Imane Khelif, la mujer cisgénero que enfrenta discriminación en el boxeo olímpico

El caso de la boxeadora Imane Khelif demuestra los prejuicios de género que hay al aplicar las llamadas “pruebas de verificación de género” y la hipervigilancia a los cuerpos femeninos en el deporte, según una experta.

Alejandra Ortiz
02 de agosto de 2024 - 09:00 p. m.
Imane Khelif es una mujer cisgénero, es decir que su identidad de género coincide con el sexo que le asignaron al nacer, que es femenino.
Imane Khelif es una mujer cisgénero, es decir que su identidad de género coincide con el sexo que le asignaron al nacer, que es femenino.
Foto: AFP - MOHD RASFAN
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“Mujer trans”, “hombre” y “persona intersexual” son algunas de las categorías que medios de comunicación y usuarios de redes sociales han usado para referirse a la boxeadora argelina Imane Khelif, después de la polémica que se desató este jueves, tras el combate con la boxeadora italiana Ángela Carini. Sin embargo, ninguna de estas corresponde a la realidad de la deportista porque es una mujer cisgénero, es decir que su identidad de género coincide con el sexo que le asignaron al nacer, que es femenino. Pero sí puede contribuir a la difusión de discursos discriminatorios, según Juliana Martínez Ph.D., profesora de Género y Sexualidad y estratega de Narrativa y Acompañamiento en Nebula Fund.

La controversia surgió después de que, en medio de ese combate, la pugilista italiana Ángela Carini abandonara el ring tras recibir un golpe en la cara por parte de Khelif. Esto sucedió en primeros 30 segundos de la pelea. Carini se dirigió a su esquina a hablar con su entrenador y luego retomó el enfrentamiento. No obstante, al poco tiempo decidió volver a su esquina y solicitó retirarse del ring.

Al terminar el combate y al ser declarada como la ganadora, Khelif intentó estrechar la mano de Carini, pero la italiana se negó. Esta última dijo a medios de comunicación: “Nunca en mi vida me habían golpeado tan fuerte. Depende del Comité Olímpico Internacional juzgar”, agregando que siempre había luchado contra hombres, “entreno con mi hermano, pero hoy he sentido demasiado dolor”.

Los medios de comunicación no tardaron en resaltar el pasado de la boxeadora Imane Khelif, quien fue descalificada en 2023 de los Campeonatos del Mundo femeninos en India, por no haber pasado los exámenes médicos que evalúan su elegibilidad para competir. En el mundo del deporte, estos test se conocen coloquialmente como “pruebas de elegibilidad de género” o “pruebas de verificación de género”.

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En ese momento, la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) decidió retirarla del certámen bajo la determinación de que “no cumplía con los criterios de elegibilidad”, pero no divulgó públicamente los resultados de las pruebas médicas. En esta ocasión, el Comité Olímpico Internacional aclaró que esos resultados se trataban de “altos niveles de testosterona”.

Esto fue lo que desató la polémica respecto a la peleadora Imane Khelif. Se citaron comentarios del presidente de la IBA, Umar Kremlev, en los que afirmó que la peleadora no tiene cromosomas XX (que son los que determinan el sexo biológico femenino), sino XY (que determinan el sexo biológico masculino). Sin embargo, tal afirmación no ha sido confirmada por ningún exámen genético que se haya hecho público y la IBA no es reconocida desde 2019 por el Comité Olímpico Internacional.

Fue así como empezaron a referirse a Khelif como “mujer trans”, “hombre” y “persona intersexual”, alegando que se estaba aprovechando de su condición para combatir contra mujeres y ganar. Pero el historial de la boxeadora demuestra lo contrario, pues carece de medallas olímpicas y premios de reconocimiento internacional, por lo que es difícil comprobar que sus niveles de testosterona sí le dan ventaja en los torneos. Khelif es una mujer cisgénero, es decir que su identidad de género coincide con el sexo que le asignaron al nacer, que es femenino. En otras palabras, Khelif nació con genitales femeninos y se identifica como mujer.

Este viernes, después de la polémica, la deportista italiana Carini dio unas nuevas declaraciones ante los medios de comunicación: “Lo siento por ella también, terminamos en un ‘boom’ mediático. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar? ¿Para decir qué está bien y qué está mal? Somos atletas, no somos jueces”, añadiendo que ella nunca protestó en contra de la participación de la argelina en los Juegos Olímpicos.

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¿Qué son las “pruebas de elegibilidad de género” y a quiénes se las realizan?

Estas pruebas corresponden a exámenes de salud en los que se incluyen: exámenes hormonales, los que miden el nivel de hormonas en el cuerpo, como la testosterona; exámenes cromosómicos, que analizan los cromosomas X y Y para determinar el sexo genético; exámenes de los órganos sexuales, en los que se realizaban (en el pasado) una inspección visual de los genitales para determinar el sexo anatómico; y exámenes psicológicos, para evaluar la identidad de género de la participante.

