Pastor Jamocó, condenado a 25 años de cárcel por agredir sexualmente a feligreses
El pastor de la iglesia El Shaddai, Francisco Jamocó, fue condenado a 25 años de prisión por haber agredido sexualmente a sus feligreses. Su modus operandi era acceder a ellas manipulándolas con versículos de la Biblia.
Alejandra Ortiz
Después de más de cuatro años de proceso judicial, Francisco Jamocó fue condenado a 25 años de prisión por agredir sexualmente a Ana Milena Rubiano y Patricia Campos, dos exfeligreses de la iglesia El Shaddai, que él lideraba. Los abusos, que se prolongaron por aproximadamente 12 años mientras las mujeres estaban vinculadas a la congregación, fueron justificados con versículos bíblicos, manipulación e intimidación. Jamocó cumplirá condena por el delito de acceso carnal o acto sexual con persona puesta en incapacidad de resistir.
“Él sacaba la Biblia y le leía versículos donde Dios permitía que hubiese doncellas y vírgenes que estuvieran a los pies de los reyes y elegidos de Dios, para que le calentaran los pies como forma de consolar el servicio que le estaban dando a Dios; luego le decía, tranquila aquí no ha pasado nada”, es uno de los hechos que relató la jueza al momento de instaurar la condena contra Jamocó y que revela un patrón de comportamiento.
Vea aquí también: El pastor cristiano que pedía besos y sexo citando la biblia
“El pastor insistía permanentemente en que el sexo oral no era pecado, porque la Biblia hablaba de penetración, que el sexo oral era una excepción, que eso no era pecado”, afirmó la jueza.
En estos hechos la jueza encontró el modus operandi del pastor y le adjudicó a su condena la particularidad de “incapacidad de resistir”. Esto se explica a través del adoctrinamiento religioso, en el que Jamocó ostentaba la máxima autoridad en esa iglesia, como se refleja en los casos de Ana Milena y Patricia.
Para la jueza, ambas mujeres se encontraban en una situación que les impedía reconocer la connotación sexual de lo que experimentaban, lo que las mantenía sometidas a esa condición. Y, sumado a esto, la manipulación psicológica a la que estaban sometidas les impedía otorgar su consentimiento voluntario para los actos sexuales. La jueza argumentó que ambas mujeres se encontraban en una posición de “inferioridad psíquica” respecto a Jamocó y, bajo esa manipulación, se dio la violencia sexual contra ellas.
Lea aquí también: Pastor Francisco Jamocó será condenado por agredir sexualmente a dos mujeres
Ana Milena Rubiano, una de las primeras mujeres en levantar la voz contra las agresiones de Francisco Jamocó en la iglesia, afirma haber estado sometida a la manipulación e intimidación por parte del pastor durante 11 años. Para ella, al vincular estos abusos con versículos de La Biblia, sumado a su devoción, hicieron un escenario perfecto para que ella se quedara callada ante esas violencias. “Es un tema muy delicado porque es algo muy sutil. Te van cambiando tus pensamientos y tu pensamiento crítico para que los del líder religioso se consideren como la única verdad. Llegué a dudar de mi fe”, afirmó Ana Milena, en entrevista con El Espectador.
Para el caso de Patricia Campos, los abusos se desarrollaron de la misma manera. Durante siete años, ella experimentó abusos sexuales y psicológicos por parte de Francisco Jamocó. Para 2012, cuando iniciaron las agresiones, ella ya había estado vinculada a la iglesia durante 16 años, tiempo suficiente para estar completamente influenciada por las doctrinas que Jamocó promovía en los servicios religiosos. Incluso, cuando ella intentó hablar de los abusos con la congregación, “se hablaba de disciplina, se hablaba de pruebas de Dios, se hablaba de que eso era lo necesario para ser probado y para recibir el carácter de Cristo. Era como si uno necesitara de esas malas experiencias en la vida para ser pulido y tallado y puesto a prueba de fuego como el oro para ser hallado precioso”, contó en entrevista con El Espectador.
Vea aquí también: Sentimos “mucha emoción”: denunciantes del pastor Jamocó porque será condenado
En este caso, Jamocó será condenado por los abusos cometidos contra Ana Milena y Patricia, pero también fue llevado a este juicio por otros tres casos de violencia sexual contra una mujer adulta y dos menores de edad. Sin embargo, la jueza no encontró pruebas suficientes para incluir estos últimos casos en la condena.
Cabe destacar que, cuando el caso de Jamocó se hizo público en 2020, por un video realizado por la periodista Mariángela Urbina en Las Igualadas, un espacio de El Espectador, ya se habían acumulado 10 denuncias por violencia sexual y psicológica contra él en la Fiscalía. Denuncias que databan de 20 años antes de que este caso se hiciera público, y que no recibieron respuesta, por lo que Jamocó no había enfrentado cargos ni imputaciones.
