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El presunto plagio en la tesis de maestría de Jennifer Arias

El portal Plagio S.O.S. denunció que en los fragmentos del trabajo de grado de la presidenta de la Cámara de Representantes que aparecen en internet hay copias sin cita de al menos tres fuentes distintas. Después de casi un mes de solicitudes, ni la autora ni la Universidad Externado, en donde adelantó el posgrado, han compartido el documento original, que no está publicado en el repositorio digital ni en los archivos físicos de la biblioteca.

31 de octubre de 2021 - 02:00 a. m.
Jennifer Arias
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Jennifer Arias, presidenta de la Cámara de Representantes, explicó recientemente, en una conversación por WhatsApp con El Espectador, que no podía divulgar su tesis de maestría en la Universidad Externado porque no encontraba el computador en el que la tenía guardada. “Esos equipos los usamos en campaña y suelen desaparecer”, escribió la congresista. Días antes, cuando se le preguntó por un posible plagio en el trabajo con el que se graduó del máster en Gobierno y Políticas Públicas en 2016, dijo que no había cometido copia. Insistió en que las denuncias en su contra eran ataques políticos y aseguró que enviaría el documento completo y original para despejar las dudas, pero el archivo no ha sido entregado.

Las denuncias contra la tesis de la política del Centro Democrático las presentó el portal Plagio S.O.S., un grupo de académicos que lleva diez años investigando y denunciando posibles casos de copia en publicaciones científicas, artículos periodísticos y tesis de grado en las universidades de Colombia e Hispanoamérica. El representante de Plagio S.O.S. cuenta por teléfono que hace algunos meses recibieron un documento digital en el programa Prezi, que contenía algunas páginas de la tesis de Jennifer Arias. Al revisarlo, encontraron que estaba incompleto, solo había once páginas, y en ellas detectaron “el plagio de tres documentos distintos”.

Según el investigador, que prefirió omitir su nombre, el documento titulado Los OCAD y su contradicción con las teorías de elección racional, publicado en 2016, por Jennifer Kristin Arias Falla y Leydy Lucía Largo, tiene párrafos iguales y sin cita a los del artículo Elección racional, cultura y estructura: tres enfoques para el análisis político, publicado por el profesor mexicano Alain de Remes, en 2001. De hecho, De Remes, actual coordinador académico del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas de México, escribió en Twitter: “Efectivamente son extractos idénticos del texto que escribí en el 2000 para la Revista Mexicana de Sociología. Se vale usar las ideas, pero citando al autor. Si no es plagio” (ver anexo 1)

El segundo documento del cual aparentemente se extraen fragmentos sin cita es La llamada teoría del public choice y una introducción a su aplicación al control de los actos estatales, publicado en 2002 por Christian Guzmán Napurí, abogado constitucionalista y profesor de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (ver anexo 2).

El tercer artículo del que al parecer se copian párrafos enteros es La teoría de public choice, un trabajo publicado en la Universidad San Carlos de Guatemala (ver anexo 3).

Diego Guzmán y Óscar Salazar, abogados expertos en propiedad intelectual y derechos de autor, coinciden en que el plagio ocurre cuando una o varias personas hacen ver como propio un contenido creado por otra persona. Guzmán afirma que no importa la extensión de la presunta copia, sino la intención, y aclara que puede haber plagio en una frase, un párrafo, una página o un documento entero. Salazar dice que el plagio ocurre aun cuando no todas las palabras son las mismas o no están ubicadas en el mismo orden. A veces, los estudiantes cambian algo de lo que copiaron, pero el plagio se puede mantener en la estructura y el contenido principal, explica el abogado.

Sobre el caso que compromete a la congresista Arias, el representante de Plagios S.O.S. comenta por teléfono: “¿Cómo será el resto del contenido? ¿Cómo pasó el sistema de control en el Externado? ¿Por qué no está publicado en la Biblioteca?”. De acuerdo con el análisis del portal, el título del documento de Prezi es el mismo que la representante Jennifer Arias presenta en su hoja de vida de Linkedin. “Ella no ha negado que esta sea su tesis. Lo que hizo fue bloquearnos de Twitter”, dice. Y concluye: “Todos los indicios conducen a pensar que sí hay copia en esos fragmentos”.

