Chuy Luviano va ganando pelea por los Rayos de México en Colombia
Por el uso de la marca Los Internacionales Rayos de México, se desarrolla en Colombia una pelea que involucra al cantante mexicano de música norteña Chuy Luviano, famoso como intérprete de las canciones “Cruz de madera” y “Billete verde”. Por ahora, la SIC defendió al artista porque usó primero el nombre comercial, pero la disputa ya tiene nuevos capítulos.
Pilar Cuartas Rodríguez
Vinieron por lana y salieron trasquilados. Dos integrantes de la agrupación de música norteña Los Internacionales Rayos de México demandaron en Colombia al cantante mexicano Jesús Luviano, conocido como Chuy Luviano, y a su mánager, José Ríos Villar, por usar la marca que registraron en el país en 2010. La disputa se concentró en la expresión “Rayos de México”, nombre de una agrupación que existe en México desde hace casi cuarenta años y popularizó las canciones Cruz de madera y Billete verde. Los demandantes pidieron a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) prohibir a Chuy Luviano usar la marca, pero la entidad concluyó lo contrario: que el primero que usó ese nombre comercial fue el artista.
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Vinieron por lana y salieron trasquilados. Dos integrantes de la agrupación de música norteña Los Internacionales Rayos de México demandaron en Colombia al cantante mexicano Jesús Luviano, conocido como Chuy Luviano, y a su mánager, José Ríos Villar, por usar la marca que registraron en el país en 2010. La disputa se concentró en la expresión “Rayos de México”, nombre de una agrupación que existe en México desde hace casi cuarenta años y popularizó las canciones Cruz de madera y Billete verde. Los demandantes pidieron a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) prohibir a Chuy Luviano usar la marca, pero la entidad concluyó lo contrario: que el primero que usó ese nombre comercial fue el artista.
Chuy Luviano argumentó que él fundó el grupo musical Los Rayos en el año 1982 en Zamora (México), cuando salió al mercado su primer álbum, Dame luz verde. Desde entonces, el artista ha utilizado distintos nombres comerciales para identificarse: Chuy Luviano y sus Rayos, Los Rayos de Chuy Luviano, Chuy Luviano y sus Rayos de México y Los Rayos de México. Sus canciones llegaron a Colombia hacia 1986, cuando el empresario Jorge Barón lo invitó a su Show de las Estrellas. De hecho, el mismo Jorge Barón allegó al proceso judicial una carta en la que certificó las 12 fechas en las que Chuy Luviano y sus Rayos de México se presentaron en Cali, Florencia, Cúcuta y Bogotá.
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Después de darse a conocer en la tarima del programa de Jorge Barón, la música del artista Chuy Luviano empezó a ser apetecida en el mercado colombiano, y otros empresarios comenzaron a demandar sus servicios, como consta en sus visas de trabajo, a través de las cuales especificó a la Superintendencia cuáles fueron las empresas contratantes, el motivo de su ingreso al país y las fechas precisas. El mexicano explicó que contrató a extras musicales en Estados Unidos para que lo acompañaran a sus giras en Colombia, sin que ellos tuvieran vínculo permanente con la agrupación. Entre los extras estuvo Miguel Ángel Díaz, precisamente el artista que demandó a Luviano ante la SIC el año pasado.
Chuy Luviano y Miguel Ángel Díaz trabajaron juntos esporádicamente en Colombia, pero después de una de sus giras en los años 90 continuaron con sus carreras independientes. Este es el punto de quiebra de la historia. Luviano aseguró que Díaz usurpó su nombre y que siguió publicitándose en el país como integrante de la agrupación, a tal punto que grabó un disco con sus canciones. A su vez, Díaz declaró que Chuy Luviano decidió ser solista, se apartó de Los Internacionales Rayos de México, y fue él quien registró la marca en 2010. La tensión creció cuando Luviano envió decenas de cartas a alcaldes, ministros, medios de comunicación y empresarios para alertar de la supuesta usurpación de su nombre.
