En Facebook (y, a veces, en otras redes sociales) hay grupos abiertos en los que niños y niñas preadolescentes o adolescentes se juntan para conocer amigos o hablar de noviazgos. En esos grupos, se infiltran personas con malas intenciones, escondidas tras perfiles que suelen ser falseados, para intentar engancharlos en perversas prácticas sexuales.
Esta investigación, Inocencia en Juego, una alianza periodística coordinada por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, CLIP, en la que participaron tres medios latinoamericanos y dos estadounidenses: El Espectador (Colombia); Chequeado (Argentina), Crónica Uno (Venezuela) y Factchequeado y el Tech Policy Press (Estados Unidos) desentraña cómo meten a los menores de edad en esa telaraña de decepción y abuso sexual y por qué las plataformas no los protegen mejor.
Inocencia en Juego ahondó en los hallazgos de la académica estadounidense Lara Putnam, que ya había identificado grupos de Facebook en los que ciertas cuentas piden y ofrecen contenidos sexuales. Con la asesoría de Putnam, esta alianza periodística expandió la búsqueda. Pudimos encontrar estas mismas cuentas —que no habían sido borradas a pesar de la denuncia— y otras más, en un rastreo usando palabras clave desde el 10 de marzo de 2022. Sólo pudimos hacer la pesquisa hasta el 14 de agosto de 2024, pues Meta descontinuó CrowdTangle, la herramienta que facilitaba este tipo de vigilancia a académicos y periodistas y a otros investigadores. Pero el problema persiste, como pudimos establecer en la revisión manual de muchas de estos grupos que siguen disponibles.