Crisis y oportunidad: entendiendo el colapso del mercado de coca en Colombia
En Colombia, el mercado de la coca, la planta cuyas hojas pueden utilizarse para producir cocaína, se encuentra en un momento de colapso histórico, que ha traído consigo una crisis humanitaria en zonas rurales ya empobrecidas. La inusual caída brusca y prolongada del precio de la coca tiene varias causas. La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) ha identificado 12 posibles explicaciones, unas más contundentes que otras.
Adam Isacson
Independientemente del motivo, la crisis sin duda será temporal, ya que la demanda mundial de cocaína se mantiene fuerte. El gobierno colombiano, y los gobiernos donantes y aliados, incluyendo a Estados Unidos, deben aprovechar esta ventana de oportunidad antes de que se cierre. La crisis humanitaria crea la oportunidad de restablecer una presencia gubernamental civil en áreas donde los grupos armados, la inseguridad y el hambre son prevalentes. (Puede leer: La crisis de la coca, Argelia agoniza por la caída de los precios)
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Independientemente del motivo, la crisis sin duda será temporal, ya que la demanda mundial de cocaína se mantiene fuerte. El gobierno colombiano, y los gobiernos donantes y aliados, incluyendo a Estados Unidos, deben aprovechar esta ventana de oportunidad antes de que se cierre. La crisis humanitaria crea la oportunidad de restablecer una presencia gubernamental civil en áreas donde los grupos armados, la inseguridad y el hambre son prevalentes. (Puede leer: La crisis de la coca, Argelia agoniza por la caída de los precios)
Los compradores dejan de llegar
En los primeros seis meses de 2022, los compradores de la hoja y la pasta de coca (productos en la etapa inicial del procesamiento de la hoja de coca a cocaína) dejaron de ir a la región del Catatumbo, en el noreste de Colombia, cerca de la frontera con Venezuela. A lo largo del año, así como en 2023, el mercado de la coca siguió colapsando en todo el país.
- En Nariño, al suroeste de Colombia, el precio de una arroba de hojas de coca cayó de aproximadamente US$20 a US$7. Un kilogramo de pasta de coca que se vendía a un precio entre US$450 y US$600, bajó a aproximadamente US$375.
- En Argelia (en el departamento del Cauca), varias horas al norte, donde según el alcalde el 90 por ciento de la población depende directamente de los cultivos de coca, la arroba bajó de aproximadamente US$17 a US$9. Un agricultor que cosecha 300 arrobas gana solo US$150 al mes, después de pagar todos los insumos. El precio de la pasta de coca bajó 30 por ciento en un año.
- En Tibú, en el Catatumbo, el precio de la hoja de coca ha bajado más de un 40 por ciento.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), más de 200.000 hogares en Colombia (con una población de 52 millones de habitantes) viven del cultivo de coca, que en 2021 constituyó 204.000 hectáreas de tierras. Si se suman las personas que viven de forma menos directa del cultivo —recolectores, vendedores de suministros agrícolas y otros— la cantidad de hogares que viven del cultivo de coca asciende a 400.000. (Le puede interesar: EE. UU.: suspensión del monitoreo de cultivos de coca en Colombia será “temporal”)
La mayoría son familias campesinas que viven en zonas rurales con tasas de pobreza que superan el 60 por ciento y que cuentan con muy poca presencia del gobierno colombiano. En este contexto, el cultivo de coca es una estrategia de supervivencia, ya que el cultivo ilegal genera un precio más alto pagado en efectivo y es más fácil de transportar en áreas con pocas carreteras y con limitado acceso al mercado.
El desplome del precio de la coca ha tenido graves consecuencias para estas familias. Sus ingresos han bajado drásticamente y en medio del hambre claman por asistencia de emergencia a sus alcaldes, gobernadores y al gobierno central. Los campesinos han decidido enterrar la pasta de coca o intercambiarla por comida. Los padres de una familia en La Gabarra, al norte de Tibú, en el Catatumbo, declararon al medio de Página 2 de 15 investigación colombiano Vorágine que habían contemplando el suicidio después de haber vivido un año y medio sin compradores. Algunos han aceptado trabajos mal pagados en minas ilegales de carbón y en plantaciones de palma aceitera.
¿Por qué se ha desplomado el precio de la coca?
Este tipo de desplomes tan agudos no son comunes en un producto cuya ilegalidad y escasez normalmente aumentan su precio. Una caída similar ocurrió en 2017, después de la desmovilización de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuando informes provenientes de algunas regiones, como el Catatumbo, señalaban que los cultivadores de coca pasaban hambre y enterraban su producto, mientras el mercado de la cocaína luchaba por ajustarse —algo que ocurrió en cuestión de meses—. (Puede leer: “Estamos pensando en el suministro controlado de drogas”: Ministro de Justicia)
La crisis actual del precio de la coca es más prolongada que la de 2017 y no tiene una causa única. Aunque WOLA no ha realizado investigaciones de campo en las zonas cocaleras durante la crisis actual, en consulta con aliados e informes de medios de comunicación y ONGs locales hemos identificado 12 posibles razones por las que cayó el precio.
Estas posibles causas tienen que ver con la sobreproducción, disrupciones en las dinámicas entre compradores y vendedores, cambios en la demanda, dinámicas de paz y conflicto, y cambios políticos recientes. La mayoría de las causas son hipotéticas, y en el caso de algunas solo hay escasas pruebas para sustentarlas. Unas son más convincentes que otras, y la mayoría son más pertinentes para regiones específicas del país.
