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Hace siete meses, la grabación de una conversación que el magistrado Luis Ernesto Vargas tuvo con el abogado Víctor Pacheco desató el mayor escándalo de la Corte Constitucional en su historia. Hoy Pacheco está preso y sindicado de tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito. El empresario Hélber Otero, envuelto en el lío, también está detenido. Por quebrantos de salud, el magistrado Vargas hace tres meses no asiste a la Corte. Y el magistrado Jorge Pretelt, eje de las denuncias, sigue aferrado a su estrategia de defenderse atacando.
Por temas de fuero, el asunto se dirime en la Fiscalía y la Comisión de Acusación del Congreso. En el ente investigador se quiere demostrar que a través de influencias indebidas, aprovechando su amistad con algunos magistrados de la Corte Constitucional, Pacheco y otros intentaron incidir en una tutela presentada por la firma Fidupetrol, para evitar el pago de $22.500 millones. En la Cámara de Representantes el investigador Julián Bedoya se apresta a decidir si acusa o no a Jorge Pretelt por el presunto delito de cohecho.
La grabación que el magistrado Vargas hizo el pasado 2 de febrero con su celular, en la cual Pacheco detalló la forma como supuestamente el magistrado Pretelt le pidió $500 millones para que la Corte fallara la tutela en favor de Fidupetrol, es hoy pieza procesal clave para la justicia. La Fiscalía ya la calificó como “legítima”, porque “no viola el derecho a la intimidad y se trataba de la comisión de un punible contra la Corte”. Lo que apenas se conoce es que Pretelt, en su defensa, optó por seguir el mismo camino de su acusador y colega Vargas.
El pasado domingo 23 de agosto, hacia las once de la mañana, por segunda vez Jhon Soler Rodríguez, conductor del magistrado Luis Ernesto Vargas, visitó en su apartamento a Jorge Pretelt. Según este magistrado, la primera ocasión le había manifestado que la versión de su jefe no era como la había dado y alcanzó a decirle que Vargas ya se conocía con el abogado Pacheco. Entonces, cuando Soler, acompañado del conductor de Pretelt, lo volvió a visitar, el mismo Pretelt, utilizando su iPad, grabó la conversación que sostuvieron ambos. (Escuche el audio de la conversación)
“Apoyado en principios legales, y después de consultar a varios abogados, lo hice por estado de necesidad. Mi honra y la de mi familia han sido mancilladas, era la forma de defenderme frente al linchamiento que he vivido desde algunos sectores del Gobierno, el periodismo, la Fiscalía o la Rama Judicial”, precisó Pretelt al ser consultado por El Espectador. Según el magistrado, lo que demuestra su diálogo con Soler es que Vargas y el abogado Pacheco se conocían de tiempo atrás, y su encuentro del 2 de febrero no fue ni natural ni espontáneo.
La versión que Luis Ernesto Vargas dio ante la Comisión de Acusación de la Cámara es que él se enteró del escándalo por tres magistrados de la Corte que estaban conversando sobre el tema, y se ofreció a escuchar al abogado Pacheco porque era su deber como presidente de la corporación. Por eso lo recibió el lunes 2 de febrero, previa cita organizada por el magistrado Gabriel Mendoza, viejo amigo de Pacheco. Esa fue la conversación que grabó con su celular y posteriormente entregó a la Fiscalía y la misma Comisión en una memoria USB.
Ante el representante investigador, varias veces Vargas insistió en que era la primera vez que hablaba con Pacheco. “Tenía la convicción de no conocerlo, pero él empezó diciendo que si acaso yo no recordaba que nos habíamos visto en el encuentro de la jurisdicción constitucional que se realizó en Barranquilla”. Más adelante, ante la pregunta de cuántas veces se había reunido con él, reiteró: “Una sola vez, el 2 de febrero de 2015”. Después puntualizó: “De ahí en adelante he leído sobre visitas de ese señor al Palacio de Justicia, no a mi despacho”.
La grabación que Pretelt hizo de su conversación con el conductor de Vargas, el pasado 23 de agosto, plantea otro escenario. Según Jhon Soler, el magistrado Vargas y el abogado Pacheco se reunieron entre octubre o noviembre de 2014 en la oficina del primero, y cuando su encuentro terminó, Vargas le dijo: “Acompañe al doctor”. Entonces él atendió la orden y utilizando su tarjeta electromagnética le abrió la puerta para salir de la Corte Constitucional. Su ingreso y salida del alto tribunal no quedaron registrados.
