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                                                                                                                                  El 70% de las trabajadoras domésticas gana menos del salario mínimo en Colombia

                                                                                                                                  Un estudio revela las condiciones laborales precarias a las que son sometidas las trabajadoras domésticas colombianas y migrantes. Desde salarios bajos, horarios extensos, hasta maltrato y violencia sexual.

                                                                                                                                  Alejandra Ortiz

                                                                                                                                  Periodista de la sección de Género y Diversidad
                                                                                                                                  El 99.1% de las trabajadoras domésticas trabajan bajo la informalidad, tienen o han tenido relaciones laborales de trabajo doméstico sin cumplimiento de la legislación laboral colombiana
                                                                                                                                  Foto: CARE Colombia

                                                                                                                                  Con la ilusión de un nuevo comienzo, Karina* cruzó la frontera hacia Colombia, hasta llegar a Cúcuta, en busca de oportunidades para sostenerse económicamente a ella y a su familia. Al llegar, le surgió la oportunidad de desempeñarse como trabajadora doméstica y aceptó. Su empleadora le solicitó su pasaporte y su cédula como una garantía, “porque me dijo que ella había tenido unas venezolanas y la habían robado.” A pesar de que ella aclaró que no la iba a robar, accedió y le entregó sus documentos. Sin embargo, lo que comenzó como una oportunidad para sostenerse económicamente se transformó en una realidad violenta. Durante tres años, vivió bajo el mismo techo que su empleadora, trabajando incansablemente en la casa y en el restaurante familiar. A pesar de sus esfuerzos, no recibió una remuneración justa ni las mínimas condiciones laborales: “No me dieron ni cinco mil pesos de arreglo de nada”.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  Lea aquí también: Imane Khelif, la mujer cisgénero que enfrenta discriminación en el boxeo olímpico

                                                                                                                                  Este sector laboral, que emplea a más de medio millón de personas, está compuesto principalmente por mujeres, muchas de ellas migrantes. A nivel mundial, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor de 67 millones de personas trabajan en empleos domésticos, de las cuales 11 millones son migrantes y aproximadamente el 74% son mujeres.

                                                                                                                                  A pesar de que las mujeres tienen más oportunidades para acceder a estos empleos en los países a los que migran, se enfrentan a condiciones de vulnerabilidad respecto al género, la xenofobia y la pobreza. Las trabajadoras domésticas a menudo ganan menos del salario mínimo, tienen horarios laborales que no se respetan y carecen de los mismos derechos y protecciones que otros empleados. Siendo uno de los sectores más desprotegidos por las leyes laborales de diferentes países, según la OIT.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  En el caso colombiano, el estudio encontró que cerca del 70% de las trabajadoras domésticas gana menos del salario mínimo, aumentando al 82% si son migrantes. En cuanto a la seguridad social y sus prestaciones sociales, solo el 18% de ellas cuenta con este derecho laboral, y ese porcentaje se reduce a menos del 1% si son mujeres migrantes.

                                                                                                                                  Lea aquí también: Premios Oscar: ¿categorías neutras para disminuir la brecha de género en el cine?

                                                                                                                                  “El trabajo doméstico en Colombia siempre ha sido difícil; siempre ha pasado por un contexto muy fuerte, un contexto cultural de no reconocimiento de los derechos de las trabajadoras”, menciona Claribed Palacios, presidenta de la Unión de Trabajadoras Afrocolombianas del Servicio Doméstico, en entrevista con El Espectador. Haciendo referencia a que el trabajo doméstico no es considerado como un trabajo por la cultura colombiana, y al ejercerse al interior de las casas, no hay un control sobre las violencias que sufren las mujeres que desempeñan estas labores y una garantía de sus derechos.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Sin embargo, muchas de las trabajadoras domésticas migrantes no cuentan con los requisitos para trabajar legalmente en el país, como el Permiso de Protección Temporal (PPT) y no conocen el marco normativo colombiano al ser extranjeras, lo que las pone en una encrucijada a la hora de exigir sus derechos laborales. Incluso, se enfrentan a violencias de género, que se traducen en intimidaciones, humillaciones, calumnias, violencia física y violencia sexual.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Como ese abuso ocurre en la privacidad del hogar, las trabajadoras muchas veces no se atreven a denunciarlo”, explica Claribed Palacios.

