Khamala, la app de taxis conducida por y para mujeres en Colombia
La plataforma opera en ocho países de la región como una alternativa ante casos de violencia sexual contra mujeres en el transporte público. En Colombia, su modelo de trabajo se centra en taxistas que son mujeres cabeza de familia.
Mariana Escobar Bernoske
Para muchas mujeres algo tan cotidiano como tomar un servicio de taxi resulta angustiante. Tener que estar en estado de alerta, compartir ubicación, o incluso, aprender a ignorar comentarios inapropiados por parte de los conductores es algo que hemos normalizado. Por eso, para la mayoría, hay una sensación de tranquilidad cuando la persona que te recoge es otra mujer. Lo mismo sucede para las conductoras, se sienten mucho más cómodas a la hora de emprender un viaje con una pasajera.
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Según la Secretaría de Movilidad de Bogotá, el 61% de las personas que usan el servicio de taxi en la capital son mujeres. Asimismo, las solicitudes a través de aplicaciones móviles representan el 64.2 % de los servicios, pues generan más seguridad y confiabilidad. Sin embargo, cifras del Observatorio de Mujeres y Equidad muestran que más del 70% de las usuarias han sido víctimas o han visto acoso sexual en un servicio de transporte.
“Khamala significa mujer poderosa y creemos que juntas somos más fuertes si nos cuidamos entre nosotras”, comparte Hasbleidy Garzón, directora ejecutiva (CEO) de la aplicación para Colombia y América Latina. La plataforma empezó a desarrollarse en el 2021, inicialmente en Chile y Argentina, de la mano de Eduardo Pezoa, amigo y socio de Hasbleidy quien falleció el pasado mes de agosto, e inició sus operaciones en Colombia en mayo de este año.
A la fecha está disponible en ocho países; Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Puerto Rico, Chile, Estados Unidos y Argentina. Asimismo, están desarrollando Khamala España y México. A nivel regional cuentan con más de 500 conductoras y en el país, a corte septiembre, están inscritas 207 mujeres en Bogotá y 12 en Medellín.
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Janeth Mendoza es una de las conductoras para Khamala en Bogotá, pasa en promedio unas 14 horas al día en el taxi y lo que le queda de ganancias está destinado para la universidad de su hijo. Para ella, esta iniciativa no solo le ofrece la tranquilidad de poder transportar otras mujeres, sino también un beneficio económico, ya que, a diferencia de otros aplicativos, solo le cobran $1.000 pesos por servicio, independientemente de cuál sea el trayecto.
Bogotá cuenta con 80.000 conductores de taxi, de los cuales 2.500 aproximadamente son mujeres. Según un diagnóstico del sector, existen alrededor de cuatro colectivos de mujeres taxistas. Desde los colectivos señalan que uno de los principales retos es la eliminación de discriminación basada en género, necesaria para fomentar la capacitación e inserción laboral de las mujeres en el gremio. “A veces se suben y piensan que porque soy mujer no sé cómo defenderme en la ciudad”, comenta Janeth a El Espectador.
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Aunque en el país no existe un estudio sobre las violencias que experimentan las conductoras de transporte público, el IV Observatorio de la Mujer Taxista realizado por FREE NOW en España estima que 6 de cada 10 mujeres taxistas han vivido situaciones de acoso mientras trabajaban.
“Nosotras queremos ser más que una aplicación. Nos hemos preocupado por prestar un buen servicio, pero queremos construir también una comunidad en la que las taxistas, que la mayoría son cabeza de hogar, puedan formarse”, añade la CEO de Kahamala. Desde cursos de mecánica básica, hasta charlas de resolución de conflictos brindadas por expertas en temas de género, es la apuesta con la que esta iniciativa espera consolidarse en el país.
Como la seguridad tanto de las usuarias como de las conductoras es primordial, el uso de la plataforma está restringido exclusivamente a mujeres, adolescentes, niñas y niños. Sin embargo, explican que es muy probable que ocurran momentos en que las pasajeras tengan que ir acompañadas o acompañando a un hombre o anciano. Ante estos casos, la conductora es quien decide si acepta o no el servicio.
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Frente al limbo en el que se encuentra el funcionamiento de las apps de transporte en el país, responden que están constituidas legalmente como plataforma digital y que por eso es que Khamala brinda servicios únicamente de taxi. Consideran que hasta que no haya una legislación que regule el uso de carros particulares, sería irresponsable poner en riesgo a las mujeres que deseen ser conductoras.
