La piedra en el zapato del América
Aunque no aparece en papeles, Juan Miguel Rodríguez mueve los hilos del equipo. Asesora las divisiones menores, negocia jugadores y mantiene contactos con los directivos y el técnico. Se busca que salga del onceno para que se inicie la democratización del club.
Norbey Quevedo H. / Cali
Su nombre no se menciona pero su presencia es la causa de los rumores. El propio gobernador del Valle, Juan Carlos Abadía, cuando advirtió que no habrá ayuda gubernamental al América de Cali mientras sus actuales dirigentes no entreguen el equipo, aludió al personaje sin señalar su identidad. Sin embargo, tras bambalinas todos saben que Juan Miguel Rodríguez, hijo del extraditado capo Miguel Rodríguez Orejuela, es el hombre que tiene al América en el ojo del huracán.
Según el presidente de la institución, Carlos Puente, no existe un solo Rodríguez que maneje hoy el club y Juan Miguel Rodríguez es sólo “un asesor de las divisiones menores del América, pero sin mucha trascendencia”. No obstante, esta misma semana se conoció la incomodidad del director técnico del equipo Diego Umaña, porque después de una conversación con Juan Miguel Rodríguez, se enteró de los avances para la negociación de uno de los activos del club: el volante Paulo César Arango.
El presidente Carlos Puente reconoce que hoy el América de Cali “tiene las mejores divisiones menores del país”. Unos 300 jugadores en las diferentes categorías. Un tema que, según el dirigente deportivo, “se ha vuelto tan mercantil que hay gente a la expectativa de tomar a los jugadores desde los 16 años”. En este escenario oficialmente se mueve el ingeniero de sistemas y empresario Juan Miguel Rodríguez. Sin embargo este rol no convence mucho a las autoridades.
Por el contrario, su nombre es la piedra que incomoda en las intenciones gubernamentales y privadas de encontrarle una solución a la compleja situación jurídica y económica del América de Cali. El propio gobernador Juan Carlos Abadía ha reconocido que ha buscado contactos hasta con el Presidente de la República y el Fiscal General de la Nación, pero que la única opción clara es un vuelco administrativo total en el equipo de fútbol.
De hecho, para esta semana se tiene prevista una nueva reunión entre la Dirección Nacional de Estupefacientes, la Alcaldía de Cali, la Gobernación del Valle y los directivos del club para examinar el tema de la democratización de la institución. No obstante, es claro el doble mensaje: Juan Miguel Rodríguez debe salir del club y es preciso que se clarifique si algunos socios que aparecen como compradores de aportes obran para este personaje o si realmente son aportantes ajenos a sus intereses.
Una alta fuente gubernamental señaló al respecto: “Lo que sucede es que en alguna época Juan Miguel Rodríguez vendió sus aportes a terceros y les hizo firmar un poder en blanco que para nosotros no resulta claro. Eso se tiene que investigar antes de acceder a cualquiera de las peticiones del club, entre ellas, que se activen los canales diplomáticos para que el América de Cali salga de la Lista Clinton”.
Lo cierto es que desde las entrañas del club, la incomodidad es con el gobernador Abadía, quien desde el 31 de enero anunció un patrocinio de $600 millones para el Deportivo Cali, al tiempo que refrendó que no habrá dinero para los ‘diablos rojos’. “Tengo todo el interés en ayudar, pero no me quiero enredar por investigaciones en la utilización de los recursos públicos, que estoy obligado a cuidar. Si yo le meto hoy un peso al América, mañana me voy a la cárcel”, señaló el gobernador al Diario Deportivo.
Aún así, ya se han registrado dos reuniones clave para buscarle una salida a la crisis del América de Cali. La primera el pasado 7 de febrero entre el gerente del América, Óscar Gallego, y el director nacional de estupefacientes, Carlos Albornoz, y una segunda 48 horas después entre el gobernador del Valle, Juan Carlos Abadía, y la Dirección Nacional de Estupefacientes. La primera meta es sacar al equipo de la Lista Clinton, pero el costo es la democratización del club, que implica claridad frente a la mano de Juan Miguel Rodríguez.
Desde los años 70
Según documentación histórica, la presencia de Miguel Rodríguez Orejuela en el América de Cali data desde mediados de los años 70, cuando el capo era un magnate con amplio reconocimiento social y, junto a su hermano Gilberto, desplegaba un imperio económico de rentables negocios. Con su dinero, sumado a otros capitales, América de Cali se convirtió en un victorioso equipo y en su nómina llegaron a figurar más de 150 futbolistas de primer nivel nacional e internacional. La primera estrella llegó en 1979 y entre 1982 y 1986 fue el único ganador del torneo rentado.
En 1987, el club cumplió 60 años de fundado y en la foto oficial de la celebración, junto al entonces gobernador del Valle, Manuel Francisco Becerra, y el dirigente deportivo Juan José Bellini, con los años presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, quedó Miguel Rodríguez Orejuela. Sin embargo tuvieron que pasar siete años más para que el Estado se interesara por los negocios de Miguel Rodríguez Orejuela en el América de Cali. Fue en los tiempos del proceso 8.000 cuando el país supo de más de una sorpresa en el equipo campeón.
