Liniker: la artista queer brasileña que combate las desigualdades con melodías inclusivas
Hablamos con la compositora sobre su carrera artística, desigualdades en la región, representación de la diversidad en la industria musical y la lucha antirracista.
Cristian Camilo Perico Mariño
Desde la sección Género y Diversidad de El Espectador entrevistamos a la cantante trans, compositora y actriz brasileña Liniker de Barros Ferreira Campos, más conocida como ‘Liniker’ y quien en noviembre fue ganadora de un premio Grammy Latino por su álbum ‘Indigo Borboleta Anil’.
Esta artista, que mezcla el afrosoul brasileño, rhythm and blues, folk, pop, reggae y funk, se ha convertido en un referente LGBT en América Latina y estuvo de paso por Bogotá en el marco del ‘Festival Afrodiáspora: La nación del ritmo’, organizado por el Teatro Colsubsidio.
Hablamos con ella sobre su carrera artística, desigualdades en la región, representación de la diversidad en la industria musical y la lucha antirracista.
Es la cuarta vez que canta en el país. ¿Qué significa Colombia y la oportunidad de presentarse acá?
Regresar a Colombia implica fortalecer nuevamente nuestros lazos en Latinoamérica y reconectar con el público que tengo acá, que es muy grande y caluroso. Cada vez que vengo los shows siempre son maravillosos, afectuosos y receptivos de parte del público; a pesar de la barrera idiomática y de que somos países que estamos en extremos opuestos. Independientemente de ello, logramos estar conectados. Es muy bonito regresar y más en este teatro tan especial e importante.
Muchos de sus fans celebraron el reconocimiento que recibió al ganar un Grammy Latino. ¿Cómo fue recibir la nominación y ser seleccionada?
Fue magnífico porque ‘Indigo Borboleta Anil’ (disco con el que lo ganó) es mi debut como solista después de tener dos discos con ‘Os Caramelows’ (agrupación de la que hacía parte). Los escribí completamente; pero Indigo tiene una fuerza diferente porque es un viaje que hice conmigo misma.
Era estar conectada con mis sueños y haber sido reconocida por los Grammys fue un momento grande porque reconfirmó todo el proceso creativo que viví y, al mismo tiempo, me dejó feliz por haber sido exaltada en América Latina como una cantante, artista y compositora que tiene posibilidades de crear e imaginar a través de álbumes.
Justo este disco fue reconocido como mejor álbum de música popular brasileña, mejor canción en portugués y por su ingeniería de producción, la cual duró dos años y empezó antes de pandemia, ¿esperaban tanto reconocimiento?
No lo esperábamos; pero todos nosotros trabajamos arduamente, hoy creo que tal vez ese reconocimiento es una naturalidad que viene por el trabajo y por el proceso que adelantamos. Colocamos en este álbum todas las energías que teníamos en un periodo en el que estábamos dolidos por las muertes de la pandemia, tuvimos que grabar incluso con tapabocas y no podíamos abrazarnos entre nosotros. Sin embargo, logramos transformar todo eso en un sueño como lo fue este elepé.
En algunas entrevistas ha dicho, y cito textualmente: “Yo estaba bien conmigo misma, el problema era la ciudad”. ¿Cómo fue crecer como una persona diversa en Araraquara, una pequeña ciudad del interior de São Paulo?
Fue un desafío porque no tenía referencias de lo que yo quería ser y de lo que yo ya era en verdad; pero tenía muchas otras cosas que me instaron a buscar referencias diversas como hacer teatro, danzar y componer. Creo que Araraquara fue mi primer paso en el proceso creativo para que yo tuviese fuerza para soñar y salir de ahí.
Eres una mujer trans, negra y de la periferia. ¿Cómo ha sido alcanzar el estrellato en un país tan machista y violento con la diversidad como Brasil?
Ha sido un reto muy grande y, al mismo tiempo, ha implicado que me siga cuidando diariamente para protegerme y tener una red de apoyo consolidada para no estar sola. Pero también a mi alrededor hay muchas personas que me aman, muchas amigas y amigos trans y personas LGBT+ que me dan esa sensación de que caminar junto a elles es mejor que luchar sola.
Por más que tengan un lugar hoy (la fama), no conseguiría sola la fuerza de movilizar a todo un país, es muy significativo seguir con mi trabajo de su lado.
A lo largo de su carrera, se ha convertido en una referente queer en Brasil y América Latina, empezando con una estética no binaria y luego como mujer transgénero. ¿Qué siente al convertirte en un símbolo para las personas LGBT en la región?
