La herencia política de un hijo a su madre
En las recientes elecciones se registró un hecho sin antecedentes en la historia política de Colombia. Un candidato le entregó a su madre el capital político al fallecer en un dramático accidente de tránsito. La progenitora salió electa a la Cámara de Representantes, pero afronta problemas similares a los que su único hijo tuvo en vida.
Norbey Quevedo Hernández
El sábado antepasado, en las horas de la mañana, Ana María Rincón Herrera recibió su credencial como congresista de la República. Con cerca de 20 mil votos logró uno de los cuatro escaños que se entregaron en el departamento del Huila. La electa representante a la Cámara recibió más que una credencial. En sus manos quedó una repentina herencia política que su hijo, Sergio Younes Rincón, le dejó tan sólo cinco semanas atrás. Era un abogado de 28 años que perdió la vida en un trágico accidente. Allí se extinguió una promisoria carrera que buscaba salir del caldeado entorno opita para trascender al ámbito nacional.
Psicólogos, progenitores y familiares que lo han vivido de una u otra manera dicen con razón que los padres nunca superan la pérdida de un hijo. Sin embargo, Ana María Rincón entendió que la mejor manera de convivir con ese dolor era asumiendo el proyecto político que su hijo inició desde casi una década atrás. Motivada también por algunos amigos, por familiares y por otros dirigentes del Partido de la U, casi al tiempo que sepultaba a su hijo, manifestaba que lo reemplazaría en su aspiración congresional.
El anuncio oficial fue el pasado 26 de enero. Y cómo no, causó ampolla. La tildaron de apresurada, oportunista, desalmada y electorera. Al tiempo que otros políticos en el funeral: “Lloraban con un ojo y con el otro pedían cambio de voto”, señala el concejal de Neiva Roberto Escobar. Por su parte, Ana María Rincón indica que “Sergio y yo fuimos amigos y cómplices. Reímos y lloramos. Nuestro afecto era sublime. Mi dolor es grande. Se fue mi hijo, mi amigo, mi compañero, mi soñador. El hombre que más he amado en la vida. Un apasionado por la política que tenía como meta trabajar por la región, por eso asumí sus banderas”, dice Ana María Rincón en llanto recurrente.
Siempre unidos no sólo por su entrañable vínculo, también por sus logros profesionales, y ni qué decir por los problemas. Sergio, desde chico, como líder en el colegio Aspaen Gimnasio La Fragua en Neiva. Luego como abogado de la Universidad Externado de Colombia, en donde llegó hasta el Consejo Directivo y el Estudiantil. Con posgrados. También en su paso por el sector privado en diversas empresas como Innacol, Logística y Transporte o Link Marketing Visual, y como columnista de prensa. O en lo público, en la Contraloría, en el Congreso o en Fondelibertad, hasta llegar a la Asamblea del Huila, en donde fue su presidente con alta votación hasta el año 2012.
Ana María Rincón, con logros importantes. En lo académico, administradora de empresas con especialización en gerencia de empresas estratégicas. Durante 26 años, una de las gestoras de las festividades sampedrinas hasta convertirlas en 2006 en Patrimonio Cultural de la Nación. En el sector financiero, ocupando la gerencia del Banco Colpatria por más de 16 años o en los años recientes, como gerente regional del Banco Finandina. En lo político, gestora del nuevo movimiento bautizado como Younismo.
En los problemas , la unión también ha sido evidente. Y es que no todo parece claro ahora en el capítulo de la muerte de Sergio Younes. Sus familiares no se explican cómo cuatro meses antes del suceso la Unidad Nacional de Protección (UNP) le quitó el carro blindado a pesar de estar amenazado. Se había salvado de dos atentados gracias a que la Fuerza Pública lo alertó. También recibió amenazas de la columna Teófilo Forero de las Farc, que opera en el departamento del Huila. Otro familiar recuerda que luego de que la UNP le quitó el vehículo de seguridad hizo su gira con carros prestados y alquilados sin esquema de seguridad.
“El candidato le dijo a un familiar en repetidas ocasiones, desde el 25 de octubre del año pasado, que había una amenaza en su contra y que no lo querían dejar llegar a elecciones. Rece mucho por mí, porque me quieren matar”, resaltó otro allegado a la familia Younes Rincón. Y el 21 de diciembre se enredó el tema, cuando extraños le dispararon a la puerta de vidrio del edificio donde vivía.