El primero en salir al ruedo fue el ex jugador, asistente técnico y preparador físico Pedro Sarmiento –hoy técnico del Cúcuta Deportivo– quien fue condenado por enriquecimiento ilícito. Otros futbolistas, técnicos y asistentes del club profesional alcanzaron a ser procesados y la mayoría de ellos fueron cobijados con autos inhibitorios. Cuando declinó el escándalo del proceso 8.000, Miguel Rodríguez Orejuela era un hombre preso y el América afrontaba serios apremios con la justicia colombiana y el gobierno de Estados Unidos.
Las secuelas
De esta nueva etapa quedaron dos secuelas: la extinción de dominio de 329 aportes, hoy en poder de la Dirección Nacional de Estupefacientes, y la inclusión del América en la denominada Lista Clinton, una relación de personas y sociedades sindicadas de vinculaciones con terrorismo o narcotráfico que, según el Departamento de Estado, deben ser bloqueadas económicamente. El primer escenario compromete cerca del 3% de los aportantes del club, pero el segundo es grave porque es el único equipo colombiano sin patrocinios.
Así lo definió el presidente de la institución Carlos Puente durante la última asamblea del club en marzo de 2007: “Somos el único equipo del rentado que carecemos de patrocinio comercial, somos proscritos de los bancos o entidades financieras, el crédito ha sido clausurado por las empresas genuflexas que se arrodillan obsecuentes al imperio. El estar incluidos, sin proceso alguno y sin derecho de defensa, en la Lista Clinton, no es una incriminación ni una sindicación, es un procedimiento secreto y misterioso al que no tenemos ningún acceso”.
Hoy la situación del club es crítica. Tiene deudas por $4.500 millones, está bloqueado financiera y comercialmente y ni siquiera la Gobernación de Valle lo apoya. Aún más, su presidente Carlos Puente González se queja también de la prensa vallecaucana, de la que en la misma asamblea dijo: “Jamás se ha distinguido por su solidaridad regional ni por su competencia”. Su único activo es su plantilla de jugadores, la mayoría muy jóvenes, quienes no sólo están haciendo una exitosa campaña deportiva sino que son la mejor inversión del América de Cali.
El club escarlata quiere dejar atrás su historia negra. Miguel Rodríguez Orejuela hoy es un reo más en una cárcel de Estados Unidos con casi nulas posibilidades de regresar a Colombia. Sin embargo, su mano en el equipo sigue siendo el estigma. Aunque el presidente Carlos Puente sostiene que el extraditado capo era sólo un aportante corporativo con apenas ocho insignificantes millones de pesos, lo cierto es que su nombre sigue causando escozor. El mismo que se repite con su hijo Juan Miguel Rodríguez, hoy convertido en el asesor más costoso del crítico presente del América.
¿Cómo llega Carlos Puente al América?
Yo soy hincha del América desde que soy espermatozoide. Después estuve vinculado en varias labores del club, estuve haciendo varias contrataciones en el exterior para el club hasta que el comité ejecutivo y la asamblea me nombraron presidente del club, de eso hace ya diez años. Y aquí estamos llevando esta carga pesadísima e injusta que es muy difícil, pero que hemos afrontado con verticalidad y con la frente en alto.
¿Quién es Carlos Puente?
Yo soy abogado con trayectoria deportiva, fui presidente de la Liga de Béisbol del Valle por 13 años, estuve en la Federación de Pesas, luego en la Liga del Fútbol del Valle y después en el América.
¿Quiénes lo eligen a usted?
La asamblea elige los miembros de la junta y la junta al presidente.
¿Cuál es la situación financiera del equipo?
Es falta de ilustración, todo el mundo dice que el equipo va mal, porque las taquillas no se han reflejado y nosotros vivimos financieramente de eso, porque nosotros no tenemos patrocinio hace nueve años, sin tener un eslogan en la camiseta que es lo más importante de un equipo y sin embargo ahí nos hemos sostenido. Que tenemos deudas que han sido materia de escándalo como todo lo que sucede en Cali, de unas deudas con el fisco, de las cuales el monto más alto son los intereses, y que las estamos pagando y las podemos pagar. Hicimos un arreglo con la Alcaldía, hicimos un arreglo con la Administración de Impuestos, nosotros vivimos de vender dos jugadores al año, que los vendemos todos los años, con dos jugadores que vendamos podemos paliar el déficit que tenemos, que es igual a cualquier déficit que hay en Colombia.
¿Cuando usted recibió el equipo, cómo era la situación, más complicada aún?
Económicamente era más complicada todavía. Lo que sucede es que todavía no habíamos sido tocados por la oprobiosa Lista Clinton. La gente no tiene ni idea lo que es la Lista Clinton. Es una lista en donde meten a la gente sin consideración alguna. A aquí meten a la gente y la relacionan con una serie de delitos sin ni siquiera haber un autocabeza de proceso, sin notificar nada, la Oficina del Tesoro de los Estados Unidos y adonde meten la gente que consideran que tiene vínculos con el narcotráfico o con el tráfico de armas. Lo que no especifican es por qué los meten, ni cómo los meten ni cómo se defienden. Yo estoy en la Lista Clinton, yo llevaba 25 años de abogado de los bancos, yo que fui juez superior, magistrado, que fui juez de instrucción criminal. Yo que jamás en mi vida he pisado un permanente. Por ser presidente del América me metieron en la Lista Clinton y me han prácticamente cercado en todas las formas oprobiosas que usted se pueda imaginar y he escrito y ni siquiera me contestan. Por ahí un día me contestaron que estaban estudiando el caso, yo pedí copias, pero nunca pasó nada. Cada vez esto está peor. Al punto de que los dos buses que teníamos nadie los aseguraba, se llevaron los computadores que eran alquilados por compañías gringas. Al punto de que hace seis meses murió mi suegra y la estábamos enterrando, nos abrumaron las llamadas de los bancos donde mi esposa tiene una cuentica de ama de casa y habíamos consignado un dinero para pagar la nómina y entonces preguntando de dónde venía esa plata, entonces les dije que después que le echáramos la palada de tierra nos podían llamar.
