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Valentina Trespalacios fue asesinada a sus 21 años en Bogotá. Su madre, Laura Hidalgo, fue quien hizo público su feminicidio, después de que el cuerpo de su hija fuera hallado en una maleta abandonada en un basurero. Desde entonces, la mujer ha pedido que las autoridades investiguen y ha relatado a los medios de comunicación los últimos momentos de su hija. También fue ella la que señaló al novio de Valentina, el estadounidense John Poulos, como el presunto feminicida. Por eso y otras evidencias en poder de quienes investigan, Poulos fue recientemente capturado en Panamá y ya está en Colombia, donde se espera que inicie pronto su proceso penal. (La mamá de Valentina y otras mamás que pelean por sus hijas asesinadas)
En medio de los anuncios oficiales sobre este caso que, según expertas, debería ser investigado como feminicidio, la Policía de Bogotá publicó este jueves un trino en el que exhibe las esposas con las que fue capturado John Poulos al llegar a Colombia. “Esposas de color #púrpura que representan justicia a favor de la mujer. Una demostración global de la acción de las policías. Perseguimos el delito sin importar las fronteras”, escribió la entidad en su cuenta de Twitter. (Así fue la captura de John Poulos, presunto feminicida de Valentina Trespalacios)
Estas son las esposas con las que fue capturado John Poulos al llegar a Colombia 🇨🇴.
— Policía Metropolitana de Bogotá (@PoliciaBogota) January 26, 2023
Esposas de color #púrpura que representan justicia a favor de la mujer.
Una demostración global de la acción de las policías.
🚔 Perseguimos el delito sin importar las fronteras. 🗺️@ClaudiaLopez pic.twitter.com/z8bvk37Mb1
En diálogo con El Espectador, la mayor María del Carmen Rodríguez explicó que el uso de estas esposas hace parte de la estrategia “Bogotá, ciudad púrpura”, que ella lidera. Es la primera vez que las esposas moradas se usan en un proceso de captura y su intención es evidenciar que la Policía de Bogotá está “trabajando para contrarrestar las violencias de género” y que la entidad tuvo una reacción en “tiempo veloz” en el caso de Valentina Trespalacios. (¿Quién es John Poulos, el señalado feminicida?)
De acuerdo con la mayor Rodríguez, “Bogotá, ciudad púrpura” es una estrategia que inició el 24 de noviembre de 2022 como una apuesta de la Policía Metropolitana de Bogotá y el Distrito para modernizarse y acercarse a la ciudadanía a través de los enfoques diferenciales. En el marco de ésta, se han diseñado líneas de acción con la intención de prevenir y contrarrestar las violencias contra las mujeres.
Así, por ejemplo, hay programas de educación y de información de rutas y líneas de atención; la creación de un código QR que se pondrá en algunas calles de Bogotá para que las personas consulten información de este tema; la articulación entre la Policía y la Alcaldía de Bogotá para reaccionar e investigar los casos de violencias contra mujeres; y el plan cazador que emprende la búsqueda y captura de los agresores. (Violencia basada en género: ¿qué está haciendo el Distrito para prevenirla?)
Ella asegura que también está la patrulla púrpura en la que confluyen personas de inteligencia, vigilancia policial, investigación criminal, entre otras áreas, para contrarrestar la violencia contra la mujer en coordinación con entidades nacionales y distritales. Estas patrullas están integradas especialmente por más de 4.000 mujeres en la Policía de Bogotá y varias de ellas acompañaron el proceso de captura de John Poulos y fueron quienes le pusieron las esposas moradas al sospechoso.
Expertas en feminicidios, sin embargo, muestran otra realidad: que Bogotá no es una ciudad segura para las mujeres. De acuerdo con Yamile Roncancio, directora de la fundación Feminicidios Colombia, “la capital ha tenido fluctuaciones hacia arriba en feminicidios. En 2019 hubo un crecimiento, y una leve disminución en 2021 y 2022. Sin embargo, está lejos de lo que se quiere (...) Los casos contienen formas evidentes de desprecio por la vida de las mujeres. Cabe recordar que, al menos el año pasado, hallaron cuatro cadáveres a las afueras de Bogotá y hay casos con desmembramientos y disposiciones en bolsas”, afirmó Roncancio en una entrevista con El Espectador que puede leer aquí.