Una vez conocidas las pruebas de la presunta copia, El Espectador se comunicó con la Universidad Externado y con la autora de la tesis para intentar acceder al documento completo y original, y poder comprobar o desmentir los cuestionamientos del plagio. Al ver las imágenes que comparan su texto con otros documentos, Jennifer Arias afirmó que las referencias podían estar al final del párrafo o del texto: “Cortan los pedazos para generar la duda”, se defendió la congresista. Sin embargo, en el documento publicado en internet no aparecen las citas correspondientes.

En la primera llamada a la Universidad, el 5 de octubre, la profesora Claudia Lugo, coordinadora académica de la maestría, reconoció que tenían conocimiento de las denuncias, que la tesis estaba en físico y que las respuestas oficiales las daría el decano de la facultad, Gonzalo Ordóñez. Después de casi un mes de solicitudes, correos y derechos de petición, la Universidad se ha negado a compartir la tesis con el argumento de que la autora no ha autorizado su publicación. Arias, sin embargo, expresó dos veces por escrito que su tesis es un documento de acceso público y que autoriza que El Espectador lo revise, pero eso nunca ocurrió.

En una conversación telefónica, el decano Ordóñez reconoció que estaban buscando la tesis porque, según él, en 2016 los procesos de entrega a la biblioteca “no estaban tan sistematizados y formalizados como lo están hoy en día”. Ordóñez se comprometió a compartir la tesis una vez la encontraran, pero no ha sido así. A través de la respuesta a un derecho de petición, el secretario general de la Universidad confirmó que ya había aparecido, que reposaba en los archivos de la Facultad, pero insistió en que no darían el documento sin el permiso formal de las autoras.

A comienzos de octubre, la congresista Arias afirmó que no podía compartir el documento por WhatsApp porque “era muy pesado” y sostuvo que lo mandaría por correo esa misma noche. Días después, explicó que estaba de viaje y que entregaría el documento al volver a la ciudad. Finalmente, argumentó que el computador había “desaparecido”, se excusó y afirmó: “Ya pedí la copia a la U. Y mi compañera de tesis también está buscándola en sus archivos”. Arias, además, dijo que no entendía por qué su trabajo no estaba en el repositorio de la Universidad si antes de graduarse había enviado todos los permisos necesarios para su publicación a la biblioteca.

Hasta el momento de la publicación de este artículo ni las autoras ni la Universidad Externado habían enviado el documento completo y original de la tesis de maestría de Jennifer Arias, presidenta de la Cámara de Representantes. Con un agregado: en la última conversación, la representante afirmó que devolvió el nuevo formato de autorización que la Universidad le solicitó firmar porque tenía un error: “Me enviaron una versión anterior a la final. Así que deben enviar la última”, escribió Arias. Sus mensajes generan más preguntas a los investigadores de Plagio S.O.S.: “¿Hay más de una tesis en la Universidad? ¿Una con plagio y otra sin plagio?”.

Andrés Hernández, director de Transparencia por Colombia, advierte que si se comprueba el plagio se debería poner en cuestión el título de magíster. “El hecho de que una congresista supuestamente haya cometido copia sería un nuevo episodio del deterioro de ética pública que estamos viendo en el país en estos años”.

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Rivas(7913)28 de noviembre de 2021 - 04:47 p. m.
Hace cuarenta años, cuando las tesis se hacían en máquina de escribir, había que adjuntar, dentro de los documentos necesarios para tramitar el grado, el recibo de dos copias físicas de la tesis expedido por la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Colombia. De lo contrario, no había grado. La disculpa del decano Ordóñez da vergüenza ajena.
Daniel(ljjjf)23 de noviembre de 2021 - 04:53 p. m.
No sabia que el Externado es una universidad de garaje
Pompeyo(18990)18 de noviembre de 2021 - 02:29 p. m.
Esos integrantes del autodenominado CD cada vez muestran su degradación: cinicos, plagiadores, expertos en jugaditas, groceros, agresivos, y a ver y qué: de tal palo tales astillas. Me sorprende y decepciona la Universidad Externado, debería haber sido contundente y ágil ya, parecen que miran para otro lado
Olegario(51538)02 de noviembre de 2021 - 05:12 p. m.
Dudo mucho de que esta bandida tenga el cacumen suficiente como para elaborar una tesis de grado propia.
Aldemar(14308)02 de noviembre de 2021 - 06:25 a. m.
Todo un desprestigio para la Universidad que avaló el fraude! Para la autora no es ningún desprestigio, pues ella ya está suficientemente desprestigiada : hace parte del Centro Demoníaco y es protegida de Matarife!
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