"Carlos" entró al programa de protección de testigos en junio de este año y fue expulsado en agosto. / Nicolás Achury - El Espectador
Dar el paso a la legalidad, las promesas de entrar a un programa de protección de testigos y delatar a sus excompañeros, es una decisión que pocos toman. El riesgo es inminente, solo quedan enemigos de por vida. Pero la oferta de regresar a la legalidad, del pago de una recompensa y de una ayuda para reintegrarse a la sociedad seduce a varios jóvenes. Carlos* fue uno de los tantos que abandonaron las filas de las bandas criminales y decidió colaborar con las autoridades. Pero, contrario al ideal de vida que le pintaron, su...
Por Redacción Investigación
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