Rodrigo Cuevas, el agitador folclórico de Asturias, estará en el Teatro Mayor JMSD
El artista se presentará en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo los días 21 y 22 de junio a las 8p.m. Dará su show en el marco de la programación que celebra el Día del Orgullo LGBTIQ+ y la diversidad sexual.
Redacción Género y Diversidad
Rodrigo Cuevas es un agitador folclórico, disruptivo, capaz de unir los sonidos tradicionales con el cabaret y el circo. Prefiere identificarse como “marica” y no con el “eufemismo” de “gay”. Un perfil suyo en internet dice que “reivindica la pluma como elemento de su arte”. “Me encanta esa descripción”, confirma el artista a El Espectador mientras suelta una carcajada. “Y creo que debemos sacarla, porque además es un arma muy buena. Es un detector de homofóbicos y está muy bien utilizarla”, agrega.
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El artista nació en Asturias, estudió piano y tuba y es todo un fenómeno musical en España. Hay quienes incluso dicen que es el Freddie Mercury del folclore asturiano y el año pasado recibió el Premio Nacional de las Músicas Actuales por la “singularidad” de su obra. Él estará agitando el escenario del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo el próximo fin de semana. Llevará su último disco “Manual de Romería” al escenario el 21 y 22 de junio a las 8p.m.. El productor fue Eduardo Cabra, ex Visitante de Calle 13, agrupación de la que hizo parte con su hermano, René Pérez Joglar, conocido como Residente.
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“Manual de Romería” será un espectáculo que, según Cuevas, promete poner a bailar y hacer reír al auditorio colombiano, estará lleno de un tono cabaretero e interpelará al público. La romería hace referencia a una tradicional fiesta en España en la que la gente se va a pasar el día en el campo, entre prados como en los que creció Rodrigo y en los que hoy vive. Su casa está ubicada en un pueblo que tiene solo 12 habitantes. Allí no se celebra el Día del Orgullo LGBTIQ+ y él cree que la fecha se ha comercializado un poco. Pero reivindica el derecho a ser y vivir la sexualidad de forma libre y sin intromisiones.
El arte ha sido su forma de reivindicar lo queer. Considera que le permite expresar y explicar realidades. “A través del arte, podemos explicarnos a nosotros mismos y entendernos y entender a los demás. Podemos ser. Por eso, creo que es importante”, asegura Cuevas en diálogo con este diario. Su música le ha permitido sanar también el bullying que sufrió de niño por ser gay.
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Su canción Dime, Ramo Verde es un ejercicio de sanación a esa violencia en su infancia. Cuevas sostiene que es un diálogo con él mismo cuando era niño, para decirse las cosas que nadie le dijo y que le hubiera gustado escuchar. Que el colegio, un lugar donde sufrió bullying, es una etapa corta que se acaba y, sobre todo, que no pensara que estaba haciendo algo mal, que no se forzara a cambiar, que estuviera tranquilo con quien era y que lo iban a ayudar.
“Y aunque pienses que no hay fin en este invierno, que el deshielo nunca acaba de llegar, búscame al lado del mediodía, vas a ver como al final llega el final. La jodida maravilla que es la vida te hará ver que tú no tienes que cambiar, porque amar es el verbo de los valientes y en el odio solo hay miedo a los demás. Ahora yo quiero decírselo en la cara a aquel que nunca quiso empatizar, aquellos que miraron pa’ otro lado y aquel que no deja ser ni estar”, canta Cuevas en un fragmento de Dime, Ramo Verde.
“Creo es más un consejo dirigido a la gente que trabaja en la comunidad educativa, que por favor le digan eso a la gente joven que sufre bullying, que no están haciendo nada malo, que no dejen de ser ellos y que van a ayudarles. Y que le digan al matón que cambie, no al que le está haciendo el bullying”, asegura Cuevas.
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Hoy, el artista considera que está en una posición “privilegiada”. Sus vecinos y su familia lo quieren, tiene un público que disfruta de su arte y tiene un proyecto artístico en marcha. “Soy una persona cisgénero, que ya es como una posición de privilegio bastante grande, soy hombre, blanco. Desde el privilegio, tenemos muchísimas cosas que cambiar. Hay que revertir la injusticia”, añade Cuevas a El Espectador.