Pero si usted toma la Lista Clinton, el 90% de la gente que allí aparece no tiene ninguna vinculación con narcotráfico.
¿Cuándo usted y el América fueron incluidos en la Lista Clinton?
Hace diez años. Primero el club y después yo.
¿Quiénes son los dueños del equipo?
El club pertenece a los aportantes. Los aportantes son algo así como 3 mil y pico, ellos son los dueños del equipo.
¿Y de esos aportantes hay varios en Lista Clinton?
Sí, el 0.03%, de gente que ha sido judicializada.
¿Pero estamos hablando de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela?
Esa es otra falla, no son los hermanos. Es Miguel Rodríguez Orejuela. El no está en la Lista Clinton. Él era aportante corporativo y devolvió sus aportes que eran insignificantes: $8 millones de pesos al club y esto ha servido para generar la bandera, el estigma, esto ha servido de eslabón de prueba para cercar el equipo por todos los medios, incluso por los medios nacionales que es donde más nos persiguen, donde más nos cercan. Usted no tiene ni idea lo que es llegar a un hotel a inscribirme con el equipo, me piden tarjeta de crédito y a mí me la cancelaron hace diez años. La casa materna mía, yo soy un caleño raizal, murió mi mamá y nos quedó una casa a cinco hermanos. Años después hice una solicitud de crédito y les dije yo soy Carlos Puente y me negaron el crédito. Es que la gente cree que la Lista Clinton es una lista de bandidos. Esa situación ha acabado con varios negocios para patrocinar el equipo; por ejemplo con la firma Kapa por ejemplo se dañó ese negocio.
¿Cual es la situación jurídica de los aportes de Miguel Rodríguez y el club América de Cali?
Usted lo dice: sus aportes, lo mismo que mis aportes y todos los aportes pasaron a un fondo común.
¿Y entonces en qué consisten las comunicaciones que la Fiscalía les envía a ustedes?
No hay nada de eso, no aparece nada de eso… Vea le muestro, mi primer aporte al club lo hice en diciembre de 1976, como hincha, o sea, yo no soy un aparecido en el club. Tengo una certificación de la Fiscalía que muestra que el club, como tal, no tiene ningún antecedente judicial. En la actualidad la DNE ha embargado simbólicamente unos derechos que fueron entregados por unas personas, de los cuales aportan un 0,8% de los aportes de la Corporación.
¿Cuál es la razón para que las empresas no apoyen al equipo?
Porque estamos en la Clinton, la gente va a ser un negocio con nosotros y se asusta, pero eso sí, el Estado sí nos recibe los impuestos.
¿Qué apoyo está recibiendo el club del Estado?
Ya no me quiero meter en eso porque tuve muchos problemas. El gobernador, que había prometido políticamente en su campaña, dijo que por qué no le entregábamos el equipo a la Gobernación, entonces yo simplemente salí al corte con una cosita así, uno no puede hacer cosas con lo que no es de uno, yo no puedo entregar un aporte, porque no es mío, es del América, eso es de los aportantes que son tres mil y pico, entonces hubo problemas. El alcalde nos ha ayudado en darnos unos plazos para pagar, ya hicimos el primer pago y vamos a pagar en el segundo plazo. De resto no nos han ayudado, no hemos recibido ninguna ayuda estatal. En la administración de Angelino Garzón hubo una ayuda, un patrocinio corto en la camiseta que me le pusieron Aguardiente Blanco del Valle, eso fue 100 o 150 millones de pesos, después de dos años de andar brincando. Pero este gobernador dijo que no, que hasta que no limpiara el equipo de ese rezago de narcotraficantes, el Gobierno no les va a ayudar. Y yo le dije que nosotros no le estamos pidiendo ayuda y él dice que no da nada, porque es muy maluco, pero nosotros no tenemos ninguna vinculación con narcotraficantes, porque hace tiempo que se fueron y entonces vamos a cargar con este inri toda la vida. Entonces qué pasa con Nacional que tuvo a Hernán Botero o con Santa Fe que tiene su presidente preso en Estados Unidos, es que una sola persona no puede encochinar a una entidad que tiene 81 años de existencia, eso no puede ser así.
¿Cómo analiza usted el hecho de que a otros equipos sí los hayan ayudado y al América no?
Es por una fijación de los Estados Unidos con los señores Rodríguez Orejuela. Es decir, el norte de ellos es siempre condenar a esos Rodríguez y acabarlos. Yo no veo otra cosa frente a eso.
¿A cuánto ascienden las deudas del equipo?
A $4.000 millones
¿El equipo ha hecho trámites para que lo saquen de la Lista Clinton?