                                                                                                                                  Vea aquí también: Los tampones contienen plomo, arsénico y otros metales tóxicos, según estudio

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Así mismo, las trabajadoras suelen enfrentar largas jornadas laborales, que pueden variar entre 8 y 12 horas al día. A esto se suma el tiempo que dedican al cuidado de sus propias familias, lo que puede llevar a jornadas de hasta 17 horas diarias. “Es una forma de esclavitud moderna que se está extendiendo en muchos países latinoamericanos”, acota Sofía Sprechmann, secretaria general de CARE Internacional, en entrevista con El Espectador.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Entre tanto, Sofía Sprechmann afirma que una forma de mitigar esa desprotección de las trabajadoras domésticas es mediante el fortalecimiento de sus asociaciones, “también deben haber inspecciones laborales, eso es fundamental, porque no basta con que la trabajadora, por ejemplo, conozca sus derechos y reclame un contrato, y que luego sea despedida por esa razón, reemplazada por alguien dispuesto a trabajar sin contrato y aceptar menos que el salario mínimo”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  *Karina es un nombre ficticio para representar uno de los testimonios relatados en el marco de la investigación “Estudio sobre características y condiciones de trabajo de personas migrantes y refugiadas en el Trabajo Doméstico Remunerado en Colombia” realizado por CARE Colombia

                                                                                                                                  El 99.1% de las trabajadoras domésticas trabajan bajo la informalidad, tienen o han tenido relaciones laborales de trabajo doméstico sin cumplimiento de la legislación laboral colombiana
                                                                                                                                  Foto: CARE Colombia

                                                                                                                                  Con la ilusión de un nuevo comienzo, Karina* cruzó la frontera hacia Colombia, hasta llegar a Cúcuta, en busca de oportunidades para sostenerse económicamente a ella y a su familia. Al llegar, le surgió la oportunidad de desempeñarse como trabajadora doméstica y aceptó. Su empleadora le solicitó su pasaporte y su cédula como una garantía, “porque me dijo que ella había tenido unas venezolanas y la habían robado.” A pesar de que ella aclaró que no la iba a robar, accedió y le entregó sus documentos. Sin embargo, lo que comenzó como una oportunidad para sostenerse económicamente se transformó en una realidad violenta. Durante tres años, vivió bajo el mismo techo que su empleadora, trabajando incansablemente en la casa y en el restaurante familiar. A pesar de sus esfuerzos, no recibió una remuneración justa ni las mínimas condiciones laborales: “No me dieron ni cinco mil pesos de arreglo de nada”.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  Lea aquí también: Imane Khelif, la mujer cisgénero que enfrenta discriminación en el boxeo olímpico

                                                                                                                                  Este sector laboral, que emplea a más de medio millón de personas, está compuesto principalmente por mujeres, muchas de ellas migrantes. A nivel mundial, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor de 67 millones de personas trabajan en empleos domésticos, de las cuales 11 millones son migrantes y aproximadamente el 74% son mujeres.

                                                                                                                                  A pesar de que las mujeres tienen más oportunidades para acceder a estos empleos en los países a los que migran, se enfrentan a condiciones de vulnerabilidad respecto al género, la xenofobia y la pobreza. Las trabajadoras domésticas a menudo ganan menos del salario mínimo, tienen horarios laborales que no se respetan y carecen de los mismos derechos y protecciones que otros empleados. Siendo uno de los sectores más desprotegidos por las leyes laborales de diferentes países, según la OIT.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  En el caso colombiano, el estudio encontró que cerca del 70% de las trabajadoras domésticas gana menos del salario mínimo, aumentando al 82% si son migrantes. En cuanto a la seguridad social y sus prestaciones sociales, solo el 18% de ellas cuenta con este derecho laboral, y ese porcentaje se reduce a menos del 1% si son mujeres migrantes.