En entrevista con El Espectador, Néstor Ordóñez, presidente del Colegio Colombiano de Entrenamiento Deportivo y director de posgrados de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA), afirma que estos exámenes en contextos deportivos se hacen bajo una “presunción de género”, es decir cuando se duda del género de una deportista basándose en características físicas, apariencia, nombre o voz. Esto quiere decir que no son pruebas que se le realicen a todas las deportistas, sino que son selectivas según parámetros estéticos.

“También se hace cuando los datos de documentos como el pasaporte arrojan un sexo diferente o después de los controles antidopaje, que pueden dar resultados alterados”, agrega Néstor Órdoñez, aclarando que los controles antidopaje sí son al azar y se realizan antes, durante y después de las competencias deportivas.

Para Juliana Martínez, Ph.D., profesora de Género y Sexualidad y estratega de Narrativa y Acompañamiento en Nebula Fund, el criterio de “presunción de género” para someter a algunas deportistas a estas pruebas resulta problemático. En entrevista con El Espectador, Martínez señala que “históricamente, los cuerpos de las mujeres han estado más regulados en la sociedad y en las olimpiadas”. Añade que, en estos contextos, “sí preocupa que una mujer sea muy musculosa, mientras que un hombre que no sea lo suficientemente musculoso no genera preocupación”, haciendo referencia a que esto sólo reproduce estereotipos de género sobre cómo se debe ver una mujer y se evalúa a las deportistas bajo ese parámetro subjetivo.

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En cuanto al tema de la testosterona, los dos expertos señalan que aún no hay un consenso científico sobre los efectos de esta hormona en los contextos deportivos. Por ejemplo, “atletas que se ven muy masculinas o que son particularmente rápidas, les hacen pruebas de testosterona y están en el rango; o atletas que no sobresalen particularmente que tienen altos niveles de testosterona. Entonces, no es concluyente y no existe la manera de usar la testosterona como criterio”, afirma Martínez.

Por su parte, Néstor Ordoñez explica que “son pruebas científicas que se realizan para promover el principio de igualdad en favor de las mujeres que compiten”. En otras palabras, buscan garantizar que todas las participantes compitan en igualdad de condiciones.

Martínez está en desacuerdo y explica que, de ser así, todas las competidoras deberían ser evaluadas considerando otras variables como la alimentación, los lugares de entrenamiento, el apoyo recibido en sus respectivos países, la financiación, y otras circunstancias que podrían influir en la “igualdad de condiciones”. Según la experta, “evidentemente, no están en igualdad de condiciones una deportista alemana, que cuenta con apoyo en su país, una alimentación adecuada para una atleta profesional, y acceso a los mejores centros deportivos con personal capacitado, en comparación con una competidora argelina que entrena en el patio de su casa y sigue la dieta promedio de su país”.

Agrega que la mayoría de estos tests físicos se realizan con estándares hormonales establecidos bajo el funcionamiento de los cuerpos de mujeres europeas, por lo que no se reconoce la diversidad de los cuerpos de las mujeres de otras partes del mundo.

Es así como el debate sobre estas “pruebas de verificación de género” continuará generando polémica en otros certámenes deportivos. Cabe aclarar que la práctica de realizar estas pruebas ha sido ampliamente criticada y considerada discriminatoria e intrusiva. Durante décadas, estas pruebas se han utilizado para determinar si las atletas femeninas tienen características fisiológicas “suficientemente femeninas” para competir.

De hecho, en las reglas médicas establecidas para boxeo en estos Juegos Olímpicos 2024, no se establece un estándar hormonal mínimo o máximo de testosterona, por lo que el Comité Olímpico Internacional no podría evaluar a Imane Khelif y otras deportistas bajo este criterio.

El caso de Imane Khelif no es el primero de este tipo

Cuando ocurrió la descalificación de Khelif en los Campeonatos del Mundo femeninos en India 2023, la argelina fue señalada de ser un hombre o una mujer trans, junto a la boxeadora taiwanesa Lin Yu-Ting, bajo el argumento de que “no cumplieron los criterios de elegibilidad”. La participación de la taiwanesa en estos Juegos Olímpicos 2024 también ha generado comentarios discriminatorios.

Sin embargo, este no es el primer caso en el que una mujer ha sido sometida al escarnio público, por no cumplir los estándares de testosterona. Dutee Chand es una velocista india que en 2013 estuvo involucrada en la misma polémica, porque sus niveles naturales de testosterona eran más altos de lo que se considera “normal” para las mujeres. Ella fue declarada inelegible para competir en la categoría femenina de su deporte y fue presionada para someterse a un tratamiento hormonal. La atleta se negó y reclamó alegando que no debía ser penalizada por tener una condición médica natural.

Chand decidió apelar a la decisión y, en 2015, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) falló a su favor argumentando que la regla bajo la cual fue suspendida por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) era discriminatoria y violaba sus derechos humanos. Además, cuestionó la práctica de estas “pruebas de verificación de género”.

