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Betatonio, fuera de cartelera

Después de competir con precios bajos, la empresa colombiana de alquiler de películas sale del mercado del entretenimiento a causa de la piratería. Después de 28 años en el mercado local, Betatonio se quedó sin taquillas.

Edwin Bohórquez Aya
20 de noviembre de 2007 - 04:45 p. m.

La amplia penetración de la televisión por cable y la incontrolable oferta de productos piratas en el mercado, le cambiaron la cara al tradicional negocio del alquiler de películas y videojuegos en Colombia. Tanto, que Betatonio, el jugador colombiano más antiguo del sector, con 28 años de existencia y 35 tiendas en Bogotá, cerró sus taquillas y está en la fase final de liquidación y venta de la marca.

La decisión de Betatonio fue tomada hace más de un año de forma gradual y silenciosa. La empresa ha ido cerrando paulatinamente sus almacenes, los mismos lugares en los que sus empleados observan impotentes cómo los que antes eran sus clientes y llegaban en busca de títulos nuevos, ahora atraviesan las puertas de los locales pero con televisores, computadores, calculadoras, impresoras, stands, sillas y la totalidad de las películas en formato betamax, VHS y DVD que allí se comercializaban. Aunque pareciera una venta de garaje, fue la decisión que la empresa tomó para recaudar dinero y pagar las deudas a los proveedores y la liquidación a sus empleados.

"Los problemas comenzaron con la alcaldía de Enrique Peñalosa. Con la postura de los bolardos se impidió la entrada fácil y rápida a nuestras tiendas. La Administración Distrital nunca entendió que en la ciudad había negocios como el nuestro, que se dedicaba a prestar servicios y que para el cliente, tener que buscar un parqueadero, dejar el carro a varias cuadras y demorarse más de lo acostumbrado, dañaba el plan de ir a alquilar una película", relata Manuel Alzate, el creador de la compañía y a quien aún le cuesta entender su desaparición.

Luego, este hombre, que fue destacado por varias asociaciones de comerciantes como uno de los ejemplos de emprendimiento más notables del país, detalla que la fuerte entrada de la piratería les dio el golpe mortal y a pesar de que la combatieron con calidad y cuantas promociones y mercadeo desarrollaron, en estos momentos, explica Alzate, "la piratería es de muy buena calidad, con precios que son tan bajos que rayan en lo ridículo y que hacen imposible competir en el mercado local".

Sin embargo, el empresario no duda en recalcar que la salida definitiva del negocio también estuvo mediada por la amplia cobertura que los operadores de televisión por cable pusieron en toda Bogotá y que les permitía a los usuarios, por un monto mensual que no superaba los $50.000, tener acceso a películas de todo tipo de géneros, paradójicamente muchos de los títulos que tenían las tiendas Betatonio para alquiler. Y por si fuera poco, Alzate explica que las descargas por internet amenazaron aún más la industria, restando clientes y acabando con posibles nuevos usuarios jóvenes.

Competidores internacionales

Aunque Betatonio fue durante más de 15 años la única gran tienda que prestaba este servicio legalmente constituida, la llegada de Blockbuster en 1995 cambió la cultura del alquiler de videos en Colombia. "Trajimos tiendas de 500 metros, iluminadas y con muchas copias por título, distintos servicios como la comida en el sitio y accesorios para los equipos de videos y para las mismas películas", aclaran sus directivas en Colombia. "La gente de los estratos 4, 5 y 6, en los que nos enfocamos, entendió que era un plan divertido y cool".

El bajón del dólar, entre tanto, ha hecho que traer las películas sea más barato y que las producciones que se compran en México y Argentina, los dos países desde donde de distribuye el mercado latinoamericano, permitan mantener los estándares de ganancias estables. Sin embargo, son muchos los propietarios de pequeñas tiendas que viajan a Estados Unidos y compran por Amazon los títulos, disminuyendo costos pero con un agravante: el hecho de adquirir los títulos no les otorga el derecho para alquilarlas y reproducir sus copias para comercializarlas.

Legalmente, el costo de traer un título al país está alrededor de los $49.900, permitiendo a tiendas como Blockbuster comercializarlas y además, alquilarlas, reduciendo notablemente los precios, que regularmente promedian los $70.000, y recuperar rápidamente la inversión. Sin embargo, en las calles colombianas una copia ilegal no supera los $4.000 y la práctica más reciente que lograron detectar los encargados del negocio es que las personas terminan comprando dos o tres películas piratas, y con su grupo de amigos y familiares, las comparten.

Sin embargo, el problema no es exclusivo de Colombia. Un reciente informe publicado por The Wall Street Journal evidencia que pese a las altas medidas de seguridad que se toman en Hollywood, las copias ilegales están saliendo antes de los estrenos en los cines. Ese es el caso de la película Gánster americano, protagonizada por Denzel Washington y que, estrenada el viernes 2 de noviembre en las salas de cine, al día siguiente ya se conseguía en varias páginas de internet dedicadas a la promoción de videos.

Entre tanto, y aunque es internet la mayor amenaza de esta industria, internacionalmente no se han podido controlar las descargas de los títulos, pues al igual que la música, una persona puede adquirir una copia de una película legalmente y, con el concepto de "compartir sus archivos en la red", ponerla a disposición de cualquier cibernauta en todo el mundo.

No obstante, es el mismo Blockbuster el que recalca que la penetración de internet es aún muy baja. "Una encuesta reciente dice que el 80% de las personas que han tenido la experiencia de bajar un película por internet en Estados Unidos, no lo repetirían de nuevo porque es muy demorado, son siete u ocho horas y la calidad es muy mala. Y si eso pasa en Estados Unidos, imagínese en Colombia", aclaran las directivas de la multinacional. Y por eso, para contrarrestar la piratería, que es el gran obstáculo para la compañía, los precios de alquiler ya están por los $2.900, una cifra que nunca antes había manejado Blockbuster.

A pesar de ello, la compañía dice que para el próximo año iniciará su plan de expansión por los distintos barrios de las ciudades donde ya tiene presencia, compitiendo de frente contra los videos piratas. "Vamos a abrir tiendas de 50 y 60 metros para que lleguen al público de los barrios donde no tenemos presencia", revelan.

En contraste, de los 350 empleados que tuvo Betatonio ya no quedan más de dos por local. De las 35 tiendas sólo existen tres y no precisamente para alquilar, solo para terminar con la venta total del inventario. Una escena que se repite en la mayor parte de Colombia, pues cerca del 90% del mercado del alquiler es ilegal en el país y por culpa de la piratería, la industria editorial, musical, de videojuegos, películas y de software, pierde, según International Intellectual Property Alliance, cerca de 116,5 millones de dólares anuales.

La vida comercial de una película

· Cuando una película se estrena en cine, tres meses después se otorgan los permisos para promocionarla en video.

· Noventa días después se puede obtener en el servicio de Pague por Ver (PPV),

· Tres meses más se necesitan para ponerla en la televisión por cable y otros tres meses para que pueda llegar el título a la televisión abierta.

Por Edwin Bohórquez Aya

 

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