Las boletas para ver a Rodrigo Cuevas en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo se pueden conseguir aquí.
Rodrigo Cuevas es un agitador folclórico, disruptivo, capaz de unir los sonidos tradicionales con el cabaret y el circo. Prefiere identificarse como “marica” y no con el “eufemismo” de “gay”. Un perfil suyo en internet dice que “reivindica la pluma como elemento de su arte”. “Me encanta esa descripción”, confirma el artista a El Espectador mientras suelta una carcajada. “Y creo que debemos sacarla, porque además es un arma muy buena. Es un detector de homofóbicos y está muy bien utilizarla”, agrega.
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El artista nació en Asturias, estudió piano y tuba y es todo un fenómeno musical en España. Hay quienes incluso dicen que es el Freddie Mercury del folclore asturiano y el año pasado recibió el Premio Nacional de las Músicas Actuales por la “singularidad” de su obra. Él estará agitando el escenario del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo el próximo fin de semana. Llevará su último disco “Manual de Romería” al escenario el 21 y 22 de junio a las 8p.m.. El productor fue Eduardo Cabra, ex Visitante de Calle 13, agrupación de la que hizo parte con su hermano, René Pérez Joglar, conocido como Residente.
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“Manual de Romería” será un espectáculo que, según Cuevas, promete poner a bailar y hacer reír al auditorio colombiano, estará lleno de un tono cabaretero e interpelará al público. La romería hace referencia a una tradicional fiesta en España en la que la gente se va a pasar el día en el campo, entre prados como en los que creció Rodrigo y en los que hoy vive. Su casa está ubicada en un pueblo que tiene solo 12 habitantes. Allí no se celebra el Día del Orgullo LGBTIQ+ y él cree que la fecha se ha comercializado un poco. Pero reivindica el derecho a ser y vivir la sexualidad de forma libre y sin intromisiones.
El arte ha sido su forma de reivindicar lo queer. Considera que le permite expresar y explicar realidades. “A través del arte, podemos explicarnos a nosotros mismos y entendernos y entender a los demás. Podemos ser. Por eso, creo que es importante”, asegura Cuevas en diálogo con este diario. Su música le ha permitido sanar también el bullying que sufrió de niño por ser gay.
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Su canción Dime, Ramo Verde es un ejercicio de sanación a esa violencia en su infancia. Cuevas sostiene que es un diálogo con él mismo cuando era niño, para decirse las cosas que nadie le dijo y que le hubiera gustado escuchar. Que el colegio, un lugar donde sufrió bullying, es una etapa corta que se acaba y, sobre todo, que no pensara que estaba haciendo algo mal, que no se forzara a cambiar, que estuviera tranquilo con quien era y que lo iban a ayudar.
“Y aunque pienses que no hay fin en este invierno, que el deshielo nunca acaba de llegar, búscame al lado del mediodía, vas a ver como al final llega el final. La jodida maravilla que es la vida te hará ver que tú no tienes que cambiar, porque amar es el verbo de los valientes y en el odio solo hay miedo a los demás. Ahora yo quiero decírselo en la cara a aquel que nunca quiso empatizar, aquellos que miraron pa’ otro lado y aquel que no deja ser ni estar”, canta Cuevas en un fragmento de Dime, Ramo Verde.
“Creo es más un consejo dirigido a la gente que trabaja en la comunidad educativa, que por favor le digan eso a la gente joven que sufre bullying, que no están haciendo nada malo, que no dejen de ser ellos y que van a ayudarles. Y que le digan al matón que cambie, no al que le está haciendo el bullying”, asegura Cuevas.
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Hoy, el artista considera que está en una posición “privilegiada”. Sus vecinos y su familia lo quieren, tiene un público que disfruta de su arte y tiene un proyecto artístico en marcha. “Soy una persona cisgénero, que ya es como una posición de privilegio bastante grande, soy hombre, blanco. Desde el privilegio, tenemos muchísimas cosas que cambiar. Hay que revertir la injusticia”, añade Cuevas a El Espectador.
Las boletas para ver a Rodrigo Cuevas en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo se pueden conseguir aquí.