Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Este 4 y 5 de septiembre, el Capitolio Nacional de Colombia, sede del Congreso de la República, amaneció con una exhibición de mensajes y símbolos antiaborto. La exhibición incluía una bandera en la fachada del recinto, así como muñecos e imágenes de fetos y embriones en los pasillos, junto con mensajes como “la vida es hermosa”. Esta estrategia, llevada a cabo por la bancada de congresistas autodenominados “provida”, busca promover un proyecto de ley presentado hace dos semanas que propone modificar el artículo 11 de la Constitución Política para prohibir el aborto al establecer que “el derecho a la vida es inviolable a partir del momento mismo de la concepción. No habrá pena de muerte”. La exhibición también coincide con la Convención Nacional Provida 2024, organizada por el mismo grupo.
En Colombia, desde 2022, el aborto está despenalizado hasta la semana 24 de gestación. La sentencia histórica de la Corte Constitucional, conocida como Causa Justa, situó al país como uno de los más avanzados en la protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y personas con capacidad de gestar. Sin embargo, en los últimos dos años, este fallo ha enfrentado 17 solicitudes de nulidad, todas desestimadas por la Corte Constitucional.
Lea aquí también: ¿Cómo acceder a un aborto desde la EPS en Colombia?
Frente a esta exhibición en el Capitolio, algunas activistas que impulsaron la sentencia se mostraron en desacuerdo. Laura Castro, coordinadora de la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres e integrante del movimiento Causa Justa, comentó en entrevista con El Espectador que la exhibición es “a todas luces un uso indebido del espacio parlamentario porque busca promover una agenda ‘antiderechos’ que es contraria al derecho a la igualdad y la libertad de las mujeres, así como de las personas trans y no binarias”.
Asimismo, la representante a la Cámara Alexandra Vasquez, opositora al proyecto de ley en contra de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), mencionó en diálogo con este diario que el uso de estas estrategias e imágenes “instrumentalizan el embarazo para crear narrativas emocionales, destacando la ‘bondad’ y el ‘sacrificio maternal’, sin ofrecer la posibilidad de que sea una elección para las mujeres. Posteriormente, lo que hacen es campañas de divulgación de estas imágenes de los fetos para argumentar su lucha en contra del aborto”.
Mis colegas se autodenominan la bancada Provida del Congreso. Sin embargo, no es "provida" pretender que las mujeres vuelvan a arriesgar sus vidas accediendo a abortos ilegales. Una vez más, están intentando vulnerar los derechos por los que tanto hemos luchado. Primero,… pic.twitter.com/4GbPjH1A6J
— Alexandra Vásquez (@alexandravasoch) September 4, 2024
Otras de las reacciones al interior del Congreso, fue la de la representante a la Cámara, María Fernanda Carrascal. “Es una falta de respeto que hayan autorizado esa bandera en la fachada del Congreso de la República más cuando esta corporación fue tan negligente durante mucho tiempo para legislar sobre un tema tan trascendental para las vidas de las mujeres”, afirmó en su cuenta de X.
Es una falta de respeto que hayan autorizado esa bandera en la fachada del Congreso de la República más cuando esta corporación fue tan negligente durante mucho tiempo para legislar sobre un tema tan trascendental para las vidas de las mujeres. Ya la @CConstitucional se pronunció… https://t.co/o0Xq8tkoCW
— Mafe Carrascal Rojas (@MafeCarrascal) September 4, 2024
No obstante, el uso de estas imágenes y símbolos en el movimiento antiaborto no es una novedad; es una práctica recurrente en diversas partes del mundo. Esta tendencia comenzó a principios de la década de 1980 en Estados Unidos, cuando organizaciones promotoras de esta agenda difundieron el documental “El Grito Silencioso”. Según un estudio realizado por Raquel Tarullo y Agnese Sampietro, doctoras en Ciencias Sociales y Humanas y en Lingüística, respectivamente, estas exhibiciones poseen un fuerte componente emocional que busca influir en las mujeres y personas con capacidad de gestar.
El estudio menciona que cuando se usan imágenes de fetos y embriones en contextos políticos, se está apelando a un componente emocional. “Si las representaciones de bebés ya formados en el útero o de recién nacidos generan sentimientos positivos como la piedad o la ternura, las de fetos desmembrados o abortados se emplean para provocar reacciones desagradables, a saber, tristeza, disgusto, horror y por ende enojo y rechazo hacia las personas que abortan”, expone la investigación.
Lea aquí también: “Nos toca ser crueles”: la estrategia de una organización contra el aborto
Este tipo de estrategias ya habian sido utilizadas previamente este grupo de congresistas. Por ejemplo, el 21 de abril, durante los debates sobre el Plan Nacional de Desarrollo (PND), Karina Espinosa Oliver, representante por el Partido Liberal, repartió fetos de plástico entre los asistentes y proyectó un video con información falsa sobre el aborto. Esto provocó que las palabras “derechos reproductivos” fueran eliminadas de la versión final del PND. Asimismo, el pasado 21 de febrero, cuando se conmemoraban los dos años de la despenalización del aborto, Luis Miguel López, representante por el Partido Conservador, solicitó un minuto de silencio por “los fetos abortados”.
En este contexto, Laura Castro, al comentar sobre la exhibición de estas imágenes en el Congreso esta semana, afirmó que “es una iniciativa que busca generar estigmas, violencias y más desconocimiento sobre servicios médicos de salud sexual y reproductiva, que son necesarios y vitales para garantizar el derecho a la salud y la vida de las mujeres, así como de las personas trans y no binarias”.
“Argumentan todo esto con el fin de sostener la idea de vulnerar y, por supuesto, discriminar a aquellas que han decidido elegir el derecho a una vida sexual plena”, agrega Alexandra Vásquez.
Desde otro punto de vista, Sandra Mazo, coordinadora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, en entrevista con El Espectador, agrega que esta exposición de imágenes en el Congreso anula la imagen del cuerpo de la mujer, que es el que está directamente relacionado en el tema del aborto, “se anula la propia existencia del cuerpo y las decisiones de las mujeres”. Añadiendo que “es lamentable que estos grupos no se preocupen en absoluto por la vida, la salud y las condiciones en las que se encuentran las mujeres cuando deciden tomar la decisión de abortar”.
Lea aquí también: Los ataques políticos y judiciales, tras dos años de la despenalización del aborto
Así pues, organizaciones y algunas congresistas consideran que esta exhibición atenta contra los derechos ya conseguidos de las mujeres y, en lugar de eso, busca estigmatizar a las personas que deciden abortar. Además, argumentan que tales acciones no deberían tener lugar en un espacio como el Congreso.
“Si quieren hacer una convención, deberían hacerlo en otro escenario. Un escenario académico, un escenario religioso; hay otros escenarios en Colombia donde se podrían hacer estos eventos. No estoy negando que se puedan hacer, porque podemos pensar y actuar de manera diferente, pero sí me parece que es un uso inadecuado, impertinente e indebido que se haya usado el Congreso de la República para promover estos discursos que van en detrimento de nuestros derechos”, concluyó Sandra Mazo.