En un mundo sin Roe, el futuro de la privacidad digital es retador

El fin del precedente que impedía a los estados obstruir el acceso al aborto ha puesto al descubierto la importancia de la privacidad para la dignidad y la democracia, señalan expertas.

Natasha Singer y Brian X. Chen / The New York Times
16 de julio de 2022 - 02:00 a. m.
La Corte Suprema de Estados Unidos revirtió los efectos del fallo Roe vs. Wade el pasado 24 de junio.
La Corte Suprema de Estados Unidos revirtió los efectos del fallo Roe vs. Wade el pasado 24 de junio.
Foto: AFP - ROBERTO SCHMIDT
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Bienvenidos a la era de la privacidad digital después de la revocación del precedente Roe contra Wade, un momento que pone de manifiesto cómo el uso de la tecnología ha hecho casi imposible que los estadounidenses puedan eludir el control omnipresente.

En los estados donde el aborto está prohibido, algunas mujeres que buscan opciones fuera del estado para interrumpir el embarazo quizá tengan que seguir una larga lista de pasos para intentar evadir la vigilancia —por ejemplo, conectarse a internet mediante un túnel encriptado y usar direcciones de correo electrónico desechables— y así reducir la posibilidad de ser perseguidas por las autoridades.

De todos modos podrían ser rastreadas. Las autoridades pueden obtener órdenes judiciales para acceder a información detallada, incluidos los datos de localización registrados por las redes telefónicas. Y muchos departamentos de policía tienen sus tecnologías de vigilancia, como los lectores de matrículas.

Esto hace que las herramientas para mejorar la privacidad de los consumidores parezcan tan eficaces como reorganizar los muebles en una habitación sin cortinas.

Sugerimos: El fin de Roe vs. Wade: Corte Suprema de EE. UU. invalida el fallo sobre el aborto

“No hay una solución perfecta”, afirma Sinan Eren, ejecutivo de la empresa de seguridad Barracuda. “Tu red de telecomunicaciones es tu punto más débil”.

En otras palabras, los investigadores creen que la situación de la privacidad digital ya está tan avanzada que puede que la única manera de mantener la información segura sea renunciar al uso de las herramientas digitales. Dejar los teléfonos móviles en casa ayudaría a eludir el rastreo persistente de la ubicación desplegado por las compañías de telefonía móvil. Sería ideal pagar en efectivo los medicamentos y los servicios médicos. En cuanto a los viajes, el transporte público, como el autobús o el tren, sería más discreto que las aplicaciones de transporte compartido.

La privacidad reproductiva es ahora tan delicada que los funcionarios del gobierno y los legisladores se apresuran a presentar nuevas políticas y proyectos de ley para salvaguardar los datos de los estadounidenses.

La semana pasada, el presidente Joe Biden emitió una orden ejecutiva para reforzar la privacidad de los pacientes, que incluye la lucha contra la vigilancia digital. Los grupos de defensa de las libertades civiles afirmaron que la carga de protegerse del seguimiento de la salud reproductiva (la clase de espionaje policial que Ron Wyden, senador demócrata de Oregón, denominó “vigilancia del útero”) no debería recaer en las mujeres a título individual.

Sin duda, todavía es muy pronto para decir cuántos estados que prohibieron el aborto podrían tratar de procesar a sus residentes por buscar tratamientos médicos legales en otros estados. Pero algunos servidores públicos no se quedaron de brazos cruzados.

Hace poco, los gobernadores de Massachusetts y Colorado emitieron órdenes ejecutivas que prohíben a las agencias gubernamentales locales ayudar en las investigaciones de otros estados a personas que reciban servicios de salud reproductiva que sean legales en sus estados, salvo que tengan una orden judicial.

“Todo mundo está dándose cuenta de la importancia de la privacidad, algo tan fundamental para la dignidad humana y la democracia”, declaró Kade Crockford, directora del Programa de Tecnología para la Libertad de la Unión Americana para las Libertades Civiles de Massachusetts. “Y, por desgracia, ahora es fundamental para la autonomía reproductiva en la mitad de los estados del país”.

La magnitud del cambio está por verse. Los gigantes tecnológicos que controlan cómo se recopilan nuestros datos (los mismos que llevan años afirmando en campañas publicitarias que se preocupan por la privacidad) no han hecho planes para cambiar de manera significativa cómo recaban la información.

Este mes, Google declaró que eliminaría las entradas a los datos de localización cuando la gente visitara lugares sensibles como las clínicas de aborto. Pero se negó a decir si también se eliminarían los datos geográficos detallados, como las coordenadas del GPS y la información de ruta.

Algunas compañías de análisis de datos de localización, como Foursquare, acaban de anunciar que van a limitar el uso, el intercambio y la venta de datos de las visitas de los consumidores a lugares sensibles como las clínicas de salud reproductiva. Pero las autoridades podrían seguir obteniendo esos registros de ubicación mediante órdenes judiciales.