Personalmente la he hecho. En cuanto al equipo, ni siquiera nos dejan arrimarnos, porque tú necesitas un abogado allá lleno de poderes y sobre todo carísimo. La Corporación por intermedio de otra gente ha hecho gestiones y ni han sido fructíferas, pero en esas estamos.
En algunos círculos se dice que el equipo sigue siendo manejado por familiares de los Rodríguez Orejuela, ¿eso es cierto?
Este es el equipo más visitado de Colombia, lo han visitado todos los organismos de control. Nunca han encontrado nada y nunca va a aparecer un Rodríguez manejando el club. Lo que sí hay es que alguno de ellos aparece como una especie de asesor en divisiones menores pero no tiene trascendencia.
¿Estamos hablando de Juan Miguel Rodríguez?
Sí.
¿Y cuál es la función que cumple en el club?
Él no tiene ningún cargo en el club, él es una especie de asesor ad hoc, que como está pendiente sobre todo de las divisiones menores, pues a veces hace una serie de recomendaciones, de resto una serie de hijos y sobrinos no tienen nada que ver con el club.
¿Y Juan Miguel Rodríguez lo hace en razón de aficionado del club?
Es que el club fue su formación, dentro de un poco de gente, entre los cuales el que influyó más fue el papá. Prácticamente este fue un vínculo de carácter afectivo, él sobre todo, pero no tiene ningún interés.
¿Cómo está estructurado el tema de divisiones inferiores en el club?
Indudablemente que el América tiene las mejores divisiones menores del país, posiblemente junto con el Cali, entonces continuamente está fluyendo una serie de jugadores que desgraciadamente esto se ha vuelto tan mercantil y que hay gente a la expectativa de tomarlos desde los 16 años. A veces tenemos que rechazar niños porque todos quieren jugar en América.
¿Y cuántos futbolistas hay en las divisiones menores del América?
Unos 300 en todas las categorías.
¿Además de colaborar en las divisiones inferiores, qué más hace Juan Miguel Rodríguez?
Él tiene unas empresas, el es ingeniero de sistemas.
¿Y viene con frecuencia al club?
Casi nunca.
¿Él es hijo de Miguel Rodríguez, y no tiene ningún problema con la justicia, hay estigmatización en este caso?
No sé cómo lo verá usted, pero yo aprendí que no hay delito por sangre y que en el derecho penal romano los delitos se transmitían de los hijos a los padres, eso afortunadamente ya pasó, pero yo no sé por qué tienen que tener un equipo de tres mil socios estigmatizado, sólo porque hay una persona que es hijo de un señor que estuvo aquí, y que cuando entregó sus aportes que eran 8 millones de pesos el fallo fue absolutorio.
¿Qué observaciones tiene sobre lo que dijo Fernando Rodríguez del América en su libro?
Ese es un folletín amarillista que ha tenido más demandas que páginas. Los que lo conocemos no le damos crédito en absoluto a lo que dice en el libro.
¿Qué ha sido lo más difícil para el América en estos últimos diez años?
El cierre de los créditos nacionales e internacionales. No se puede vender un jugador porque nos congelan los dineros, tenemos dineros congelados. Por ejemplo, hace unos años nos consignaron 600 mil dólares de un patrocinio. El premio que nos ganamos hace unos años por la Merconorte también está congelado, son cerca de 200 mil dólares. Entonces no puedes hacer ningún negocio. El manejo económico ha sido lo más difícil.
¿Y no es mejor democratizarlo?
Yo pienso socializarlo y estamos elaborando un proyecto para reformar los estatutos de tal manera que se le dé acceso a la gente para que compren aportes y para que tengan voz y voto. Ahora hay quienes dicen que el equipo es del pueblo, pero del pueblo no hay nada en Colombia. El equipo afectivamente es del pueblo, pero los dueños son los aportantes.
¿Y quiénes son los aportantes mayores?
Aquí no hay aportantes mayores, tal vez Pepino San Giovanni con 200, pero nadie se acerca ni siquiera a lo legal que es hasta el 20%.
Se dice también que en el equipo hay alguna familiar de José Santa Cruz Londoño.
Eso no es cierto, en absoluto.
¿Cuándo es la asamblea y para cuándo tienen previstas las reformas?
La asamblea del club es a finales de marzo y allí se plantearán las cosas. Lo importante es el acceso de nuevos aportantes. Ahora hay que decir que hace unos meses hubo una gente, de los que aquí llaman de dedo parado, interesada en adquirir el club pero dijeron que no querían contaminarse con nosotros. A las reuniones iban uno o dos y eran como secretas, era emisarios de la empresa Parquesoft y unos burguesitos de los ingenios con el gobernador Angelino Garzón abordo. Pero los dos tipos desaparecieron de un momento a otro, luego de una negociación de dos meses.
¿Qué contacto sigue manteniendo con los familiares de los hermanos Rodríguez Orejuela?
No, casi ninguno, pasan meses y meses sin verlos.
¿Cómo ve el futuro del equipo?
Preocupante.
¿En este momento cuáles son los activos del club?
Los jugadores. Hay unos trescientos que son de propiedad del club.
¿Qué les dice usted a los aficionados al fútbol sobre la situación actual del América?
Que indudablemente América es un emblema del fútbol colombiano reconocido internacionalmente y que hay que conocer más la historia del equipo.
¿Y qué le dice a la gente que siempre asocia al América con los Rodríguez y con la Lista Clinton?