Me siento normal porque todo lo que hice no fue con la intención de lucrarme o de ser algo que no soy. ¡Qué bueno que mi fuerza inspire a otras personas! Pero al mismo tiempo tengo conciencia de que necesito humanizarme y no quedarme aterrada o paralizada ante la figura de la representatividad.
De hacerlo, no actuaría con naturalidad, por eso tengo mucha conciencia y priorizo mis anhelos a la par que estoy muy feliz de que mi trabajo pueda alcanzar a muchas personas y hacer que ellas afronten sus realidades.
Actualmente, tenemos exponentes de diversas identidades y orientaciones sexuales como Johnny Hooker, Pablo Vittar y Gloria Groovy, solo por nombrar algunos en Brasil. ¿Cree que falta apoyo político y de las audiencias para el crecimiento de los artistas queer?
Definitivamente, falta más apoyo político que apoyo del público porque la gente está con nosotros. Hay algo que sí reconozco y es que en mi carrera he logrado como artista romper la barrera de no hablar únicamente con un público LGBT. Quienes me escuchan también son niños, adultos, personas heterosexuales y cisgénero, tengo un alcance muy grande por el afecto de las personas.
Faltan políticas públicas que posibiliten que artistas diversos en general, no solo los que son famosos, también quienes están comenzando; puedan recibir un incentivo de cultura para hacer sus trabajos y presentaciones.
Pero también faltan leyes que garanticen nuestra seguridad, por ejemplo, Johnny Hooker tuvo que cancelar un show en el sur de Brasil esta semana porque el alcalde de la ciudad dijo que “incitaba al odio siendo una persona LGBT”. Necesitamos que los políticos cambien esa visión llena de violencia sobre nuestras culturas y nuestros cuerpos, porque estamos movilizando cosas buenas en Brasil y estamos haciendo más política que los que están sentados con traje y corbata detrás de una silla.
Al menos Jair Bolsonaro está fuera del gobierno…
Sí, sin embargo, ahora con Lula da Silva (actual presidente de Brasil), que es un gobierno más progresista, y que el pueblo tomó la decisión de que volviese, es necesario que los cambios se concreten. Las cosas están mudando en Brasil porque tenemos el parlamento con más personas LGBTI de la historia y hay mujeres trans en cargos de poder, como Erika Hilton y Duda Salabert (las dos primeras trans en ser elegidas como diputadas del Parlamento). Ellas son grandes representantes en la política; pero debemos seguir con la esperanza de que habrá más.
América Latina en general ha avanzado en la aceptación de la diversidad, pero hablemos de la representación en la industria musical. ¿Cómo ve la representación en ella?
Hay muchas personas haciendo presencia y estoy feliz de tener parceras y parceros que puedo ver haciendo su trabajo como Linn da Quebrada y as Irmãs de Pau, entre otras. Hay muchas personas en Brasil haciendo cosas culturales y en el mundo en general, como Kim Petras, ganando un Grammy Americano (obtenido por su canción ‘Unholy’ realizada en colaboración con el cantante no binario Sam Smith). Es hermoso ver cómo rompemos las barreras que nos han impuesto.
Pero aún falta más representatividad…
Claro, nunca va a ser suficiente, pues aún falta mucho para equiparar los cuerpos LGBT con los cuerpos cisheteronormativos. Debemos tener la conciencia de que aún falta mucho por hacer para que tengamos igualdad.
Los países del Cono Sur comparten una característica común: los prejuicios persisten en muchos aspectos. ¿Cree que la música puede contrarrestarlo?
Sin duda, la música es una gran flecha que atraviesa a las personas. Saber que al cantar conecto con gente del mundo entero, que sienten mis letras y mi intención es precioso. Cualquier inspiración artística es un arma para luchar contra todo lo que intente reducirnos como personas.
Uno de los aspectos que refuerza las desigualdades es el racismo, y su actuación en Bogotá tiene lugar en el marco del Festival de la Diáspora Africana. ¿Cómo explicar a quienes niegan que la discriminación racial existe y que combatirlo es tarea de todos?
Los aliados y las personas blancas en general deben asumir una postura de escucha cuando un negro habla sobre racismo porque no se trata de convencerlos: nosotros lo vivimos. El papel de quien está dispuesto a transformar es tener el ojo y el oído abierto; pero también se debe abordar el problema desde la cultura para crear un choque. Es imposible e innegable no ser testigo del trabajo diaspórico que ha atravesado generaciones y que me pone en este lugar de activista.
Para finalizar, ¿cuál es el futuro de su carrera? ¿En qué está trabajando actualmente?
Estoy con un nuevo álbum que esperamos salga pronto. Estamos en ese proceso y en la finalización del tour de ‘Indigo Borboleta Anil’, pues ya está llegando a su recta final y esperamos seguir alegrando la vida de quienes nos escuchan en todo el mundo.
