Victoria Tirado, una conductora trans del SITP en Bogotá
Desde niña, ha tenido una fascinación por los vehículos y la conducción. Aunque dice que aprendió a conducir “ya muy vieja”, durante los últimos cinco años ha sido el medio que le ha permitido mostrarse tal y como es: una mujer trans.
Mariana Escobar Bernoske
Victoria Tirado Corro es una de las 481 mujeres, y la única trans, que conduce para Transmilenio y el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) en Bogotá. A sus 46 años, dice que lo que más disfruta en la vida es servir y su experiencia de vida la ha llevado a creer que todas las personas nos encontramos en un constante tránsito. (Las fiestas de revelación de género no son inofensivas | La Disidencia)
Legalmente hablando, Victoria se presentó al mundo hace cinco años, el 4 de febrero del 2018, para ser exacta. Si bien ella habla con tranquilidad sobre su proceso y cómo era su vida previa, hoy recuerda que estaba llena de miedos, pero al mismo tiempo de tantas expectativas. “Yo escogí este camino. No es un camino de rosas, pero tampoco es una tortura”, reflexiona. (La travesti que logró la primera cédula no binaria en Colombia)
Desde niña, le gustaron los carros y siempre soñó con estar detrás de un gran vehículo. Aprendió a manejar a los 34 años, pero no fue sino hasta que inició su tránsito que vio en ello una forma de resistir. Antes, se desempeñaba en el mundo de la producción de sonido, pero entendió que no iba a poder ejercerlo nuevamente como Victoria.
Trabajó como conductora de Uber por un tiempo y aprovechaba la curiosidad de algunos de sus pasajeros para educar sobre lo que es ser trans y romper estereotipos. Tiempo después, con el apoyo de su “red de amor”, como ella llama a sus amigos, tomó la decisión de emprender y creó “Carga express, en tacones”. Un negocio de acarreos que inició durante las cuarentenas por la pandemia y fue su herramienta para salir adelante.
Sin embargo, el año pasado, tras las modificaciones a las restricciones de pico y placa en la capital, tuvo que vender la camioneta, pagar deudas y buscar otro trabajo. “Tenía que reinventarme y por fin pude hacer el cambio de nombre a Victoria en la licencia (de conducción). Recategoricé a C2 y comencé a golpear puertas en Transmilenio, dos empresas me dijeron que no, pero en Consorcio Express dijeron ‘Venga pa’ acá”'.
Actualmente, Victoria lleva tres meses como conductora del SITP y considera que ha sido una experiencia que le ha permitido crecer. Ella es de esas mujeres que genuinamente están convencidas en poder ver lo bueno en todas las personas. Dice que recibir un “buenos días” y un “gracias” de quienes usan el sistema es lo que más la llena en sus jornadas de trabajo.
“Me pasó hace unos días que iba conduciendo y una chica de tal vez unos veintitantos años me dice: ‘yo sé quién eres, eres Victoria, admiro muchísimo lo que haces y verte aquí me parece maravilloso. Yo sé que no me conoces, pero me inspira tu grado de valentía’”, comparte. Pero también es consciente de que a veces no faltan las personas que se le quedan mirando tal vez pensando “¿será señor o señora?, ¡será un hombre o una mujer?”. Por eso, afirma que, si bien una transición de género es algo supremamente íntimo, esa letra T que lleva la obliga a ser visible. (En video: Bullerengue travesti y antirracista)
Para Victoria, su nombre es el reflejo de muchas emociones. Por una parte, es un nombre que siempre estuvo presente en su vida; su actriz favorita de telenovelas es la mexicana Victoria Ruffo; en la adolescencia se enamoró profundamente de dos mujeres que también se llamaban Victoria y siempre dijo que si tenía una hija le pondría así. Pero sobre todas las cosas, ella explica que, “en medio de una sociedad tan difícil como la colombiana, es una victoria absolutamente grande, una victoria política, estar empleada y ser una persona valorada y respetada como mujer trans”.