En opinión de Pretelt, esa es su prueba reina de que Vargas y Pacheco se conocían, que el primero fue el director de la trama y que todo lo prepararon con el magistrado Gabriel Mendoza. Incluso, aseguró Pretelt que lo del dinero que supuestamente había que darle a la abogada Marcela Monroy, exesposa del magistrado Mauricio González, como parte del trato de los $500 millones para sacar adelante la tutela de Fidupetrol, no lo hizo Pacheco sino Vargas para convencer a González de que no votara por él para la presidencia de la Corte. (Ver video con entrevista a Jorge Pretelt)
El testimonio de Víctor Pacheco ante la Comisión de Acusación es que el 26 de diciembre de 2014, durante una reunión en la casa del magistrado Gabriel Mendoza en Barranquilla, le contó de la exigencia de Jorge Pretelt de $500 millones para cuadrar la tutela de Fidupetrol. Luego, a mediados de enero de 2015, Mendoza le contó que le había comentado el caso a su colega María Victoria Calle, y que él debía viajar a Bogotá a ratificarlo ante la Corte. Al final, la reunión se hizo con Vargas, a quien supuestamente le resaltó que no tenía pruebas.
Pacheco añadió que su sorpresa fue saber que Vargas había grabado la conversación, que calificó como “perfectamente ilegal y por consiguiente nula en pleno derecho”. Como ya sentía el agua al cuello, a la mayoría de preguntas del representante investigador, se abstuvo de responder acogiendose al principio de la no incriminación. No obstante, días después se supo que ante la Fiscalía negó que Pretelt le hubiera pedido dinero, y que lo que le dijo fue que se necesitaban $400 millones para contratar un abogado que defendiera a Fidupetrol.
Aunque la tutela finalmente se falló en contra de la fiduciaria el 16 de octubre de 2014, con votación de 7 a 0, la Fiscalía sostiene que a pesar de la sentencia adversa, desde Fidupetrol se configuró un caso de tráfico de influencias utilizando a magistrados de la Corte. No sólo a Jorge Pretelt sino al magistrado Alberto Rojas Ríos, quien seleccionó la tutela para su revisión. Incluso el ente investigador sostiene que el 4 de octubre, doce días antes del fallo, el abogado Pacheco estuvo con Rojas y también con una abogada de la oficina de Pretelt.
De todos modos, la justicia quiere aclarar el proceder de Pacheco, de quien está demostrado era un asiduo visitante en el Palacio de Justicia. De hecho, entre 2013 y 2014 existen registros de más de 30 ingresos, no sólo para reunirse con magistrados de la Corte Constitucional como Pretelt, Mendoza y Rojas, sino también con dignatarios del Consejo de Estado y del Consejo Superior de la Judicatura. Hoy Pacheco está preso, pero su abogado insiste que a nadie se le puede condenar por una prueba de referencia como la que aportó Vargas.
Por su parte, Jorge Pretelt, quien ya denunció a Vargas por conductas indebidas respecto al trámite de otras tutelas, sostiene que con la grabación que hizo de su conversación con el conductor de Vargas, comienza a desmoronarse el escándalo en su contra. “La espontaneidad del diálogo entre Vargas y Pacheco se cae y queda claro que fue una mala obra de teatro”. Luego añadió que lo que hizo Vargas fue urdir un complot para impedir que fuera presidente de la Corte. Pretelt pidió al Estado que proteja al conductor de Vargas.
De todos modos, en este bochornoso capítulo existen todavía muchos cabos sueltos. El papel del exmagistrado Rodrigo Escobar Gil como abogado de Fidupetrol y su presencia en un almuerzo con Pretelt y Mauricio González. El rol del empresario Hélber Otero, señalado como supuesto determinador del tráfico de influencias. Los términos del posible acuerdo del que se dice está llegando Pacheco con la Fiscalía. La verdad sobre otras tutelas con trámites dudosos. Y, por supuesto, la nueva grabación con la que Pretelt cree “que ya está llegando a la otra orilla”.
La versión del magistrado Mauricio González
El magistrado Mauricio González, quien interpuso la denuncia ante la Comisión de Acusación, declaró que se enteró del caso el martes 3 de febrero hacia las siete de la noche. Ese día, antes de dejar la Corte, fue a entregarle un documento al magistrado Luis Ernesto Vargas y éste le reveló su conversación con Víctor Pacheco.
La versión era que Pacheco había sido citado por Pretelt a su apartamento, y allí le habló de la tutela de Fidupetrol, manifestándole que había que conseguir $500 millones para entregárselos o compartirlos con el ponente Mauricio González. Vargas le aclaró que del tema también estaba enterado Gabriel Mendoza.
González llamó a Pacheco y por teléfono el abogado le ratificó lo que le había dicho a Vargas. Después González le pidió que se lo sostuviera presencialmente. El 6 de febrero, en Cartagena, Pacheco volvió a contarle lo que antes le había relatado. El 27 de febrero decidió interponer la denuncia en la Comisión de Acusación.