Desde la sección Género y Diversidad de El Espectador entrevistamos a la cantante trans, compositora y actriz brasileña Liniker de Barros Ferreira Campos, más conocida como ‘Liniker’ y quien en noviembre fue ganadora de un premio Grammy Latino por su álbum ‘Indigo Borboleta Anil’.
Esta artista, que mezcla el afrosoul brasileño, rhythm and blues, folk, pop, reggae y funk, se ha convertido en un referente LGBT en América Latina y estuvo de paso por Bogotá en el marco del ‘Festival Afrodiáspora: La nación del ritmo’, organizado por el Teatro Colsubsidio.
Hablamos con ella sobre su carrera artística, desigualdades en la región, representación de la diversidad en la industria musical y la lucha antirracista.
Es la cuarta vez que canta en el país. ¿Qué significa Colombia y la oportunidad de presentarse acá?
Regresar a Colombia implica fortalecer nuevamente nuestros lazos en Latinoamérica y reconectar con el público que tengo acá, que es muy grande y caluroso. Cada vez que vengo los shows siempre son maravillosos, afectuosos y receptivos de parte del público; a pesar de la barrera idiomática y de que somos países que estamos en extremos opuestos. Independientemente de ello, logramos estar conectados. Es muy bonito regresar y más en este teatro tan especial e importante.
Muchos de sus fans celebraron el reconocimiento que recibió al ganar un Grammy Latino. ¿Cómo fue recibir la nominación y ser seleccionada?
Fue magnífico porque ‘Indigo Borboleta Anil’ (disco con el que lo ganó) es mi debut como solista después de tener dos discos con ‘Os Caramelows’ (agrupación de la que hacía parte). Los escribí completamente; pero Indigo tiene una fuerza diferente porque es un viaje que hice conmigo misma.
Era estar conectada con mis sueños y haber sido reconocida por los Grammys fue un momento grande porque reconfirmó todo el proceso creativo que viví y, al mismo tiempo, me dejó feliz por haber sido exaltada en América Latina como una cantante, artista y compositora que tiene posibilidades de crear e imaginar a través de álbumes.
Justo este disco fue reconocido como mejor álbum de música popular brasileña, mejor canción en portugués y por su ingeniería de producción, la cual duró dos años y empezó antes de pandemia, ¿esperaban tanto reconocimiento?
No lo esperábamos; pero todos nosotros trabajamos arduamente, hoy creo que tal vez ese reconocimiento es una naturalidad que viene por el trabajo y por el proceso que adelantamos. Colocamos en este álbum todas las energías que teníamos en un periodo en el que estábamos dolidos por las muertes de la pandemia, tuvimos que grabar incluso con tapabocas y no podíamos abrazarnos entre nosotros. Sin embargo, logramos transformar todo eso en un sueño como lo fue este elepé.
En algunas entrevistas ha dicho, y cito textualmente: “Yo estaba bien conmigo misma, el problema era la ciudad”. ¿Cómo fue crecer como una persona diversa en Araraquara, una pequeña ciudad del interior de São Paulo?
Fue un desafío porque no tenía referencias de lo que yo quería ser y de lo que yo ya era en verdad; pero tenía muchas otras cosas que me instaron a buscar referencias diversas como hacer teatro, danzar y componer. Creo que Araraquara fue mi primer paso en el proceso creativo para que yo tuviese fuerza para soñar y salir de ahí.
Eres una mujer trans, negra y de la periferia. ¿Cómo ha sido alcanzar el estrellato en un país tan machista y violento con la diversidad como Brasil?
Ha sido un reto muy grande y, al mismo tiempo, ha implicado que me siga cuidando diariamente para protegerme y tener una red de apoyo consolidada para no estar sola. Pero también a mi alrededor hay muchas personas que me aman, muchas amigas y amigos trans y personas LGBT+ que me dan esa sensación de que caminar junto a elles es mejor que luchar sola.
Por más que tengan un lugar hoy (la fama), no conseguiría sola la fuerza de movilizar a todo un país, es muy significativo seguir con mi trabajo de su lado.
A lo largo de su carrera, se ha convertido en una referente queer en Brasil y América Latina, empezando con una estética no binaria y luego como mujer transgénero. ¿Qué siente al convertirte en un símbolo para las personas LGBT en la región?
Me siento normal porque todo lo que hice no fue con la intención de lucrarme o de ser algo que no soy. ¡Qué bueno que mi fuerza inspire a otras personas! Pero al mismo tiempo tengo conciencia de que necesito humanizarme y no quedarme aterrada o paralizada ante la figura de la representatividad.