Que eso es falta de conocimiento, que hay que recalcarle que los padres de la patria sólo tratan el tema en época de campaña electoral y que hemos estado absolutamente solos.
Su nombre no se menciona pero su presencia es la causa de los rumores. El propio gobernador del Valle, Juan Carlos Abadía, cuando advirtió que no habrá ayuda gubernamental al América de Cali mientras sus actuales dirigentes no entreguen el equipo, aludió al personaje sin señalar su identidad. Sin embargo, tras bambalinas todos saben que Juan Miguel Rodríguez, hijo del extraditado capo Miguel Rodríguez Orejuela, es el hombre que tiene al América en el ojo del huracán.
Según el presidente de la institución, Carlos Puente, no existe un solo Rodríguez que maneje hoy el club y Juan Miguel Rodríguez es sólo “un asesor de las divisiones menores del América, pero sin mucha trascendencia”. No obstante, esta misma semana se conoció la incomodidad del director técnico del equipo Diego Umaña, porque después de una conversación con Juan Miguel Rodríguez, se enteró de los avances para la negociación de uno de los activos del club: el volante Paulo César Arango.
El presidente Carlos Puente reconoce que hoy el América de Cali “tiene las mejores divisiones menores del país”. Unos 300 jugadores en las diferentes categorías. Un tema que, según el dirigente deportivo, “se ha vuelto tan mercantil que hay gente a la expectativa de tomar a los jugadores desde los 16 años”. En este escenario oficialmente se mueve el ingeniero de sistemas y empresario Juan Miguel Rodríguez. Sin embargo este rol no convence mucho a las autoridades.
Por el contrario, su nombre es la piedra que incomoda en las intenciones gubernamentales y privadas de encontrarle una solución a la compleja situación jurídica y económica del América de Cali. El propio gobernador Juan Carlos Abadía ha reconocido que ha buscado contactos hasta con el Presidente de la República y el Fiscal General de la Nación, pero que la única opción clara es un vuelco administrativo total en el equipo de fútbol.
De hecho, para esta semana se tiene prevista una nueva reunión entre la Dirección Nacional de Estupefacientes, la Alcaldía de Cali, la Gobernación del Valle y los directivos del club para examinar el tema de la democratización de la institución. No obstante, es claro el doble mensaje: Juan Miguel Rodríguez debe salir del club y es preciso que se clarifique si algunos socios que aparecen como compradores de aportes obran para este personaje o si realmente son aportantes ajenos a sus intereses.
Una alta fuente gubernamental señaló al respecto: “Lo que sucede es que en alguna época Juan Miguel Rodríguez vendió sus aportes a terceros y les hizo firmar un poder en blanco que para nosotros no resulta claro. Eso se tiene que investigar antes de acceder a cualquiera de las peticiones del club, entre ellas, que se activen los canales diplomáticos para que el América de Cali salga de la Lista Clinton”.
Lo cierto es que desde las entrañas del club, la incomodidad es con el gobernador Abadía, quien desde el 31 de enero anunció un patrocinio de $600 millones para el Deportivo Cali, al tiempo que refrendó que no habrá dinero para los ‘diablos rojos’. “Tengo todo el interés en ayudar, pero no me quiero enredar por investigaciones en la utilización de los recursos públicos, que estoy obligado a cuidar. Si yo le meto hoy un peso al América, mañana me voy a la cárcel”, señaló el gobernador al Diario Deportivo.
Aún así, ya se han registrado dos reuniones clave para buscarle una salida a la crisis del América de Cali. La primera el pasado 7 de febrero entre el gerente del América, Óscar Gallego, y el director nacional de estupefacientes, Carlos Albornoz, y una segunda 48 horas después entre el gobernador del Valle, Juan Carlos Abadía, y la Dirección Nacional de Estupefacientes. La primera meta es sacar al equipo de la Lista Clinton, pero el costo es la democratización del club, que implica claridad frente a la mano de Juan Miguel Rodríguez.
Desde los años 70
Según documentación histórica, la presencia de Miguel Rodríguez Orejuela en el América de Cali data desde mediados de los años 70, cuando el capo era un magnate con amplio reconocimiento social y, junto a su hermano Gilberto, desplegaba un imperio económico de rentables negocios. Con su dinero, sumado a otros capitales, América de Cali se convirtió en un victorioso equipo y en su nómina llegaron a figurar más de 150 futbolistas de primer nivel nacional e internacional. La primera estrella llegó en 1979 y entre 1982 y 1986 fue el único ganador del torneo rentado.
En 1987, el club cumplió 60 años de fundado y en la foto oficial de la celebración, junto al entonces gobernador del Valle, Manuel Francisco Becerra, y el dirigente deportivo Juan José Bellini, con los años presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, quedó Miguel Rodríguez Orejuela. Sin embargo tuvieron que pasar siete años más para que el Estado se interesara por los negocios de Miguel Rodríguez Orejuela en el América de Cali. Fue en los tiempos del proceso 8.000 cuando el país supo de más de una sorpresa en el equipo campeón.
El primero en salir al ruedo fue el ex jugador, asistente técnico y preparador físico Pedro Sarmiento –hoy técnico del Cúcuta Deportivo– quien fue condenado por enriquecimiento ilícito. Otros futbolistas, técnicos y asistentes del club profesional alcanzaron a ser procesados y la mayoría de ellos fueron cobijados con autos inhibitorios. Cuando declinó el escándalo del proceso 8.000, Miguel Rodríguez Orejuela era un hombre preso y el América afrontaba serios apremios con la justicia colombiana y el gobierno de Estados Unidos.
