Publicidad

¿Quién es Marcela Fernández, una de las mujeres más influyentes del mundo, según BBC?

Esta colombiana dejó la educación tradicional, para emprender su camino de la mano de expertos que le enseñaron sobre páramos, glaciares y la importancia de estos.

Jimena Delgado Díaz
30 de noviembre de 2023 - 05:00 p. m.
La mujer conforma la lista de las 100 mujeres más influyentes, por crear una ONG que trabaja por la conservación y restauración de páramos y glaciares.
La mujer conforma la lista de las 100 mujeres más influyentes, por crear una ONG que trabaja por la conservación y restauración de páramos y glaciares.
Foto: Stanislas
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

En la lista de las 100 mujeres más influyentes del mundo –para la BBC– han estado Michelle Obama, quien fue primera dama de los Estados Unidos; Malala Yousafzai, la ganadora más joven del Premio Nobel de la Paz; y la escritora feminista Chimamanda Ngozi Adichie.

Cada año, desde el 2013, el equipo del medio británico nombra a un centenar de mujeres que inspiren al mundo y crea documentales, reportajes y entrevistas sobre sus vidas para dar protagonismo a sus causas o experiencias. El criterio para seleccionar a las galardonadas se basa en quienes hayan acaparado los titulares o generado artículos relevantes. Además, se toman en cuenta aquellas “con historias inspiradoras, quienes han logrado algo significativo o influyeron en sus sociedades”, explica el medio encargado de la lista.

En esta ocasión, la colombiana Marcela Fernández entró en el listado de las mujeres más influyentes del mundo en 2023 –que fue publicado el 21 de noviembre– por enfrentar las consecuencias del cambio climático, de la mano de su ONG que se encarga del cultivo de frailejones.

Lea: 25N: Gobierno presentó el Sistema Nacional contra Violencias Basadas en Género

Con esta organización ha contribuido en la siembra de más de tres mil speletia (como también se conoce a este tipo de planta), en países como: México, Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia y Tanzania, Kenia, Congo, Uganda. Lo que aporta a que los páramos, es decir, ecosistemas estratégicos, sigan produciendo el agua dulce que miles de personas beben.

Como es el caso de Bogotá, que surte a su población en un 80% del agua que genera Chingaza. Aquí, los frailejones (que habitan en estos entornos naturales) se encargan de absorber la humedad del ambiente y liberarla por sus raíces en forma del líquido vital, de acuerdo a WWF.

“Una gota rueda sobre el hielo y cuelga sobre el vacío. Por su propio peso acaba por caer dentro del río. El tiempo que todo lo cura, también todo lo derrite”, dice la canción que inspiró el nombre del proyecto que ahora posiciona a Fernández como una de las mujeres más influyentes del mundo. Cumbres Blancas es un nombre que surge como inspiración de la canción de Jorge Drexler, “Despedir a los glaciares”, y es una iniciativa que crece para rescatar estos seis ecosistemas, que quedan en el país.

Al respecto, Marcela conversó con Las Igualadas, contando sobre su vocación, cómo ha sido su trayecto y su postura como mujer.

¿Qué la motivó a tomar acción y crear una ONG que contribuyera a salvar páramos y glaciares?

Yo dejé la universidad hace unos años, porque mi cerebro piensa de manera muy multidisciplinaria. Estudiaba periodismo y recuerdo muy bien que nos decían: “no hay que saberlo todo, hay que saber quién sabe”. Al darme cuenta de que en Colombia había glaciares –algo de lo que yo no tenía ni idea, no sabía qué era un glaciar tropical, ni que estaban en estado crítico– sentí curiosidad y solo busqué a personas que conocían del tema.

Me di a la tarea de averiguar quiénes se movían alrededor de esta causa: científicos, fotógrafos, audiovisuales, comunidades indígenas, activistas y por supuesto, a la ciencia. Esta última siempre ha sido la columna vertebral y gracias a la ciencia me encontré con Jorge Luis Ceballos, el único glaciólogo que hay en Colombia y que le ha dado rumbo al proyecto. Con este acercamiento, lo tuve muy claro. Debía visitar y acompañar a los glaciares.

De ahí, saqué un libro homenajeándolos. También he hecho tributos para ellos a través de redes sociales, para que sean los influencers que creen contenido, para que esta ignorancia que tenemos como colombianos y que yo misma tenía hace cinco años, se transforme en conocimiento y se transforme en protección y conservación.