Otro de los casos es el de la atleta sudafricana Caster Semenya, quien destacó en el atletismo mundial a principios de los 2000 y por esta razón empezó a ser cuestionada sobre su género, además de su apariencia física. Como resultado, Semenya fue sometida a estas pruebas médicas y restringida para competir en la categoría femenina. También presionada para empezar un tratamiento hormonal. En ese momento, ella respondió: “Soy africana. Yo soy una mujer. Soy una mujer diferente”.

La atleta decidió luchar legalmente contra estas restricciones, al punto de que su caso llegó hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que en 2020 falló a su favor, considerando que las medidas de la IAAF eran desproporcionadas y violaban sus derechos fundamentales.

¿Qué pasará con Imane Khelif en los Juegos Olímpicos París 2024?

Tras la controversia que se desató esta semana, el Comité Olímpico Internacional y la Unidad de Boxeo de París 2024 se pronunciaron sobre los cuestionamientos, aclarando que “todos los atletas que participan en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de París 2024 cumplen con las normas de elegibilidad y de inscripción de la competición, así como con todas las normas médicas aplicables establecidas por la Unidad de Boxeo (PBU)”. Así mismo, señaló que “todas las personas tienen derecho a practicar el deporte sin discriminación”.

A pesar de eso, las críticas hacia la boxeadora continúan, incluyendo los comentarios de algunas personas reconocidas a nivel internacional. Por ejemplo, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, criticó la decisión de permitir que Khelif compitiera en la categoría femenina. “No estoy de acuerdo con la decisión del COI de que el atleta argelino Imane Khelif compita en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de París, la competición de primeras no parece justa”, precisó ante los medios de comunicación.

Compartiendo esa postura, Reem Alsalem, relatora especial de Naciones Unidas sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, expresó a través de su cuenta de X que “Angela Carini siguió correctamente su instinto y priorizó su seguridad física, pero ella y otras deportistas no deberían haber estado expuestas a esta violencia física y psicológica basada en su sexo”.

Por lo pronto, Imane Khelif irá a los cuartos de final contra la boxeadora húngara Luca Hámori, quien en las últimas horas realizó unas declaraciones sobre el enfrentamiento: “Iré al ring y conseguiré mi victoria. Confío en mis entrenadores y confío en mí misma. Si ella o él es un hombre, será una victoria más grande para mí si gano. Así que hagámoslo, será una gran pelea y espero poder ganar”, indicó.

Alejandra Ortiz

Por Alejandra Ortiz

Antropóloga, periodista y realizadora audiovisual, con una maestría en Salud Pública. Ha sido profesora cátedra en la Universidad del Rosario y realizadora audiovisual en la unidad de video de El Espectador. @aleja_ortizmaortiz@elespectador.com

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Dionisio(cvtsc)06 de agosto de 2024 - 07:22 a. m.
La Dra Carole Hooven tiene otro punto de vista: Khelif es un hombre con DSD, su interior es masculino. Si bien 99% de la población es XX o XY, las variantes XXY o 5-Alfa (entre otras) que parece ser el caso de Khelif abren el debate sobre la participación de este 1%. Poco ayuda la afirmación categórica de que es CIS.
Atenas(06773)04 de agosto de 2024 - 12:02 a. m.
Hube visto el vídeo completo de lo q' duró apenas 45 segundos de tan desigual pelea entre esta marimacho Imena K. y su rival, la vapuleada boxeadora italiana. De entrada se veía la diferencia entre sus contexturad físicad, bastaba con ver sus bíceps pa fácil darse cuenta cualquiera de q' ese es un hombre q' dice tener mente de mujer.¡Qué cosa tan desigual! Y cuán estúpido artículo de la inocente columnista.Atenas.
Carlos(63194)03 de agosto de 2024 - 01:24 p. m.
Eso no es discriminación, es sentido común, hay que hacer esas pruebas en los casos de sospecha. Pero si joden tanto, listo, dejen que hombres y mujeres participen en torneos unificados de boxeo, como quieren las feministas radicales, a ver qué pasa. Con seguridad los hombres siempre ganarían y las mujeres terminarían retirándose de ese deporte, acabando con el boxeo femenino. Y las feministas radicales seguramente estarían felices porque su objetivo parece ser destruir todo lo que no les gusta.
ERWIN(18151)03 de agosto de 2024 - 12:07 p. m.
Nacio varon ..le pesa la mano ..que peleen estre ellos ..se nace con un sexo ..luego cambias ..es otro cuento ..no es justo ..sera campeona durante largo tiempo ..larguisimo .
fredys(9j2g1)03 de agosto de 2024 - 01:35 a. m.
Hay una atleta trans que le saca cien metros a sus rivales en 400 metros. No creo que sea discriminación, es que le pesa la mano y cada vez que impacta en el rostro de una boxeadora, hace mella ese golpe y queda dolida. No es justo.
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