Los proveedores de servicios telefónicos que operan la columna vertebral de la red inalámbrica de internet para teléfonos inteligentes no han comentado sus planes de modificar las políticas de datos tras la revocación de Roe. AT&T, T-Mobile y CTIA, un grupo comercial que representa a los operadores, declinaron hacer comentarios y Frank Boulben, director de ingresos de Verizon, dijo que la compañía no tenía ninguna novedad que anunciar.

Por ahora, quienes buscan disimular sus huellas digitales tienen opciones limitadas, que son las siguientes.

Autodefensa de la vigilancia

Los grupos de libertades civiles y los expertos en privacidad explican que se pueden emplear varias herramientas para combatir la vigilancia, incluidas las redes privadas virtuales, las aplicaciones de mensajería encriptadas, los navegadores web privados y las cuentas de correo electrónico desechables.

Red privada virtual

Qué hace: una RPV (VPN por su sigla en inglés) crea un túnel virtual que protege la información de búsqueda de un proveedor de servicios de internet. Cuando la gente utiliza este tipo de software, su dispositivo se conecta a los servidores de un proveedor de RPV. Todo su tráfico de la red pasa a través de la conexión de internet del proveedor de RPV. Así que si tu proveedor de internet intentara escuchar tu tráfico web mientras navegas por el sitio web de Planned Parenthood, el proveedor solo vería la dirección de internet del servidor RPV conectado al servicio RPV.

Qué no hace: un RPV no oculta la ubicación de un dispositivo de una red celular. Esto se debe a que el dispositivo tiene que registrarse en una torre de telefonía cercana antes de conectarse a la RPV, lo cual revelaría la ubicación del dispositivo a la compañía telefónica, dijo Eren.

Mensajes encriptados

Qué hacen: cuando un mensaje se encripta a través de un servicio de mensajería como iMessage, de Apple; WhatsApp, de Meta, o Signal, se codifica cuando se envía a fin de que sea indescifrable para cualquiera que no sea su destinatario y sigue encriptado cuando pasa por el servidor de la aplicación y llega al destinatario.

Qué no hace: la encriptación hace más difícil, pero no imposible, que las autoridades tengan acceso al contenido de los mensajes. Por ejemplo, las agencias pueden utilizar órdenes judiciales para buscar el contenido de un iMessage de Apple al solicitar acceso a los datos de un usuario de iPhone guardados en iCloud. Pero Signal, una aplicación financiada por donaciones y subvenciones, conserva un mínimo de datos sobre sus usuarios, lo que la convierte en una aplicación imprescindible entre las herramientas contra la vigilancia, según los investigadores.

Navegadores privados

Qué hacen: los navegadores privados como DuckDuckGo y Firefox Focus navegan por internet en modo privado por defecto, lo que evita que un dispositivo genere un registro de las búsquedas y visitas en la red.

Qué no hace: aunque un navegador privado impediría que las fuerzas de seguridad con acceso físico a un dispositivo vieran el historial de navegación, no ocultaría los datos de navegación de un proveedor de internet. Tampoco ocultaría la actividad de navegación de un operador de sitios web como Google o Facebook, por lo que los usuarios tendrían que permanecer desconectados de sus cuentas de internet.

Direcciones de correo electrónico anónimas

Qué hacen: es posible crear cuentas anónimas de correo electrónico con servicios como ProtonMail, un servicio gratuito de correo electrónico encriptado, para que no se identifique al usuario.

Qué no hace: los fiscales con una orden judicial pueden obligar a los servicios de correo electrónico a proporcionar datos personales, como la dirección IP de un usuario o la cadena de dígitos asociada a un dispositivo, que se podría utilizar para identificar a la persona.

Conclusión

Incluso si se hiciera todo lo anterior, no habría una manera infalible de escapar de la vigilancia digital y cada pieza de tecnología que se utiliza se convierte en un nuevo vector para que las fuerzas de seguridad busquen datos.

Hay técnicas más extremas para dificultar el espionaje, como utilizar una computadora barata y perforar su disco duro antes de tirarlo. Pero esos son métodos para espías y profesionales de la seguridad, no para la gente común.

Así que los investigadores de seguridad afirman que dejar la tecnología personal en casa no sería una exageración. En su opinión, es importante que el teléfono permanezca encendido para seguir conectado a la torre de telefonía móvil cercana que registra su ubicación. Eso ocultaría un rastro digital al crear la ilusión de que la persona nunca salió de casa.

La gran cantidad de herramientas tecnológicas y conocimientos necesarios para solicitar un aborto con discreción subraya lo abiertos que estamos a la vigilancia.

Por Natasha Singer y Brian X. Chen / The New York Times

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