¿Por qué dejar la educación tradicional para crear Cumbres Blancas?

Siempre he sido una persona muy alternativa y disruptora. No quiere decir que soy una rebelde, de hecho, me iba muy bien en el colegio y en la universidad. Pero sentía que me hablaban del futuro y eso me estaba estancando en un presente donde había algo más por hacer.

Ahí fue donde decidí usar mi vida como experimento y tomar un camino diferente. He satisfecho la sed de conocimiento, el asombro y la curiosidad en proyectos como Cumbres Blancas, en los que ejecuto acciones concretas por una causa. Los glaciares me regalaron propósito, al igual que una misión de vida, que antes de conocer la realidad de los glaciares, se habían manifestado en otras formas de emprendimiento. Ese llamado lo tuve cuando sentí a la Madre Naturaleza.

¿Quiénes han apoyado Cumbres Blancas desde en su ejecución, hasta su financiación?

Mi mano derecha son el director de Cumbres Blancas, y Súper Josué, que es un niño de 10 años que, desde los cinco, camina con nosotros y es el superhéroe de los páramos y nevados. Sin ellos, hoy la ONG no sería lo que es, así que el reconocimiento es a mí como mujer, pero realmente es a todo un grupo de personas que está detrás.

Más de 100 voluntarios en varios países del mundo acabamos de hacer un festival increíble en el Jaime Duque y en la Universidad de los Andes que se llamó el Frailetón Fest, el primer festival dedicado a páramos, glaciares y frailejones del mundo. Ahí hubo un equipo de voluntarios que la dio toda por visibilizar esta causa.

Sobre conseguir recursos, en una fundación ambiental, siempre es difícil. Por eso creamos una campaña hace casi tres años, para que cualquier colombiano pueda adoptar un frailejón por 30 mil pesos, tener un certificado, bautizarlo. Incluso, puede venir a sembrarlo con nosotros o el equipo lo hace por la persona que apadrine a esta planta.

Lea: Cuando el acceso a electricidad es clave para denunciar la violencia intrafamiliar

¿Por qué se creó esta iniciativa?

Nos dimos cuenta de que con un frailejón a la vez no íbamos a poder restaurar los páramos de la manera que se necesita, sobre todo con las amenazas de los incendios. Así que hicimos alianzas público-privadas que quieran contribuir a la causa. Ya que tenemos nuestro propio método de propagación, luego de visitar y recorrer muchísimos viveros de frailejones por toda Colombia, con nuestros ingenieros forestales, biólogos y voluntarios.

La idea es que en el país haya muchísimos más viveros de frailejones para poder restaurar páramos. Porque si hay un ecosistema sano, puede llegar a existir más niebla y neblina en Colombia y eso puede hacer que el glaciar tenga su alimento que es la nieve. Aunque suena una utopía, es algo que queremos hacer realidad y creemos que este reconocimiento nos puede ayudar a llegar aún más lejos, literalmente hasta las cumbres blancas.

¿Cree que ser mujer ha sido un diferencial en esta lucha por el medio ambiente?

Claro, la sensibilidad de una mujer ha sido lo que también ha permitido que escuchemos a la mujer principal que es la madre naturaleza. Es resaltar a la Pachamama, ser conscientes de su existencia, ser voceros de ella y escuchar lo que nos quiere decir, para generar más impacto.

Además, hace seis meses, mi madre murió, trascendió. Tengo a la mujer más grande de mi vida en el cielo y sé que ella me susurra y me acompaña en este camino. Estoy segura, que este reconocimiento también es gracias a los poderes celestiales que está manifestado allá arriba. Es la figura femenina más importante de mi vida.

Este camino ha sido una mezcla de ambas cosas: ser mujer, pero también hacer un balance con la energía masculina, de liderar como mujer, entonces estas dos realidades, han sido importantes. En los demás países en que opera Cumbres Blancas, la mayoría de personas que se acercaron a la iniciativa son mujeres las que han querido acercarse a crear y crecer este proyecto en otros países, en ecosistemas rudos, difíciles, fríos, exigentes, con falta de oxígeno.

