso”, “demorado” e “imposible”. Pero, contra todo pronóstico, asegura que fue fácil y que su documento llegó más rápido de lo que pensaba. “Por fin soy yo, puedo mostrar un papel con mi nombre y decir que sí me representa. Ya no voy a tener que seguir inventando excusas para no mostrar mi cédula. Es liberador saber que no voy a tener que dar explicaciones por ser quien soy”.
A Lucas no le gustaba mostrar la cédula, el registro civil o el carné de la universidad. Eso implicaba tener que dar explicaciones, pedir que lo llamaran por otro nombre y justificar una y otra vez su identidad. Recuerda que sacar la cédula de la billetera significaba escuchar de nuevo el comentario: “¿Pero este sí eres tú?”. Por eso, cubrió con stickers el nombre que había en sus documentos para ver si así dejaban de obligarlo a ser alguien que no era.
“Imagina que te llamas Isabella, pero en tu cédula apareces como Rodrigo y ves la foto de alguien que no eres tú. Es horrible. Creo que lo más básico es poder tener un documento que te represente y que te haga sentir bien contigo mismo”, dice Lucas.
Este martes 12 de marzo, gracias al programa “Reafírmate, el Chuchú de la cédula”, Lucas Alejandro Mayorga y otras 99 personas trans recibieron su cédula en la Registraduría Auxiliar de La Candelaria. La iniciativa, liderada por la Secretaría de integración Social de Bogotá, tiene como objetivo abordar las barreras a las que se enfrentan las personas trans durante el cambio de sus documentos, otro obstáculo en el reconocimiento de su identidad.
Lucas, que en el bachillerato se dio cuenta de que no era una mujer, llegó a la Registraduría con su mamá, que lo ha apoyado desde que decidió empezar su transición. En la entrada de la entidad colgaba la bandera del orgullo trans y él, por primera vez, y con lágrimas en los ojos, recibió un documento que sí lo representaba. El nombre que había escogido estaba allí, escrito con la letra del Estado: Lucas “el que ilumina” y Alejandro “el defensor”.
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“El nombre es una reflexión que nosotros no nos hacemos. Nos lo asignan al nacer y lo usamos toda la vida sin pensar dos veces por qué. Las personas trans no tienen otra alternativa que revisarlo y exigir que las reconozcan con el nombre con el que desean ser llamadas. Por eso, la creación de un servicio para ellas es tan importante, porque es un reconocimiento a su identidad y a partir de allí pueden ejercer su ciudadanía”, le dijo Elizabeth Castillo, subdirectora de Asuntos LGBTIQ+ del Distrito a El Espectador.
“El Chuchú de la cédula” es una estrategia distrital creada a finales de 2021 y ahora, casi tres años después, la alcaldía volvió a abrir convocatorias para que cientos de personas trans puedan cambiar su documento de identidad sin ningún costo. Este martes se entregaron las primeras 100 cédulas, pero se espera que a finales marzo se realice la entrega de 50 más. Según la Secretaría, se estima que de aquí a 2028 al menos 680 personas trans en Bogotá puedan cambiar su cédula de ciudadanía.
“La población trans se enfrenta a discriminación en las entidades públicas, que responde a los prejuicios sociales que tenemos y que se convierte en una barrera de acceso a sus derechos”, indica Eloísa Karolina Moreno, líder del proyecto. Por eso, dice que es fundamental el acompañamiento que brinda esta iniciativa, pues les garantiza espacios seguros y acercamientos a las entidades públicas para que el Estado termine por reconocer su identidad de género.
Es trámite es muy sencillo. Las personas trans que estén interesadas en cambiar su documento solo tienen que diligenciar el siguiente Link y esperar el llamado de la Secretaría de Integración Social para diligenciar, de manera presencial, un formato llamado “la ficha que sirve”. Con la ficha deberán entregar una fotocopia de su documento de identidad, información sobre su registro civil y un recibo de servicios públicos que demuestre que viven en Bogotá.
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Después viene la tarea de la Secretaría, que busca ser un intermediario para asegurar que los trámites sean “amables y efectivos”. El Distrito le solicita a la Registraduría el registro civil con anotaciones de la persona que realiza el trámite, lo lleva a la Notaría y luego la cita para que lo autentique. También, hace una escritura pública, es decir, un documento que acredite que se han cambiado, de manera libre, algunos componentes del documento de identidad, la lleva a la Registraduría, solicita la contraseña y paga el valor del nuevo documento, con el fin de que este sea gratis para quien lo espera, que solo deberá ir a reclamarlo.
“Algunas personas no son consientes de que esto es más que un trámite, mucho más que un plástico. El derecho a la autodeterminación, a ser lo que se quiere ser, es la base del respeto”, aseguró Roberto Angulo, secretario de Integración Social, durante el evento. “Esto abre la puerta a la igualdad de oportunidades”.
Mientras la mamá de Lucas lo grababa con su celular, él pasaba al frente a recoger su cédula. Dice que al principio, cuando vio la convocatoria, tuvo miedo porque en Colombia trámite es sinónimo de “engorroso”, “demorado” e “imposible”. Pero, contra todo pronóstico, asegura que fue fácil y que su documento llegó más rápido de lo que pensaba. “Por fin soy yo, puedo mostrar un papel con mi nombre y decir que sí me representa. Ya no voy a tener que seguir inventando excusas para no mostrar mi cédula. Es liberador saber que no voy a tener que dar explicaciones por ser quien soy”.