Exterminio de la Unión Patriótica, las raíces de una condena internacional
Un exterminio con motivos políticos. Instituciones del Estado aliadas de los victimarios. Miles de personas perseguidas por sicarios y fuerzas de seguridad. Mujeres que dejan el país ante las intimidaciones. Esta es parte de la historia, contada desde las víctimas, del exterminio de la Unión Patriótica, por el cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Colombia.
Nicolás Achury González
Jhoan Sebastian Cote
Felipe Morales Sierra
Imelda Daza, senadora de Comunes, exconcejal de la UP
“Cuando en 1982 Belisario Betancur llega a ser presidente, él dice: ‘mi tema es la paz’. Armó una comisión, la mandó para La Uribe (Meta) y, en cuestión de meses, acordaron: cese bilateral de fuego y creación de un partido político a través del cual los insurgentes (de las Farc) se reincorporarían a la sociedad. Así nació la Unión Patriótica y en 1986 obtuvo una votación extraordinaria, la aceptación de la Unión Patriótica era nacional: Eligió ocho senadores, seis representantes a la Cámara. ¡De una! ¿Quién ha repetido eso?”.
José Antequera, hijo del líder de la UP José Antequera y director del Centro de Memoria de Bogotá
“Mientras se desarrolló la UP, desde el Estado hubo una actitud, por omisión y por acción en muchas ocasiones, que determinó asesinatos, masacres contra integrantes de la UP y la conformación de lo que hoy llamamos genocidio. Por eso hoy resalto que las sentencias son la forma como se hace justicia, pero no revierten la injusticia. Ni te devuelven las personas muertas, ni echan para atrás el genocidio. Colombia tiene que ser consciente de eso. La sentencia de la Corte IDH debe ser un momento de constatación del tamaño de la injusticia cometida contra la UP. No la pretensión de que, a partir de la sentencia, se elimina la injusticia, porque no es cierto”.
Iván Cepeda, senador del Pacto Histórico e hijo del senador de la UP Manuel Cepeda
“Se convirtió en un ritual permanente de ir a los cementerios, de asistir uno por uno a los asesinatos de nuestros amigos, de las personas que habían sido compañeros en la juventud comunista y después en el Partido Comunista, y de cada uno de los líderes de la Unión Patriótica. Se normalizó el asesinato de los líderes políticos de oposición y, particularmente, de la UP. En los entierros de las víctimas de la UP irrumpían los sicarios a asesinar, ya no a líderes, sino a sus familias o a sus compañeros. Cada asesinato tenía un mensaje de terror”.
La familia del senador Iván Cepeda decidió desligar el caso de su padre en el sistema interamericano y la Corte condenó a Colombia por ese homicidio en 2010. Al respecto resalta: “En el caso Cepeda Vargas se demostró que un crimen de Estado fue perpetrado por una estructura mixta entre militares y paramilitares y todas las órdenes que dio la Corte IDH apuntaban a esclarecer esa relación. Entre ellas, la Corte abordó un tema que es plenamente vigente: se utilizó la extradición de paramilitares para ocultar la verdad o para entorpecer la labor de los tribunales nacionales y concluyó en esa sentencia que la extradición no puede ser utilizada como un mecanismo de impunidad”.
Jahel Quiroga, senadora del Pacto Histórico y exdirectora de Reiniciar, asociación de víctimas de la UP
“Fui a la CIDH y allá estaban muy conmovidos con el caso de la UP. Conversando con la gente, me decían: ‘es como un genocidio’. Porque es un ataque sistemático, perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente a la Unión Patriótica, como dice la definición del tratado”, convención internacional que aplica cuando las víctimas pertenecen al mismo grupos nacional, racial, étnico o religioso, no para grupos políticos. Y añade: “Pero lo más importante ahora es la reivindicación de la memoria de las víctimas, de cada una de ellas”.
Fabiola León Posada, periodista y sobrina del congresista de la UP Leonardo Posada
“El que la Corte IDH diga: el Estado colombiano es responsable por los asesinatos, desapariciones, torturas, de miles de militantes de la UP es una reivindicación que siempre hemos esperado, que es más que necesaria. A mí me gustaría decirles a las nuevas generaciones que fue un error la estigmatización que nos hicieron desde ese momento hasta hoy, de considerar que porque pensábamos diferente, éramos menos, no éramos humanos, merecíamos cualquier cosa. Eso a mí me duele: que la gente siga pensando que el hecho de pensar diferente justifica la tortura, la desaparición”.
Aida Avella, senadora del Pacto Histórico y exconcejal de la UP
“El exilio es una marca hasta que usted muera. Nadie la puede borrar. Por ejemplo, yo estuve 17 años, seis meses y cuatro días sin volver al país. Cuando volví, le devolvieron la personería jurídica a la Unión Patriótica y volví porque debíamos hacer un congreso del partido en tres meses y estuve ese tiempo acá. Yo pensaba devolverme inmediatamente terminara, pero tengo que confesarles a los jóvenes que me quedé con ellos”.