Actualmente, el aplicativo está disponible para los sistemas operativos Android y Huawei. Funcionan en Bogotá y en la última semana de septiembre iniciaron un plan piloto de operaciones en Cali y Medellín.
Para muchas mujeres algo tan cotidiano como tomar un servicio de taxi resulta angustiante. Tener que estar en estado de alerta, compartir ubicación, o incluso, aprender a ignorar comentarios inapropiados por parte de los conductores es algo que hemos normalizado. Por eso, para la mayoría, hay una sensación de tranquilidad cuando la persona que te recoge es otra mujer. Lo mismo sucede para las conductoras, se sienten mucho más cómodas a la hora de emprender un viaje con una pasajera.
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Según la Secretaría de Movilidad de Bogotá, el 61% de las personas que usan el servicio de taxi en la capital son mujeres. Asimismo, las solicitudes a través de aplicaciones móviles representan el 64.2 % de los servicios, pues generan más seguridad y confiabilidad. Sin embargo, cifras del Observatorio de Mujeres y Equidad muestran que más del 70% de las usuarias han sido víctimas o han visto acoso sexual en un servicio de transporte.
“Khamala significa mujer poderosa y creemos que juntas somos más fuertes si nos cuidamos entre nosotras”, comparte Hasbleidy Garzón, directora ejecutiva (CEO) de la aplicación para Colombia y América Latina. La plataforma empezó a desarrollarse en el 2021, inicialmente en Chile y Argentina, de la mano de Eduardo Pezoa, amigo y socio de Hasbleidy quien falleció el pasado mes de agosto, e inició sus operaciones en Colombia en mayo de este año.
A la fecha está disponible en ocho países; Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Puerto Rico, Chile, Estados Unidos y Argentina. Asimismo, están desarrollando Khamala España y México. A nivel regional cuentan con más de 500 conductoras y en el país, a corte septiembre, están inscritas 207 mujeres en Bogotá y 12 en Medellín.
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Janeth Mendoza es una de las conductoras para Khamala en Bogotá, pasa en promedio unas 14 horas al día en el taxi y lo que le queda de ganancias está destinado para la universidad de su hijo. Para ella, esta iniciativa no solo le ofrece la tranquilidad de poder transportar otras mujeres, sino también un beneficio económico, ya que, a diferencia de otros aplicativos, solo le cobran $1.000 pesos por servicio, independientemente de cuál sea el trayecto.
Bogotá cuenta con 80.000 conductores de taxi, de los cuales 2.500 aproximadamente son mujeres. Según un diagnóstico del sector, existen alrededor de cuatro colectivos de mujeres taxistas. Desde los colectivos señalan que uno de los principales retos es la eliminación de discriminación basada en género, necesaria para fomentar la capacitación e inserción laboral de las mujeres en el gremio. “A veces se suben y piensan que porque soy mujer no sé cómo defenderme en la ciudad”, comenta Janeth a El Espectador.
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Aunque en el país no existe un estudio sobre las violencias que experimentan las conductoras de transporte público, el IV Observatorio de la Mujer Taxista realizado por FREE NOW en España estima que 6 de cada 10 mujeres taxistas han vivido situaciones de acoso mientras trabajaban.
“Nosotras queremos ser más que una aplicación. Nos hemos preocupado por prestar un buen servicio, pero queremos construir también una comunidad en la que las taxistas, que la mayoría son cabeza de hogar, puedan formarse”, añade la CEO de Kahamala. Desde cursos de mecánica básica, hasta charlas de resolución de conflictos brindadas por expertas en temas de género, es la apuesta con la que esta iniciativa espera consolidarse en el país.
Como la seguridad tanto de las usuarias como de las conductoras es primordial, el uso de la plataforma está restringido exclusivamente a mujeres, adolescentes, niñas y niños. Sin embargo, explican que es muy probable que ocurran momentos en que las pasajeras tengan que ir acompañadas o acompañando a un hombre o anciano. Ante estos casos, la conductora es quien decide si acepta o no el servicio.
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Frente al limbo en el que se encuentra el funcionamiento de las apps de transporte en el país, responden que están constituidas legalmente como plataforma digital y que por eso es que Khamala brinda servicios únicamente de taxi. Consideran que hasta que no haya una legislación que regule el uso de carros particulares, sería irresponsable poner en riesgo a las mujeres que deseen ser conductoras.
Actualmente, el aplicativo está disponible para los sistemas operativos Android y Huawei. Funcionan en Bogotá y en la última semana de septiembre iniciaron un plan piloto de operaciones en Cali y Medellín.