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A mediados de 2020, la revista Volcánicas publicó dos reportajes en el que nueve mujeres aseguran que el cineasta Ciro Guerra habría ejercido violencia sexual contra ellas. La investigación periodística sostiene que ocho de ellas (Beatriz, Daniela, Eliana, Adriana, Fabiana, Teresa, Gabriela y ahora, Diana) califican lo vivido como acosos sexuales y, en el noveno caso, Adriana describe un abuso sexual. Los hechos narrados tuvieron lugar entre 2013 y 2019.
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“Los testimonios relatan situaciones como incómodas conversaciones de índole sexual, invitaciones a su hotel o apartamento, el uso de la fuerza para tocarlas sexualmente, besarlas y, en un caso, se relata una situación de presunto abuso sexual, a pesar de que ellas le dicen que “NO” de forma clara, directa y reiterada. También dan cuenta de la manera en la que Guerra presuntamente usa su prestigio profesional para intimidar y establecer relaciones de poder abusivas frente a las agredidas”, se lee en la investigación de Volcánicas, que provocó a su vez que más mujeres escribieran a las periodistas relatando haber sufrido comportamientos similares con Ciro Guerra.
Por su parte, el cineasta, que ha trabajado para Netflix y ha dirigido películas como Los viajes del viento (2009), El Abrazo de la Serpiente (2015) —nominada a los premios Óscar en la categoría de Mejor Película en Idioma Extranjero en 2016—y Pájaros de verano (2018), negó haber violentado sexualmente a mujeres y haberles insinuado el intercambio de favores profesionales a cambio de favores sexuales. Y luego emprendió varias actuaciones judiciales en contra de Volcánicas y las autoras de la investigación, Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los Milagros Londoño.
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Guerra instauró dos acciones de tutela, una demanda civil y una denuncia penal por calumnia. El primer asunto se decidió a finales de 2022, por cuenta de la Corte Constitucional, que revisó la tutela y profirió una sentencia hito para el periodismo con enfoque de género en Colombia y América Latina, pues fue la primera vez que el alto tribunal se pronunciaba sobre el tema.
Además de darles la razón a las periodistas, reconocer que cumplieron con los estándares periodísticos y dar luces sobre qué es el periodismo feminista o con enfoque de género, la Corte Constitucional reconoció que en este caso existía un acoso judicial, que es una práctica abusiva del derecho orientada a intimidar y silenciar las expresiones de interés público. Según los magistrados y magistradas, existía un evidente desequilibrio de poder entre las partes y Ciro Guerra acudió a varios escenarios judiciales y extrajudiciales para solicitar la rectificación e indemnizaciones que son imposibles de pagar por parte de las periodistas.
La Corte se refiere a la demanda civil con la que Ciro Guerra les exige a las periodistas pagarle una suma que supera los $3.000 millones de pesos colombianos. El cineasta les exige rectificar la información del reportaje publicado, abstenerse de publicar información sobre él, así como reparar los supuestos daños y perjuicios a su honra y buen nombre.
Este proceso civil está en manos de una jueza civil de Bogotá que ya citó la audiencia inicial para el próximo 4 de marzo a las 10a.m. Se espera que de entrada se dé una controversia probatoria, pues la jueza les negó a las periodistas aportar para su defensa los testimonios de ellas y las mujeres con las que hablaron para el reportaje. Sin embargo, Ciro Guerra sí podrá realizar un dictamen pericial, que según su abogado, requiere la entrega de la historia clínica de las dos periodistas y miembros de su familia, además de su participación en entrevistas.
En respuesta a esta demanda, las abogadas de las periodistas de Volcánicas formularon una demanda de reconvención en contra de Guerra, que en palabras sencillas consiste en demandar a Guerra para que sea él quien repare los daños y perjuicios que ha causado en la salud mental y física a las periodistas. Finalmente, en el ámbito penal, la denuncia por calumnia sigue en etapa de indagación y no hay decisiones de fondo.