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Hace dos meses se conoció la noticia de que Sebastián Rodríguez Pachón, quien en ese entonces era técnico del club de fútbol femenino Besser, había sido denunciado ante la Fiscalía por presunto acoso y acto sexual por cuatro padres de sus estudiantes. Ahora, su padre, Pedro Ignacio Rodríguez Rodríguez, quien ha sido formador de varias de las estrellas del balompié femenino de Colombia, fue denunciado el 5 de octubre de 2022 por presunta violencia sexual. (Puede ver: Las cuatro denuncias por violencia sexual en el fútbol femenino)
Clarissa*, de 25 años, cuenta a El Espectador que su sueño era ser futbolista, pero tuvo que cumplirlo desde otra posición: como entrenadora. Jugó en Besser durante más de un año y luego estudió formación técnica en la Universidad Minuto de Dios. “Dejé muy buenas relaciones en el club y me llamaron para ser la directora de la categoría masculina, que estaba iniciando proceso”, asegura. No dudó en aceptar el puesto, ya que conocía desde hace tiempo a Pedro Rodríguez; a su esposa, Amanda; y a Sebastián, su hijo.
En los dos años que estuvo dirigiendo la categoría masculina, Clarissa señala que no tuvo ningún problema con Pedro ni con Sebastián. Quizás algunos comentarios y gestos que tenía Pedro con ella, añade, la hacían sentir incómoda, pero decidió normalizarlos. “Me decía que me quería mucho y me agarraba la mano de forma comprometedora. Aunque me invadía mi espacio personal, no le daba mucha importancia porque lo conocía”, dice a este medio.
El único “inconveniente” que tenía con Pedro era que, según dice, le retrasaba los pagos. “Cuando me iba a dar el dinero, nos veíamos donde él me citaba. A veces tenía que acompañarlo a algunos lugares para que me cancelara el monto que me debía”, comenta. Uno de esos días, en febrero de 2020, la joven se iba a retirar del club porque le había salido un trabajo en otra entidad deportiva y le pidió el saldo pendiente.
Acordaron encontrarse cerca de donde vive él. Se acercó en su camioneta y le preguntó a Clarissa si lo acompañaba a realizar una diligencia. Ella asegura que no notó nada extraño, pues muchas veces él llevaba a las jugadoras para acercarlas a sus casas. Pero ese día la ruta cambió. La llevó a un motel. “Ahí sucedieron muchas cosas. Él invadió mi intimidad. Para mí no es fácil contar la experiencia”, relata.
Trató de ocultarle a su familia lo sucedido, pues, añade, sentía miedo, angustia y ansiedad. Solo decidió decirle a un par de amigas, quienes le aconsejaron poner la denuncia. Ella, cuenta, prefirió no hacerlo y accedió a tomar terapias psicológicas. Sin embargo, por el cambio en su comportamiento, su familia se enteró. “Me costaba interactuar con otras personas. El contacto físico era incómodo”, apunta. (Le puede interesar: ¿Quién es Francisco Puerto y por qué tres exparejas lo denuncian?)
Una vez su madre se enteró, le pidió que agendara una cita con él para saldar la cuenta pendiente, pues aún le debía dinero. Ese día, antes de la reunión, Clarissa se topó con Amanda, la esposa de Pedro, y le contó lo que había pasado. “Decidí comentarle porque realmente estaba muy afectada. Ella no hizo nada, solo me dijo que ya sabía porque había encontrado un tiquete del lugar donde supuestamente habíamos estado. No hizo nada y eso la hace cómplice”, añade.
Luego, en la casa de Pedro, la madre de Clarissa recibió el dinero que le debía e incluso, según cuenta ella, le preguntó si necesitaba más para “compensar la situación”. Desde ese momento, Clarissa y su familia rompieron comunicación con la familia Rodríguez Pachón y con el club Besser, hasta ahora que decidió denunciar. Una de las razones que la motivó fue que es entrenadora de un grupo de niños, niñas y adolescentes.
“Cuando escuché la noticia de las denuncias contra Besser me di cuenta de que había muchos casos más y no quiero que otras mujeres y niñas atraviesen por esto”, anota. En este proceso de denuncia contó con el apoyo de los padres de las cuatro adolescentes que denunciaron a Sebastián Rodríguez, pues en años anteriores había sido su profesora. “Me motivaron a radicar todo el proceso en la Fiscalía. Es un mensaje que invita a no quedarnos en silencio”, señala.
Por una de las denuncias contra Sebastián Rodríguez, realizada por Brenda*, se llevará a cabo una imputación de cargos el próximo 26 de octubre. La jugadora señaló ante la Fiscalía que en más de una ocasión el entrenador le había pedido que llevara unos balones hasta un salón en el club Colsubsidio de la 195, donde entrenan. “En este lugar no hay cámaras y Brenda nos dijo que él aprovechaba para acorralarla y acosarla”, dice Gabriel, su padre.
Ahora, con la nueva denuncia de Clarissa, la lupa de la Fiscalía también pasa a su padre, Pedro Rodríguez. Pero no es el único caso. Varios testimonios entregados a El Espectador aseguran que, cuando las jugadoras becadas viajaron a Estados Unidos, él entraba a sus cuartos. “Se metió a la cama de mi amiga que tenía 15 años. Cuando se fue, ella nos contó que la había tocado sin su consentimiento”, comenta Nicol*. Esa noche, añade, le pidió llevar un objeto a su cuarto y, luego de un abrazo, la botó a la cama. “Me dijo venga que vamos a hacer el amor”, dice. (Vea también: “Me violaron en el frente 57″: exguerrillera de las Farc)
Según cuenta Nicol, Pedro habló con su amiga y le advirtió que si llegaba a decir algo le quitaba la beca y la oportunidad de seguir jugando en Besser, que desde ese tiempo se perfilaba como un semillero de fútbol femenino. Además, anota, “él nos hizo una reunión en la que nos dijo que, si mostrábamos algún acto mínimo homosexual, nos iba a sacar del equipo. Varias de mis compañeras dejaron de estar en el club”.
Ante estos señalamientos, Pedro Rodríguez respondió a El Espectador que no tenía conocimiento de esta denuncia interpuesta por Clarissa, pero añade que se preparará con un equipo de abogados para poder emitir una respuesta y ponerse al frente del caso. “Yo estoy tranquilo. Sé que no he cometido ninguna falta, al igual que las acusaciones anteriores relacionadas con las becas a Estados Unidos”, puntualiza.
* Los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las denunciantes