Ser una persona con experiencia de vida trans en Colombia no es fácil. Durante el 2022, se registraron 20 transfeminicidios en el país, según las cifras del Observatorio Colombiano de Feminicidios. De igual forma, según la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans (GAAT), el 57 % de las mujeres trans se ubica en los niveles económicos más bajos. Asimismo, los registros por las denuncias dan cuenta que ellas son las principales víctimas de la violencia contra la población LGBTIQ+.
Aunque Victoria disfruta de dar charlas y hacer pedagogía en materia de diversidad sexual y de género contando su experiencia como mujer trans y bisexual, confiesa que a veces es desgastante tener que estar explicándolo y por eso entiende por qué hay quienes prefieren mantener su identidad en privado. Pero, aun así, asegura que conversar es una de las partes fundamentales de su tránsito y poder tener alguna incidencia en la perspectiva de las demás personas es de lo que se trata su activismo. (Mariana Martínez, la deportista trans que lucha por los derechos en Medellín)
“Alguna vez una mujer trans muy reconocida me dijo que me faltaba la ‘garra trans’. Pero yo creo que no tengo que estar en guerra con todo el planeta para que se me considere una trans de verdad. Ahora no quiero decir que ese discurso no sea válido, claro que lo es y están dando una lucha por liberarse de muchos estereotipos. Lo que pasa es que yo lo hago desde el amor”, añade.
Si hay una palabra que describe la vida cotidiana de Victoria es, sin duda alguna, tránsito. Desde hacer ese tránsito por su identidad de género hasta cada día transitar por las calles de la ciudad y su gente. Para ella, todos los seres humanos estamos cambiando constantemente, sean nuestros gustos, manera de vestir o la perspectiva que tenemos frente ciertos temas. En sus propias palabras, “cualquier movimiento que hagamos es un tránsito” y por eso tener la experiencia de aprender de las otras personas es lo que la hace ser quien es.
Hoy, Victoria está orgullosa de no haber dado ese paso atrás hace cinco años. Dice que está feliz de los espacios que ha ganado a pulso y por eso aprovecha su trabajo para mostrar que las personas trans están en todos los oficios y profesiones. Aunque esta mujer asegura estar “tragada mal” de su trabajo, entre risas confiesa que lo único que no le gusta de ser conductora del SITP es no poder manejar en tacones.
Victoria Tirado Corro es una de las 481 mujeres, y la única trans, que conduce para Transmilenio y el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) en Bogotá. A sus 46 años, dice que lo que más disfruta en la vida es servir y su experiencia de vida la ha llevado a creer que todas las personas nos encontramos en un constante tránsito. (Las fiestas de revelación de género no son inofensivas | La Disidencia)
Legalmente hablando, Victoria se presentó al mundo hace cinco años, el 4 de febrero del 2018, para ser exacta. Si bien ella habla con tranquilidad sobre su proceso y cómo era su vida previa, hoy recuerda que estaba llena de miedos, pero al mismo tiempo de tantas expectativas. “Yo escogí este camino. No es un camino de rosas, pero tampoco es una tortura”, reflexiona. (La travesti que logró la primera cédula no binaria en Colombia)
Desde niña, le gustaron los carros y siempre soñó con estar detrás de un gran vehículo. Aprendió a manejar a los 34 años, pero no fue sino hasta que inició su tránsito que vio en ello una forma de resistir. Antes, se desempeñaba en el mundo de la producción de sonido, pero entendió que no iba a poder ejercerlo nuevamente como Victoria.
Trabajó como conductora de Uber por un tiempo y aprovechaba la curiosidad de algunos de sus pasajeros para educar sobre lo que es ser trans y romper estereotipos. Tiempo después, con el apoyo de su “red de amor”, como ella llama a sus amigos, tomó la decisión de emprender y creó “Carga express, en tacones”. Un negocio de acarreos que inició durante las cuarentenas por la pandemia y fue su herramienta para salir adelante.
Sin embargo, el año pasado, tras las modificaciones a las restricciones de pico y placa en la capital, tuvo que vender la camioneta, pagar deudas y buscar otro trabajo. “Tenía que reinventarme y por fin pude hacer el cambio de nombre a Victoria en la licencia (de conducción). Recategoricé a C2 y comencé a golpear puertas en Transmilenio, dos empresas me dijeron que no, pero en Consorcio Express dijeron ‘Venga pa’ acá”'.