Imelda Daza, senadora de Comunes, exconcejal de la UP
“Cuando en 1982 Belisario Betancur llega a ser presidente, él dice: ‘mi tema es la paz’. Armó una comisión, la mandó para La Uribe (Meta) y, en cuestión de meses, acordaron: cese bilateral de fuego y creación de un partido político a través del cual los insurgentes (de las Farc) se reincorporarían a la sociedad. Así nació la Unión Patriótica y en 1986 obtuvo una votación extraordinaria, la aceptación de la Unión Patriótica era nacional: Eligió ocho senadores, seis representantes a la Cámara. ¡De una! ¿Quién ha repetido eso?”.
José Antequera, hijo del líder de la UP José Antequera y director del Centro de Memoria de Bogotá
“Mientras se desarrolló la UP, desde el Estado hubo una actitud, por omisión y por acción en muchas ocasiones, que determinó asesinatos, masacres contra integrantes de la UP y la conformación de lo que hoy llamamos genocidio. Por eso hoy resalto que las sentencias son la forma como se hace justicia, pero no revierten la injusticia. Ni te devuelven las personas muertas, ni echan para atrás el genocidio. Colombia tiene que ser consciente de eso. La sentencia de la Corte IDH debe ser un momento de constatación del tamaño de la injusticia cometida contra la UP. No la pretensión de que, a partir de la sentencia, se elimina la injusticia, porque no es cierto”.
Iván Cepeda, senador del Pacto Histórico e hijo del senador de la UP Manuel Cepeda
“Se convirtió en un ritual permanente de ir a los cementerios, de asistir uno por uno a los asesinatos de nuestros amigos, de las personas que habían sido compañeros en la juventud comunista y después en el Partido Comunista, y de cada uno de los líderes de la Unión Patriótica. Se normalizó el asesinato de los líderes políticos de oposición y, particularmente, de la UP. En los entierros de las víctimas de la UP irrumpían los sicarios a asesinar, ya no a líderes, sino a sus familias o a sus compañeros. Cada asesinato tenía un mensaje de terror”.
La familia del senador Iván Cepeda decidió desligar el caso de su padre en el sistema interamericano y la Corte condenó a Colombia por ese homicidio en 2010. Al respecto resalta: “En el caso Cepeda Vargas se demostró que un crimen de Estado fue perpetrado por una estructura mixta entre militares y paramilitares y todas las órdenes que dio la Corte IDH apuntaban a esclarecer esa relación. Entre ellas, la Corte abordó un tema que es plenamente vigente: se utilizó la extradición de paramilitares para ocultar la verdad o para entorpecer la labor de los tribunales nacionales y concluyó en esa sentencia que la extradición no puede ser utilizada como un mecanismo de impunidad”.
Jahel Quiroga, senadora del Pacto Histórico y exdirectora de Reiniciar, asociación de víctimas de la UP
“Fui a la CIDH y allá estaban muy conmovidos con el caso de la UP. Conversando con la gente, me decían: ‘es como un genocidio’. Porque es un ataque sistemático, perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente a la Unión Patriótica, como dice la definición del tratado”, convención internacional que aplica cuando las víctimas pertenecen al mismo grupos nacional, racial, étnico o religioso, no para grupos políticos. Y añade: “Pero lo más importante ahora es la reivindicación de la memoria de las víctimas, de cada una de ellas”.
Fabiola León Posada, periodista y sobrina del congresista de la UP Leonardo Posada
“El que la Corte IDH diga: el Estado colombiano es responsable por los asesinatos, desapariciones, torturas, de miles de militantes de la UP es una reivindicación que siempre hemos esperado, que es más que necesaria. A mí me gustaría decirles a las nuevas generaciones que fue un error la estigmatización que nos hicieron desde ese momento hasta hoy, de considerar que porque pensábamos diferente, éramos menos, no éramos humanos, merecíamos cualquier cosa. Eso a mí me duele: que la gente siga pensando que el hecho de pensar diferente justifica la tortura, la desaparición”.
Aida Avella, senadora del Pacto Histórico y exconcejal de la UP
“El exilio es una marca hasta que usted muera. Nadie la puede borrar. Por ejemplo, yo estuve 17 años, seis meses y cuatro días sin volver al país. Cuando volví, le devolvieron la personería jurídica a la Unión Patriótica y volví porque debíamos hacer un congreso del partido en tres meses y estuve ese tiempo acá. Yo pensaba devolverme inmediatamente terminara, pero tengo que confesarles a los jóvenes que me quedé con ellos”.