Las cifras oficiales también dan cuenta de que, en lo corrido de 2022, se presentaron 140 casos de mujeres víctimas de feminicidio. Una estadística que podría aumentar, ya que se presentaron 659 alertas de feminicidio que remitió la Procuraduría a las personerías municipales, registrándose mayores reportes en Bogotá, con 202 alertas.
Por eso, el uso de las esposas moradas ha sido calificado como “irrelevante” por cuatro abogadas que estudian o litigan casos de violencias contras las mujeres y que fueron consultadas por El Espectador. Alma Beltrán y Puga, abogada y académica, asegura que, si bien el morado es un color significativo para el movimiento feminista y el gesto de la Policía podría ser simbólico, más allá del color de las esposas, lo que importa es que se investiguen con debida diligencia los delitos ocasionados por la violencia de género. (John Poulos habría pedido un abogado que hable inglés y que no sea defensor público)
Luz Ángela Gómez Junitico, abogada feminista e investigadora en la aplicación de la justicia, género y derechos humanos, no considera que este gesto de la Policía sea simbólico ni que signifique justicia. “La Policía debe comprender que justicia para las mujeres es utilizar estándares de debida diligencia para la investigación rápida y eficaz de los casos, que también deben eliminar los estereotipos que subsisten en las fuerzas policiales sobre las mujeres. Utilizar un color ni siquiera llega a ser simbólico y más en unas esposas para capturar a alguien. Eso no significa justicia para las mujeres. Justicia es rapidez, diligencia y eficacia en la investigación”.
En el mismo sentido, María Camila Correa Flórez, profesora de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, cree irrelevante el color de las esposas. “Lo importante es que sí se haga justicia en los casos en que se compruebe que determinada persona agredió a una mujer o la mató, que se desplieguen correctamente los mecanismos de investigación, que se incluya el enfoque de género, que no se revictimice a las víctimas y que se siga lo establecido en convenciones internacionales”.
La abogada procesalista y penalista Angy Cáceres, quien litiga casos de mujeres víctimas de violencia de género, agrega que “de nada sirve tener esposas púrpuras, rosas, verdes y del color que sea si no existen políticas públicas que velen efectivamente por los derechos de las mujeres”. Y asegura: “Para el caso en concreto, espero realmente que, con todas las inconsistencias que ha tenido la captura de este agresor, con o sin esposas púrpuras, no se declare ilegal y que la Fiscalía impute correctamente el delito de feminicidio y los agravantes pertinentes y no sea un caso más que quede impune”.
“Casos tan lamentables como lo es el feminicidio de Valentina Trespalacios sirven para alimentar el morbo y las ganas de mostrar un falso cumplimiento de ‘justicia’ en pro de la mujer por parte de las entidades del Estado, una justicia por demás sesgada al arbitrio del gobernante y legislador de turno, que se ha empeñado en crear leyes en ‘pro de la mujer’ pretendiendo protegernos, pero quedándose cortos en estrategias eficaces para la efectiva protección reforzada de nuestros derechos como mujeres”, finaliza diciendo la abogada Cáceres.
Contrarias a estas cuatro opiniones, está la de Linda Cabrera, directora de Sisma Mujer, una reconocida organización que trabaja por los derechos de las mujeres y representa a víctimas de la violencia de género. En su opinión, el despliegue que ha hecho la Policía en el caso de Valentina Trespalacios ha sido destacable. “Ojalá lograran prevenir, pero cuando suceden este tipo de casos es necesario investigar con celeridad y aplicar las normas correspondientes. En este caso, la Policía ha hecho una gran labor y, si a eso sumas el simbolismo muy importante de las esposas moradas, nos parece que en nada afecta las garantías del procesado, las esposas son un procedimiento preexistente. Nos parece bien mientras no lo modifiquen para todos los delitos y, si en el caso de violencia contras las mujeres, se usa un color como protesta simbólica a perder la vida por el hecho de ser mujeres”.