¿Quién es Valentina Petrillo, la primera atleta trans en unos paralímpicos?
Comenzaron los Juegos Paralímpicos París 2024 y es la primera vez que una mujer trans competirá en la justa. Esta es la historia de la velocista italiana Valentina Petrillo.
Mariana Escobar Bernoske
Valentina Petrillo se enamoró del atletismo a los siete años mientras veía al velocista italiano Pietro Mennea ganar el oro en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Hoy, a los 50 años, se convierte en la primera mujer con experiencia de vida trans que participa en los Paralímpicos. Ella competirá en las pruebas de 200 metros y 400 metros de la categoría T12 destinada a mujeres con discapacidad visual.
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“El valor histórico de ser la primera mujer transgénero en competir en los Juegos Paralímpicos es un símbolo importante de la inclusión. Esto (ser trans) no es una elección de estilo de vida para mí, es quien realmente soy”, dijo la atleta en una entrevista con BBC Sport a principios de este mes. Valentina, que antes había competido en categorías masculinas, se presentó públicamente como mujer en 2017, hace cinco años comenzó su tratamiento de reemplazo hormonal y el año pasado las autoridades italianas la reconocieron legalmente como mujer.
La velocista nació en Nápoles en 1973 y a los 14 años le diagnosticaron síndrome de Stargardt, una condición ocular degenerativa que no tiene cura. El síndrome causa pérdida de la visión limitando a sus capacidades visuales a 1/50 del rango normal. Ella comenzó a practicar atletismo desde muy joven, pero tuvo que abandonarlo por su condición visual. Previo a su tránsito, integró la selección italiana de fútbol sala y a los 40 retomó el atletismo. Solo fue hasta el 2020 que Valentina pudo competir por primera vez en la categoría Femenina durante el Campeonato Italiano de Para Atletismo. El año pasado, la italiana ganó dos medallas de bronce en los Campeonatos Mundiales de Para Atletismo.
Aunque World Athletics, el órgano rector del atletismo a nivel mundial, el año pasado prohibió a las mujeres trans que experimentaron una pubertad masculina competir en la categoría femenina en eventos internacionales, su contraparte del Para Atletismo, World Para Athletics, no restringe su participación. Según el reglamento de la organización cualquier persona que esté legalmente reconocida como mujer puede competir en la categoría femenina de discapacidad que le corresponde.
En video: La historia del emperador romano que un museo reconoció como mujer trans
A pesar de su trayectoria atlética, es muy consciente de que su participación en los juegos ha provocado controversia. Ella sigue los pasos de la levantadora de peso neozelandesa Laurel Hubbard, quien se convirtió en la primera atleta transgénero en competir en los Juegos Olímpicos de Tokio. Aunque ha recibido críticas y amenazas en línea, debido a su identidad de género permanece con su participación y afirma que debe ser medida por su desempeño.
“Sé que habrá gente que no entiende por qué estoy haciendo esto, pero estoy aquí, he luchado durante años para llegar a donde estoy, y no tengo miedo. Esto es lo que soy y no le estoy robando el sueño a ninguna”, declaró la para atleta en una rueda de prensa. La participación de mujeres trans en competencias deportivas sigue siendo un álgido debate, en especial, tras la polémica y violencia que se desencadenaron en estos Olímpicos de París 2024 cuando a la boxeadora y medallista de oro Imane Khelif fue falsamente acusada de ser mujer trans.
Vea también: Juegos Olímpicos: entre escándalos de abuso sexual, transfobia y discriminación
En el caso específico de la corredora italiana, en 2021, más de 30 atletas firmaron una petición enviada al presidente de la Federación Italiana de Atletismo y a los ministerios de Igualdad de Oportunidades y Deporte para derogar el derecho de valentina a participar en competiciones femeninas. Sin embargo, dicha queja no prosperó pues las federaciones deportivas se rigen por la normativa vigente de cada disciplina. Lo que permitió que el año pasado ganara dos medallas de bronce en los Campeonatos Mundiales de Para Atletismo y obtuviera su cupo para los paralímpicos.
Además, no existe a la fecha evidencia científica que establezca que las atletas trans tengan alguna ventaja biológica frente sus compañeras cisgénero, es decir, las mujeres cuya identidad de género coindice con el sexo que les asignaron al nacer. De hecho, un estudio financiado por el Comité Olímpico Internacional (COI) y publicado en abril en el British Journal of Sports Medicine, encontró que las mujeres trans estaban en desventaja física, en comparación con las mujeres cis, en varias áreas incluida la función pulmonar y la fuerza de la parte inferior del cuerpo.
En sus redes sociales, Valentina Petrillo comparte la felicidad que significa correr representando a su país y afirma que su objetivo es establecer nuevos récords personales en estos juegos. “Quiero superar mis mejores tiempos: 25,77 segundos en los 200m y 58,01 segundos en los 400m. Si puedo hacer eso, estaré cerca de las medallas”, expresa la corredora. Aunque su participación en esta edición de los Juegos Paralímpicos está en la mira de la opinión pública, ella celebra que puede competir siendo ella misma y sin ocultarse.