                                                                                                                                  Lea aquí también: Premios Oscar: ¿categorías neutras para disminuir la brecha de género en el cine?

                                                                                                                                  “El trabajo doméstico en Colombia siempre ha sido difícil; siempre ha pasado por un contexto muy fuerte, un contexto cultural de no reconocimiento de los derechos de las trabajadoras”, menciona Claribed Palacios, presidenta de la Unión de Trabajadoras Afrocolombianas del Servicio Doméstico, en entrevista con El Espectador. Haciendo referencia a que el trabajo doméstico no es considerado como un trabajo por la cultura colombiana, y al ejercerse al interior de las casas, no hay un control sobre las violencias que sufren las mujeres que desempeñan estas labores y una garantía de sus derechos.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Sin embargo, muchas de las trabajadoras domésticas migrantes no cuentan con los requisitos para trabajar legalmente en el país, como el Permiso de Protección Temporal (PPT) y no conocen el marco normativo colombiano al ser extranjeras, lo que las pone en una encrucijada a la hora de exigir sus derechos laborales. Incluso, se enfrentan a violencias de género, que se traducen en intimidaciones, humillaciones, calumnias, violencia física y violencia sexual.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Como ese abuso ocurre en la privacidad del hogar, las trabajadoras muchas veces no se atreven a denunciarlo”, explica Claribed Palacios.

                                                                                                                                  Vea aquí también: Los tampones contienen plomo, arsénico y otros metales tóxicos, según estudio

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Así mismo, las trabajadoras suelen enfrentar largas jornadas laborales, que pueden variar entre 8 y 12 horas al día. A esto se suma el tiempo que dedican al cuidado de sus propias familias, lo que puede llevar a jornadas de hasta 17 horas diarias. “Es una forma de esclavitud moderna que se está extendiendo en muchos países latinoamericanos”, acota Sofía Sprechmann, secretaria general de CARE Internacional, en entrevista con El Espectador.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Para Claribed Palacios, si bien se ha avanzado en el marco normativo colombiano, esto resulta insuficiente frente al pensamiento de “aprovecharse del otro”. Según ella, todas las trabajadoras domésticas están en una condición de vulnerabilidad, “por ejemplo, hay una xenofobia muy marcada contra la migrante venezolana, pero también un endoracismo. A la mujer indígena se le califica como “cochina” o “perezosa”, a la mujer negra como “fea” y “grosera”. Hay una cantidad de estigmatizaciones que rodean a estos grupos poblacionales que engrosan el trabajo doméstico, nada más que para discriminarlo”.

                                                                                                                                  Entre tanto, Sofía Sprechmann afirma que una forma de mitigar esa desprotección de las trabajadoras domésticas es mediante el fortalecimiento de sus asociaciones, “también deben haber inspecciones laborales, eso es fundamental, porque no basta con que la trabajadora, por ejemplo, conozca sus derechos y reclame un contrato, y que luego sea despedida por esa razón, reemplazada por alguien dispuesto a trabajar sin contrato y aceptar menos que el salario mínimo”.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Además, los países de latinoamérica pueden crear un censo y un sello de “Trabajo digno”, “que indique que esa casa ha sido censada respecto al trabajo digno. Esto también podría influir en los vecinos, mostrando que la trabajadora doméstica es bien tratada”, agrega Sofía Sprechmann.

                                                                                                                                  *Karina es un nombre ficticio para representar uno de los testimonios relatados en el marco de la investigación “Estudio sobre características y condiciones de trabajo de personas migrantes y refugiadas en el Trabajo Doméstico Remunerado en Colombia” realizado por CARE Colombia

                                                                                                                                  Por Alejandra Ortiz

                                                                                                                                  Antropóloga, periodista y realizadora audiovisual, magíster en Salud Pública. Ha sido profesora de cátedra de la Universidad del Rosario. @aleja_ortizmaortiz@elespectador.com
                                                                                                                                  Ver todas las noticias
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