En respuesta, Miguel Ángel Díaz demandó a Chuy Luviano ante la SIC por violación a la propiedad intelectual, y en su acción lo señaló de estar confundiendo a la gente al usar la marca de Los Rayos de México. Sin embargo, la entidad negó sus pretensiones y, en contraste, aseguró que Chuy Luviano es el titular del nombre comercial Chuy Luviano y sus Rayos de México desde 2003, siete años antes de que se registrara la marca Los Internacionales Rayos de México. “Es claro para el despacho que el uso de la expresión ha sido pública (…) no es una persona de la calle, es un artista con cierta visibilidad en el mundo artístico”, concluyó el abogado que documentó y resolvió el caso en la SIC.
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Según su evaluación, Chuy Luviano tiene derechos sobre Los Rayos de México desde antes de que se registrara en Colombia la marca Los Internacionales Rayos de México y por ello no hay forma de argumentar que se trate de un infractor a la propiedad industrial. En síntesis, tanto Luviano como Díaz pueden usar hoy la expresión Los Rayos de México. Esta decisión ya fue apelada y ahora será el Tribunal Superior de Cundinamarca quien aporte la última palabra. El abogado y dueño de la firma Entertainment Lawyers, Mauricio Maestre, quien además de asistir a Díaz también ha representado a artistas como Sebastián Yatra, Silvestre Dangond y Pasabordo, manifestó a este diario que no hay una decisión definitiva, pero espera ganar el caso.
“Esperamos que se revoque en su totalidad el fallo de primera instancia”, señaló el abogado Mauricio Maestre a este diario, y de esta manera sintetizó sus convicciones sobre el caso: “El señor Luviano no logró acreditar una continuidad en el uso de un nombre comercial, porque siempre se ha presentado en Colombia con diferentes nombres: Chuy Luviano, Chuy Luviano y los Rayos de México, Chuy Luviano y los Originales Rayos de México, Chuy Luviano y los Auténticos Rayos de México, y así, otra infinidad de nombres que lo único que tienen en común es la expresión Chuy Luviano. Esta situación impide el cumplimiento de los requisitos para declarar la existencia de un nombre comercial”.
“Hay una clara infracción a los derechos que ostentan mis clientes sobre una marca que fue debidamente registrada. Esta discusión no versa sobre quién o quiénes hicieron parte de una agrupación. El problema jurídico radica en que hace diez años unos extranjeros registraron una marca en el país, tienen plenos derechos sobre ella, pero un tercero los infringe, y se ampara en la existencia de un nombre comercial que solo utiliza cuando le conviene (...) Los seguidores de la música y los empresarios saben que una cosa son Los Internacionales Rayos de México, agrupación musical en la cual todos sus miembros son mexicanos, y otra Chuy Luviano, artista mexicano con trayectoria”, añadió Maestre.
El apoderado de Chuy Luviano es el abogado Alexis Faruth Perea Sánchez, socio de la firma Perea Vélez Camerano. En su criterio, este caso marca un precedente histórico frente a un fenómeno común en México: la piratería grupal de la música. “Consiste en que grupos de músicos se hacen pasar o toman los nombres de otros grupos para conseguir presentaciones y apropiarse del prestigio que el grupo original construyó. Eso fue lo que sucedió en Colombia con Chuy Luviano. En México, por ejemplo, existen 50 grupos que se llaman Sonora Dinamita y son músicos que nunca pertenecieron a esas agrupaciones o que fueron miembros pero nunca sus dueños”, concluyó Perea.
Por ahora, la pelea está saldada en favor de Chuy Luviano, pero antes de que el Tribunal de Cundinamarca resuelva a la colombiana el lío judicial entre los mexicanos, Luviano decidió contraatacar a sus rivales con otra acción judicial. Es así como el abogado Alexis Faruth Perea, a nombre de su cliente, interpuso una nueva demanda ante la SIC, esta vez por competencia desleal. La pretensión principal es que Los Internacionales Rayos de México no puedan usar más esa marca en Colombia porque, según la demanda, su registro se hizo de mala fe. Además pide una indemnización por más de $700 millones. Es decir, la disputa por Los Rayos de México no se resuelve y va para largo.