Las secuelas
De esta nueva etapa quedaron dos secuelas: la extinción de dominio de 329 aportes, hoy en poder de la Dirección Nacional de Estupefacientes, y la inclusión del América en la denominada Lista Clinton, una relación de personas y sociedades sindicadas de vinculaciones con terrorismo o narcotráfico que, según el Departamento de Estado, deben ser bloqueadas económicamente. El primer escenario compromete cerca del 3% de los aportantes del club, pero el segundo es grave porque es el único equipo colombiano sin patrocinios.
Así lo definió el presidente de la institución Carlos Puente durante la última asamblea del club en marzo de 2007: “Somos el único equipo del rentado que carecemos de patrocinio comercial, somos proscritos de los bancos o entidades financieras, el crédito ha sido clausurado por las empresas genuflexas que se arrodillan obsecuentes al imperio. El estar incluidos, sin proceso alguno y sin derecho de defensa, en la Lista Clinton, no es una incriminación ni una sindicación, es un procedimiento secreto y misterioso al que no tenemos ningún acceso”.
Hoy la situación del club es crítica. Tiene deudas por $4.500 millones, está bloqueado financiera y comercialmente y ni siquiera la Gobernación de Valle lo apoya. Aún más, su presidente Carlos Puente González se queja también de la prensa vallecaucana, de la que en la misma asamblea dijo: “Jamás se ha distinguido por su solidaridad regional ni por su competencia”. Su único activo es su plantilla de jugadores, la mayoría muy jóvenes, quienes no sólo están haciendo una exitosa campaña deportiva sino que son la mejor inversión del América de Cali.
El club escarlata quiere dejar atrás su historia negra. Miguel Rodríguez Orejuela hoy es un reo más en una cárcel de Estados Unidos con casi nulas posibilidades de regresar a Colombia. Sin embargo, su mano en el equipo sigue siendo el estigma. Aunque el presidente Carlos Puente sostiene que el extraditado capo era sólo un aportante corporativo con apenas ocho insignificantes millones de pesos, lo cierto es que su nombre sigue causando escozor. El mismo que se repite con su hijo Juan Miguel Rodríguez, hoy convertido en el asesor más costoso del crítico presente del América.
¿Cómo llega Carlos Puente al América?
Yo soy hincha del América desde que soy espermatozoide. Después estuve vinculado en varias labores del club, estuve haciendo varias contrataciones en el exterior para el club hasta que el comité ejecutivo y la asamblea me nombraron presidente del club, de eso hace ya diez años. Y aquí estamos llevando esta carga pesadísima e injusta que es muy difícil, pero que hemos afrontado con verticalidad y con la frente en alto.
¿Quién es Carlos Puente?
Yo soy abogado con trayectoria deportiva, fui presidente de la Liga de Béisbol del Valle por 13 años, estuve en la Federación de Pesas, luego en la Liga del Fútbol del Valle y después en el América.
¿Quiénes lo eligen a usted?
La asamblea elige los miembros de la junta y la junta al presidente.
¿Cuál es la situación financiera del equipo?
Es falta de ilustración, todo el mundo dice que el equipo va mal, porque las taquillas no se han reflejado y nosotros vivimos financieramente de eso, porque nosotros no tenemos patrocinio hace nueve años, sin tener un eslogan en la camiseta que es lo más importante de un equipo y sin embargo ahí nos hemos sostenido. Que tenemos deudas que han sido materia de escándalo como todo lo que sucede en Cali, de unas deudas con el fisco, de las cuales el monto más alto son los intereses, y que las estamos pagando y las podemos pagar. Hicimos un arreglo con la Alcaldía, hicimos un arreglo con la Administración de Impuestos, nosotros vivimos de vender dos jugadores al año, que los vendemos todos los años, con dos jugadores que vendamos podemos paliar el déficit que tenemos, que es igual a cualquier déficit que hay en Colombia.
¿Cuando usted recibió el equipo, cómo era la situación, más complicada aún?
Económicamente era más complicada todavía. Lo que sucede es que todavía no habíamos sido tocados por la oprobiosa Lista Clinton. La gente no tiene ni idea lo que es la Lista Clinton. Es una lista en donde meten a la gente sin consideración alguna. A aquí meten a la gente y la relacionan con una serie de delitos sin ni siquiera haber un autocabeza de proceso, sin notificar nada, la Oficina del Tesoro de los Estados Unidos y adonde meten la gente que consideran que tiene vínculos con el narcotráfico o con el tráfico de armas. Lo que no especifican es por qué los meten, ni cómo los meten ni cómo se defienden. Yo estoy en la Lista Clinton, yo llevaba 25 años de abogado de los bancos, yo que fui juez superior, magistrado, que fui juez de instrucción criminal. Yo que jamás en mi vida he pisado un permanente. Por ser presidente del América me metieron en la Lista Clinton y me han prácticamente cercado en todas las formas oprobiosas que usted se pueda imaginar y he escrito y ni siquiera me contestan. Por ahí un día me contestaron que estaban estudiando el caso, yo pedí copias, pero nunca pasó nada. Cada vez esto está peor. Al punto de que los dos buses que teníamos nadie los aseguraba, se llevaron los computadores que eran alquilados por compañías gringas. Al punto de que hace seis meses murió mi suegra y la estábamos enterrando, nos abrumaron las llamadas de los bancos donde mi esposa tiene una cuentica de ama de casa y habíamos consignado un dinero para pagar la nómina y entonces preguntando de dónde venía esa plata, entonces les dije que después que le echáramos la palada de tierra nos podían llamar.
