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Vanidad masculina hecha industria

El cuidado personal masculino ya no es la excepción. Se convirtió en la regla, con lo que un sinnúmero de posibilidades se han abierto para la industria cosmética en Colombia y el mundo.

Edwin Bohórquez Aya
14 de junio de 2008 - 04:27 a. m.

Cremas que hidratan la piel después de la afeitada, champús, bálsamos y acondicionadores que dejan el cabello brillante, lociones para el cuerpo que combaten la piel reseca, máquinas que eliminan la grasa corporal y una serie de mecanismos de avanzada que tonifican rápidamente el pecho, el abdomen y los glúteos, son sólo algunos de los productos que aparecen dentro del portafolio de la estética masculina en el mundo, y que en Colombia ya es toda una industria en crecimiento.

Según un estudio de Nielsen, tan solo en 2006 este negocio movió en el globo 3,5 billones de Euros y en 2007 la cifra se acercó a los cuatro billones, distribuidos así: el 47% en productos utilizados para la afeitada, el 30% para el cuidado y la limpieza y el 23% para después de la afeitada, estos dos últimos, los nichos a los que más les están apuntando las compañías en el país.

Aunque no se tienen cifras estimadas de ese mercado en Colombia ni de su tamaño, ya son varios los jugadores que se fijaron en este campo. Están Gillette, Beiersdorf, Quala, L’oréal, Yambal, L’ebel, L’occitane, Schwarzkopf, entre otros.

Un mercado que está en constante cambio y que ha resultado tan atractivo que Beiersdorf Grupo Andino, propietario de la marca Nivea For Men, introdujo la crema Q10 en el portafolio de los hombres y, “ahora las estadísticas muestran que cada dos segundos se vende una en el mundo”, según explica Nelson Cabrera, presidente de la compañía.

La respuesta de los hombres es la de una nueva generación que, dicen los empresarios del gremio, se preocupa por su presentación personal,  tiene una mentalidad abierta y que no buscan belleza como las mujeres, sino construir una figura de éxito y proyectar una imagen impecable, pues tienen claro que de ésta depende su estatus profesional. 

Y en eso, comenta Cabrera, “la mujer se preocupa más por la moda y la belleza, y el hombre más que bello se quiere ver saludable, ahí está la clave del negocio, pues en el mercado colombiano el 90% es afeitado y en los otros segmentos es donde está la oportunidad de desarrollo. Eso nos prueba que sí hay para dónde crecer”.

Incluso las mujeres aplauden este cambio cultural, pues como asegura Cecilia López Montaño, senadora liberal, el hecho de que hoy los hombres también se cuiden genera equilibrio entre los géneros, pues por mucho tiempo sólo las mujeres fueron objeto de exigencias en materia de belleza, mientras que los hombres contaban con la aprobación generalizada, aun cuando lucieran desaliñados y descuidados.

 La Senadora asegura que su experiencia en otros países de latinoamérica le ha permitido constatar que los hombres colombianos, sin importar su posición social, son los más cuidadosos en su presentación personal.

   Por eso, las cremas y lociones anti edad ya no son tema exclusivo del sexo femenino, y existen champús y otros productos creados exclusivamente para hombres. Carlos Martínez, gerente del grupo Ego, la nueva marca dedicada al sexo masculino, recuerda que “lo que vimos fue que había un hueco en la categoría de cuidado personal en champú para hombre porque no cumplía la necesidad. Ellos no necesitan tener un liso perfecto ni con risos definidos, necesitaban evitar la caspa y caída del cabello y no oler a mujeres”.

Y agrega: “El reto fue mostrarles a los hombres que estaban usando algo que no era de ellos y queremos convencer al 50% de Colombia que eso era verdad porque los resultados han sido excelente, hemos sobrepasado las metas”.

Pero el negocio no sólo se trata de cremas que mejoran el rostro. También están aquellos productos que buscan bajar la grasa y tonificar los músculos. “El mercado actual está dividido casi en un 50-50, y cuando las mujeres vienen a cotizar un equipo, los hombres que las acompañan resultan más efectivos a la hora de la compra”, explica Marcela González, directora


de Ultratone, compañía que tiene en su portafolio bioestimuladores corporales. La empresaria vende mensualmente entre 5 y 7 máquinas para hombres, cada una por un costo que oscila entre dos y 5 millones de pesos. Son máquinas con software y tienen programas para hombres que ejercitan 450 abdominales en 30 minutos. Incluso los colores, gris y café, están pensados para el género masculino.

Por su parte, la marca Schwarzkopf de Henkel desarrolló Bonacure Men, que según explica Alfredo Morales, Country Manager & Regional Sales Director de América Latina, es una línea especializada para hombres que se creó pensando en el ph del cabello masculino, que es diferente al femenino y por ello requiere un tratamiento particular.

A eso se suman las múltiples opciones que los spas y centros de estética promocionan para “ellos”. Sesiones que incluyen masajes, tratamientos capilares, mascarillas, limpieza facial, cámara de bronceado y vacuumterapia para quienes buscan bajar de peso puede costar cerca de $900.000.

Por su parte, la compañía francesa L’occitane, representada por el Grupo Provenzal en Colombia, también cuenta con líneas dedicadas al cuidado masculino.

El representante de L’occitane asegura que el 20% de sus clientes son hombres, quienes tienen una mayor tendencia a la recompra, en tanto, una vez prueban un producto y les gusta, no ven la necesidad de cambiar de marca y se fidelizan a la ésta. Los jabones de esta exclusiva marca son el producto que más compran los hombres.

Muestra del potencial de la industria es que incluso un grupo de empresarios de cosméticos y productos de aseo hechos con insumos naturales para hombres, ya llegan al mercado mexicano.

Se trata de las compañías Marliou París, Laboratorios Pal Pluss,  Esko Laboratorios, Productos de Belleza Ana María Ltda., Laboratorios Brissé y Cía. Ltda., Laboratorios M & N Cía. Ltda., Tecser Laboratorios Ltda., Yoquire Ltda. y Total Protection S.A., y su éxito está en que Colombia es uno de los doce países con mayor biodiversidad del mundo, lo cual constituye una  fortaleza y ventaja comparativa.

 Una industria cosmética y de aseo que genera 17.000 empleos directos e ingresos para 600.000 personas a través de la modalidad de venta directa en Colombia, así como para 120.000 peluqueros y esteticistas que operan como distribuidores.

Algo tan rentable que hasta noviembre de 2007 sólo en exportaciones el país superó los US$500 millones, y se estima que para 2012, según el Ministerio de Comercio, se incremente en un 20% anual, alcanzando ventas al exterior por US$1.200 millones.

Por Edwin Bohórquez Aya

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