Valentina Petrillo se enamoró del atletismo a los siete años mientras veía al velocista italiano Pietro Mennea ganar el oro en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Hoy, a los 50 años, se convierte en la primera mujer con experiencia de vida trans que participa en los Paralímpicos. Ella competirá en las pruebas de 200 metros y 400 metros de la categoría T12 destinada a mujeres con discapacidad visual.
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“El valor histórico de ser la primera mujer transgénero en competir en los Juegos Paralímpicos es un símbolo importante de la inclusión. Esto (ser trans) no es una elección de estilo de vida para mí, es quien realmente soy”, dijo la atleta en una entrevista con BBC Sport a principios de este mes. Valentina, que antes había competido en categorías masculinas, se presentó públicamente como mujer en 2017, hace cinco años comenzó su tratamiento de reemplazo hormonal y el año pasado las autoridades italianas la reconocieron legalmente como mujer.
La velocista nació en Nápoles en 1973 y a los 14 años le diagnosticaron síndrome de Stargardt, una condición ocular degenerativa que no tiene cura. El síndrome causa pérdida de la visión limitando a sus capacidades visuales a 1/50 del rango normal. Ella comenzó a practicar atletismo desde muy joven, pero tuvo que abandonarlo por su condición visual. Previo a su tránsito, integró la selección italiana de fútbol sala y a los 40 retomó el atletismo. Solo fue hasta el 2020 que Valentina pudo competir por primera vez en la categoría Femenina durante el Campeonato Italiano de Para Atletismo. El año pasado, la italiana ganó dos medallas de bronce en los Campeonatos Mundiales de Para Atletismo.
Aunque World Athletics, el órgano rector del atletismo a nivel mundial, el año pasado prohibió a las mujeres trans que experimentaron una pubertad masculina competir en la categoría femenina en eventos internacionales, su contraparte del Para Atletismo, World Para Athletics, no restringe su participación. Según el reglamento de la organización cualquier persona que esté legalmente reconocida como mujer puede competir en la categoría femenina de discapacidad que le corresponde.
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A pesar de su trayectoria atlética, es muy consciente de que su participación en los juegos ha provocado controversia. Ella sigue los pasos de la levantadora de peso neozelandesa Laurel Hubbard, quien se convirtió en la primera atleta transgénero en competir en los Juegos Olímpicos de Tokio. Aunque ha recibido críticas y amenazas en línea, debido a su identidad de género permanece con su participación y afirma que debe ser medida por su desempeño.
“Sé que habrá gente que no entiende por qué estoy haciendo esto, pero estoy aquí, he luchado durante años para llegar a donde estoy, y no tengo miedo. Esto es lo que soy y no le estoy robando el sueño a ninguna”, declaró la para atleta en una rueda de prensa. La participación de mujeres trans en competencias deportivas sigue siendo un álgido debate, en especial, tras la polémica y violencia que se desencadenaron en estos Olímpicos de París 2024 cuando a la boxeadora y medallista de oro Imane Khelif fue falsamente acusada de ser mujer trans.
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En el caso específico de la corredora italiana, en 2021, más de 30 atletas firmaron una petición enviada al presidente de la Federación Italiana de Atletismo y a los ministerios de Igualdad de Oportunidades y Deporte para derogar el derecho de valentina a participar en competiciones femeninas. Sin embargo, dicha queja no prosperó pues las federaciones deportivas se rigen por la normativa vigente de cada disciplina. Lo que permitió que el año pasado ganara dos medallas de bronce en los Campeonatos Mundiales de Para Atletismo y obtuviera su cupo para los paralímpicos.
Además, no existe a la fecha evidencia científica que establezca que las atletas trans tengan alguna ventaja biológica frente sus compañeras cisgénero, es decir, las mujeres cuya identidad de género coindice con el sexo que les asignaron al nacer. De hecho, un estudio financiado por el Comité Olímpico Internacional (COI) y publicado en abril en el British Journal of Sports Medicine, encontró que las mujeres trans estaban en desventaja física, en comparación con las mujeres cis, en varias áreas incluida la función pulmonar y la fuerza de la parte inferior del cuerpo.
En sus redes sociales, Valentina Petrillo comparte la felicidad que significa correr representando a su país y afirma que su objetivo es establecer nuevos récords personales en estos juegos. “Quiero superar mis mejores tiempos: 25,77 segundos en los 200m y 58,01 segundos en los 400m. Si puedo hacer eso, estaré cerca de las medallas”, expresa la corredora. Aunque su participación en esta edición de los Juegos Paralímpicos está en la mira de la opinión pública, ella celebra que puede competir siendo ella misma y sin ocultarse.