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                                                                                    Colombia +20

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                                                                                                                                ¿Es posible ser “objetivamente” bella? Esto dice el “número de Dios”

                                                                                                                                Esta medida, que fue utilizada por artistas como Da Vinci, está en el inconsciente colectivo y es la que en muchas ocasiones nos lleva a pensar que hay un solo modelo de belleza que todas deberíamos seguir.

                                                                                                                                Jimena Delgado Díaz

                                                                                                                                Periodista de La Red Zoocial
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Si nos detenemos a analizar cuál de las dos aristas es la más común entre mujeres, por lo menos en Colombia, probablemente sea notorio que la mayoría tenemos la nariz imperfecta, desprolija y, según Disney, digna de un ser malvada. Entonces, ¿de dónde viene la creencia de que la belleza, no solo de la nariz, sino también de una persona, debe ser como la que tienen las princesas de película?

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                En realidad, la medida se denomina proporción áurea, Fi, número de Dios o número de oro y corresponde a 1,618. Para entender cómo funciona en lo práctico, imagínese un segmento, divídalo en dos, pero en partes desiguales. Bueno, resulta que entre más proporcionales sean estas líneas al segmento completo que visualizó primero, más bello se considerará un organismo u objeto siempre y cuando tenga estos trazos armónicos, explicó Ángel Gutiérrez en su artículo científico.

                                                                                                                                Estos conceptos, aplicados a la apariencia física se traducen en que “son más bellos quienes” pueden dividir su cabeza en mitades iguales con una línea horizontal a través de los ojos; tengan la longitud de la oreja igual a la de la nariz y el ancho de esta equivalente a la distancia que hay entre los ojos; y muchos más rasgos, según la Universidad del Rosario.

                                                                                                                                No obstante, podría decirse que estas formas de medir la perfección se plantearon en un mundo europeo, en el que, por ejemplo, no tienen cabida las grandes caderas de las mujeres latinas, la estatura de las asiáticas, entre otros rasgos que van cambiando de acuerdo a quienes fueron nuestros antepasados y según la parte del mundo en el que nos encontremos. Lo que ha impuesto un modelo de belleza hegemónico y muy difícil de seguir a quienes somos el resultado del cruce entre indígenas, negros, mestizos, mulatos, entre otras etnias.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Lea aquí también: Los tacones eran para los hombres, ¿por qué dejaron de usarlos?

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Al respecto, la experta agregó que aquí el género, la clase social, entre otros factores, pasan por unos marcadores identitarios que son producto de nuestra histórica y que hablan de los modelos de sociedad en los que estamos viviendo. Para que, a partir de ahí, las personas piensen que tanto se parecen o no a los estándares que rigen la actualidad, cómo su individualidad tiene que ver con el mundo y el contexto social que dicta normas de quienes debemos ser.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Cuando tú eres cirujano plástico, la idea es llevar a una persona a tener proporciones áureas en la cara o en el cuerpo, porque el físico sale de estas medidas”, dijo Ernesto Barbosa, miembro de la junta directiva de SCCP.

                                                                                                                                Así que en intervenciones quirúrgicas, Barbosa contó que se usan estas relaciones estéticas para definir la belleza de la persona, pues si sus medidas se alejan del número de Dios, “más fea puede ser, bajo los conceptos sociales y culturales”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Lea aquí también: Mayra Ortigoza, la activista digital que reivindica la discapacidad y la eutanasia

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Todo lo anterior, para llegar al punto de que cada persona se sienta cómoda, independientemente si decide pasar por un quirófano o no, parecerse a actrices de televisión, princesas o si se siente a gusto con su apariencia, a pesar de que no cumpla con los estándares de la sociedad.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Si nos detenemos a analizar cuál de las dos aristas es la más común entre mujeres, por lo menos en Colombia, probablemente sea notorio que la mayoría tenemos la nariz imperfecta, desprolija y, según Disney, digna de un ser malvada. Entonces, ¿de dónde viene la creencia de que la belleza, no solo de la nariz, sino también de una persona, debe ser como la que tienen las princesas de película?

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                En realidad, la medida se denomina proporción áurea, Fi, número de Dios o número de oro y corresponde a 1,618. Para entender cómo funciona en lo práctico, imagínese un segmento, divídalo en dos, pero en partes desiguales. Bueno, resulta que entre más proporcionales sean estas líneas al segmento completo que visualizó primero, más bello se considerará un organismo u objeto siempre y cuando tenga estos trazos armónicos, explicó Ángel Gutiérrez en su artículo científico.

                                                                                                                                Estos conceptos, aplicados a la apariencia física se traducen en que “son más bellos quienes” pueden dividir su cabeza en mitades iguales con una línea horizontal a través de los ojos; tengan la longitud de la oreja igual a la de la nariz y el ancho de esta equivalente a la distancia que hay entre los ojos; y muchos más rasgos, según la Universidad del Rosario.

                                                                                                                                No obstante, podría decirse que estas formas de medir la perfección se plantearon en un mundo europeo, en el que, por ejemplo, no tienen cabida las grandes caderas de las mujeres latinas, la estatura de las asiáticas, entre otros rasgos que van cambiando de acuerdo a quienes fueron nuestros antepasados y según la parte del mundo en el que nos encontremos. Lo que ha impuesto un modelo de belleza hegemónico y muy difícil de seguir a quienes somos el resultado del cruce entre indígenas, negros, mestizos, mulatos, entre otras etnias.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Lea aquí también: Los tacones eran para los hombres, ¿por qué dejaron de usarlos?

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Al respecto, la experta agregó que aquí el género, la clase social, entre otros factores, pasan por unos marcadores identitarios que son producto de nuestra histórica y que hablan de los modelos de sociedad en los que estamos viviendo. Para que, a partir de ahí, las personas piensen que tanto se parecen o no a los estándares que rigen la actualidad, cómo su individualidad tiene que ver con el mundo y el contexto social que dicta normas de quienes debemos ser.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Cuando tú eres cirujano plástico, la idea es llevar a una persona a tener proporciones áureas en la cara o en el cuerpo, porque el físico sale de estas medidas”, dijo Ernesto Barbosa, miembro de la junta directiva de SCCP.

                                                                                                                                Así que en intervenciones quirúrgicas, Barbosa contó que se usan estas relaciones estéticas para definir la belleza de la persona, pues si sus medidas se alejan del número de Dios, “más fea puede ser, bajo los conceptos sociales y culturales”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Lea aquí también: Mayra Ortigoza, la activista digital que reivindica la discapacidad y la eutanasia

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sin embargo, este tipo de conversaciones, en los últimos años, también han expuesto la otra cara de la moneda. Que es la apertura a tener discusiones sobre lo que históricamente ha incomodado a las sociedades o que ha sido catalogado como feo por muchos. Tal es el caso de la gordofobia, los distintos estándares de belleza, una profundización de estos modelos corporales, entre otros temas que han generado espacios de discusión.

                                                                                                                                Todo lo anterior, para llegar al punto de que cada persona se sienta cómoda, independientemente si decide pasar por un quirófano o no, parecerse a actrices de televisión, princesas o si se siente a gusto con su apariencia, a pesar de que no cumpla con los estándares de la sociedad.

                                                                                                                                Por Jimena Delgado Díaz

                                                                                                                                Comunicadora social de Eafit. Apasionada por temas de medio ambiente, cultura y género. @jimenadelgadodmdelgado@elespectador.com

                                                                                                                                Temas recomendados:

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