Y creo que como mujeres he sido capaz también de dar la talla físicamente y de llegar a estos espacios que pueden ser muy masculinos, pero que la montaña nos abraza como mujer y nos ayuda a llegar a ella.

¿En qué mujeres ha encontrado sororidad y apoyo para encaminar su proyecto?

Las 88 son un grupo de mujeres organizado por Isabel Cavalier, una mujer también muy reconocida. Es un grupo de WhatsApp muy activo donde nos estamos apoyando unas a otras contando nuestras iniciativas. No las he visto en persona, pero las conozco porque somos como hijas de diferentes mamás y las admiro muchísimo.

En especial a Isabel, gran amiga con quien tuve la oportunidad de estar la noche anterior al premio, conversando sobre lo que se venía, porque ella trabaja en un proyecto maravilloso que se llama Mundo Común, que también busca que seres humanos que nos dedicamos a cuidar a los ecosistemas también podamos cuidarnos a nosotros mismos.

¿Con qué ritual recibió la gran noticia de ser una de las mujeres más influyentes del mundo, para la BBC?

Esta es una noticia muy conmovedora. Realmente nos llena de satisfacción, nos invita a pensar aún más en colectivo, aunque yo sea la vocera de Cumbres Blancas. Para mí es importante aprender a recibir, porque quiero siempre honrar el trabajo de todas las personas que hay detrás y para mí es un reconocimiento a título personal, pero que realmente es un aplauso para los glaciares, frailejones, el páramo, para que como colombianos sintamos un sacudón de amar ese territorio en el que nacimos y nos sintamos orgullosos de nuestro patrimonio.

Solo tres países en el mundo tienen frailejones y en Colombia hay más de 90 especies identificadas. Pude celebrarlo en familia, con amigos, en mi casa, ayer tuvimos un ritual muy lindo, pusimos el altar, honramos a mi madre, sembramos un jardín y todas las personas que vinieron a acompañarme se llevaron una mariposa para que puedan ver la transformación. Literalmente celebramos esta noticia, sembrando semillas de esperanza, de ilusión y de cosechar frutos que en parte han llegado con el reconocimiento.

¿Este reconocimiento la tomó por sorpresa?

Yo hice un pódcast con la BBC hablando de frailejones y de ahí, quedé en contacto con el medio. Hace un mes me escribieron, diciéndome que me querían nominar, que si quería aceptar la nominación. Obviamente acepté. Y pues, había que guardar el secreto, pero incluso hasta el día antes no sabía si iba a ser verdad o no.

Me aseguré, antes de invitar a mi familia a celebrar, que todo estuviera bien y me dijeron que Colombia recibiría la noticia de que yo estaba en la lista, única colombiana, una de 12 latinoamericanas. Nunca nos imaginamos un reconocimiento así y creo que a veces es difícil ser profeta en tu propia tierra, pero esto nos está confirmando que la reputación, la credibilidad, que hemos construido en estos cinco años, ha empezado a dar frutos y que es otro grito más de los glaciares, para que sigamos caminando y acompañándolos en su proceso de resistencia de agonía.

Lea: María Fernanda Cabal y Piedad Córdoba, políticas más atacadas con violencia digital

¿Qué les dirías a esas jóvenes que sienten que no encajan en un mundo educativo y laboral estricto y que se inspiran con la noticia de que una colombiana está entre las más influyentes del mundo?

Sobre todo hay que rodarse de personas maravillosas, que lo acompañen a uno a cumplir los sueños, a no sentirse loco o incapaz. A veces hay que agudizar la intuición para entender, qué es lo que uno quiere. Obviamente, todo parte de conocerse muy bien a uno mismo o de no engañarse, de ser compasivo, de tener prácticas espirituales que lo ayuden a uno a estar más alineado con la esencia.

El mensaje es estar cada vez más cerca de la naturaleza, que cuando sintamos que estamos desconectados, supongamos que podemos ir a ella, podemos escuchar los pájaros, podemos ir a un nido, podemos ver un atardecer, un amanecer, podemos contemplar la belleza de la naturaleza y eso seguramente hará que podamos superar cualquier obstáculo de que se nos presente.

Jimena Delgado Díaz

Por Jimena Delgado Díaz

Comunicadora social de Eafit. Apasionada por temas de medio ambiente, cultura y género. @jimenadelgadodmdelgado@elespectador.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar