Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Todo estaba preparado para que el pasado martes 25 de septiembre la Fiscalía y la Dijín adelantaran un operativo en Barranquilla contra Alex Saab Morán, el denominado contratista del chavismo, y un grupo de personas vinculadas con la sociedad Shatex S.A.S., que al parecer lavó activos por $25.000 millones entre 2004 y 2011. Pocos sabían que el día anterior se habían emitido órdenes de capturan contra siete personas, entre ellas el empresario barranquillero. Pero a las seis de la mañana el panorama cambió porque un patrullero de la Dijín alertó a varios miembros del grupo Saab sobre sus arrestos y todo se fue a pique. (Lea aquí: La investigación en Colombia contra Alex Saab, el contratista del chavismo)
El intento de la Fiscalía de capturar a Alex Saab se frustró. Y no solo él salió del país hacia Venezuela. Sus hermanos Luis Alberto y Amir apagaron sus celulares y las autoridades les perdieron la pista. Hoy se indaga si también salieron hacia el exterior en un avión privado. Ante la sospecha de que la información fue filtrada por alguien cercano a la investigación, comenzaron las pesquisas. Se hicieron pruebas de polígrafo y la averiguación no duró mucho. Gracias a un anónimo y una denuncia por extorsión, interpuesta por Mario Germán García Palacio, persona de confianza de Alex Saab, las autoridades identificaron al responsable. (Lea aquí: Capturan al revisor fiscal y al contador de empresas de Alex Saab)
El Espectador llegó a saber que se trató de Eddie Andrés Pinto, un patrullero de la Dijín que fungía como analista de interceptaciones dentro del grupo de Policía que investigaba a los Saab. El jueves 11 de octubre fue capturado en Bogotá y la Fiscalía le imputó cargos por cohecho y violación ilícita de comunicaciones o de correspondencia de carácter oficial. A su vez, Pinto anunció su intención de colaborar con la justicia. Sin embargo, la duda que surge ahora es si Saab y su gente eran víctimas o contactaron al agente de la Dijín para que les filtrara datos de la operación. Mientras la Fiscalía evalúa si Pinto recibió beneficios a cambio de información clasificada, la defensa de Alex Saab, en cabeza de Abelardo de la Espriella, ha dicho que se trató de una extorsión.
El anónimo
Las pesquisas para descubrir al analista de la Dijín comenzaron el mismo 25 de septiembre. Durante cinco días estuvieron indagando a cada persona que iba a participar en el operativo. Hasta que el pasado 30 de septiembre el oficial a cargo del operativo recibió un correo de un hombre que se identificó como Miguel Ángel. A través de un mail lo alertó de una supuesta reunión el domingo 23 de septiembre entre un miembro de la Dijín y Mario García Palacio en el hotel Movich de Bogotá, cerca al aeropuerto. El encuentro, según la fuente, era para revelar que iban a capturar a los Saab y allanar sus casas.
“A los Saab les avisó un policía que trabajaba como analista de las líneas interceptadas en la unidad de Antiterrorismo de la Dijín. Habría contactado a un amigo de ellos que se llama Mario Germán García Palacio, quien presuntamente el domingo 23 de septiembre de 2018, a las 10:00 horas, se habría reunido con el policía en el hotel Movich. Allí le habría dicho que la Dijín, el martes 25 de septiembre a las 6:00 a.m., iba a hacer un operativo de capturas contra los Saab y que también iban a allanar sus casas”, se lee en el correo. En la comunicación aportó además los números telefónicos de García y del supuesto policía. Al verificar los teléfonos, se descubrió que se trataba del patrullero Pinto.
La denuncia de García
La Fiscalía también revisó la denuncia que interpuso Mario García el 26 de septiembre en la seccional de Barranquilla. Esa denuncia, según un comunicado del abogado Abelardo de la Espriella, fue interpuesta por orden de Saab. En ella, García manifestó que desde el 22 de septiembre venía siendo víctima de extorsión por “parte de un presunto funcionario público, quien le está suministrando información confidencial de unos procesos investigativos en contra de la familia Saab utilizando mensajes de Whatsapp y Telegram, a cambio de algún fin económico o laboral”. Además relató la reunión en el hotel Movich.
Según Mario García, el 23 de septiembre se vio con Pinto en la recepción del hotel a las 10 de la mañana. En la reunión, el patrullero supuestamente le dijo que era miembro de la Dijín y que había intentado contactarlo para entregarle información sobre las investigaciones contra la familia Saab, con quienes quería trabajar. Ese mismo día en la noche, se lee en la denuncia, Pinto hizo una videollamada a García, quien estaba reunido con Amir Saab, para contar que la operación Plan Patriotas se había adelantado.
En esa llamada, Pinto le comentó a García que la operación se realizaría en dos días, es decir, el 25 de septiembre, por lo que debían dar aviso a los implicados, apagar celulares y salir del país. La razón para que se adelantara el operativo, según Pinto, era que supuestamente la Policía había interceptado una llamada en la que se escuchaba a Amir Saab hablar con su hija sobre un viaje que iban a realizar a Canadá.
Junto con la denuncia, Mario García aportó al expediente una serie de chats (ver abajo) que intercambió con el patrullero Pinto la noche del lunes 24 de septiembre y la madrugada del 25 de septiembre, cuando las autoridades tenían previsto adelantar las capturas. En las conversaciones se lee que Pinto informó que el operativo comenzaría a las 6:00 con la captura de Álex Saab en su casa. La preocupación de García era si sus mensajes eran interceptados, pues había escuchado que “Whatsapp lo chuzan hasta las esposas”. A lo que el agente de la Dijín contestó que estuviera tranquilo porque en ese momento el encargado de monitorear sus comunicaciones era él mismo.
Sin embargo, el patrullero Pinto se preocupó cuando se enteró de que “sus jefes” se habían dado cuenta de que una abogada de los Saab los había advertido del operativo. El agente de la Dijín envió a García una imagen con otra conversación en la que comprobaba que sus superiores sabían de la infiltración. “Por fa, que no hablen nada… ya esto es grave (sic) (…) Mucho bobo ese abogado”. La conversación continuó y a la media noche Pinto chateó a García: “Rey y los celulares también los van a quitar… Ojala no este nada comprometedor sobre esto en lo que ellos tienen” (sic). García contestó: “Con ellos nadie ha hablado… he intentado ser discreto… no habló por teléfono… paranoico… siento que todo el mundo me está siguiendo”.
El patrullero Pinto también manifestó que estaba asustado de que sospecharan de él y que lo llevaran al polígrafo. “Sí claro, el que más está arriesgando eres tú”, le respondió Mario García, a lo que el policía escribió que todo lo que hacía era para el bien de los “señores”. Los chats entre ambos personajes se reactivaron hacia las 4:30 de la mañana del 25 de septiembre, cuando García preguntó cómo iban las cosas. Eddie Pinto le explicó que habían parado todo por la llamada de la abogada y que planeaban “poner una cascarita para saber quién dio la información”. Efectivamente, ese día se suspendió el operativo y varios miembros de la familia Saab salieron del país.
Estos son los chats entre Mario García y el patrullero Pinto (para ver más deslice sobre la pantalla del celular)
*Representacion gráfica
Pinto y los abogados de Saab
El mismo día que Mario García presentó la denuncia, la abogada María Paula Escorcia, que trabaja con Abelardo de la Espriella, se acercó a la Fiscalía en Barranquilla a entregar nuevos detalles del supuesto caso de extorsión. La defensora reveló que desde los primeros días de septiembre el patrullero Pinto se comunicó con ella, a través de Facebook, para decirle que era policía judicial y trabajaba en un caso de interés para su jefe. Escorcia indicó que conocía a Pinto desde el 2012, cuando hizo un curso de criminalística, y que, ante su insistencia, accedió a reunirse con él en su oficina al día siguiente en la noche. En contraste, Pinto dice que fueron los abogados de Saab quienes lo buscaron primero.
En ese encuentro, declaró Escorcia, el policía Pinto llevó dos investigaciones que cursaban contra Alex Saab. Una por terrorismo y supuestos vínculos con Hizbolá y la otra por lavado de activos. Sobre este último proceso le dio el nombre de una de las empresas que aparecían en el expediente: Shatex, la misma que la Fiscalía considera pieza central de la red de lavado de activos del grupo Saab. Asimismo, María Paula Escorcia indicó que Pinto mencionó a varias personas vinculadas al caso, entre ellas “Julio”, quien sería Julio César Mahecha, socio de Saab. Según la abogada, Pinto le dijo que sabía que Julio era la caja menor de los Saab y siempre tenía a la mano $500 millones.
En su entrevista, María Paula Escorcia dio a entender que el patrullero Pinto le insinuó que en la Policía le pagaban mal, por lo que necesitaba un iPhone para continuar comunicándose con ella. Escorcia aseguró que Pinto le dio una dirección en el barrio Restrepo en Bogotá y que ella le envió el nuevo teléfono. Desde ahí, dijo la abogada, el agente empezó a enviarle mensajes con información, a tal punto que le solicitó una segunda reunión. Ese encuentro se dio en el centro comercial Gran Estación, a donde Pinto llegó con un disco duro en el que guardaba documentos del proceso Saab, que copió en una memoria USB.
Según la abogada, entre la información nueva había una interceptación a una llamada entre Alex Saab y Mario García. María Paula Escorcia agregó que Pinto le recomendó decirle a la familia Saab que no se siguiera comunicando por celular y salieran de vacaciones para que no los capturaran. Además, que a cambio de seguirle entregando información confidencial, quería los $500 millones que utilizaban los Saab como caja menor. En pocas palabras, con la entrevista de la abogada, los defensores de Saab buscan comprobar que Pinto intentó extorsionarlos y presionarlos para recibir dádivas.
Para la Fiscalía, la situación es diferente y no se trata de una extorsión sino de un policía con acceso a la investigación de los Saab que vendió información reservada a cambio de retribuciones económicas. Además recuperó los videos de seguridad del hotel Movich, que evidenciaron la reunión entre Eddie Pinto y Mario García. Por ahora, la Fiscalía continúa sus investigaciones por lavado de activos contra los Saab, aunque se desconoce su paradero. A su vez, sus abogados defensores insisten en la teoría de que se trata de una persecución judicial para dañar el nombre y la carrera de Alex Saab.