Sobreproducción
La sobreproducción —aumentos en la oferta superiores a aumentos en la demanda— es la causa más citada en la caída del precio.. El gobierno estadounidense calcula que los cultivos de coca en Colombia se triplicaron entre 2013 y 2020.
Colombia dejó de erradicar coca a través de la fumigación aérea de herbicidas en 2015, pero ha habido un rezago en reemplazar las fumigación con acciones decididas del gobierno en las zonas cocaleras y ayudar a los agricultores a hacer la transición a otros cultivos. Además, a partir de 2017, la desmovilización de las FARC alteró los mercados de la coca en todo el país. (Le puede interesar: El S.O.S de familias que sustituyeron coca: “Necesitamos que Corte se pronuncie”)
De repente, no había ningún actor con la capacidad para fijar y estabilizar el precio. Al principio, en el período de 2018 a 2019, el precio se infló, lo que hizo que el cultivo fuera más atractivo para más agricultores, explicó recientemente a El Espectador Estefanía Ciro del colectivo colombiano “A la Orilla del Río” y exinvestigadora de la Comisión de la Verdad. Según Felipe Tascón, experto en políticas antidroga y director del programa de sustitución de cultivos del gobierno colombiano, muchos de los compradores que ofrecían precios inflados eran miembros de organizaciones criminales mexicanas. Las incautaciones de cocaína por parte de las autoridades colombianas se dispararon cuando la oferta creció más rápido que las rutas de transbordo.
Con la oferta saturada por la sobreproducción, según esta hipótesis, la burbuja se reventó y el precio cayó drásticamente. El auge de la coca llegó a su fin repentinamente, de forma dispareja entre regiones en 2022.
Los cultivos también aumentaron en otras partes
La sobreproducción de coca no es solo un fenómeno colombiano. Las tierras cultivadas de coca en Perú incrementaron de 44.000 hectáreas en 2016 a 95.000 en 2022. En Bolivia, desde principios de 2010 han pasado de aproximadamente 20.000 a más de 30.000 hectáreas. Asimismo, han sido identificados cultivos y laboratorios de coca en Venezuela, Ecuador, Honduras, Guatemala y México, lo que aumenta la oferta y podría seguir disminuyendo el precio.
Varias de las razones citadas para explicar la caída del precio de la coca tienen que ver con cambios en quién compra y quién facilita las relaciones entre compradores y vendedores.
Cambios en el mando militar y policial
Una hipótesis interesante está relacionada con la remoción ordenada por el presidente Gustavo Petro de más de 70 generales y coroneles del ejército y la policía en agosto de 2022, poco después de asumir el cargo. Se sospecha que algunos de estos oficiales estarían implicados en casos de corrupción o de abusos contra los derechos humanos. (Puede leer: Política de drogas: Gobierno estudia titulación masiva de tierras para cocaleros)
La purga de altos mandos corruptos puede haber afectado la cadena de suministro de la cocaína. “Analistas están viendo que el hecho de haber retirado rápidamente a militares y gente de la Policía que estaban conectados con facilitar que pudiera salir la coca del país, ha producido un efecto muy serio de la caída de precio”, dijo Francisco de Roux, quien dirigió la Comisión de la Verdad de Colombia hasta el término de su mandato en 2022. “Creo que eso sí puede mover [el precio] en unos lugares”, dijo Página 5 de 15 Estefanía Ciro a El Espectador. “No en todos, porque no es todo el Ejército o las fuerzas las que están involucradas, pero… sí podría haber habido un cambio en esos pactos sobre los cuales funcionaba el mercado.”
Sin embargo, otros indicadores desafían esta hipótesis. Si Petro reemplazó a oficiales permisivos con el narcotráfico por colegas más respetuosos de la ley, se esperaría que las incautaciones de cocaína y las detenciones de los principales liderazgos de narcotraficantes hubieran aumentado desde agosto de 2022. Pero eso no ha ocurrido: ninguna de las dos medidas ha aumentado.
Salen del panorama líderes criminales
Así como la desmovilización de las FARC agitó los mercados de coca, también lo hicieron algunas detenciones o asesinatos de altos jefes criminales y de grupos armados en 2021 y 2022. Militares colombianos, o grupos armados rivales, mataron a varios comandantes disidentes de las FARC durante esos años, entre ellos “Gentil Duarte”, “El Paisa”, “Romaña” y “Mayimbú”.
Sin embargo, en términos de impacto en el mercado de la coca, los analistas citan con mayor frecuencia la captura en octubre de 2021 de Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, líder del Clan del Golfo, un grupo armado fundado por exlíderes de bloques paramilitares progubernamentales que se desmovilizaron a mediados de la década del 2000.
La detención de Úsuga —a quien un tribunal de Nueva York condenó a 45 años de prisión en agosto de 2023— puede ser la razón por la que los compradores de coca dejaron de llegar a la región del Catatumbo, informó La Silla Vacía. “Otoniel tenía el visto bueno de la disidencia del frente 33 y del ELN para entrar a los compradores y se encargaba de asegurar las rutas de los cargamentos”.
Daniel Parra, de la Fundación Paz y Reconciliación de Colombia, dijo que los sucesores de Úsuga podrían estar menos interesados en generar ingresos a través del tráfico de cocaína a gran escala. “También pueden estar tratando de castigar a aquellos en la industria de la coca que consideran en parte responsables de la captura de Otoniel”, añadió.
Puede leer el informe completo de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) acá.