Otros dos testimonios dan cuenta de que algo raro antecedió al accidente. Luis Carlos Gutiérrez, conductor de Sergio, le manifestó la noche anterior al accidente al jefe de prensa del candidato que: “El carro estaba fallando y que se le estaba quedando pegado el acelerador”. El otro testimonio cuenta que el día de las exequias una persona se acercó a uno de los familiares para decirle que no se trataba de un accidente, que debían investigar. Unas denuncias que le corresponderá indagar a las autoridades.
Ana María Rincón heredó los votos y la curul de su hijo, pero también varios problemas. Hace pocos días recibió a través de uno de sus familiares un mensaje de un testigo vinculado a la academia que asegura que estaban planeando algo en su contra. Otro en el municipio de Villavieja escuchó que algunos líderes comunales advirtieron del riesgo de ir por la zona por las diferencias que la columna Teófilo Forero de las Farc sostuvo con Sergio Younes. A Rincón le han expresado también que no les gusta la actitud del candidato Héctor Javier Osorio, que perdió su curul por cerca de 750 votos frente a Rincón, y prepara artillería jurídica en contra de ella por una supuesta inhabilidad.
Al día siguiente de la elección de Ana María Rincón como congresista sus problemas les fueron informados a dos directivos del Partido de la U, en busca de un empujón político en la UNP con el fin de que no se repitan los sucesos de su hijo Sergio Younes. Dos semanas después no hay respuesta por parte de la Unidad Nacional de Protección, según relató uno de los familiares. Entre tanto, Rincón tomó medidas de autoprotección. Contrató un servicio de escoltas privados. Canceló la gira de agradecimiento a los municipios lejanos a Neiva. El pasado 17 de marzo el mensaje fue alarmante para el directivo del Partido de la U: “Es urgente, estoy muy preocupado por la seguridad de Ana María”.
Esta semana ella empieza a gastar en Bogotá la herencia política que le dejó su único hijo, Sergio Younes, y lo rememora: “Daría todo porque él estuviera aquí, mi mayor felicidad será abanderar su proyecto político, porque él dejó una huella profunda en los huilenses”
El sábado antepasado, en las horas de la mañana, Ana María Rincón Herrera recibió su credencial como congresista de la República. Con cerca de 20 mil votos logró uno de los cuatro escaños que se entregaron en el departamento del Huila. La electa representante a la Cámara recibió más que una credencial. En sus manos quedó una repentina herencia política que su hijo, Sergio Younes Rincón, le dejó tan sólo cinco semanas atrás. Era un abogado de 28 años que perdió la vida en un trágico accidente. Allí se extinguió una promisoria carrera que buscaba salir del caldeado entorno opita para trascender al ámbito nacional.
Psicólogos, progenitores y familiares que lo han vivido de una u otra manera dicen con razón que los padres nunca superan la pérdida de un hijo. Sin embargo, Ana María Rincón entendió que la mejor manera de convivir con ese dolor era asumiendo el proyecto político que su hijo inició desde casi una década atrás. Motivada también por algunos amigos, por familiares y por otros dirigentes del Partido de la U, casi al tiempo que sepultaba a su hijo, manifestaba que lo reemplazaría en su aspiración congresional.
El anuncio oficial fue el pasado 26 de enero. Y cómo no, causó ampolla. La tildaron de apresurada, oportunista, desalmada y electorera. Al tiempo que otros políticos en el funeral: “Lloraban con un ojo y con el otro pedían cambio de voto”, señala el concejal de Neiva Roberto Escobar. Por su parte, Ana María Rincón indica que “Sergio y yo fuimos amigos y cómplices. Reímos y lloramos. Nuestro afecto era sublime. Mi dolor es grande. Se fue mi hijo, mi amigo, mi compañero, mi soñador. El hombre que más he amado en la vida. Un apasionado por la política que tenía como meta trabajar por la región, por eso asumí sus banderas”, dice Ana María Rincón en llanto recurrente.