De hacerlo, no actuaría con naturalidad, por eso tengo mucha conciencia y priorizo mis anhelos a la par que estoy muy feliz de que mi trabajo pueda alcanzar a muchas personas y hacer que ellas afronten sus realidades.
Actualmente, tenemos exponentes de diversas identidades y orientaciones sexuales como Johnny Hooker, Pablo Vittar y Gloria Groovy, solo por nombrar algunos en Brasil. ¿Cree que falta apoyo político y de las audiencias para el crecimiento de los artistas queer?
Definitivamente, falta más apoyo político que apoyo del público porque la gente está con nosotros. Hay algo que sí reconozco y es que en mi carrera he logrado como artista romper la barrera de no hablar únicamente con un público LGBT. Quienes me escuchan también son niños, adultos, personas heterosexuales y cisgénero, tengo un alcance muy grande por el afecto de las personas.
Faltan políticas públicas que posibiliten que artistas diversos en general, no solo los que son famosos, también quienes están comenzando; puedan recibir un incentivo de cultura para hacer sus trabajos y presentaciones.
Pero también faltan leyes que garanticen nuestra seguridad, por ejemplo, Johnny Hooker tuvo que cancelar un show en el sur de Brasil esta semana porque el alcalde de la ciudad dijo que “incitaba al odio siendo una persona LGBT”. Necesitamos que los políticos cambien esa visión llena de violencia sobre nuestras culturas y nuestros cuerpos, porque estamos movilizando cosas buenas en Brasil y estamos haciendo más política que los que están sentados con traje y corbata detrás de una silla.
Al menos Jair Bolsonaro está fuera del gobierno…
Sí, sin embargo, ahora con Lula da Silva (actual presidente de Brasil), que es un gobierno más progresista, y que el pueblo tomó la decisión de que volviese, es necesario que los cambios se concreten. Las cosas están mudando en Brasil porque tenemos el parlamento con más personas LGBTI de la historia y hay mujeres trans en cargos de poder, como Erika Hilton y Duda Salabert (las dos primeras trans en ser elegidas como diputadas del Parlamento). Ellas son grandes representantes en la política; pero debemos seguir con la esperanza de que habrá más.
América Latina en general ha avanzado en la aceptación de la diversidad, pero hablemos de la representación en la industria musical. ¿Cómo ve la representación en ella?
Hay muchas personas haciendo presencia y estoy feliz de tener parceras y parceros que puedo ver haciendo su trabajo como Linn da Quebrada y as Irmãs de Pau, entre otras. Hay muchas personas en Brasil haciendo cosas culturales y en el mundo en general, como Kim Petras, ganando un Grammy Americano (obtenido por su canción ‘Unholy’ realizada en colaboración con el cantante no binario Sam Smith). Es hermoso ver cómo rompemos las barreras que nos han impuesto.
Pero aún falta más representatividad…
Claro, nunca va a ser suficiente, pues aún falta mucho para equiparar los cuerpos LGBT con los cuerpos cisheteronormativos. Debemos tener la conciencia de que aún falta mucho por hacer para que tengamos igualdad.
Los países del Cono Sur comparten una característica común: los prejuicios persisten en muchos aspectos. ¿Cree que la música puede contrarrestarlo?
Sin duda, la música es una gran flecha que atraviesa a las personas. Saber que al cantar conecto con gente del mundo entero, que sienten mis letras y mi intención es precioso. Cualquier inspiración artística es un arma para luchar contra todo lo que intente reducirnos como personas.
Uno de los aspectos que refuerza las desigualdades es el racismo, y su actuación en Bogotá tiene lugar en el marco del Festival de la Diáspora Africana. ¿Cómo explicar a quienes niegan que la discriminación racial existe y que combatirlo es tarea de todos?
Los aliados y las personas blancas en general deben asumir una postura de escucha cuando un negro habla sobre racismo porque no se trata de convencerlos: nosotros lo vivimos. El papel de quien está dispuesto a transformar es tener el ojo y el oído abierto; pero también se debe abordar el problema desde la cultura para crear un choque. Es imposible e innegable no ser testigo del trabajo diaspórico que ha atravesado generaciones y que me pone en este lugar de activista.
Para finalizar, ¿cuál es el futuro de su carrera? ¿En qué está trabajando actualmente?
Estoy con un nuevo álbum que esperamos salga pronto. Estamos en ese proceso y en la finalización del tour de ‘Indigo Borboleta Anil’, pues ya está llegando a su recta final y esperamos seguir alegrando la vida de quienes nos escuchan en todo el mundo.