Pero si usted toma la Lista Clinton, el 90% de la gente que allí aparece no tiene ninguna vinculación con narcotráfico.
¿Cuándo usted y el América fueron incluidos en la Lista Clinton?
Hace diez años. Primero el club y después yo.
¿Quiénes son los dueños del equipo?
El club pertenece a los aportantes. Los aportantes son algo así como 3 mil y pico, ellos son los dueños del equipo.
¿Y de esos aportantes hay varios en Lista Clinton?
Sí, el 0.03%, de gente que ha sido judicializada.
¿Pero estamos hablando de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela?
Esa es otra falla, no son los hermanos. Es Miguel Rodríguez Orejuela. El no está en la Lista Clinton. Él era aportante corporativo y devolvió sus aportes que eran insignificantes: $8 millones de pesos al club y esto ha servido para generar la bandera, el estigma, esto ha servido de eslabón de prueba para cercar el equipo por todos los medios, incluso por los medios nacionales que es donde más nos persiguen, donde más nos cercan. Usted no tiene ni idea lo que es llegar a un hotel a inscribirme con el equipo, me piden tarjeta de crédito y a mí me la cancelaron hace diez años. La casa materna mía, yo soy un caleño raizal, murió mi mamá y nos quedó una casa a cinco hermanos. Años después hice una solicitud de crédito y les dije yo soy Carlos Puente y me negaron el crédito. Es que la gente cree que la Lista Clinton es una lista de bandidos. Esa situación ha acabado con varios negocios para patrocinar el equipo; por ejemplo con la firma Kapa por ejemplo se dañó ese negocio.
¿Cual es la situación jurídica de los aportes de Miguel Rodríguez y el club América de Cali?
Usted lo dice: sus aportes, lo mismo que mis aportes y todos los aportes pasaron a un fondo común.
¿Y entonces en qué consisten las comunicaciones que la Fiscalía les envía a ustedes?
No hay nada de eso, no aparece nada de eso… Vea le muestro, mi primer aporte al club lo hice en diciembre de 1976, como hincha, o sea, yo no soy un aparecido en el club. Tengo una certificación de la Fiscalía que muestra que el club, como tal, no tiene ningún antecedente judicial. En la actualidad la DNE ha embargado simbólicamente unos derechos que fueron entregados por unas personas, de los cuales aportan un 0,8% de los aportes de la Corporación.
¿Cuál es la razón para que las empresas no apoyen al equipo?
Porque estamos en la Clinton, la gente va a ser un negocio con nosotros y se asusta, pero eso sí, el Estado sí nos recibe los impuestos.
¿Qué apoyo está recibiendo el club del Estado?
Ya no me quiero meter en eso porque tuve muchos problemas. El gobernador, que había prometido políticamente en su campaña, dijo que por qué no le entregábamos el equipo a la Gobernación, entonces yo simplemente salí al corte con una cosita así, uno no puede hacer cosas con lo que no es de uno, yo no puedo entregar un aporte, porque no es mío, es del América, eso es de los aportantes que son tres mil y pico, entonces hubo problemas. El alcalde nos ha ayudado en darnos unos plazos para pagar, ya hicimos el primer pago y vamos a pagar en el segundo plazo. De resto no nos han ayudado, no hemos recibido ninguna ayuda estatal. En la administración de Angelino Garzón hubo una ayuda, un patrocinio corto en la camiseta que me le pusieron Aguardiente Blanco del Valle, eso fue 100 o 150 millones de pesos, después de dos años de andar brincando. Pero este gobernador dijo que no, que hasta que no limpiara el equipo de ese rezago de narcotraficantes, el Gobierno no les va a ayudar. Y yo le dije que nosotros no le estamos pidiendo ayuda y él dice que no da nada, porque es muy maluco, pero nosotros no tenemos ninguna vinculación con narcotraficantes, porque hace tiempo que se fueron y entonces vamos a cargar con este inri toda la vida. Entonces qué pasa con Nacional que tuvo a Hernán Botero o con Santa Fe que tiene su presidente preso en Estados Unidos, es que una sola persona no puede encochinar a una entidad que tiene 81 años de existencia, eso no puede ser así.
¿Cómo analiza usted el hecho de que a otros equipos sí los hayan ayudado y al América no?
Es por una fijación de los Estados Unidos con los señores Rodríguez Orejuela. Es decir, el norte de ellos es siempre condenar a esos Rodríguez y acabarlos. Yo no veo otra cosa frente a eso.
¿A cuánto ascienden las deudas del equipo?
A $4.000 millones
¿El equipo ha hecho trámites para que lo saquen de la Lista Clinton?
Personalmente la he hecho. En cuanto al equipo, ni siquiera nos dejan arrimarnos, porque tú necesitas un abogado allá lleno de poderes y sobre todo carísimo. La Corporación por intermedio de otra gente ha hecho gestiones y ni han sido fructíferas, pero en esas estamos.