Siempre unidos no sólo por su entrañable vínculo, también por sus logros profesionales, y ni qué decir por los problemas. Sergio, desde chico, como líder en el colegio Aspaen Gimnasio La Fragua en Neiva. Luego como abogado de la Universidad Externado de Colombia, en donde llegó hasta el Consejo Directivo y el Estudiantil. Con posgrados. También en su paso por el sector privado en diversas empresas como Innacol, Logística y Transporte o Link Marketing Visual, y como columnista de prensa. O en lo público, en la Contraloría, en el Congreso o en Fondelibertad, hasta llegar a la Asamblea del Huila, en donde fue su presidente con alta votación hasta el año 2012.
Ana María Rincón, con logros importantes. En lo académico, administradora de empresas con especialización en gerencia de empresas estratégicas. Durante 26 años, una de las gestoras de las festividades sampedrinas hasta convertirlas en 2006 en Patrimonio Cultural de la Nación. En el sector financiero, ocupando la gerencia del Banco Colpatria por más de 16 años o en los años recientes, como gerente regional del Banco Finandina. En lo político, gestora del nuevo movimiento bautizado como Younismo.
En los problemas , la unión también ha sido evidente. Y es que no todo parece claro ahora en el capítulo de la muerte de Sergio Younes. Sus familiares no se explican cómo cuatro meses antes del suceso la Unidad Nacional de Protección (UNP) le quitó el carro blindado a pesar de estar amenazado. Se había salvado de dos atentados gracias a que la Fuerza Pública lo alertó. También recibió amenazas de la columna Teófilo Forero de las Farc, que opera en el departamento del Huila. Otro familiar recuerda que luego de que la UNP le quitó el vehículo de seguridad hizo su gira con carros prestados y alquilados sin esquema de seguridad.
“El candidato le dijo a un familiar en repetidas ocasiones, desde el 25 de octubre del año pasado, que había una amenaza en su contra y que no lo querían dejar llegar a elecciones. Rece mucho por mí, porque me quieren matar”, resaltó otro allegado a la familia Younes Rincón. Y el 21 de diciembre se enredó el tema, cuando extraños le dispararon a la puerta de vidrio del edificio donde vivía.
Otros dos testimonios dan cuenta de que algo raro antecedió al accidente. Luis Carlos Gutiérrez, conductor de Sergio, le manifestó la noche anterior al accidente al jefe de prensa del candidato que: “El carro estaba fallando y que se le estaba quedando pegado el acelerador”. El otro testimonio cuenta que el día de las exequias una persona se acercó a uno de los familiares para decirle que no se trataba de un accidente, que debían investigar. Unas denuncias que le corresponderá indagar a las autoridades.
Ana María Rincón heredó los votos y la curul de su hijo, pero también varios problemas. Hace pocos días recibió a través de uno de sus familiares un mensaje de un testigo vinculado a la academia que asegura que estaban planeando algo en su contra. Otro en el municipio de Villavieja escuchó que algunos líderes comunales advirtieron del riesgo de ir por la zona por las diferencias que la columna Teófilo Forero de las Farc sostuvo con Sergio Younes. A Rincón le han expresado también que no les gusta la actitud del candidato Héctor Javier Osorio, que perdió su curul por cerca de 750 votos frente a Rincón, y prepara artillería jurídica en contra de ella por una supuesta inhabilidad.
Al día siguiente de la elección de Ana María Rincón como congresista sus problemas les fueron informados a dos directivos del Partido de la U, en busca de un empujón político en la UNP con el fin de que no se repitan los sucesos de su hijo Sergio Younes. Dos semanas después no hay respuesta por parte de la Unidad Nacional de Protección, según relató uno de los familiares. Entre tanto, Rincón tomó medidas de autoprotección. Contrató un servicio de escoltas privados. Canceló la gira de agradecimiento a los municipios lejanos a Neiva. El pasado 17 de marzo el mensaje fue alarmante para el directivo del Partido de la U: “Es urgente, estoy muy preocupado por la seguridad de Ana María”.
Esta semana ella empieza a gastar en Bogotá la herencia política que le dejó su único hijo, Sergio Younes, y lo rememora: “Daría todo porque él estuviera aquí, mi mayor felicidad será abanderar su proyecto político, porque él dejó una huella profunda en los huilenses”