Actualmente, Victoria lleva tres meses como conductora del SITP y considera que ha sido una experiencia que le ha permitido crecer. Ella es de esas mujeres que genuinamente están convencidas en poder ver lo bueno en todas las personas. Dice que recibir un “buenos días” y un “gracias” de quienes usan el sistema es lo que más la llena en sus jornadas de trabajo.
“Me pasó hace unos días que iba conduciendo y una chica de tal vez unos veintitantos años me dice: ‘yo sé quién eres, eres Victoria, admiro muchísimo lo que haces y verte aquí me parece maravilloso. Yo sé que no me conoces, pero me inspira tu grado de valentía’”, comparte. Pero también es consciente de que a veces no faltan las personas que se le quedan mirando tal vez pensando “¿será señor o señora?, ¡será un hombre o una mujer?”. Por eso, afirma que, si bien una transición de género es algo supremamente íntimo, esa letra T que lleva la obliga a ser visible. (En video: Bullerengue travesti y antirracista)
Para Victoria, su nombre es el reflejo de muchas emociones. Por una parte, es un nombre que siempre estuvo presente en su vida; su actriz favorita de telenovelas es la mexicana Victoria Ruffo; en la adolescencia se enamoró profundamente de dos mujeres que también se llamaban Victoria y siempre dijo que si tenía una hija le pondría así. Pero sobre todas las cosas, ella explica que, “en medio de una sociedad tan difícil como la colombiana, es una victoria absolutamente grande, una victoria política, estar empleada y ser una persona valorada y respetada como mujer trans”.
Ser una persona con experiencia de vida trans en Colombia no es fácil. Durante el 2022, se registraron 20 transfeminicidios en el país, según las cifras del Observatorio Colombiano de Feminicidios. De igual forma, según la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans (GAAT), el 57 % de las mujeres trans se ubica en los niveles económicos más bajos. Asimismo, los registros por las denuncias dan cuenta que ellas son las principales víctimas de la violencia contra la población LGBTIQ+.
Aunque Victoria disfruta de dar charlas y hacer pedagogía en materia de diversidad sexual y de género contando su experiencia como mujer trans y bisexual, confiesa que a veces es desgastante tener que estar explicándolo y por eso entiende por qué hay quienes prefieren mantener su identidad en privado. Pero, aun así, asegura que conversar es una de las partes fundamentales de su tránsito y poder tener alguna incidencia en la perspectiva de las demás personas es de lo que se trata su activismo. (Mariana Martínez, la deportista trans que lucha por los derechos en Medellín)
“Alguna vez una mujer trans muy reconocida me dijo que me faltaba la ‘garra trans’. Pero yo creo que no tengo que estar en guerra con todo el planeta para que se me considere una trans de verdad. Ahora no quiero decir que ese discurso no sea válido, claro que lo es y están dando una lucha por liberarse de muchos estereotipos. Lo que pasa es que yo lo hago desde el amor”, añade.
Si hay una palabra que describe la vida cotidiana de Victoria es, sin duda alguna, tránsito. Desde hacer ese tránsito por su identidad de género hasta cada día transitar por las calles de la ciudad y su gente. Para ella, todos los seres humanos estamos cambiando constantemente, sean nuestros gustos, manera de vestir o la perspectiva que tenemos frente ciertos temas. En sus propias palabras, “cualquier movimiento que hagamos es un tránsito” y por eso tener la experiencia de aprender de las otras personas es lo que la hace ser quien es.
Hoy, Victoria está orgullosa de no haber dado ese paso atrás hace cinco años. Dice que está feliz de los espacios que ha ganado a pulso y por eso aprovecha su trabajo para mostrar que las personas trans están en todos los oficios y profesiones. Aunque esta mujer asegura estar “tragada mal” de su trabajo, entre risas confiesa que lo único que no le gusta de ser conductora del SITP es no poder manejar en tacones.