En algunos círculos se dice que el equipo sigue siendo manejado por familiares de los Rodríguez Orejuela, ¿eso es cierto?
Este es el equipo más visitado de Colombia, lo han visitado todos los organismos de control. Nunca han encontrado nada y nunca va a aparecer un Rodríguez manejando el club. Lo que sí hay es que alguno de ellos aparece como una especie de asesor en divisiones menores pero no tiene trascendencia.
¿Estamos hablando de Juan Miguel Rodríguez?
Sí.
¿Y cuál es la función que cumple en el club?
Él no tiene ningún cargo en el club, él es una especie de asesor ad hoc, que como está pendiente sobre todo de las divisiones menores, pues a veces hace una serie de recomendaciones, de resto una serie de hijos y sobrinos no tienen nada que ver con el club.
¿Y Juan Miguel Rodríguez lo hace en razón de aficionado del club?
Es que el club fue su formación, dentro de un poco de gente, entre los cuales el que influyó más fue el papá. Prácticamente este fue un vínculo de carácter afectivo, él sobre todo, pero no tiene ningún interés.
¿Cómo está estructurado el tema de divisiones inferiores en el club?
Indudablemente que el América tiene las mejores divisiones menores del país, posiblemente junto con el Cali, entonces continuamente está fluyendo una serie de jugadores que desgraciadamente esto se ha vuelto tan mercantil y que hay gente a la expectativa de tomarlos desde los 16 años. A veces tenemos que rechazar niños porque todos quieren jugar en América.
¿Y cuántos futbolistas hay en las divisiones menores del América?
Unos 300 en todas las categorías.
¿Además de colaborar en las divisiones inferiores, qué más hace Juan Miguel Rodríguez?
Él tiene unas empresas, el es ingeniero de sistemas.
¿Y viene con frecuencia al club?
Casi nunca.
¿Él es hijo de Miguel Rodríguez, y no tiene ningún problema con la justicia, hay estigmatización en este caso?
No sé cómo lo verá usted, pero yo aprendí que no hay delito por sangre y que en el derecho penal romano los delitos se transmitían de los hijos a los padres, eso afortunadamente ya pasó, pero yo no sé por qué tienen que tener un equipo de tres mil socios estigmatizado, sólo porque hay una persona que es hijo de un señor que estuvo aquí, y que cuando entregó sus aportes que eran 8 millones de pesos el fallo fue absolutorio.
¿Qué observaciones tiene sobre lo que dijo Fernando Rodríguez del América en su libro?
Ese es un folletín amarillista que ha tenido más demandas que páginas. Los que lo conocemos no le damos crédito en absoluto a lo que dice en el libro.
¿Qué ha sido lo más difícil para el América en estos últimos diez años?
El cierre de los créditos nacionales e internacionales. No se puede vender un jugador porque nos congelan los dineros, tenemos dineros congelados. Por ejemplo, hace unos años nos consignaron 600 mil dólares de un patrocinio. El premio que nos ganamos hace unos años por la Merconorte también está congelado, son cerca de 200 mil dólares. Entonces no puedes hacer ningún negocio. El manejo económico ha sido lo más difícil.
¿Y no es mejor democratizarlo?
Yo pienso socializarlo y estamos elaborando un proyecto para reformar los estatutos de tal manera que se le dé acceso a la gente para que compren aportes y para que tengan voz y voto. Ahora hay quienes dicen que el equipo es del pueblo, pero del pueblo no hay nada en Colombia. El equipo afectivamente es del pueblo, pero los dueños son los aportantes.
¿Y quiénes son los aportantes mayores?
Aquí no hay aportantes mayores, tal vez Pepino San Giovanni con 200, pero nadie se acerca ni siquiera a lo legal que es hasta el 20%.
Se dice también que en el equipo hay alguna familiar de José Santa Cruz Londoño.
Eso no es cierto, en absoluto.
¿Cuándo es la asamblea y para cuándo tienen previstas las reformas?
La asamblea del club es a finales de marzo y allí se plantearán las cosas. Lo importante es el acceso de nuevos aportantes. Ahora hay que decir que hace unos meses hubo una gente, de los que aquí llaman de dedo parado, interesada en adquirir el club pero dijeron que no querían contaminarse con nosotros. A las reuniones iban uno o dos y eran como secretas, era emisarios de la empresa Parquesoft y unos burguesitos de los ingenios con el gobernador Angelino Garzón abordo. Pero los dos tipos desaparecieron de un momento a otro, luego de una negociación de dos meses.
¿Qué contacto sigue manteniendo con los familiares de los hermanos Rodríguez Orejuela?
No, casi ninguno, pasan meses y meses sin verlos.
¿Cómo ve el futuro del equipo?
Preocupante.
¿En este momento cuáles son los activos del club?
Los jugadores. Hay unos trescientos que son de propiedad del club.
¿Qué les dice usted a los aficionados al fútbol sobre la situación actual del América?
Que indudablemente América es un emblema del fútbol colombiano reconocido internacionalmente y que hay que conocer más la historia del equipo.
¿Y qué le dice a la gente que siempre asocia al América con los Rodríguez y con la Lista Clinton?
Que eso es falta de conocimiento, que hay que recalcarle que los padres de la patria sólo tratan el tema en época de campaña electoral y que hemos estado absolutamente solos.