Incluso, en 2020, el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará de la Organización de Estados Americanos solicitó a Colombia que investigara a Francisco Jamocó por las numerosas denuncias en su contra.
Pese a la condena por sus casos, Ana Milena y Patricia señalan que existen más víctimas de este pastor, algunas han presentado denuncias ante la Fiscalía, mientras que otras aún temen hablar.
Después de más de cuatro años de proceso judicial, Francisco Jamocó fue condenado a 25 años de prisión por agredir sexualmente a Ana Milena Rubiano y Patricia Campos, dos exfeligreses de la iglesia El Shaddai, que él lideraba. Los abusos, que se prolongaron por aproximadamente 12 años mientras las mujeres estaban vinculadas a la congregación, fueron justificados con versículos bíblicos, manipulación e intimidación. Jamocó cumplirá condena por el delito de acceso carnal o acto sexual con persona puesta en incapacidad de resistir.
“Él sacaba la Biblia y le leía versículos donde Dios permitía que hubiese doncellas y vírgenes que estuvieran a los pies de los reyes y elegidos de Dios, para que le calentaran los pies como forma de consolar el servicio que le estaban dando a Dios; luego le decía, tranquila aquí no ha pasado nada”, es uno de los hechos que relató la jueza al momento de instaurar la condena contra Jamocó y que revela un patrón de comportamiento.
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“El pastor insistía permanentemente en que el sexo oral no era pecado, porque la Biblia hablaba de penetración, que el sexo oral era una excepción, que eso no era pecado”, afirmó la jueza.
En estos hechos la jueza encontró el modus operandi del pastor y le adjudicó a su condena la particularidad de “incapacidad de resistir”. Esto se explica a través del adoctrinamiento religioso, en el que Jamocó ostentaba la máxima autoridad en esa iglesia, como se refleja en los casos de Ana Milena y Patricia.
Para la jueza, ambas mujeres se encontraban en una situación que les impedía reconocer la connotación sexual de lo que experimentaban, lo que las mantenía sometidas a esa condición. Y, sumado a esto, la manipulación psicológica a la que estaban sometidas les impedía otorgar su consentimiento voluntario para los actos sexuales. La jueza argumentó que ambas mujeres se encontraban en una posición de “inferioridad psíquica” respecto a Jamocó y, bajo esa manipulación, se dio la violencia sexual contra ellas.
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Ana Milena Rubiano, una de las primeras mujeres en levantar la voz contra las agresiones de Francisco Jamocó en la iglesia, afirma haber estado sometida a la manipulación e intimidación por parte del pastor durante 11 años. Para ella, al vincular estos abusos con versículos de La Biblia, sumado a su devoción, hicieron un escenario perfecto para que ella se quedara callada ante esas violencias. “Es un tema muy delicado porque es algo muy sutil. Te van cambiando tus pensamientos y tu pensamiento crítico para que los del líder religioso se consideren como la única verdad. Llegué a dudar de mi fe”, afirmó Ana Milena, en entrevista con El Espectador.
Para el caso de Patricia Campos, los abusos se desarrollaron de la misma manera. Durante siete años, ella experimentó abusos sexuales y psicológicos por parte de Francisco Jamocó. Para 2012, cuando iniciaron las agresiones, ella ya había estado vinculada a la iglesia durante 16 años, tiempo suficiente para estar completamente influenciada por las doctrinas que Jamocó promovía en los servicios religiosos. Incluso, cuando ella intentó hablar de los abusos con la congregación, “se hablaba de disciplina, se hablaba de pruebas de Dios, se hablaba de que eso era lo necesario para ser probado y para recibir el carácter de Cristo. Era como si uno necesitara de esas malas experiencias en la vida para ser pulido y tallado y puesto a prueba de fuego como el oro para ser hallado precioso”, contó en entrevista con El Espectador.
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En este caso, Jamocó será condenado por los abusos cometidos contra Ana Milena y Patricia, pero también fue llevado a este juicio por otros tres casos de violencia sexual contra una mujer adulta y dos menores de edad. Sin embargo, la jueza no encontró pruebas suficientes para incluir estos últimos casos en la condena.
Cabe destacar que, cuando el caso de Jamocó se hizo público en 2020, por un video realizado por la periodista Mariángela Urbina en Las Igualadas, un espacio de El Espectador, ya se habían acumulado 10 denuncias por violencia sexual y psicológica contra él en la Fiscalía. Denuncias que databan de 20 años antes de que este caso se hiciera público, y que no recibieron respuesta, por lo que Jamocó no había enfrentado cargos ni imputaciones.
Incluso, en 2020, el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará de la Organización de Estados Americanos solicitó a Colombia que investigara a Francisco Jamocó por las numerosas denuncias en su contra.
Pese a la condena por sus casos, Ana Milena y Patricia señalan que existen más víctimas de este pastor, algunas han presentado denuncias ante la Fiscalía, mientras que otras aún temen hablar.